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Matanza del 11 de marzo en Madrid



Grupo Islámico Combatiente Marroquí

Los atentados del 11 de marzo de 2004 en España, conocidos por el numerónimo 11M, fueron una serie de ataques terroristas en cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid llevados a cabo por Al Qaeda y el Grupo Islámico Combatiente Marroquí, tal como reveló la posterior investigación policial, sentenció la Audiencia Nacional y reiteró el Tribunal Supremo.[1]​ Fallecieron 193 personas y alrededor de dos mil resultaron heridas.

Entre las 07:36 y las 07:40 (CET) del 11 de marzo de 2004, en hora punta, se produjeron diez explosiones casi simultáneas en cuatro trenes de Madrid. Más tarde, y tras un intento de desactivación, la policía detonó de forma controlada dos artefactos que no habían estallado. Tras ello desactivaron un tercero que permitiría, debido a su contenido, iniciar las primeras pesquisas que conducirían a la identificación de los autores.

Los atentados se produjeron tres días antes de las elecciones generales de 2004. Los dos principales partidos políticos españoles —Partido Popular (PP) y Partido Socialista Obrero Español (PSOE)— se acusaron mutuamente de ocultar o distorsionar información relativa a los atentados por razones electorales.[2]​ Esta fue una de las causas por las que surgieron especulaciones sobre la investigación policial e instrucción sumarial, posteriormente denominadas teorías de la conspiración del 11M.

Es el mayor atentado de la historia de España y el segundo mayor atentado cometido en Europa por detrás del atentado de Lockerbie de 1988. Este no fue el primer atentado de corte yihadista perpetrado en España: en 1985 se produjo el atentado del restaurante El Descanso, que causó 18 muertes.

El 11 de septiembre de 2001 se produjeron los atentados del 11S en Estados Unidos. 19 miembros de la red Al Qaeda secuestraron aviones comerciales para ser impactados contra diversos objetivos, causando la muerte de alrededor de 2996 personas y dejando a 6000 heridos. En España habían sucedido algunos acontecimientos relacionados con antentados de esta naturaleza:

En la primera parte del dictamen de la Comisión Parlamentaria del 11 M, dedicaba a terrorismo internacional, se hace constar el conocimiento que ya se tenía sobre estas amenazas citadas y otras que también figuraban en informes del CNI, de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Esta parte del dictamen, también refleja las reuniones de los grupos de colaboración y prevención europeos a los que había asistido el ministro Acebes.[9][10]

El 13 de marzo de 2004, dos días después de los atentados, el diario El Mundo publica un artículo titulado Cronología de las detenciones de integristas islámicos en España [12].

El 13 de octubre de 2001, en un registro a un grupo islamista establecido en la calle de la Ronda de Cooperativas 4 de Madrid se detiene a un ciudadano marroquí, Majib Chaid Mohamed junto a material para fabricar bombas se le encuentra un teléfono Trium con los orificios en la parte superior del mismo, similar a los utilizados por la red Al-Qaeda en el ataque de Bali (Indonesia)[13]​. Posteriormente, según el escrito del fiscal (2005), coincidiría también con el mismo sistema que ha sido usado en los ataques terroristas de Madrid, cometidos el 11 de marzo de 2004 y, en particular, con el terminal de telefonía móvil recuperado en la mochila que fue desactivada por los TEDAX en Puente de Vallecas [14]​. En realidad, Majib Chaid Mohamed huyó en esa fecha, pero fue detenido posteriormente en Barcelona. Al realizar el registro en el citado domicilio de Madrid fue cuando se halló armas y material para fabricar explosivos [15]​ .

A principio de 2003 se llevan a cabo otras operaciones policiales en Barcelona para desarticular al comando "Dixan", en las que se detiene, por segunda vez a un terrorista islamico que portaba documentación falsa [16][17]

En marzo de 2003, la Audiencia Nacional pone en libertad a varios detenidos a los que se le habían ocupado varios videos con operaciones militares y con documentación falsa [18]

En enero de 2004, al investigarse una nueva trama, aparece un teléfono móvil similar manipulado en la calle Bonaire de Olot, domicilio del argelino Mohamed Amine Benboura [19]​ Sin embargo, El Mundo nunca informó de estos detalles relacionados con los teléfonos móviles.[13]​.

Algunos analistas, ya en el 2004, después de los atentados, consideraron la posibilidad de que todas estas operaciones policiales llevadas a cabo antes de los atentados, crearan una falsa sensación de seguridad en las autoridades policiales y políticas y le atribuyeron un efecto preventivo que no tuvieron.[20]

Posteriormente, pasados 10 años, con motivo de estas y otras notas informativas del Centro Nacional de Inteligencia sobre el 11 M, su director Jorge Dezcallar, en el libro autobiográfico Valió la pena. Una vida entre diplomáticos y espías (2015), escribió «que se había sentido engañado y manipulado cuando se le presionó para emitir aquel desmentido a los comentarios de la cadena SER, o cuando el Gobierno, ya en funciones, decidió el 18 de marzo desclasificar y publicar dos informes del CNI, uno de ellos con un párrafo tachado [...]».[23]

En la hora punta de la mañana del jueves 11 de marzo de 2004 se produjeron diez explosiones en cuatro trenes de Cercanías de Madrid. Las explosiones fueron provocadas por mochilas cargadas con Goma-2 ECO, usado habitualmente en canteras.[24]​ Todas las explosiones tuvieron lugar entre las 07:36 y 07:40 (UTC+1) en la línea férrea que une la estación de Alcalá de Henares y la estación de Atocha.

Los cuatro trenes atacados fueron:[25]

El tren n.º 21431 estaba estacionado en la vía 2 de la estación de Atocha cuando se produjeron tres explosiones. Antes de las 07:37:47 se produjo la primera explosión en el coche 6, a las 07:38:36 se produjo la segunda en el coche 5 y a las 07:38:40 se produjo la tercera en el coche 4. Además existía un cuarto artefacto localizado en el coche 1 que no estalló inicialmente. Los equipos TEDAX del Cuerpo Nacional de Policía lo explosionaron a las 09:59:18.

El tren n.º 21435 estaba iniciando la marcha en la estación de El Pozo cuando sobre las 07:38 se produjeron dos explosiones en los coches 4 y 5. Un tercer artefacto estaba en el andén de la estación a la altura del coche 3 y fue explosionado por los TEDAX. Un cuarto explosivo realizó de forma inadvertida un periplo entre el IFEMA y varias comisarías de policía hasta ser finalmente examinada. Contenía 500 gramos de explosivo plástico Goma-2 ECO, metralla, un detonador y un teléfono móvil que hacía de temporizador, manipulado para que la alarma activase el detonador. Los indicios hallados en esa mochila permitieron establecer las primeras hipótesis firmes, y desencadenaron la persecución policial sobre los supuestos autores.

El tren n.º 21713 estaba estacionado en la estación de Santa Eugenia cuando hacia las 07:38 tuvo lugar una explosión en el coche 4.

El tren n.º 17305 estaba a unos 800 metros de la estación de Atocha, en la línea férrea paralela a la Calle de Téllez cuando sobre las 07:39 se produjeron cuatro explosiones en los coches 1, 4, 5 y 6. Poco después de las explosiones, los servicios de emergencias prepararon un hospital de campaña en las instalaciones del Polideportivo Daoíz y Velarde, a unos cincuenta metros del lugar de la explosión.[26]

El 2 de abril se encontró un artefacto en la línea férrea del AVE Madrid-Sevilla. El artefacto tenía dinamita Goma-2 ECO y un detonador conectado a un cable de más de cien metros de longitud que no estaba conectado a nada, por lo que no podía funcionar. Estaba preparado para conectar a una pila de "petaca" que se llevó el terrorista cuando fue sorprendido, según explicó en juicio la Guardia Civil. El artefacto era diferente a los utilizados en los atentados de los trenes: no tenía metralla ni teléfono móvil.[27]​ No parecían necesarios dichos elementos: la activación era manual a tiempo real, según pasaba el AVE para hacerlo descarrilar; para esta finalidad no se necesitaba metralla [28]

El 3 de abril la policía localizó y rodeó a varios miembros del comando terrorista en Leganés, una ciudad al sur de Madrid. Los terroristas se atrincheraron en una vivienda de la calle de Carmen Martín Gaite y se produjo un tiroteo intermitente entre las seis y las ocho de la tarde. Al verse acorralados, a las 21:03 los terroristas se suicidaron haciendo estallar el piso cuando el GEO iniciaba el asalto. La explosión derribó parte de la fachada del edificio. En esta acción murió un agente del grupo policial, además de los ocho miembros de la célula islamista allí presentes.[1][29]

A fecha de 23 de marzo de 2004, la cifra oficial de muertos era de 190. El número de 202 fallecidos que se había proporcionado en un principio se redujo debido a una mejor identificación de algunos restos.[31][32]​ El recuento definitivo de heridos fue de 1857 personas lesionadas.[cita requerida]

Los heridos fueron trasladados a diversos hospitales de Madrid. El número de afectados fue tan grande que fue preciso instalar un hospital de campaña en las instalaciones deportivas Daoíz y Velarde, próximas a la calle Téllez, para proporcionar las primeras ayudas y planificar la evacuación a instalaciones hospitalarias.

El 3 de abril murió un agente del GEO cuando asaltaban el piso de los terroristas en Leganés.[29]

El 10 de mayo murió un recién nacido a las 48 horas de nacer debido a las heridas sufridas por su madre en el atentado.[33]​ En 2014 murió otra víctima de los atentados, tras pasar diez años en coma, con lo que el número de fallecidos en los atentados del 11 de marzo de 2004 quedó en 192.[34]

En un primer momento el gobierno del Partido Popular y algunos medios de comunicación españoles atribuyeron la autoría de los atentados a ETA. Incluso ese mismo día 11, faltando tres días para las elecciones generales, en el seno del Gobierno se hicieron valoraciones: «Si ha sido ETA, barremos; si han sido los islamistas, gana el PSOE».[35][36][37]Arnaldo Otegi, líder de Batasuna, negó la participación de ETA en los atentados y atribuyó la matanza a la «resistencia árabe».[38]​ El 11 de marzo el ministro del Interior Ángel Acebes atribuyó a ETA la autoría de los atentados, añadiendo: «Me parece absolutamente intolerable cualquier tipo de intoxicación que vaya dirigida, por parte de miserables, a desviar el objetivo y los responsables de esta tragedia, de este drama».[39]​ El presidente del Gobierno, José María Aznar, dijo: «Todos sabemos que este asesinato masivo no es la primera vez que se intenta. [...] Lograremos acabar con la banda terrorista».[40]​ El líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, condenó los atentados mencionando a ETA.[41]

Sin embargo, el presidente José María Aznar y los servicios de Presidencia de Gobierno, no tuvieron en cuenta la nota informativa del Centro Nacional de Inteligencia, emitida a finales de 2003, en la que informaba de un comunicado de Bin Laden y de las amenazas de atentado yihadista que se cernían sobre España.[42]​ No solo eso, las expresas y directas amenazas de Bin Laden a España tras el apoyo visible por parte del Gobierno de España a las guerras de Irak y Afganistán y la participación de las Fuerzas Armadas españolas en la coalición que ocuparía el país tras la invasión, emitidas por el canal catarí Al Jazeera el 18 de octubre de 2003, fueron publicitadas por el periódico El Mundo, al día siguiente como nota de agencia (difundida por más medios).[43]

En 2003, en una reunión confidencial en Madrid de jefes de Inteligencia Militar de la OTAN, el director del CNI había adelantado el peligro creciente de que en España se cometieran atentados islámicos tras el estallido de la guerra de Irak.[44]​ Después, con motivo de otras notas informativas del Centro Nacional de Inteligencia sobre el 11 M, su director, Jorge Dezcallar, en el libro autobiográfico Valió la pena. Una vida entre diplomáticos y espías (2015), escribió «que se había sentido engañado y manipulado cuando se le presionó para emitir aquel desmentido a los comentarios de la cadena SER, o cuando el Gobierno, ya en funciones, decidió el 18 de marzo desclasificar y publicar dos informes del CNI, uno de ellos con un párrafo tachado [....]»[45]​. También era conocida en los ámbitos periodísticos la certera nota informativa del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) sobre el yihadista Lamari, de 6 de noviembre de 2003 (Documento C/ 15697) en la que alertaba de atentados yihadistas en España.[46]

En la misma mañana del 11 de marzo de 2004, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), en atención al contenido de sus notas y noticias citadas, debió recordárselo al Gobierno y alertarle de la más que probable autoría yihadista. Con ello hubiera evitado precipitaciones del Gobierno adjudicando los atentados a ETA en comunicados oficiales que, posteriormente, resultaron tan contraproducentes para el prestigio de España;[47]​ además de propiciar acusaciones de mentir a los ciudadanos.

Como eso no se tuvo en cuenta por el Gobierno, el 11 de marzo, a las 17:28, la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, remitió telegrama a ONU, embajadas y consulados comunicando autoría de ETA. A la vez que requería a los embajadores «aprovechar aquellas ocasiones que se le presenten para confirmar autoría de ETA de estos brutales atentados, ayudando así a disipar cualquier tipo de duda que ciertas parte interesadas puedan hacer querer surgir en torno a quien está detrás de estos atentados».[48][49]​ El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas emitió un comunicado condenando a ETA el mismo día 11.

Antes de ese telegrama, a las 15:00 horas, según el jefe de los TEDAX (Técnicos en Desactivación de Explosivos), comisario Juan Jesús Sánchez Manzano, en su libro[50]​, las autoridades policiales y políticas habían sido informadas por los TEDAX que:

El 11 de marzo el periódico Al Quds Al Arabi recibió en su sede en Londres una carta que afirmaba que las Brigadas de Abu Hafs Al Masri, en nombre de Al Qaeda, estaban detrás de los atentados perpetrados en Madrid.[55][56]

El periódico El Mundo, junto a otros medios de comunicación, un día después de los atentados yihadistas, publicó la noticia de la reivindicacion por Al Quaeda,[57]​ además, conocía y había publicado las amenazas citadas anteriormente, sin embargo, desarrolló y apoyó, durante 10 años, las teorías de la conspiración del 11M .

El 12 de marzo ETA negó su responsabilidad en los atentados. Un comunicante anónimo llamó por teléfono al diario Gara y a la televisión pública vasca Euskal Telebista (ETB) asegurando que la organización terrorista no estaba en absoluto involucrada en el 11-M.[58]

El 12 de marzo el ministro del Interior anunció en rueda de prensa que había aparecido una bolsa de deportes con dinamita Goma-2 ECO, metralla, detonador y un teléfono como temporizador. Además, afirmó que el modus operandi de los atentados tenía mucha relación con atentados frustrados de ETA como el de Nochevieja de 2002 o el de Nochebuena de 2003.[39]​ El ministro señaló que ETA seguía siendo la principal línea de investigación. Sin embargo, el detonador no coincidía con los utilizados por ETA.[59]

El 12 de marzo, nada más desactivar la bomba, a primera hora de la mañana, los TEDAX remitieron una nota a las autoridades policiales, con los resultados de la actuación policial y con las analogías establecidas entre todos los indicios encontrados hasta ese momento[60]

El 13 de marzo Mariano Rajoy, candidato a la presidencia del Gobierno por el PP, afirmó en una entrevista a El Mundo que tenía la convicción moral de que había sido ETA.[61]​ El ministro del Interior, Acebes, se reunió con el jefe de información de la Guardia Civil y supo que se iba a detener a varios marroquíes en relación con los atentados y que las pruebas ya no apuntaban a ETA.[62]​ A pesar de ello, el ministro del Interior en una nueva rueda de prensa afirmó que la línea prioritaria de investigación tenía que ser ETA porque era la organización terrorista que actuaba de forma prioritaria en España y negó haber tergiversado la información.[39]​ Esa tarde Rodríguez Zapatero llamó al ministro diciéndole que sabía desde hacía horas que la autoría era del terrorismo islámico.[63]

Por la tarde una llamada efectuada a la televisión regional Telemadrid permitió localizar en una papelera junto a la Mezquita de la M-30 un vídeo en el que Al Qaeda se declaraba autora del atentado. Un hombre con acento marroquí, que afirmaba ser Abu Dujan al Afgani y se autodenominaba portavoz militar de Al Qaeda en Europa, reivindicaba su autoría. Hacia las 00:40, el ministro del Interior informó de ello[64][65]​.

Las declaraciones de los ministros Zaplana y Acebes provocaron la reacción de todos los partidos políticos excepto el PP. Acusaron al Gobierno de manipular y ocultar información sobre la autoría de los atentados por razones electorales. Los partidos recriminaron al Gobierno su empeño en responsabilizar a ETA cuando todas las pistas apuntaban al terrorismo islamista. El portavoz socialista, Pérez Rubalcaba, dijo que los españoles se merecían un gobierno que no les mintiera. IU acusó al gobierno de dar un «golpe de Estado informativo».[63]​ Miles de manifestantes se concentraron en las calles acusando al Gobierno de mentir y retrasar deliberadamente información relativa a la responsabilidad de la masacre.[66]

Esta discusión o polémica sobre la autoría fue la causa de las teorías de la conspiración del 11 M que surgieron de inmediato y se prologaron durante diez años [67]​.

Diversos líderes mundiales expresaron su condena por los atentados de Madrid y se solidarizaron con las víctimas. Estados Unidos condenó el horrible atentado de Madrid y ofreció su apoyo en la lucha antiterrorista para localizar a los responsables. El presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox, describió los atentados como el peor acto de terror en el recuerdo de todos los estados europeos. El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, los calificó como asquerosos.[68]​ Al día siguiente de los atentados, el Parlamento Europeo declaró el día 11 de marzo como el día europeo de las víctimas del terrorismo, a propuesta del Partido Popular.[69]

La Unión de Comunidades Islámicas de España condenó los atentados terroristas e hizo un llamamiento a sus miembros a donar sangre y acudir a las manifestaciones convocadas. El papa Juan Pablo II condenó los execrable atentados cometidos en Madrid y animó a los españoles a proseguir en el camino de una convivencia pacífica y serena.[68]

En Francia, todas las banderas nacionales ondearon a media asta durante los tres días de luto en España. Polonia y Portugal declararon el 12 de marzo día de luto nacional.[cita requerida] En Rumanía, todas las banderas nacionales ondearon a media asta y el gobierno declaró el 14 de marzo día de luto nacional solidarizando con las víctimas españolas y rumanas.[cita requerida] El 14 de marzo la Guardia Real británica hizo sonar los acordes del himno de España en el Palacio de Buckingham como homenaje a las víctimas y en solidaridad con el pueblo español.[70]

La mayor parte de las bolsas europeas cayeron el 11 de marzo entre un 2 y un 3 % como consecuencia de los ataques de Madrid. El índice Dow Jones cayó un 1,6 %. Las acciones de empresas relacionadas con la aviación y el turismo fueron las más afectadas, segun el Documento de trabajo, nº 55. Septiembre 2006 del Instituto de Análisis Industrial y Financiero "Impacto de los atentados terroristas del 11-M sobre los meercados de valores".

Un año después de los atentados varios países e instituciones internacionales homenajearon a las víctimas de los atentados con repicar de campanas y minutos de silencio. Entre ellos la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, la OTAN, el Vaticano o Estados Unidos.[71]​ Además, se celebró un homenaje en el Bosque de los Ausentes de Madrid al que acudieron doce jefes de Estado, cuatro jefes de Gobierno y varios ministros de Asuntos Exteriores. También acudió el secretario general de la ONU, Kofi Annan.[72]

El 11 de marzo se sucedieron concentraciones silenciosas en rechazo por el atentado en las universidades y algunos colegios e institutos españoles. En toda España tuvieron lugar manifestaciones espontáneas en cuanto se dio a conocer la noticia del atentado, sin esperar a la manifestación convocada por el Gobierno para el día siguiente.[73]​ Hacia las 15:00 de esa misma tarde, la reina Sofía junto con el príncipe Felipe y su prometida, Letizia Ortiz, llegaron al hospital Gregorio Marañón de Madrid junto con la ministra de sanidad Ana Pastor y otras autoridades para recibir las últimas noticias de las víctimas y conocer la repercusión real de semejante tragedia.

El 12 de marzo once millones de personas se manifestaron por las calles de España contra los atentados.[74][75]

A las 19:00 se celebró en Madrid una manifestación convocada por el Gobierno y todos los partidos políticos. 2,3 millones de personas se manifestaron bajo una lluvia intensa entre la plaza de Colón y Atocha. El príncipe Felipe y las infantas Elena y Cristina de Borbón se unieron a la manifestación, siendo la primera vez en la historia que un miembro de la Familia Real española lo hizo. El cardenal Rouco Varela, arzobispo de Madrid, también se manifestó por primera vez. El presidente del Gobierno José María Aznar acudió a la manifestación y fue recibido con gritos de «¿Quién ha sido?». El lema de la manifestación fue Con las víctimas, con la Constitución, por la derrota del terrorismo.[76]

También estuvieron en la manifestación madrileña el presidente de la Comisión Europea Romano Prodi, el primer ministro italiano Silvio Berlusconi, el primer ministro portugués José Manuel Durão Barroso y el primer ministro francés Jean-Pierre Raffarin, así como los ministros de Exteriores alemán, sueco y marroquí.[77]

En Barcelona se manifestaron un millón y medio de personas. El lema oficial fue Cataluña con las víctimas de Madrid. Contra el terrorismo. Por la democracia y la Constitución. Muchas pancartas condenaron el terrorismo y la guerra de Irak. Algunas pancartas expresaron un rechazo contra el uso de la Constitución en el lema oficial.[78]​ También se produjeron manifestaciones en otras ciudades de Europa y América.

A pesar de que ya existían indicios que apuntaban cada vez con más fuerza a la autoría islámica, el Gobierno insistía en no descartar a ETA como la principal vía de investigación[79][80]​. El 13 de marzo era la jornada de reflexión antes de las elecciones por lo que estaban prohibidas las declaraciones políticas [81]​.

A las 13:45 se produjo el asesinato del panadero Ángel Berrueta en Pamplona por parte de un policía nacional, que estaba libre de servicio, y su hijo, tras una discusión política con la mujer del policía, que había intentado forzarle a poner un cartel en su panadería que adjudicaba a ETA la autoría del atentado de Madrid. Esto produjo incidentes en Pamplona, así como en varias ciudades vascas.[82][83]

El 13 de marzo miles de personas se manifestaron exigiendo saber la verdad sobre la autoría de los atentados y acusando al Gobierno de mentirosos. Alrededor de 5000 personas se concentraron ante la sede madrileña del PP. En Barcelona varias manifestaciones concluyeron ante la sede del PP.[66]​ Existieron manifestaciones similares en otras ciudades como Santiago de Compostela, Sevilla o Valencia. Esa noche se produjeron caceroladas en varias ciudades.[84][85]

Mariano Rajoy, candidato del PP a la presidencia del Gobierno, criticó las manifestaciones por intentar «influir y coaccionar la voluntad del electorado en el día de reflexión». El Partido Popular lo denunció ante la Junta Electoral Central, ya que en la jornada de reflexión no se permite ningún pronunciamiento electoral.[86]​ La Junta declaró ilegales esas manifestaciones el día posterior, pasando las actuaciones a la Fiscalía del Estado sin que esta llegara a actuar contra nadie.

Las elecciones generales se celebraron el 14 de marzo. Desde diversos medios de comunicación se animó a los ciudadanos a votar en las urnas. La participación se elevó al 77,2% del censo.[87]​ El presidente Aznar votó entre vítores de partidarios y críticas de detractores que le responsabilizaron de los atentados. Su esposa Ana Botella no pudo evitar las lágrimas.[88]​ El PSOE ganó las elecciones al obtener una mayoría simple de 164 escaños en el Congreso de los Diputados. El PP se quedó en 148. Fueron las elecciones con la mayor participación en número de votantes de España con más de 26 millones de votantes, aunque el porcentaje no fue el mayor (75,66 %). Hubo una gran polarización del voto: los dos grandes partidos acumularon el 82 % de todos los votos emitidos.

Tras los atentados, se creó la Oficina de Atención a las Víctimas.[89]​ A fecha de 2011, el Ministerio del Interior había indemnizado a más de 3500 afectados por un importe total de unos 314 millones de euros.[90]​ También concedió 449 tarjetas de residencia a víctimas y 451 a sus familiares, de los 2590 que las solicitaron. Por su parte, la Comisaría General de Extranjería y Documentación recogió hasta el 1 de mayo de 2004, 1209 solicitudes de nacionalidad, que remitió a la Dirección General de los Registros y del Notariado.[cita requerida]

Tres meses después de los atentados se constituyó la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo. La mayoría de familiares y víctimas de dichos atentados se unieron a la asociación que presidiría Pilar Manjón. Meses más tarde se fundó la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M presidida por Ángeles Domínguez a la que se unieron algunas víctimas afines a la de Francisco José Alcaraz quien presidía la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) asociación a la cual también acudieron unos pocos afectados. La asociación de Manjón insistió en la responsabilidad de José María Aznar y de su gobierno, por haber implicado a España en la guerra de Irak.[91]

La Asociación 11-M Afectados del Terrorismo fue beligerante con la politización que se hizo de los atentados y con las prolongadas teorías de la conspiración del 11 M (más de 10 años) por el negativo efecto que estaba causando a sus asociados. Esta asociación, mayoritaria de las victimas del 11 M, edita la revista "11MAGINA"[92]​ como medio de comunicación entre sus asociados y el público en general. En el nº 17, en su pagina 11, "El largo camino del trauma a la superación en las víctimas de terrorismo, una vía de esperanza", el catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco, Enrique Echeburúa dice: Junto a la victimización primaria, derivada directamente del hecho violento, puede existir la victimización secundaria, ligada a la relación posterior existente entre la víctima y el sistema jurídico-penal o un apoyo institucional o social (indemnización económica, asistencia psicológica, apoyo psicoeducativo a los hijos, afrentas a las víctimas, etcétera) defectuoso. Es decir, el maltrato institucional puede contribuir a agravar el daño psicológico de la víctima o a cronificar las secuelas psicopatológicas.

Mientras en democracias más antiguas como Estados Unidos y Reino Unido, atentados similares (11-S y 7-J, respectivamente) no produjeron apenas fractura social, sino que unieron a la sociedad civil en torno a sus instituciones, en España tuvo lugar el cénit de la tensión social y política que se había ido incrementando durante la segunda legislatura de Aznar (Véase VII Legislatura de España).

Este fenómeno, denominado «agrupamiento tras la bandera», no se produjo en el caso español debido, entre otros factores y según los expertos en terrorismo, a la mala gestión de la crisis llevada a cabo por el entonces presidente José Mª Aznar[93][94]​. Mala gestión demostrada también en otras emergencias a las que tuvo que hacer frente, como el accidente del Prestige o del Yakovlev Yak-42).[95]

Tras los atentados se rompió de facto el Pacto Antiterrorista que el PP y el PSOE habían firmado, pues este prohibía expresamente el uso electoralista de los atentados. El PSOE acusó entonces al PP de mentir y manipular, mientras que el PP lo acusaría a su vez de instigar y participar en las manifestaciones contra las sedes y miembros del PP.[96][97][98]

Existe la teoría, de que el resultado electoral se vio influido por los atentados yihadistas que tuvieron lugar tres días antes en Madrid. Ese mismo día 11, faltando tres días para las elecciones generales, en el seno del Gobierno del PP ya se hicieron las primeras valoraciones: "Si ha sido ETA, barremos; si han sido los islamistas, gana el PSOE"[99][100][101]

Hay dos posturas a este respecto:

En lo que sí parecen coincidir todos los análisis es que los atentados actuaron como revulsivo entre muchos de los indecisos, y entre ciudadanos tradicionalmente abstencionistas, aunque más cercanos a la izquierda, que ese día acudieron masivamente a las urnas incrementando la participación por encima de toda previsión, provocando la victoria clara del PSOE.[cita requerida]

La veracidad de una u otra hipótesis resulta imposible de probar, dado que no existe manera de saber cuáles hubiesen sido exactamente los resultados de no haberse producido los atentados. Lo cierto es que, en los últimos sondeos previos presentados el sábado anterior, daban una victoria justa para el PP con pérdida de mayoría absoluta pero asimismo arrojaban otra duda, ya que se apreciaba de nuevo un cierto crecimiento en el voto al PSOE. Resulta imposible evaluar en qué medida se disparó esa tendencia a partir del jueves, ya que la última semana antes de las elecciones España tiene prohibida por ley la realización de sondeos electorales.[cita requerida]

Sin embargo, se sabe que todos los atentados terroristas cometidos en el transcurso de la historia, tienen un componente de arma política.[cita requerida]

El asesinato del archiduque Francisco Fernando (1914), heredero del imperio Austro-Húngaro por el grupo terrorista serbio la Mano Negra, el de Carrero Blanco (1973) por ETA, los atentados de ETA en las proximidades de elecciones territoriales (1998) o nacionales (2000) o los atentados en Irak en la jornada de elecciones (2005) son algunos de los ejemplos más claros en los que los terroristas buscaban efectos políticos. En ciertas ocasiones los consiguieron y, en otras, consiguieron justo el efecto contrario al buscado.

En el caso del 11-M, el atentado se produjo tres jornadas antes de las elecciones nacionales del 14 de marzo, buscando probablemente influenciar el resultado de las mismas.

Según el informe policial de conclusiones terminado el 3 de julio de 2006, remitido al juez Juan del Olmo e incorporado al sumario judicial del 11-M, entre el magma de objetivos y amenazas por parte del islamismo internacional que los ejecutores materiales del atentado tomaron como inspiración, un documento de Global Islamic Media (una página web consultada por los ejecutores del atentado) planteaba en el caso español una serie de objetivos estratégicos:[103]

Aunque es difícil asegurar cuál fue el efecto conseguido por los atentados, pueden servir como indicador del mismo las encuestas encargadas por los medios de comunicación la semana anterior.[104]​ Todas ellas daban como ganador al PP variando solo en el porcentaje de personas (de un 59 % a un 70 %) que opinaban que ganaría este partido (frente a un 6-12 % de personas que pensaban que vencería el PSOE).

Las encuestas posteriores al 14-M indicaban que el 64 % de las personas creían que "el PSOE no hubiera ganado las elecciones si no hubieran tenido lugar los acontecimientos del 11-M" (frente a un 23 % que opinaban lo contrario).[105]

La diferencia entre los partidos mayoritarios había ido experimentando un sostenido descenso a medida que se acercaba el día de las elecciones. En los primeros días de marzo estaba cifrada en aproximadamente 5 puntos a favor del PP, pero había encuestas que reducían esta ventaja a apenas 2,5 puntos.[106]​ obteniendo finalmente el PSOE una diferencia de 7 puntos en el resultado de las elecciones, un 12 % de diferencia frente a las previsiones. Nunca se había dado una diferencia tan grande entre las encuestas y el resultado final.

La cuantificación de la influencia política es algo evidentemente difícil. Un análisis que cuantifica esa influencia indicó varios aspectos, resumidos en los siguientes efectos sobre los votantes:[105]

El número de votantes en esas elecciones fue el más alto de la historia de la democracia española (con 25 millones) en número, pero no en el porcentaje de votantes (74 %) que participaron en las mismas con respecto al censo electoral total (1977 - 78 %, 1982 - 78 %, 1993 - 76 %, 1996 - 78 %).

Otra influencia importante de los atentados en las elecciones fue el del llamamiento del «voto útil» que provocó la polarización más importante en unas elecciones nacionales. De hecho el 82 % de los votos se repartieron entre el PSOE (10 909 687) y el PP (9 630 512). El total de los otros partidos sumaron 3 827 501 votos. El PSOE logró el mayor número de votos jamás logrado en unas elecciones nacionales, y aun así no obtuvo la mayoría absoluta debido al gran número de votos obtenido por el PP.[107]

Las hipótesis que se han planteado para explicar el efecto producido en las elecciones se pueden resumir en cuatro:

Todas ellas son necesarias para conseguir el efecto que se produjo en las elecciones.

En otras ocasiones (EE. UU., Reino Unido) se ha producido el efecto inverso, el llamado agrupamiento tras la bandera. En esas ocasiones la gestión de la emergencia se llevó a cabo siguiendo estrictos procedimientos políticos que no se dieron en España.

Ninguno de estos puntos fue correctamente aplicado por el gobierno en los días posteriores al atentado:

El mando de la Policía Nacional que estaba en primera línea aquellos días y, por lo tanto, era el responsable de recopilar los primeros datos obtenidos en el lugar de los atentados y comunicarlos a las autoridades policiales y políticas, era el Jefe de los TEDAX, el Comisario Juan Jesús Sánchez Manzano. Él explica como debió de ser la comunicación y no fue: "En los ataques del 11-M, sin embargo, no fue así. Tras el atentado, inmediatamente surgió un choque dialéctico basado en informaciones que nada o poco tenían que ver con la realidad. Aunque no existían datos fehacientes en esos primeros momentos, infundadamente se impuso la urgencia de transmitir mensajes, cosa que no se había hecho en otras ocasiones. Ante esa ausencia de datos, los actores políticos y sociales los inventaron, los deformaron y exageraron con el fin de adaptarlos a sus estrategias o deseos.

Para nuestro asombro, ese día los poderes públicos ignoraron los procesos adecuados de obtención de datos, los análisis sosegados y la meditada difusión que tan eficazmente se habían aplicado en otras ocasiones. Cualquier observador podía apreciar que estas cuestiones se estaban produciendo con total ausencia de racionalidad".[108]

Las investigaciones sobre los atentados permanecen abiertas y son actualmente dirigidas por el juez Eloy Velasco que ha sustituido a Juan del Olmo, al frente del Juzgado Central de Instrucción número 6. Continúan instruyéndose cinco diligencias separadas relacionadas con el Sumario 20/2004, ya concluido. Moutaz Almallah Dabas, ha sido el primer procesado tras el primer juicio con ocasión de los atentados. Asimismo, se espera que Abdelilah Hriz, Hicham Ahmmidan y Saad Huseini sean puestos a libertad en los próximos meses en Marruecos por su presunta relación con los ataques.[109][110]

Permanecen huidos Amer Azizi, Mohamed Belhadj, Said Berraj, Mohamed Afalah y Daoud Ouhnane. La investigación estima, no obstante, que alguno de los citados podría haber muerto en Iraq.[111][112]​ Además, cinco perfiles genéticos "especialmente relevantes" permanecen aún sin identificar.[113]​ En relación con la investigación judicial posterior a los atentados, pueden señalarse los siguientes hitos:

El martes 10 de abril de 2006 el magistrado de la Audiencia Nacional, Juan del Olmo, concluye que el atentado fue inspirado pero no ejecutado por la red Al Qaeda justificando la acción en la participación española en la Guerra de Irak.[127]

El juez instructor determina la existencia de dos grandes redes en la investigación: «Una que tuvo participación, más o menos directa en los hechos (...) y otra que habría intervenido en la huida de los reclamados y que aparentemente también presentaría conexiones con el entramado terrorista islámico en España, fundamentalmente con el GICM. Ambas redes presentarían conexiones comunes, por diferentes individuos o puntos de contacto, todos ellos vinculados también al GICM, entendido máximo referente del Movimiento Salafista Yihadista en nuestro país».[128]

Tras más de dos años de investigaciones, el auto de procesamiento incluyó finalmente a 29 de los 116 imputados en la causa. Jamal Zougam y Abdelmajid Bouchar fueron procesados por 191 asesinatos terroristas, 1755 en grado de tentativa, cuatro delitos de estragos terroristas y por pertenencia a organización terrorista.[129]​ Bouchar, sería, no obstante, condenado finalmente solo por integración en banda armada, organización o grupo terrorista y por tenencia o depósito de sustancias explosivas.[130]

Nueve españoles fueron procesados por su vinculación a la denominada por los medios de comunicación 'trama asturiana', que habría suministrado los explosivos, y que estaría encabezada por el exminero José Emilio Suárez Trashorras.[131]​ Finalmente, sólo serían condenados el citado Suárez Trashorras, Antonio Toro Castro por tráfico de explosivos, y Sergio Álvarez y Antonio Iván Reis Palicio por transporte de explosivos.[132]​ A los que habría que sumar la condena de Gabriel Montoya Vidal, en un proceso independiente, por un delito de suministro de explosivos a grupo terrorista.[133]

Rabei Osman 'Mohamed el Egipcio', Hassan el Haski y 'Youssef Belhadj, considerados los ideólogos del atentado, fueron procesados por conspiración para delito terrorista. La sentencia condenó a los dos últimos a 15 (rebajada a 14 en casación) y 12 años de cárcel respectivamente por pertenencia a banda armada, el primero en condición de dirigente. En cambio, Rabei Osman 'Mohamed El Egipcio', que ya cumplía condena en Italia por el mismo delito, fue absuelto en aplicación del principio non bis in idem). A todos ellos se les exculpó de la participación directa en el atentado.

Youssef Belhadj fue uno de los individuos que actuó como miembro y enlace del Grupo Islámico Combatiente Marroquí en la red del 11-M y estaba vinculado a la célula de dicha organización en Bélgica. Hassan el Haski, cuando se cometieron los atentados del 11-M, era uno de los principales líderes de del GICM en Europa[134]​. Según Fernando Reinares, en su libro ¡Matadlos!, ya referenciado, Rabei Osman 'Mohamed el Egipcio' era un individuo que se movía por los países del sur de Europa como una suerte de agitador yihadista itinerante. En su país natal, hizo durante tres años el servicio militar en una unidad especializada en explosivos. A consecuencia de las actividades de radicalización que llevaba a cabo en Madrid, en enero del 2002, se judicilizó una investigación por la Policía Nacional, interviniéndole el teléfono hasta el 22 de mayo de 2003, comprobándose que se relacionaba con algunos que luego resultaron ser autores del 11-M. Dejó España el 27 de febrero de 2003 para finalmente establecerse en Milán. A inicios de marzo de 20024 estuvo de nuevo en Madrid, regresando a Milán unos días antes del 11-M [135]​.

Se publicaron opiniones denigratorias sobre los autores de los atentados "los moritos de Lavapies" [136]​, insinuando que con su nivel cultural no era posible cometer e idear los atentados del 11-M. Fernando Reinares, en su libro "!Matadlos!. Quién estuvo detrás del 11-M y por qué se atentó en España", explica el nivel cultural y laboral de los integrantes de la red yihadista que cometió el atentados: heterogeneidad en experiencia laboral y algunos con formación universitaria [137]​.

Mercedes Cabrera, en su libro "11 marzo 2004. El día del mayor atentado de la historia de España" desglosando el perfil de los autores, expone que Sarhane ben Abdelmajid Fakhet, alias el "Tunecino", tenía formación universitaria y para más inri (burla) había sido becado por el gobierno español.[138]

El 20 de septiembre de 2008 se hizo público el auto de procesamiento contra Moutaz Almallah Dabas, por colaboración con organización terrorista. Almallah Dabas, sirio nacionalizado español, fue detenido en Londres el 18 de marzo de 2005 y entregado por la justicia británica en marzo de 2007.

El auto de procesamiento, dictado por el magistrado Eloy Velasco, señala que la colaboración de Moutaz se produjo con el «entramado terrorista en la banda comandada por Serhane el Tunecino, y que de seguro influyó en el posterior entramado que concluyó en el atentado del 11-M y posteriores suicidios de Leganés».

El juicio se celebró entre el 15 de febrero de 2007 y el 2 de julio de 2007, cuando el juicio quedó visto para sentencia[139]​.

Según la Sentencia de la Audiencia Nacional los autores de los atentados fueron Sarhane Ben Abdelmajid Fakhet, Jamal Ahmidan, alias El Chino, Mohamed Oulad Akcha, Rachid Oulad Akcha, Abdennabi Kounjaa, Asrih Rifaat Anouar, Allekema Lamari, Jamal Zougham, Otman el Gnaoui y otra persona no identificada. Estas diez personas, que formaban parte de una célula terrorista de tipo yihadista, colocaron los trece explosivos en los cuatro trenes en la mañana del 11 de marzo de 2004.[1][140]

La célula terrorista estaba compuesta también por Rabei Osman Al Sayed Ahmed, Hassan El Haski, Youseff Belhajd, Abdelmajid Bouchar, Basel Ghalyoun, Mohamed Larbi Ben Sellam, Rachif Aglif, Mohannad Almallah Dabas, Fouad el Morabit Anghar, Mohamed Bouharrat, Saed el Harrak y Hamed Ahmidan.[1]

La sentencia absolvió a siete de los 29 procesados, otro más fue exculpado durante el juicio oral, condenando a penas de miles de años de prisión a Otman El Gnaoui (42 919), Jamal Zougam (42 917) y José Emilio Suárez Trashorras (34 715).

La sala no halló pruebas, sin embargo, para condenar como autores intelectuales (autores de un delito de conspiración para delito terrorista) a ninguno de los tres procesados a los que la Fiscalía atribuía esta condición: Rabei Osman El Sayed, "Mohamed el Egipcio", Hassan El Haski y Youssef Belhadj.

La sentencia avala la instrucción de Juzgado de Instrucción y descarta la participación de ETA en los ataques.[141]​ En relación con el explosivo empleado, el Tribunal determinó que «toda o gran parte de la dinamita de los artefactos que explosionaron en los trenes el día 11 de marzo y toda la que fue detonada en el piso de Leganés, más la hallada en el desescombro posterior, procedía de mina Conchita. (...) El explosivo utilizado por los terroristas fue, en todos los casos, dinamita plástica "tipo goma"».[142]​ La Audiencia no entra a valorar las motivaciones del atentado, o la posible incidencia de la participación de España en la Guerra de Irak o Afganistán.

La sentencia, al valorar y resolver sobre las cuestiones que conformaron las teorías de la conspiración del 11 M, es contundente. El lugar de soslayarlas, llega a definir el método utilizado por los autores de las mismas:

Fundamento jurídico I.2.1[143]

“Como en muchas otras ocasiones a lo largo de este proceso, se aisla un dato –se descontextualiza- y se pretende dar la falsa impresión de que cualquier conclusión pende exclusivamente de él, obviando así la obligación de la valoración conjunta de los datos –prueba- que permita, mediante el razonamiento, llegar a una conclusión según las reglas de la lógica y la experiencia”.

El Tribunal es, aún, más explícito en el Fundamento Jurídico III: Valoración de la prueba sobre los hechos. 3​: [144]

“Los tribunales no pueden atender a especulaciones, insinuaciones, elucubraciones o hipótesis basadas en hechos negativos que no han sido explícitamente planteadas y de las que no aportan el más mínimo indicio”.

La sentencia constituyó un varapalo para los periodistas de El Mundo y la COPE. Los autores de las extravagantes teorías quedaban en ridiculo y sufrían el mayor descrédito de los últimos años [145]​.

La sentencia 65/2007 fue impugnada por el Ministerio Fiscal, dos asociaciones de víctimas y por particulares. Estos recursos fueron revisados por el Tribunal Supremo en vistas celebradas los días 30 de junio de 2008, 1 y 2 de julio del mismo año, dictando sentencia el día 17 de julio de ese año. En esa sentencia se recoge que, aunque la reivindicación de la autoría de los atentados presenta una dependencia ideológica respecto de Al Qaeda, no aparece relación alguna con otros grupos o dirigentes de esa organización, por lo que se considera que esa célula no dependía de ningún grupo terrorista pudiendo ser identificada, a efectos penales, como grupo terrorista independiente.[146]

Sobre otros acusados, entre los que se citan a Hassan El Haski y Youssef Belhadj, que fueron condenados en primera instancia por su pertenencia a «otras organizaciones terroristas, también dentro de la órbita ideológico-religiosa de Al Qaeda», el Tribunal no considera acreditada ninguna relación con los atentados del 11 de marzo de 2004 ni con las actividades de los ocupantes del piso de Leganés.

La Sala Segunda del Tribunal Supremo ratificó las condenas de Otman El Gnaoui (42 922 años de prisión), Jamal Zougam (42 922 años), José Emilio Suárez Trashorras (34 715 años y seis meses de prisión), Abdelmajid Bouchar (18 años), Rachid Aglif (18 años), Hassan El Haski (14 años), Youssef Belhadj (12 años), Hamid Ahmidan (12 años), Fouad El Morabit (12 años), Mohamed Bouharrat (12 años), Saed El Harrak (12 años), Rafa Zouhier (10 años), Mohamed Larbi Ben Sellam (9 años), Sergio Álvarez (3 años), Antonio Iván Reis Palicio (3 años), Mamoud Slimane Aoun (2 años) y Nasreddine Bousbaa (2 años).[147]

Decidió, en cambio, absolver a Basel Ghalyoun y Mouhanad Almallah Dabbas (que habían sido condenados por la Audiencia Nacional a 12 años), a Abdelillah El Fadual El Akil (que había sido condenado en primera instancia a 9 años) y a Raúl González (que había sido condenado a 5).

Por el contrario, condenó a Antonio Toro Castro (4 años de prisión) como autor de un delito de tráfico de explosivos.

Asimismo, el Tribunal Supremo acordó mantener las absoluciones de Rabei Osman El Sayed alias "Mohamed El Egipcio", Emilio Llano, Iván Granados, Javier González Díaz, Carmen Toro, Mohamed Moussaten y Brahim Moussaten.

Youssef Belhadj, cerebro de los atentados del 11-M, salió de la cárcel de Villena tras 12 años. Reconocido como el «portavoz militar de Al Qaeda en Europa», fue Youssef Belhajd quien alquiló el piso de Leganés el 8 de marzo, tres días antes de los atentados.[cita requerida]

El 2 de marzo de 2012 el nuevo fiscal del Estado Eduardo Torres-Dulce, nombrado por el gobierno del Partido Popular presidido por Mariano Rajoy, ordenó abrir una investigación a raíz de una noticia aparecida en Libertad Digital (un medio dirigido por Federico Jiménez Losantos) que insinuaba que la policía o el juez instructor Juan del Olmo habían ordenado ocultar en el lugar donde trabajó la empresa que se encargó de su reparación o su desguace restos uno de los trenes sobre los que, según la noticia, no se hizo «ningún estudio» o «en caso de que se hiciera se ha mantenido oculto». Tres meses después el caso era archivado porque los fiscales encargados del caso dicen que no se aprecia «ninguna actuación de ocultación o manipulación de los referidos restos» para hacer desaparecer pruebas. Y además afirman que «todo se llevó a cabo con pleno conocimiento de los órganos judiciales de la instrucción de la causa y del enjuiciamiento, que fueron informados en su momento».[148]

La Comisión de investigación de los atentados del 11 de marzo de 2004 fue creada por el Congreso de los Diputados el 27 de mayo de 2004 con el fin de esclarecer las circunstancias bajo las que se produjeron los atentados del 11 de marzo de Madrid y las actuaciones policiales y políticas anteriores y posteriores a los mismos. Se finalizó el 30 de junio de 2005 con un Dictamen sobre conclusiones[149]

A lo largo de la Legislatura VIII (2004 a 2008) el PP siguió formulando preguntas parlamentarias sobre la actuación de la Policía, de la Guardia Civil y la instrucción del Sumario[150][151][152]

El gran impacto social de los atentados también ha tenido su reflejo en la literatura,[153][154]​ si bien no en la cantidad de obras que cabría haber esperado de un acontecimiento tan importante: el norteamericano Ben Lerner considera que en su país habría habido un aluvión de películas y libros. El crítico español Ignacio Echevarría afirma que esta carestía se debe al escapismo de la última literatura española:

Con todo, las siguientes obras literarias novelan situaciones o personajes relacionados con los atentados, su preparación o sus consecuencias: Pedro J. Ramírez al desnudo (2009) de José Díaz Herrera[145]Viene la noche (2007) de Óscar Esquivias,[156]La piedra en el corazón (cuaderno de un día de marzo) (2007) de Luis Mateo Díez,[154]Madrid blues (2008) de Blanca Riestra,[157][154]El corrector (2009) de Ricardo Menéndez Salmón, El mapa de la vida (2009) de Adolfo García Ortega,[154][158]La vida antes de marzo (2009) de Manuel Gutiérrez Aragón,[159]El vigilante del fiordo (2011) de Fernando Aramburu,[160]Un día sin comienzo (2014) de Alonso Guerrero,[161]Sil, una novela romántica (2015) de Tino Barriuso,[162]Cosas que brillan cuando están rotas (2016) de Nuria Labari[163]​ o Nos vemos en esta vida o en la otra (2016) de Manuel Jabois, un reportaje novelado sobre El Gitanillo, el único menor implicado en la trama de los atentados.[121]11M, el mayor atentado terrorista de la historia de España (2020) de Ana Pastor Bermejo[164]¡Matadlos!. Quién estuvo detrás del 11-M y por qué se atentó en España (2014) de Fernando Reinares[165]​. 11 marzo 2004. El día del mayor atentado de la historia de España (2020), Mercedes Cabrera[166]El nuevo terrorismo islamista. Del 11-S al 11-M (2004) Fernando Reinares y Antonio Elorza[167]El Gobierno de Aznar me pidió que asumiera su mentira sobre el 11-M (2018) Juan Jesús Sánchez Manzano.[168]El honor perdido de José María Aznar (2004) Juan Luís Cebrián[169]

La novela de Daniel Múgica La dulzura (Almuzara, 2017) trata sobre una joven con esquizofrenia paranoide, de quien se cree que salió de un sanatorio mental con la intención de tomar un tren la misma mañana de los atentados. La investigación sobre su desaparación (no apareció en la lista de víctimas) es el motor de la intriga de la novela.[170]

También algunos autores extranjeros se han interesado por los atentados. La primera novela del poeta norteamericano Ben Lerner, Saliendo de la estación de Atocha, se ambienta en Madrid las vísperas del atentado.[171][172]

En la Feria del Libro de Madrid de 2004 se presentaron dos antologías poéticas en las que se recogía la obra de numerosos autores que trataban sobre los atentados. Fueron Madrid, once de marzo. Poemas para el recuerdo (editorial Pre-Textos, con poemas de Luis Eduardo Aute, Felipe Benítez Reyes, Antonio Colinas, Juan Cruz, Antonio Gamoneda, Luis García Montero, Antonio Lucas, Clara Janés, Manuel Rico o Andrés Sánchez Robayna) y 11-M: Poemas contra el olvido (Bartleby Editores, con obras de Marcos Ricardo Barnatán, José Manuel Caballero Bonald, Pere Rovira, Andrés Trapiello y Luis Antonio de Villena, entre otros).[173]Cartas a Angélica (Vitrubio, 2016), de Beatriz Villacañas está dedicado a la joven de diecinueve años Angélica González García, que fue alumna de la escritora en la Universidad Complutense.[cita requerida]

En 2015 Paloma Pedrero estrenó Ana el once de marzo, codirigida por la autora y Pilar Rodríguez y protagonizada por María José Alfonso. La obra trata sobre distintas mujeres (la madre, la esposa y la amante) de un pasajero de los trenes el día de los atentados, que van entretejiendo su relato.[174]

En 2008 se estrenó Chicos normales, el primer largometraje del director español Daniel Hernández. Se presentó en la sección Zabaltegui del Festival de San Sebastián. Rodada en árabe y con tono documental, está ambientada en el barrio marginal de Jamaa Mezwak, en Tetuán (Marruecos), de donde procedían tres terroristas de los atentados de Madrid, y trata de reflejar cómo unos chicos normales pueden llegar a convertirse en terroristas fundamentalistas.[175]

El compositor Arvo Pärt dedicó su obra Da pacem Domine (2004, revisada en 2007) a las víctimas del atentado. Se trata de una composición para coro y orquesta de cuerda encargada por Jordi Savall, que el compositor comenzó a escribir dos días después de los atentados. Se estrenó en Madrid, el 11 de marzo de 2005.[176]

Pilar Jurado recibió el encargo de componer una obra para la Semana de Música Religiosa de Cuenca apenas dos meses después de los atentados, lo que influyó poderosamente en el sentido de su composición, un Stabat mater en el que, aparte del texto latino, utilizó también frases ajenas, entre otras unas palabras de Pilar Manjón con las que cierra la obra.[177]

Luz Casal dedicó a las víctimas del atentado su canción "Ecos",[175]​ que pertenece a su disco Sencilla alegría.

La banda española La Oreja de Van Gogh compuso la canción Jueves, que relata una historia de amor involucrada en estos eventos. Marcos Vidal compuso dos canciones en homenaje a las víctimas del atentado para su disco Dedicatoria: «Tu costado sigue abierto» y «Magerit». Así mismo el grupo español Amaral incluyó la canción "Esta madrugada" en su disco Pájaros en la cabeza, que habla sobre la angustia y la impotencia vividas en este suceso. De igual forma, el cantante y compositor Ricardo Arjona compuso el tema "Nadie sabe a donde va" que se incluyo en el disco 5to piso lanzado en 2008 que trata sobre los trágicos eventos ocurridos en la mañana del 11 de marzo de 2004.

El álbum de Fran Perea Viejos conocidos incluye la canción "La mirada de María" como homenaje a las víctimas del 11-M.[178]

El cantante belga Jonatan Cerrada publicó en 2005 el disco La Preuve du contraire que incluye la canción “Ruban noir” (Lazo negro) que relata la impotencia y la rabia que generaron en él los atentados del 11-M.[179]

El cantautor y poeta español Marwan Abu-Tahoun Recio, conocido como Marwan, incluye en su álbum Trapecista de 2008 la canción “Jueves 7:36h” en homenaje al triste y conmovedor atentado.[180]



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