San Bartolomé de Tirajana es un municipio español perteneciente a la provincia de Las Palmas, en la isla de Gran Canaria, comunidad autónoma de Canarias. Es el municipio más extenso de la isla.
La capital del municipio es el pueblo agrícola de Tunte, situada en la llamada caldera de Tirajana.
En este municipio se encuentra el primer destino mundial en la oferta de apartamentos y bungalós, Maspalomas, un lugar que logró situarse a partir de los años sesenta y durante varias décadas en la cúspide del turismo a raíz de su modelo urbanístico inicial.[cita requerida]
En el año 2012 San Bartolomé de Tirajana, junto a los municipios de Mogán, también en Gran Canaria, y Tías, en la isla de Lanzarote, quedaron a la cabeza de la ocupación de apartamentos en Canarias.
Localizado en el sur de la isla, a 54.5 kilómetros de la capital insular, el municipio presenta forma triangular con un vértice en el interior y una ancha base que abarca buena parte del litoral meridional de Gran Canaria.
Con 333.13 km² de superficie, es el municipio de mayor extensión de la isla, cubriendo más de su quinta parte.
La cabecera municipal, el núcleo rural de Tunte, se localiza a 850 msnm, alcanzándose la cota máxima municipal a 1 957.3 msnm en la elevación conocida como Morro de la Agujereada.
El centro de la costa del municipio se caracteriza por sus playas de arena dorada, muy largas y anchas, así como por el campo de dunas de Maspalomas y su charca de agua salobre. El extremo norte de la costa es por el contrario pedregoso, y el extremo sur es acantilado.
Por encima de la costa se extiende una amplia llanura litoral, plenamente urbanizada, que poco a poco va elevándose para, surcada por profundos barrancos, dirigirse hacia las montañas del centro de la isla.
Evolución del suelo urbano, según el Catastro (datos de 2010): suelo urbano en 2006: 1586 hectáreas; suelo urbano en 2007: 1612 hectáreas; suelo urbano en 2008: 1635 hectáreas; suelo urbano en 2009: 1649 hectáreas; suelo urbano en 2010: 1657 hectáreas, que suponen un 5,2 % del suelo total del municipio.
Las condiciones climáticas vienen dadas por la posición a sotavento de la isla y, por tanto, al resguardo de los vientos húmedos del noreste. Ello da lugar a unas precipitaciones escasas y concentradas en los meses de invierno y a unas temperaturas agradables prácticamente todo el año.
La media anual de temperatura es de 15.8 °C, siendo el mes más frío enero con 12.1 °C y el más caluroso agosto con una media de 20.5 °C. En cuanto a las precipitaciones, el promedio es de 307 mm al año.
Ello justifica que la temporada alta turística se extienda desde septiembre-octubre hasta abril, época del año en el que las suaves temperaturas convierten a la isla en destino para el turismo europeo.
El municipio posee buena parte de su superficie incluida en la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos. Íntegramente en su término se encuentran el Monumento Natural de Riscos de Tirajana, el Parque natural de Pilancones, el Paisaje Protegido de Fataga, la reserva natural especial de Las Dunas de Maspalomas y el Sitio de Interés Científico de Juncalillo del Sur. Además, comparte con los municipios limítrofes el Parque Rural del Nublo y la reserva natural especial de Los Marteles.
Todos estos espacios se hallan igualmente incluidos en la Red Natura 2000 como Zonas Especiales de Conservación —ZEC—, a las que se suman los macizos de Amurga y Tauro, así como la franja costera desde la punta del Tarajalillo hasta la de Maspalomas debido a la existencia de praderas submarinas de sebas conocidas por sebadales. La superficie del paisaje protegido de Fataga, de Pilancones y del parque rural del Nublo son también Zonas de Especial Protección para las Aves —ZEPA—.
El municipio cuenta además con el monte de utilidad pública de San Bartolomé, La Plata y Maspalomas, así como con el de Montaña del Rey.
La zona estuvo poblada al menos desde el siglo IV-V, según dataciones de restos arqueológicos de la necrópolis de Arteara.
Hasta la incorporación por conquista a la Corona de Castilla, perteneció a uno de los dos reinos o guanartematos de Gran Canaria, en concreto el Guanartemato de Telde.
Por la documentación histórica relativa a los posteriores repartimientos de tierra se sabe que existían tres poblados aborígenes muy próximos, Taidia, Tirajana y Tunte. Tirajana era el mayor de ellos, con más de cien cuevas habitaciones, graneros y necrópolis. Taidia, con cuevas al naciente y el poniente del Pan de Azúcar o Los Riscos Blancos, aparece en plural en los documentos antiguos. Al pie del risco estaba el almogarén de Humiaga, destruido el 24 de agosto de 1479 por el conquistador Pedro Hernández Cabrón. En el lugar donde ahora se halla el pueblo de San Bartolomé de Tirajana, lugar por aquel entonces boscoso y fértil, se hallaba previamente el prehispánico poblado de Tunte. Queda allí aún en pie una casa de los aborígenes canarios de esa época que ha seguido teniendo uso como vivienda particular hasta la actualidad (es por fuera circular y con gruesos muros, pero se ha encalado las paredes interiores, se ha colocado piso y se ha sustituido la techumbre por una cubierta de tejas a dos aguas, dejándola irreconocible). La población prehispánica, que se dedicaba a la agricultura y ganadería, se fue concentrando en las medianías, por la mayor fertilidad y recursos hídricos de la zona, y por huir de piratas y luego de los conquistadores.
En el día de San Bartolomé de 1479, los castellanos dirigidos por el Obispo Juan de Frías y el capitán Pedro Hernández Cabrón sufrieron una seria derrota en las cercanías de la Caldera de Tirajana (por lo que prometieron al Santo una Iglesia si finalmente les era propicio), pero en 1484 la conquista de la isla se había completado prácticamente por las tropas de los Reyes Católicos bajo el mando de Pedro de Vera. Los últimos intentos de resistencia de los pobladores aborígenes se produjeron en las zonas montañosas de los municipios de San Bartolomé de Tirajana y Santa Lucía de Tirajana, en el lugar denominado "Ansite". La actual "Fortaleza de Ansite" es sólo uno de los posibles emplazamientos de tales últimos lugares de refugio, exactamente no se sabe su localización. Vista la inutilidad de la defensa, y obligados por el hambre y la superioridad militar de sus oponentes, algunos se suicidaron tirándose por los riscos, y otros se entregaron. Capitularon el 16 de marzo de 1485, dando fin a la conquista de la isla.
Los aborígenes del municipio se beneficiaron tras la conquista de la orden de los Reyes Católicos de respetar en las islas realengas (Gran Canaria, La Palma y Tenerife), la libertad de los aborígenes que fuesen "de paces" y que estuviesen "instruidos en el cristianismo o en vías de ello"; pero a los "de guerra" era legal reducirlos a esclavitud; ante alguno abusos de algunos mandos, que intentaban esclavizar ilegalmente a aborígenes pacíficos, los Reyes Católicos intervinieron en su favor por medio de sus oficiales y procuradores.
La comarca de Los Tirajanas pasó a ser parte del Señorío de Agüimes (lo que luego sería el municipio de Santa Lucía de Tirajana), con frontera jurisdiccional en el barranco de Tirajana. Puesto que Gran Canaria era una isla de "realengo" (conquistada no por nobles con concesión real, sino directamente por la Corona) ya antes de la culminación de la conquista, Pedro de Vera comenzó a hacer repartimientos de tierras en propiedad por encargo de los Reyes Católicos (entre los participantes o financiadores de la conquista, "según su merecimiento y estado"), que terminaron el año de la Conquista, pero se revisaron posteriormente por comisionados reales ante los abusos e injusticias cometidos. Tirajana se repartió al final, formando el tercer distrito de reparto. No toda la tierra del distrito se repartió, quedando grandes zonas de propiedad real y uso comunal.
En 1494, los Reyes Católicos otorgan graciosamente el Fuero de Gran Canaria, siguiendo el modelo de los fueros castellanos, pero sobre todo de los de Sevilla y la recién conquistada Granada. En el citado fuero, en vez de contener un listado de derechos o privilegios para los habitantes aforados, se regulaba la organización territorial de la isla, con algunos cargos decisivos directamente nombrados por el Rey y otros por los pobladores. Se instituyó un Cabildo, con sede en Las Palmas de GC., que regía sobre toda la isla. En los pueblos con parroquia propia, existía además un alcalde "pedáneo" o "real" (nombrado por el Corregidor, Cabildo, la Audiencia o conjuntamente por varios de estos, en distintos períodos), dos "diputados del común" (elegidos desde 1766), y un "síndico personero".
En 1502 Cristóbal Colón ancló en Maspalomas al precisar agua y leña para su cuarto viaje a América. Una estatua de Cristóbal Colón fue erigida en 2002, cerca de la playa de Maspalomas, para conmemorar el 5 º centenario, con la siguiente inscripción: "Cristóbal Colón visitó este hermoso lugar el 24 de mayo de 1502. Después de hacer aguada y descansar un día continuó su viaje hacia lo que creía Cristóbal Colón era el extremo oriental del continente Asia".
El primer cura residente llegó en 1535.
En 1537 aparecen las primeras noticias de la existencia de salinas en Castillo del Romeral.
En el siglo XVI y en el siguiente se produce la manumisión de los negros que trabajaban en las plantaciones de caña. Pasan a ser libres, pero de una clase social inferior. Poco a poco se va produciendo el mestizaje entre los habitantes de origen hispano, prehispánico, negros y moriscos.
La ganadería se centra sobre todo en la ganadería caprina. En el siglo XVI aparecen el ganado ovino y los camellos, siendo sustituidos paulatinamente por los caballos, vacas y asnos, cebada y el trigo. Otro cultivo igualmente importante en el siglo XVI fue la caña de azúcar, cuya producción se destinaba a la exportación hacia mercados como las colonias de América y ciudades comerciales de Flandes, dando grandes beneficios.
La playa de Maspalomas servía como puerto natural y por ello eran transitadas por barcos pesqueros, barcos que transportaban madera de los bosques del lugar a otros puertos de la isla o fuera de la isla, o barcos que hacían la ruta a las indias, como Colón en su cuarto viaje en 1502. Los piratas (ingleses, holandeses, franceses o turcos) visitaron la costa desde el siglo XVI hasta el primer tercio del siglo XIX; el holandés Peter Van der Does tras su intento frustrado de invasión de la isla en 1599, desembarcó en Maspalomas para enterrar a sus muertos y abastecerse de agua y leña.
Entre 1609 y 1619 se crean tres enormes mayorazgos en San Bartolomé de Tirajana: el de Francisco Amoreto, el de Alejandro Amoreto, y el de la Casa de Rocha (incluyendo las salinas de Castillo del Romeral). Con los mayorazgos se intenta impedir la división de las tierras, para mantener la posición económica y social de las familias correspondientes.
En 1624 el Cabildo vende la "Data de Maspalomas" al capitán y regidor Simón Lorenzo de Acosta a cambio del pago de un censo perpetuo, que lo revende en 1630 a la familia Pérez Villanueva. En 1635 la venta inicial fue anulada por el enviado del Rey entendiendo que el Cabildo no podía vender estas tierras realengas, pero finalmente el Rey Carlos II lo confirma en una Real Cédula de 1680. Pasaron pues 50 años para que se legalizara la venta de estos terrenos que lindaban al norte con Arteara, al sur con el mar, al oeste con Ayagaures y al este con las Casillas de Lezcano, incluyendo las aguas del barranco de Fataga y el Charco de Maspalomas, con sus pastos y abejeras salvajes. A partir de entonces Maspalomas y el Charco se convirtieron en una unidad de explotación agraria, el "Cortijo de Maspalomas", que iba a permitir el poblamiento progresivo de la zona por colonos. Estas tierras se partieron y revendieron en varias ocasiones, hasta que Francisco Amoreto Manrique adquirió fincas en esta zona de diversos propietarios. Desde entonces la historia del cortijo de Maspalomas ha estado unida a la familia del Conde, y no sólo el pueblo sino el municipio de San Bartolomé de Tirajana y parte de la isla.
Debido a los continuos ataques piratas y con el fin de proteger las salinas, en 1677 Carlos II concede la licencia para la construcción de la Casa Fuerte de Santa Cruz del Romeral, cuyas obras se iniciaron en 1681 y que daría nombre al actual "Castillo del Romeral". La fortaleza sufrió remodelaciones durante el siglo XVIII y tras ellas llegarían a poder alojarse en el recinto hasta trescientos o cuatrocientos hombres. Los servicios prestados por este castillo fueron muy importantes en cuanto a la defensa de la isla, de la industria salinera y de los buques de cabotaje y pesca que perseguidos por los corsarios se refugiaban bajo su potente artillería.
Durante todo el siglo XVII, se producen ocupaciones y cercados ilegales de tierras de realengo, forzando luego a las autoridades a legalizarlo a posteriori con "ventas a tributo". El ataque del corsario holandés Van der Does, que devastó la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en el año 1599, destruyó los archivos y la posibilidad de recaudar numerosos tributos o censos. Las ocupaciones de terrenos comunales provocaron frecuentes disputas entre los ocupantes y los ganaderos a los que se les impedía el uso comunal, llegando a producirse tumultos y luchas.
A principios del siglo XVIII, la Casa Amoreto adquiere el Cortijo de Maspalomas, que pasará a formar parte de sus mayorazgos, en los que se encontraban cortijos como el de Juan Grande, Arguineguín o Amurga.
Entre 1706 y 1708 el Cabildo ordenó la realización de nuevos deslindes, con la intención de vender las tierras restantes y salir de la penosa situación financiera en que se encontraba.
En este siglo XVIII se crean muchas "capellanías" en la zona de San Bartolomé de Tirajana, con grandes superficies. Capellanías eran asignaciones de tierras a la Iglesia católica, a cambio de cargos eclesiásticos para los hijos de los donantes o acortamiento de temidas estancias en el Purgatorio. En 1830 había aún en San Bartolomé de Tirajana dieciséis.
En 1732 se casan los terratenientes Fernando Castillo con su prima Luisa Amoreto, juntando con ello grandes patrimonios. El rey les concede un título del Reino de Castilla: "el Condado de la Vega Grande de Guadalupe". Los "Condes de la Vega Grande de Guadalupe" hacen construir la "Casa Condal" y la " Ermita de San Fernando el Chico" (aún existentes en San Fernando de Maspalomas, y declaradas bienes de interés cultural en 1985), y la Residencia Condal, aún existente hoy como establecimiento hostelero en manos de la familia condal, en Juan Grande. En 1774 la familia adquiere por herencia el mayorazgo de la casa Ruiz de Vergara. El único que mandaba en estas tierras era el Conde, hasta tal punto que no permitía que “ ni se fabricase ni aumentase” el número de vecinos dentro de sus terrenos en el lugar de “Maspaloma”, salvo los medianeros u obreros que trabajaban para el Conde.
Los diferentes condes de la Vega Grande construyen en este siglo el llamado Camino del Conde para acceder a sus posesiones sureñas. Este camino de carácter privado se convirtió en la principal vía de comunicación por tierra para la gente que vivía y se desplazaba al extremo sur de la isla, prolongándose desde Agüímes hasta Arguineguín. Fue luego punto de referencia en la urbanización de Maspalomas, puesto que el pueblo tuvo un crecimiento lineal, concentrándose las casas a lo largo de dicho camino. Se convirtió en la principal calle del pueblo y en ella se ubicaban los principales edificios y gran parte de las casas de los trabajadores del Condado. La calle Alcalde Marcial Franco formó parte del antiguo “Camino del Conde”.
Pedro Agustín del Castillo describe refiriéndose a Tirajana: "...su vecindad, de cuatrocientos dieciséis vecinos, muchos de ellos negros, que se mantiene su color tan atezado como si vinieran ahora de Guinea, ignorando el tiempo de su entrada; sí solo se sabe que son libres de cautiverio." (Descripción histórica y geográfica de las Islas de Canaria. 1737). Con el paso del tiempo, los descendientes del negro Antón continuaron con la devoción que tenía éste a San Sebastián de Agüimes, conformando la Cofradía de San Sebastián de Tunte.). El fraile mercedario Medinilla escribe acerca del Barranco de los Negros (1750-1761): “Hay en Tirajana muchos negros y mulatos avecindados y muy antiguos. Vi a un negro y lo traté llamado Francisco Liria de 108 de edad cumplidos, cabal en su juicio y buena razón, está casado y no ha tenido más matrimonio que el presente, su mujer no tiene tanta edad... El suegro de este negro murió en esta parroquia de 115 años, llamábase Pedro de la Cruz, era negro también.” (Santiago Cazorla León, Los Tirajanas de Gran Canaria, 1995)
Desde el siglo XVIII se construyó entre Agüimes y Arguineguín el llamado "Camino del Conde"' camino de carácter privado que fue transitado, desde el siglo XVIII hasta el siglo XX, por los diferentes condes de la Vega Grande para acceder a sus posesiones sureñas. Este camino privado acabó convirtiéndose en la principal vía de comunicación por la costa y punto de referencia en la urbanización de Maspalomas, puesto que el pueblo tuvo un crecimiento lineal, concentrándose las casas a lo largo de dicho camino. Se convirtió en la principal calle del pueblo y en ella se ubicaban los principales edificios y gran parte de las casas de los trabajadores del Condado. La calle Alcalde Marcial Franco formó parte del antiguo “Camino del Conde” y es en el único lugar donde podemos, hoy en día, encontrar ciertos edificios del antiguo pueblo de Maspalomas. Las casas se alineaban en el margen sur del “Camino del Conde”, y la llamada “Pared Blanca” en el margen opuesto, ocultando los campos de cultivo.
A fines del siglo XVIII construye Sebastián Cazorla cerca de Fataga el llamado "Molino de Agua de Fataga", "molino de abajo" o "de Gurieta", un molino de agua rural aún hoy excelentemente conservado, construido para triturar grano, valiéndose para ello de la fuerza motriz proporcionada por el agua a una maquinaria.
Entre 1812 y 1814 entra en vigor la Constitución de Cádiz, durante las luchas contra Napoleón; la Constitución ordena la constitución de ayuntamientos en las poblaciones de más de 1000 habitantes. El Cabildo pasa a ser el Ayuntamiento de Las Palmas, y en 1812 se celebran conforme a la Constitución elecciones para el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, con sufragio censitario. El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana tenía dos alcaldes, síndicos y diputados, pero no tenía competencias económicas o presupuestarias, no recaudaba impuestos o cobros por los "bienes de propios", que se seguían cobrando desde Las Palmas. Tras el regreso de Fernando VII, se vuelve al sistema anterior. Entre 1820 y 1823 vuelve el sistema constitucional transitoriamente.
En 1813 se da una epidemia en el Sur, muere mucha gente en Maspalomas, Arguineguín y Cercados de Araña, sin recibir los sacramentos, se pone de manifiesto la necesidad de parroquia propia en el expediente de Juan Rodríguez de La Vega.1814: Al haberse construido una ermita en Santa Lucía, se acuerda la separación de las parroquias de Santa Lucía de Tirajana y de San Bartolomé de Tirajana.
En el año de 1817, los negros de Tunte (descendientes liberados de los esclavos traídos a las plantaciones de caña de azúcar), que formaban una parte significativa de la población, tuvieron un percance con el cura del pueblo, por no haberles permitido llevar la imagen de San Sebastián en la procesión de aquel año: "Que los morenos de San Bartolomé de Tirajana se quejan de su Cura, porque ellos han estado siempre en la posesión de sacar la función de San Sebastián en aquel puesto, cargada la Efigie del Santo, y que este año el Cura se los han impedido, insultando a los demás de su clase" (ACDC. Actas. Cabildo de 30 de enero de 1817).
Construcción al lado del casco de la Villa del cementerio en 1823, ampliado en 1847. Al ser insuficiente, en 1900 Tomás Arroyo diseñó el actual, de estilo neogótico y finalizado en 1905. Está declarado como bien de interés cultural.
En el censo de 1834 constan 2796 habitantes (de los cuales vivían en Tunte 526, en Maspalomas 430, en Juan Grande 380). En 1860 eran 3076, en 1887, 3653, en 1900, 4644 habitantes. La mayoría jornaleros o aparceros analfabetos.
Entre 1834 y 1835 se crea el partido judicial de Telde, que incluye el municipio de San Bartolomé de Tirajana, donde se crea un Juzgado de Paz. Y entre 1835 y 1836 el Ayuntamiento recibe plenas competencias económicas, se reparten los bienes de propios entre los distintos ayuntamientos de la isla.
Entre 1836 y 1855 se produce la Desamortizaciones de Mendizábal y Madoz. En San Bartolomé de Tirajana sólo sirven para que los terratenientes aumenten aún más su extensas posesiones. El conde de la Vega Grande poseía a mediados del siglo XIX casi un tercio del territorio del municipio de San Bartolomé de Tirajana, aumentando esta cifra hasta el 37 % en el siglo XX. Entre 1873-75, el conde de la época compra el 20% del territorio de San Bartolomé de Tirajana, en la desamortización civil de los bienes del Estado. Sus principales propiedades, por su extensión, se encontraban en este municipio, dedicándolas en su totalidad a la explotación agrícola y ganadera hasta la aparición del turismo. En 1860 se hace un amillaramiento; conforme a sus datos, el Conde de la Vega Grande (que no residía en el municipio) recogía el 55% del trigo, el 53% de cebada, el 39% del maíz.
A partir de mediados del siglo XIX la costa, hasta entonces prácticamente despoblada por ser pobre en aguas y vulnerable a los ataques piratas, empieza a estar más poblada.
Entre 1860 y 1878 se da la época dorada del cultivo de la cochinilla para la exportación. Se cultiva sobre todo en las tierras del Conde, pero no en las de pequeños agricultores, que practican la agricultura de subsistencia.
El municipio cuenta a 1 de enero de 2017 con 53 542 habitantes y una densidad de población de 160,72 hab./km². Sin embargo, por el carácter eminentemente turístico del municipio y la consiguiente existencia de mucha población flotante —turistas presentes durante su estancia y residentes durante todo el invierno sin estar empadronados—, la población real es mucho mayor.
San Bartolomé de Tirajana ocupa el 4.° puesto en número de habitantes de la isla de Gran Canaria y el 5.° de la provincia de Las Palmas.
Población de derecho (1900-1991) o población residente (2001) según los censos de población del ISTAC.
En 2011 la población según el INE era de 54.613 habitantes, con una densidad de 164 habitantes por kilómetro cuadrado. De ellos, un 32% (17.479) eran extranjeros. Entre los extranjeros, destacan los europeos (70,6% del total de extranjeros) sobre todo alemanes (unos 5.322) y británicos (unos 1.272). 1.620 americanos, sobre todo colombianos (409), y 1.239 africanos, sobre todo marroquíes, (1.085) residen también en el municipio. 1.233 asiáticos viven en el municipio.
El Ayuntamiento tiene dos sedes: una situada en el pequeño pueblo de Tunte (donde se celebran los plenos municipales), y otra situada en la zona de Maspalomas. Desde 2011, por problemas de inundaciones fluviales, las oficinas municipales del Ayuntamiento en Maspalomas, tras haber estado desperdigadas por diversos inmuebles del municipio, ocupan "provisionalmente" las instalaciones de la Biblioteca en San Fernando de Maspalomas, hasta la construcción de un nuevo edificio de oficinas municipales (en fecha no previsible).
De una previsión de gastos de 72.300.000 € en el presupuesto del año 2008 se pasó en el año 2009 a 69.185.000 € y a 66.920.000 € en el 2010, según datos del Ministerio de Economía y Hacienda. El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana ha aprobado para el año 2015 un presupuesto total de 74.395.637,59 euros. Los ingresos presupuestados en 2015 son de 74.290.000 euros, destacando los 22,5 millones procedentes de la contribución urbana por los bienes inmuebles; los 2,7 millones por plusvalías; los 5,5 millones por el Impuesto de Actividades Económicas (IAE); los algo más de 3 millones de subvenciones que aportan otras administraciones y los casi 2,4 millones de ingresos patrimoniales.
El Ayuntamiento no tiene deudas, siendo por ello uno de los municipios españoles económicamente más saneados.
El Plan General de Ordenación Urbana del municipio, de 1996, está actualmente en fase de modificación/adaptación, habiéndose delegado tal función por el Ayuntamiento a la empresa pública, dependiente del Gobierno de Canarias, GESPLAN. La consideración de la mayor parte de la zona urbana como "turística" (y la consiguiente prohibición de residir en ella, así como la obligación de dar los inmuebles en arrendamiento turístico bajo el principio de unidad de explotación previsto en la normativa turística canaria) ha provocado alarma entre los cerca de 16.000 empadronados en la zona turística. Hasta el 30 de septiembre de 2015 (fecha del fin del plazo para presentar alegaciones) se presentaron más de 8000, la mayoría solicitando un uso residencial o mixto.
Un alto número de localidades turísticas de la isla se encuentran en la costa del municipio de San Bartolomé de Tirajana. De norte a sur, sobresalen Tarajalillo (Bahía Feliz), Playa del Águila, Morro Besudo, San Agustín, Playa del Inglés, Campo Internacional, Campo de Golf, Sonnenland, Faro de Maspalomas, Meloneras y Pasito Blanco.
Los núcleos de Las Meloneras y Pasito Blanco se instalan sobre las playas homónimas y se caracterizan por su marcado carácter turístico. Centros comerciales, instalaciones alojativas y locales recreativos constituyen la oferta de servicios. Es destacable la presencia del Palacio de Convenciones y Congresos en Las Meloneras, abierto en 2008, que imprime al paisaje un cierto carácter vanguardista.
Pasito Blanco es un complejo de acceso restringido orientado a las actividades deportivas marinas, destacando su puerto, que recibe embarcaciones de banderas de las más diversas nacionalidades. Cuenta con lujosas instalaciones alojativas de baja densidad y completos servicios portuarios.
De los núcleos urbanos residenciales cabe destacar, además de la capital del municipio, Tunte, San Fernando de Maspalomas, El Tablero de Maspalomas, El Hornillo, y Castillo del Romeral. El municipio de San Bartolomé de Tirajana tiene multitud de pequeños núcleos rurales. Cabe destacar, entre otros, Aldea Blanca, Ayacata, Ayagaures, Juan Grande, Cercados de Espino, Cercados de Araña, Fataga, La Plata, El Sequero Bajo, La Culata, Risco Blanco, Lomito de Taidía, Taidía Alto, Taidía, Los Moriscos, Agualatente, La Montaña Alta, La Montaña Baja, Montaña La Data, Hoya Grande, Perera, El Salobre, El Trejo, Ciudad de Lima, Casas Blancas, Sitios de Arriba, Sitios de Abajo, Arteara, El Sao, Las Crucitas, El Matorral, Los Rodeos y Agadir. La mayoría de la población está en la urbación turística de la costa, pese a que oficialmente la cabeza, casco de la villa o capital del municipio sigue siendo, por motivos históricos, el pequeño pueblo de Tunte, también nombre de origen aborigen prehispano del lugar donde se haya asentado dicho barrio.
El turismo es el monocultivo de la zona costera, mientras que conforme ascendemos, se aprecia un tiempo más fresco, una tierra más fértil y una mayor actividad agrícola.
Terrenos rústicos (29.615 hectáreas), divididos en 9.369 parcelas catastrales: pastos y terrenos incultos 85,90%; especies maderables de crecimiento lento: 9,5%; regadíos, 2,3%; frutales, 1,1%, cultivos de secano, 1%. (Fuente: Catastro, 2009)
El turismo, principal actividad económica en el municipio, se encuentra en estos momentos en una fase de adaptación. Diferentes estudios y planes organizados que atienden a la demanda actual y elaborados con la participación de diferentes instituciones como son la ULPGC, Ayuntamiento, Cabildo y Gobierno de Canarias, se están poniendo en práctica con el fin de resaltar la identidad del municipio y sus innumerables valores.
En ellos también se atiende a la modernización de la planta hotelera que, al ser un municipio pionero a nivel turístico deja ver en su estructura urbana el paso del tiempo, intentando conservar lo artístico o patrimonialmente valorado y sustituyendo lo que ya ha quedado obsoleto.
En estos planes se contemplan nuevas construcciones como un parque recreativo temático multiaventuras y un centro de alto rendimiento vinculado a los deportes de motor en la Punta de Tarajalillo. También en la Punta de Tarajalillo la creación del parque temático Wake Park Feliz, dedicado principalmente a la oferta de deportes acuáticos.
Fiestas locales: 25 de julio: Festividad de Santiago Apóstol; 24 de agosto: Festividad de San Bartolomé Apóstol.
Como se recoge en la "Guía Arqueológica de San Bartolomé de Tirajana", hay numerosos yacimientos arqueológicos distribuidos a lo largo de todo el municipio, desde la orilla del mar hasta las montañas: restos de casas de piedra seca y otras estructuras existentes en Punta Mujeres (Maspalomas), en Llanos de Pargana, Lomo Perera, Barranco de Fataga, etc., o conjuntos trogloditas que se acompañan de graneros, como sucede en el enclave de Rosiana, o el conjunto de torretas existentes en Barranco Hondo (posiblemente con fines de culto), o los conjuntos de cazoletas y canalillos de Lomo del Pajarcillo y los del Campanario. Para dar sepultura a sus muertos, los aborígenes canarios usaron cuevas y también levantaron túmulos, dando lugar incluso a grandes cementerios, como el de Arteara.
Barranco Tarajalillo. Estación Rupestre compuesta por Grabados; Hoya de Toledo. 84 caracteres rupestres; Mesa del Macho. promontorio rocoso con estructura semicircular; Majadilla de Berriel y Montaña de Las Tabaibas: cuevas naturales labradas; Altos del Coronadero, torretas cilíndricas de lajas; Los Castillejos. torretas, cuevas, goros y corrales; Barranco de Las Palma, casa con grabados geométricos; Lomo de Pajarcillo, vestigios arqueológicos; El Talayón. estructura de piedra seca y torreta; El Túmulo de Amurga, enterramiento tumular, con un torreón central.
Fachada del oeste
Interior
Altar mayor
Techo de la capilla mayor
Altar del Sacramento
Altar de Santiago Apóstol
Nuestra Señora la Virgen del Rosario
Santa Verónica
San Isidro Labrador
Ventanas
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