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Narcotráfico en México



El narcotráfico en México es una actividad ilegal que consiste en el cultivo, fabricación, distribución y venta de sustancias ilícitas.

Desde la década de los años 60, se han conformado, expandido y desaparecido en México diversos cárteles que controlan el mercado de las sustancias ilegales, los cuales han mantenido una abierta disputa por controlar el territorio nacional, así como por llevar a cabo su exportación a todo el mundo.[cita requerida]

Los antiguos pobladores mexicanos consumían varios tipos de plantas para diversos ritos antiguos. Los chamanes eran sus principales usuarios, hasta la caída de Tlaxcala y el abandono del Popocatépetl, centros principales donde se consumían algunos tipos de hongos alucinógenos. Sin embargo, su consumo era únicamente para fines ritualísticos, no comerciales.[cita requerida]

Usualmente, se dice que el narcotráfico en México comenzó a manifestarse a principios del siglo XX, en el estado de Sinaloa. No obstante, al día de hoy, con las investigaciones llevadas a cabo se conoce dato de distintas personalidades del ilícito que abundaban los estados de Chihuahua, Coahuila, Durango y Sonora. Algunos de estos, son "la Chata",Pablo González "el Pablote", Ignacia "la Nacha" Jasso, entre otros[1]​. Esta última, destaca entre todos por ser la primera líder criminal en controlar el tránsito internacional de cocaína, marihuana y heroína, además del alcohol, durante su prohibición en los Estados Unidos.[2]​ Todo esto desde la comodidad de su residencia en Ciudad Juárez. Es por esto que se le ha dado a llamas la abuela del narcotráfico.[3]

Su gran desarrollo posterior, según los analistas de seguridad, se atribuye a un arreglo implícito que existía, desde inicios de los años 80, entre los traficantes de las sustancias y los gobiernos locales y estatales, así como a la posterior terminación de este arreglo con la guerra que el Estado mexicano le declaró, desde mediados de la década de 2000, a los cárteles (las organizaciones ilícitas).[cita requerida]

Este arreglo "gobierno-narcotráfico" consistía en permitir el libre paso de cargamentos de droga desde Sudamérica hasta los Estados Unidos por rutas fronterizas definidas en una parte del territorio mexicano, transportando estos cargamentos, principalmente por tierra, hacia los Estados Unidos a cambio de grandes cantidades de dinero como soborno para las autoridades y gobernantes mexicanos. También se tenían repartidos entre los cárteles, a nivel local, territorios o plazas ya definidos, los cuales se respetaron entre sí en un comienzo. Además, se toleraba la producción de cultivos ilegales en México de marihuana y de amapola, cultivadas principalmente en los estados de Sinaloa, Durango, Chihuahua, Guerrero, Chiapas y Veracruz, a cambio de sobornos, que variaban según el cargo de la autoridad a sobornar.[cita requerida]

La violencia se presentaba sobre todo en la frontera México-Estados Unidos, donde se buscaba burlar a las autoridades estadounidenses para introducir las sustancias en ese territorio.[cita requerida]

Según Luis Astorga, a principios del siglo pasado, cuando se hablaba de fumadores de opio, se les relacionaba invariablemente con las minorías chinas. Según su relato, e Mazatlán un caso de divorcio entre un chino y una mexicana dio pie a comentarios sobre las costumbres atribuidas al esposo, quien “comía ratoncillos con limón y otros guisos de este género, practicaba el culto de Mahoma, se negaba a tomar baños, todo lo cual quería como estilo de vida que adoptase su compañera, además de pretender que usase hasta las prendas de ropa usadas en China, y que fumara opio”.[cita requerida]

Durante los tratados entre México y China sobre migración, los primeros chinos que llegaron al país llevaron el opio a México entrando por el puerto de Mazatlán; sin embargo, era una sustancia natural utilizada en su país de origen. Rápidamente se dieron cuenta de que las condiciones climáticas de Sinaloa permitían el buen cultivo de esta planta, y se desvió su uso; así fue como iniciaron las primeras rutas de narcotráfico hacia los Estados Unidos por el territorio mexicano, donde espías nazis alemanes descubrieron dichos caminos de tráfico de drogas de los orientales en el norte de México.[cita requerida]

origen

El Demócrata Sinaloense, uno de los periódicos más importantes de la época, publicó el 10 de julio de 1922 el siguiente titular: “No se permitirá la plantación de adormideras en Sinaloa”. El cabezal, más una profecía incumplida que una determinación oficial, daba pie a una nota en la que se hablaba indirectamente sobre los chinos, al asegurar que se combatiría a “ciertos elementos extranjeros” dedicados a la siembra y venta ilegal de “sustancias tóxicas” como el opio y la mariguana’’.[cita requerida]

En 1926, El Demócrata Sinaloense ya no auguraba el fin de la adormidera: en uno de sus editoriales denunciaba con vehemencia la existencia de un fumadero de opio de Mazatlán, en el cual “las mismas autoridades colocan un vigilante para que cuide a los viciosos que allí se congreguen a aspirar la"enervante droga" y han matado para poder proteger sus negocios ilegales de drogas".[cita requerida]

Los registros de los años treinta indican que en varios lugares del país había establecimientos donde se podía fumar opio. Se ubicaban fumaderos en la calle de Peña y en la de Mesones de la Ciudad de México; en la calle Colón de Ciudad Juárez; sobre la avenida Juárez de Mexicali; y en las calles de Carnaval y Benito Juárez en Tampico y en Tijuana. En cuanto a la siembra de adormidera, los plantíos aparecían lo mismo en Xochimilco que en el desierto de Altar, Sonora, o en los límites de Michoacán y Guanajuato, y en Villa Mariano Escobedo, Jalisco. Sin embargo, era en Sinaloa donde se concentraba la mayor parte de los sitios en los que los parroquianos se congregaban en torno al opio.

Los nazis llegaron a México por orden del Führer, como espías, logrando así penetrar entre la clase política del país. Hilda Krüger era una actriz berlinesa que, a sus 27 años, servía de intérprete entre la diplomacia mexicana y el espionaje nazi alemán, muchos soldados nazis se desplazaron por el territorio mexicano para investigar las distintas rutas de la droga hacia los Estados Unidos para intentar invadir al país vecino introduciendo narcóticos entre la población estadounidense; los alemanes debían tener dominio y conocimiento de la cultura local de los mexicanos y su comportamiento, el gobierno mexicano al darse cuenta de que estaba siendo espiado bajo información compartida dada por la inteligencia naval estadounidenses en 1942, inició inmediatamente una cacería de nazis tomando como argumento que habría una posible invasión de Alemania hacia el territorio nacional.

Inmediatamente, el gobierno mexicano impulsó una campaña xenofóbica hacia los alemanes asesorado por el gobierno de los Estados Unidos. En México se firmó la Campaña Panamericana de Chapultepec, donde se acordó no aceptar el ingreso de ningún ciudadano alemán en los países latinoamericanos; este acto orilló a los alemanes residentes en México a huir hacia Argentina bajo cierto proteccionismo discreto de Juan Domingo Perón.

En la década de los 40 del siglo pasado, la ignorancia y la extrema pobreza indujeron a campesinos de la zona serrana de Sinaloa, Durango y Chihuahua a conformar el denominado "Triángulo Dorado" de la droga al cultivar, en grandes extensiones de tierra montañosa, mariguana y amapola. Esta actividad, con el paso del tiempo, se convirtió en una enorme mina de oro para los cárteles de la droga, pero también trajo consecuencias funestas a futuro para la población debido a la violencia que se desató por el control de estos cultivos.

Manuel Lazcano y Ochoa, secretario de gobierno durante la gubernatura de Francisco Labastida, es uno de los observadores privilegiados de la Sinaloa del siglo XX. Publica sus memorias "Una vida en la vida sinaloense". En las primeras páginas de su libro, el exsecretario Lazcano reflexiona sobre los chinos y la droga. “Siempre se señala a los chinos como muy dados a trabajar en actividades de la droga. Yo conocí chinos que se dedicaban a eso, estaban una temporada sí y otra no, eran muy inestables. Se les veía un tiempo por ahí y luego cuando se necesitaban para algo simplemente no se les hallaba por ningún lado. Andaban de arriba para abajo. Además, por asociación de ideas, la gente ha señalado a los chinos como traficantes por excelencia. En efecto, conocían de droga, trajeron la amapola; sabíamos que en las regiones asiáticas se consumía mucho opio y además esos inmigrantes abrieron en México sus propios casinos. Entonces, cuando la gente pensaba en un chino lo encasillaba en ese papel, aunque no se tuviera razón, aunque se careciera de pruebas”. Los chinos no eran los únicos extranjeros involucrados de alguna forma con el mundo de las drogas, anota más adelante Manuel Lazcano. “También venían muchos norteamericanos a México a adquirir directamente la droga. En ese entonces el tráfico parecía estar en relación con los negocios de la guerra, aunque después la industria en los Estados Unidos, junto con el enviciamiento de importantes sectores de su población, habría de adquirir carta de naturalidad”.

Los propios sinaloenses, sin embargo, eran los actores centrales del tráfico incipiente de aquellos años. “Yo conocí a varias personas que sembraban. Se trataba de amigos míos que cultivaban amapola y luego de la cosecha se iban a Nogales, vestidos como campesinos, con cuatro o cinco bolas en un veliz o en unos morrales, y lo curioso es que en la frontera pasaban en la aduana sin ningún problema, sin ningún peligro. A la vista de los aduaneros. Entregaban su cargamento a donde tenían que entregarlo y regresaban muy campantes, era evidente que los dejaban pasar”, relata Lazcano. Todo embonaba antes como ahora en el mundo del narco. La diferencia era el volumen de las operaciones.

La creencia de que el gobierno de los Estados Unidos alentó de manera informal la siembra de mariguana y adormidera en Sinaloa es debido a que la venta de mariguana y la adormidera fue estimulada y mantenida por turistas extranjeros durante décadas, casi como un atractivo turístico. Además, varias generaciones de la región han dado fe de la presencia y actividades de algunos estadounidenses que tienen enormes casas con secrecía, así como aeropuertos y acceso a puertos que en pocos minutos pueden estar en territorio internacional, y es una práctica que se ha mantenido hasta la fecha como puede verse en varias noticias, y de la que también las fuerzas especiales mexicanas han dado fe. Por ello, y para sobrevivir, hay mucho cuidado en torno a mencionar los nombres reales, el aspecto y la ubicación de las verdaderas mentes criminales de doble y hasta triple nacionalidad que pasan en el anonimato.

El profesor e investigador español Carlos Resa Nestares, quien hizo consultorías para la Procuraduría General de la República en la década de los noventa, considera como uno de los diez mitos sobre el narcotráfico en México la idea de que el gobierno estadounidense permitió e incluso favoreció el cultivo de drogas en México durante la Segunda Guerra Mundial. Resa Nestares dice que esta idea se ha hecho tan popular en los últimos veinte años, que la han dado como cierta un secretario de la Defensa Nacional mexicano, un secretario de Relaciones Exteriores, un fiscal general de la República, el jefe de la Interpol en México e incluso un alto funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos.

El mito es el siguiente: El gobierno estadunidense de Franklin Delano Roosevelt impulsó y financió en los años treinta y principios de los cuarenta el cultivo de amapola durante la Segunda Guerra Mundial. Las necesidades de morfina con que atemperar los dolores de los soldados estadounidenses heridos en las batallas, impulsaron a la administración de Roosevelt a externalizar la producción de adormidera en México. Mediante un acuerdo oficial con el gobierno mexicano de Manuel Ávila Camacho, se eligió la zona serrana de Sinaloa por sus condiciones favorables para el cultivo de adormidera.

Sin embargo, Resa Nestares considera que existen bastantes elementos para cuestionar la verosimilitud de esta historia creída por muchos en Sinaloa. En primer lugar, debido a que no existe ninguna evidencia de que un territorio árido como las montañas de Sinaloa de origen a una mayor eficiencia en la producción de adormidera y opio que, por ejemplo, los más fértiles valles bajos del mismo estado. Según el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, es imposible encontrar sustento científico para la afirmación de que ambas especies crecen mejor en zonas montañosas de duras condiciones climáticas que en tierras llanas, más fértiles y con mejor acceso al agua y a los fertilizantes.

Segundo —explica Resa Nestares—, sería muy original la decisión de externalizar una actividad que hubiese podido realizarse con menos problemas en Estados Unidos y conforme a premisas legales justificables sobre la base de las necesidades bélicas. Pero más absurdo es considerar la implantación en México cuando el comisionado de Federal Bureau of Narcotics, Harry J. Anslinger, se encargó de firmar acuerdos, éstos sí, bien documentados, con los gobiernos de Turquía, Irán e India parar garantizar licencias monopolistas de importación, para Merck and Company, de suministros de opio. Anslinger, junto a todo el Departamento de Estado de los Estados Unidos, de hecho, trabajaron en cercana colaboración para desalentar la producción de opio en México, lo cual incluía el ofrecimiento de recompensas a los agentes mexicanos por información sobre cultivadores de drogas en México.

El investigador español concluye su argumentación diciendo que en el terreno práctico no existe ninguna evidencia documental de un acuerdo de esta naturaleza. Ninguna investigación ni en los archivos de México ni de Estados Unidos ha sido capaz de encontrar pruebas de esta práctica. Todo lo contrario, los archivos de la Segunda Guerra Mundial muestran un profundo descontento de los funcionarios estadounidenses con sus homólogos mexicanos por su incapacidad para controlar la producción y exportación de drogas. En una versión menos conspirativa, un origen más posible de esta historia es que algún sagaz intermediario ofreció el relato a los campesinos como parte de su argumento de convencimiento para que se iniciara la producción de adormidera o mariguana.

Resa Nestares no tiene duda de que es posible rastrear historias parecidas de pretendido fomento gubernamental del cultivo de drogas en intermediarios ejerciendo su tarea de convencimiento en otros lugares y épocas. Ninguna, en todo caso, alcanzó la popularidad de ésta que inmiscuye al gobierno estadounidense y la sierra de Sinaloa.

La siembra y venta de mariguana y adormidera en la región ya es un negocio tan serio como la vida misma. En los cuarenta, un grupo encabezado por el jefe de la Policía Judicial, Alfonso Leyzaola, llega a Los Alisos, un pueblo de Badiraguato, y destruye un sembradío lleno de flores de amapola, además de decomisar varias latas de goma. Al regresar a Culiacán, entre la maleza de la serranía aparece una docena de hombres armados que emboscan a los judiciales. Francisco Urías, secretario del jefe de la Policía, se lleva a Leyzaola, quien queda malherido, a una choza cercana al poblado de Santiago de los Caballeros. El resto de los judiciales huye. Mientras el jefe de la Policía está siendo curado en la choza, el grupo de pistoleros llega y se lo llevan a otra casa donde lo torturan un par de horas antes de colgarlo de un árbol como advertencia de que Badiraguato no iba a dejar de ser un lugar productor de drogas.

Durante el gobierno del presidente mexicano Miguel Alemán nació la desaparecida Dirección Federal de Seguridad, que se encargó del espionaje político principalmente contra comunistas mexicanos y enemigos del régimen del PRI, así como del combate al narcotráfico; sin embargo, más adelante se comprobó que altos mandos de la dirección se involucraron en el narco e incluso lo permitieron. Hacia los años 60´s, durante el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro, se distribuye droga entre los jóvenes para poder castigarlos ante la sociedad mexicana, durante esas épocas sonaba el singular tema "Mari, marihuana" a ritmo de rock.

En 1963, Alberto Mariscal rueda la película División narcóticos donde retrata parte de la ilegal actividad en México del tráfico de estupefacientes. En esa misma década, había señalamientos del gobierno de Estados Unidos sobre México de permitir, con la venía del estado, el libre paso de diferentes drogas hacia Estados Unidos, entre ellos, las más populares como la marihuana y el LSD, no obstante haber firmado el tratado entre estas dos naciones de la Convención Única sobre Estupefacientes con los presidentes Lyndon B. Johnson y Gustavo Díaz Ordaz, de lo cual el presidente Johnson reprochó al presidente mexicano de la situación, ante lo que Díaz Ordaz reviró la frase memorable a Estados Unidos de que "México es el trampolín de la droga hacia Estados Unidos, cierren su alberca y se acaba el trampolín". Hacia 1970, se emprende la campaña contra la siembra y el tráfico.

La Operación Intercepción de Estados Unidos fue un fracaso, operación que hostigó a México a detener el paso de drogas e indocumentados hacia su país en 1969, que fue secreta por el gobierno de Richard Nixon.

Hacia 1976, en pleno régimen del partido oficial PRI, José López Portillo tomó el cargo de presidente de la república, inmediatamente mandó a llamar y "apadrinó" a un viejo que le defendía de los golpes de otros cuando niños y era momento de agradecer el favor, se trató del sonorense Arturo Durazo Moreno, un ex-inspector de tránsito capitalino, dándole la posición jefe de la Dirección General de Policía y Tránsito de la Ciudad de México, lo cual le dio pie a convertir a la institución que comandaba en el símbolo de la corrupción, ya que se enriqueció ilícitamente por varios medios entre los que se encontraba permitir y colaborar en el tráfico de armas y drogas, además de enviar a sus oficiales de policía a asaltar bancos y extorsionar a diestra y siniestra a la ciudadanía capitalina para la obtención de recursos financieros para su propio beneficio, incluso construyendo un Partenón propio en el sur de México.

En 1983 fue apresado por el gobierno del expresidente Miguel de la Madrid Arturo Durazo Moreno a quien le fincó su relación con el narcotráfico, esto como parte de sus promesas de campaña para presidente en el que cambiaría al país erradicando la corrupción con su "renovación moral".

Desde 1987, informaciones de inteligencia de la CIA de Estados Unidos tenía sospechas de que el candidato presidencial por el PRI, Carlos Salinas de Gortari tenía, junto con su hermano Raúl, vínculos con narcotraficantes, en particular con el Cártel del Golfo y con Juan García Abrego, además de que, posiblemente, Carlos Salinas había ganado la presidencia mediante un mega fraude, pero solo quedó en presunciones que jamás pudieron ser probadas por el ocultamiento de información apoyado por expresidente Miguel de la Madrid.

En el caso de la infraestructura que se teje alrededor de esta actividad, existen rutas que son trazadas para llegar a los sitios de distribución y destino final. En las décadas de 1980 y 1990, era evidente el liderazgo desafortunado de Colombia en la producción de cocaína, misma que los campesinos de este país cuidaban y procesaban. Ésta pasaba por México, entrando por diferentes sitios como Cancún, Guerrero o el Caribe.

Los cambios originados por la influencia estadounidense sobre las operaciones colombianas modificaron también los sectores de influencia. En México, se fue desarrollando el equipo y la organización para sembrar y transformar la pasta de cocaína en polvo, que no tuvo aceptación entre los distribuidores y consumidores.

En 1989 Jesús Gutiérrez Rebollo, quien comandaba la zona militar 9, detuvo a Amado Carrillo Fuentes, el llamado "Señor de los cielos",[4]​ reconocido narcotraficante que le valió su reconocimiento en el gobierno federal. Se le dio un alto puesto en las esferas militares y grado de General, se convirtió en director del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas. Sin embargo, en el sexenio Zedillista en 1997 fue acusado y encontrado culpable de estar vinculado con el narcotraficante a quien había detenido,desde entonces se le condenó a 31 años de prisión a purgar en el Penal Federal del Altiplano. En ese mismo año, Irma Lizette Ibarra Naveja fue asesinada en Guadalajara, debido a que fue quien esparció la información de que el General Gutiérrez Rebollo tenía dichos nexos con el narco.

Históricamente, los cárteles colombianos han dominado el tráfico de drogas en el mundo, gracias a las inmensas cantidades de cocaína que exportaban a Estados Unidos y Europa. Durante las décadas de 1970, 1980 y principios de 1990, Pablo Escobar fue el mayor exportador de drogas del mundo, debido principalmente a las alianzas que formó con otras organizaciones criminales alrededor del mundo. Cuando los esfuerzos por detener el tráfico de drogas en el Sur de Florida y en el Caribe dieron resultados, las organizaciones colombianas comenzaron a formar alianzas con los traficantes mexicanos, con el fin de transportar cocaína a Estados Unidos a través de México.[5]​ Esto se logró sin mucha dificultad debido a que México venía siendo el gran productor de heroína (producida gracias a los cultivos de amapola o adormidera concentrados en el llamado Triángulo Dorado mexicano: Sinaloa, Durango y Chihuahua, además de 6 estados más[6]​) y de cannabis (perdiendo luego importancia en el comercio binacional desde su legalización, con fines medicinales, en varios estados del país norteamericano) para el mercado estadounidense, además que los traficantes de drogas de México ya tenían establecida toda una infraestructura que sirvió inmediatamente a los intereses de los traficantes colombianos. Ya para mediados de la década de 1980, las organizaciones radicadas en México habían conseguido suficiente confiabilidad y desarrollo para el tráfico de drogas procedente de Colombia.

Inicialmente, las pandillas mexicanas recibían pagos en efectivo por los servicios de transporte de drogas, pero a finales de la década de 1990, las organizaciones de transporte mexicanas y los traficantes de drogas colombianos comenzaron a acordar la paga de sus servicios mediante porcentajes. Generalmente, se acordaba pagar a los traficantes mexicanos una variable entre un 35 y un 50 % de cada envío de cocaína. Estos acuerdos ocasionaron que las organizaciones mexicanas, que inicialmente solo se dedicaban al transporte de drogas, comenzaran a convertirse en traficantes. Miguel Ángel Felix Gallardo organizó estas pandillas, conformando una sola organización criminal que alcanzó gran poder en México: El Cartel de Guadalajara, convirtiéndose en el primer gran padrino y jefe del narcotráfico en tierras aztecas hasta su captura en 1989. Luego de la captura de Felix Gallardo, el Cartel de Guadalajara se desintegró, dividiéndose el negocio entre cuatro (4) organizaciones criminales que, si bien acordaron en un comienzo delimitar sus territorios y respetar sus espacios, terminaron enfrentándose entre sí por el control total, provocando atentados contra los antiguos socios que afectaron también a civiles inocentes: Cartel de Sinaloa, Cartel del Golfo, Cartel de Tijuana y el Cartel de Juarez.

México, además de ser uno de los principales países de tránsito de drogas, se convirtió también en el mayor productor de mariguana y en uno de los principales proveedores de metanfetaminas a Estados Unidos. También siguió siendo uno de los principales productores de heroína del mundo, la cual se distribuye principalmente en Estados Unidos.[7]​ Los cárteles de drogas mexicanos controlan aproximadamente un 70 % del tráfico de drogas que entra de manera ilegal a Estados Unidos.[8]​ El departamento de Estado de los Estados Unidos estima que el 90 % del tráfico de cocaína que entra a ese país transita por una ruta originada en Colombia y que cruza por México, y que tal situación genera ganancias de entre $13.6 y $48.4 millardos de dólares anualmente. Igualmente, los cárteles de drogas mexicanos han aumentado el tráfico ilegal de dinero de regreso a México producto de la venta de drogas, mejorando además las maniobras para transportar el dinero por vía terrestre debido a la eficacia del monitoreo en las transferencias electrónicas del lado estadounidense.

En mayo de 1993 en el estacionamiento del Aeropuerto Internacional de Guadalajara se realizó una balacera en la que fue asesinado el cardenal católico Juan Jesús Posadas Ocampo en una acción directa en contra de su persona. Las versiones oficiales del la PGR indicaron por varios años que el asesinato ocurrió al enfrentarse con armas de alto poder dos bandas de sicarios al servicio de narcotraficantes poderosos; por un lado, los Arellano Félix (jefes del Cartel de Tijuana) que buscaban matar al Chapo Guzmán (jefe del Cartel de Sinaloa) que, supuestamente, estaría en el aeropuerto. Posteriormente, saldría a la luz una versión de que el asesinato ocurrió porque se le entregaron documentos que demostraban los nexos de varios políticos mexicanos con varios cárteles del narcotráfico, asesinato realizado por un tercer grupo armado que utilizaría como coartada el enfrentamiento entre los Arellano y el Chapo. Nunca se esclarecieron las verdaderas razones de su muerte.

Hacia 1994, en plena campaña para presidente por el partido oficial PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, antiguo colaborador del presidente Carlos Salinas de Gortari, fue asesinado en la colonia Lomas Taurinas de la ciudad de Tijuana. El discurso de campaña del 6 de marzo de 1994[9]​ fue calificado por muchos como un desmarque del régimen hegemónico de su partido y una amenaza para las cúpulas de poder[10]​ relacionadas con el crimen organizado y narcotráfico[11][12]​ implícitamente mencionados en "“¡Es la hora de cerrarle el paso al influyentismo, a la corrupción y a la impunidad!”" De su asesinato se generaron hasta 24 líneas de investigación para su esclarecimiento, una de ellas apunta al narcotráfico.[13][14][15][16]​ Antes de finalizar el gobierno Zedillista, se publicó por la procuraduría de la república un informe en el que se presume el financiamiento de su campaña presidencial desde cárteles colombianos de la droga, esto basado en investigaciones colaborativas con las agencias policiales de Colombia y Perú, según pues, se presume una conspiración entre cárteles de la droga para el control de tráfico hacia Estados Unidos. En contraparte el diario El Financiero publicó una nota en la cual según cita como a la CIA de Estados Unidos como fuente para afirmar que el narcotráfico fue el ejecutor del asesinato por una presunción de que les combatiría siendo ya presidente de México.[17]

En ese mismo año, siendo procurador de la República, Mario Ruíz Massieu, le fue asignado investigar la muerte de su hermano José Francisco Ruiz Massieu exgobernador del Estado de Guerrero, cuyo móvil aparentemente fue político,[18]​ por lo que, Mario señaló a altas esferas del gobierno de perpetrarlo, por lo cual fue acusado Raúl Salinas de Gortari como autor intelectual, a quien en 1995 se le condenó a 27 años de prisión, en represalia, Mario fue acusado por el gobierno federal dirigido por el hermano del encarcelado, de recibir sobornos y tener nexos con el narcotráfico gracias a su puesto de procurador, fue perseguido hasta ser prisionero en Estados Unidos, donde finalmente se suicidó en 1999 según fuentes oficiales estadounidenses y mexicanas.[19]Raúl Salinas de Gortari está libre y el expresidente Carlos Salinas de Gortari regresó a México después de su controvertido mandato. Quince años después, el expresidente Miguel de la Madrid mencionó en una entrevista con Carmen Aristegui que el expresidente Salinas y su hermano tenían "alguna relación con narcotraficantes" ya que según él, Raúl Salinas recibía dinero y lo lavaba a través de bancos de Estados Unidos,[11]​ además de según él, robarse la "partida secreta" (recursos financieros libres a disposición del presidente). Esta declaración fue subestimada por el expresidente Salinas, quien señaló que De la Madrid "estaba enfermo y que no podían tomarse sus declaraciones como verosímiles proviniendo de un hombre senil".[20]

El 7 de junio de 1999, en la transitada avenida Anillo Periférico de la Ciudad de México y a plena luz del día, fue asesinado a quemarropa con varios tiros en la cabeza, el reconocido conductor de televisión Paco Stanley quien entonces era conductor del popular programa Una tras otra para TV Azteca.[21]​ El entonces gobierno que presidía Cuauhtémoc Cárdenas opositor al partido oficial y cofundador del PRD, asignó a Samuel del Villar y su procuraduría para investigar. A Paco Stanley se le hicieron estudios forenses, y en su cadáver se le encontró cocaína entre sus pertenencias[22]​ y los estudios químicos de la necropsia además de testimonios en la investigación determinaron que era asiduo consumidor de esta droga,[23]​ además de encontrársele varias identificaciones otorgadas irregularmente con el permiso de portar armas y que lo acreditaban como oficial de la Secretaría de Gobernación cuando Francisco Labastida la presidía.[24]​ La trascendencia del asesinato aumentó debido a que en las investigaciones se determinó que Paco Stanley estaba íntimamente relacionado con Amado Carrillo Fuentes uno de los más poderosos narcotraficantes de la época,[25]​ ésta pues, fue la narco ejecución más importante de su tiempo por su impacto mediático que fue adjudicado a la inseguridad de la capital, pero pronto se sabría oficialmente que fue perpetrado directamente contra su persona por sicarios del narcotráfico, además de que, develó acentuadamente la cadena de corrupción con instituciones gubernamentales del partido oficial en la expedición de permisos y documentos oficiales para portar armas de fuego impunemente a individuos "apadrinados" por el gobierno y evitar ser molestados por las autoridades. Ante la rivalidad entre Televisa y TV Azteca, las noticias ocuparon por meses los espacios noticiosos de Televisa que difundía la versión oficial del gobierno capitalino que relacionaba con el narcotráfico al conductor de TV Azteca, contrastando con el arrebato de Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, quien en un mensaje en cadena nacional sostenía la versión de que la inseguridad de la capital fue la razón de la muerte de Paco Stanley y ésta, era culpa del gobierno capitalino.[26]​ Televisa difundía ese mismo día por la noche la versión de vínculos con el narcotráfico. Instantes después, el mismo Ricardo Salinas Pliego exigía la renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas derivado del resultado de las investigaciones, además que marcó a sus espacios noticiosos la línea de no mencionar que el asesinato tuvo que ver con el narcotráfico y no tomar como verídicas las versiones oficiales de la investigación del gobierno capitalino y ponerlas en duda como "una salida rápida" para cerrar el caso. Ricardo Salinas no deseaba se ventilase que en TV Azteca había entre sus colaboradores un personaje relacionado con el narcotráfico, que contrastaría con su campaña televisiva Vive sin drogas.[27]

Medios de comunicación nacionales comenzaron a presentar pruebas que involucraban a Mario Villanueva Madrid gobernador del estado de Quintana Roo con el narcotráfico, señalando que daba facilidades para el transporte de droga de Colombia a Estados Unidos a través de su territorio. Él siempre negó los cargos, pero desde el Gobierno Federal se iniciaron investigaciones que llegaron incluso al envío del entonces subprocurador Mariano Herrán Salvati a interrogar a Villanueva al Palacio de Gobierno de Chetumal.

Ante las pruebas encontradas, todo hacía suponer la detención de Villanueva en el momento en que entregara el cargo de Gobernador, en el que perdía la inmunidad procesal del cargo. Esto ocurriría el 5 de abril de 1999. Finalmente, Villanueva desapareció dos días antes, llegando incluso a estar ausente en la ceremonia de transmisión de mando a Joaquín Hendricks Díaz. Permaneció prófugo de la justicia varios años, hasta finalmente ser capturado en el poblado de Alfredo V. Bonfil, donde transitaba en una camioneta Pick Up de color gris propiedad de Manuel Chan Rejón (ex judicial). En dicho lugar Agentes de la DEA (por sus siglas en inglés), acompañados de agentes de la PGR, logran la detención. Acompañaban a Villanueva, Ramiro de la Rosa Bejarano, un ex priísta renegado, quien se agrupó al PRD y a cualquier partido de izquierda. Se dice en la entidad que existió un cuarto pasajero. Se habla de Irving Trigo, quien según información en el periódico Que Quintana Roo se entere, formaba parte de una célula de agentes de la DEA, altamente entrenados y preparados para la captura del exmandatario. Irving Trigo, empresario local de la seguridad y vigilancia, desapareció de Quintana Roo, 22 días después de haber capturado a Mario Villanueva Madrid. Fue ingresado por algún tiempo al Penal del Altiplano y posteriormente se le extraditó a Estados Unidos.

Hubo una disminución en la intensidad de la violencia durante el final de la década de 1990, pero la violencia ha empeorado de manera consistente desde el año 2000, año en que Vicente Fox Quesada toma el cargo, mismo que tuvo una controvertida y deficiente gestión gubernamental que para muchos fue de total inacción ante el crimen organizado y que fue el detonante de la situación actual del país. Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el trasiego de drogas hacia los Estados Unidos por los cárteles mexicanos se hizo muy difícil gracias a que la nación estadounidense sella sus fronteras reforzando y controlando cualquier intento de paso de criminales, tráfico de estupefacientes y cacería de terroristas hacia su país. Esta situación hizo que parte de la droga que se producía en México o la traída desde Sudamérica, al no poder introducirla en Estados Unidos, comienza de manera obligada a tratar de distribuirse y venderse en territorio mexicano haciendo que México pase de ser un país productor y de paso de drogas a convertirse en un país consumidor de drogas[28]​ debido a que en décadas pasadas, sólo una minoría identificada era consumidora, mientras que en la actualidad la juventud es el principal objetivo para hacerles adictos, ofreciéndoles dosis gratuitas para que una vez cautivos de su consumo, tengan asegurado el mercado.[29][30]​ Por otro lado, parte de la juventud que no estudia ni trabaja ("ninis") debido a las condiciones sociales y económicas del país, es tentada monetariamente y constituye la principal reserva para reclutamiento de sicarios, informantes (halcones)y distribuidores de drogas en el país.[31]

El expresidente Vicente Fox envió durante su mandato pequeños números de tropas a Nuevo Laredo, en la frontera de México con Estados Unidos, para pelear contra los cárteles, logrando apenas algunos efectos. Se estima que aproximadamente 110 personas murieron en Nuevo Laredo solo durante el período de agosto a enero de 2005 como consecuencia de la lucha entre los cárteles del Golfo y Sinaloa.[32]​ En 2005, hubo un aumento de la violencia al tratarse de establecer un cártel en el estado de Michoacán (La Familia Michoacana). Aunque la violencia entre los cárteles inició mucho antes de que comenzara la guerra, el gobierno mantuvo una actitud pasiva en general con la violencia de los cárteles durante toda la década de 1990 y principios del 2000. Esta situación cambió el 11 de diciembre de 2006, cuando el nuevo Presidente electo Felipe Calderón envió 6,500 tropas federales a Michoacán para frenar la violencia generada en esa entidad. Desde que Calderón asumió el poder en diciembre de 2006, cerca de 19,500 personas han muerto en México a causa de la violencia de los narcotraficantes, que luchan unos contra otros por el control de las rutas del tráfico hacia Estados Unidos, así como contra las fuerzas de seguridad.

El capo de la droga dijo, según la entrevista, que los colaboradores del presidente lo engañan en relación con los avances en el combate al tráfico. Esta acción es considerada el primer enfrentamiento directo contra la violencia generada por los carteles, y es generalmente considerada el inicio de la guerra entre el gobierno mexicano y los cárteles de drogas. Con el paso del tiempo, el Presidente Calderón continuó incrementando su campaña antidrogas, llegando a envolver directamente a 45,000 efectivos además de las fuerzas policíacas federales y locales. Sin embargo, un factor que limita la efectividad de la campaña es la persistencia de la impunidad y la corrupción de varios funcionarios públicos.[33][34]

Para hacer frente al problema del narcotráfico, en junio de 2008 el Gobierno Federal de México aprobó una reforma al sistema de justicia penal, elaborada por diferentes sectores de la sociedad (el poder ejecutivo, el legislativo y grupos de la sociedad civil interesados en el tema como el Centro de Estudios de Política Criminal, CEPOLCRIM) que gira sobre tres ejes fundamentales: establecer un sistema penal acusatorio y oral que sustituya al sistema inquisitorio que prevalece actualmente, con el fin de implementar juicios más expeditos y transparentes; establecer criterios homólogos y rigurosos para la certificación, selección, permanencia y promoción de los cuerpos policiales y, por último, reformar las leyes locales y federales referentes a los delitos de delincuencia organizada. Tal reforma a pesar de que cuenta con el consenso de la mayoría de los sectores que participaron en su elaboración, tiene una serie de retos que cumplir para lograr sus objetivos, uno de éstos y quizá el primero y más importante, es hacer converger las diferentes opiniones sobre la forma en que se debe implementar en todos los estados que conforman a México.

Se ha reportado que los cárteles usan armas como ametralladoras de alto poder, bazucas e incluso granadas de fragmentación. Tanto autoridades estadounidenses como mexicanas reconocen que México es la ruta principal por la que transita la cocaína y otras drogas hechas en México que tienen como destino Estados Unidos, y que Colombia es donde crecen la mayoría de las plantas de coca para ser estas procesadas y enviadas a México a través de Centroamérica.[35]​ El Ejército Mexicano está usando puntos de revisión, vehículos armados y blindados, helicópteros armados y navíos en sus operativos.[36]​ La ofensiva militar realizada por Calderón ha sido la más grande desde inicios del conflicto.

Derivado de esto, actualmente se ha incrementado la violencia en varios estados del país tales como: Chihuahua, Sinaloa, Nuevo León, Nayarit, Michoacán y Tamaulipas, debido a la pelea de "plazas", es decir, territorios de control. Estos estados donde hay conflicto son aquellos donde existe una fiera batalla por controlar el tráfico de drogas, por los que el gobierno del país emprende un intento por detener la violencia a través de un conflicto interno llamado "guerra contra el narcotráfico" y que, desde 2006 a la fecha, ha provocado una ola incesante de crímenes que ya alcanza los 50,000 muertos[37]​ donde se ha incrementado el nivel y crueldad de la violencia así como los ataques a civiles. Aquellos estados donde no hay una violencia extrema o inusual son los estados centrales (excepto Estado de México) que eran, en su mayoría, controlados por un solo cártel ("La Familia Michoacana") que abarcó gran parte de la Zona Oriente del Estado de México (Chalco, Nezahualcóyotl, Texcoco, La Paz y Ecatepec), por lo cual no rivalizaron con cárteles invasores. A la fecha, han sido reportados asesinatos en masa y, después del decomiso de 135 toneladas de marihuana en la ciudad de Tijuana a finales de octubre de 2010, se registraron masacres de jóvenes, cuyos sicarios interfirieron las señales de radio de la policía para amenazar con 135 futuros asesinatos porque para ellos "esto apenas comienza".[38]​ El conflicto interno aún está lejos de terminar, no se le ve pronta solución y la ONU señala que este tipo de amenazas y asesinatos buscan amedrentar y desmoralizar a la población para someter a las autoridades.[39]​ Mientras tanto, Janet Napolitano, secretaria de seguridad estadounidense, alertó de una posible vinculación del grupo criminal Los Zetas con células terroristas de Al Qaeda lo que, para algunos políticos de la izquierda mexicana, es tan solo un pretexto para una posible futura invasión militar de México,[40]​ similar a otras guerras e invasiones realizadas en la historia estadounidense mediante la proliferación de armamento para azuzar conflictos, como sucedió en Panamá ó Nicaragua. México es uno de los países con mayor exportación de armas a otros países.[41]

En un operativo, la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos liberó, de manera arbitraria, armamento de alto calibre hacia el sur de la frontera, dotando de armas a narcotraficantes mexicanos para, según ellos, detectarlos y detener a sus poseedores; sin embargo, se perdió la pista a todo el arsenal traficado por la agencia estadounidense, por lo que éstas armas están siendo utilizadas para incrementar la violencia, con tendencia al alza de asesinatos en los estados norteños de México. La operación no ha sido suspendida y aún no se tiene noticias del tráfico de armas por la agencia del gobierno estadounidense hacia México.[42]

De los cárteles que heredaron el negocio del Cártel de Guadalajara, solo el Cártel de Sinaloa tiene el poder para traficar y comercializar drogas en grandes cantidades al exterior pese a la captura (por tercera ocasión) y extradición a Estados Unidos de su máximo líder, Joaquin Guzman Loera, y también pese a la división que ha sufrido la organización en varios carteles, activos y disueltos, enfrentados entre sí, como el Cártel de los Beltrán Leyva, Jalisco Nueva Generación, Guerreros Unidos, La Familia Michoacana, Caballeros Templarios, entre otros. Con excepción del Cartel Jalisco Nueva Generación, las demás organizaciones han desaparecido o han quedado reducidas, por las guerras entre ellos y las capturas y/o muertes de sus capos, a pequeñas grupos que se limitan a pelear, entre sí y con otros grupos, plazas en ciudades mexicanas aunque el cartel de Los Zetas (separados del Cartel del Golfo) poseía contactos internacionales para la compra y venta de drogas en el exterior, perdidos con su desaparición en favor de la facción Zeta "Cartel del Noreste". El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) es el mayor rival del Cártel de Sinaloa por el control de plazas en el país aunque en 2018, según datos de las autoridades mexicanas, el CJNG ha superado en el control nacional e internacional del tráfico de drogas a la organización sinaloense, diezmada con la extradición del Chapo Guzmán. Prueba de ello es la recompensa ofrecida por el gobierno estadounidense por información que conduzca a la captura y/o muerte de Nemesio Oseguera Cervantes, alias el Mencho, líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación.[43]

Comenzando la década, el Cártel de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación han llevado su rivalidad a Colombia, según denuncias hechas por el presidente de este país Iván Duque Márquez, donde se enfrentan de manera directa e indirecta, a través de grupos delincuenciales colombianos llamados Grupos Armados Organizados (GAO), por el control de toda la cadena de producción de cocaína colombiana desde el cultivo de la hoja de coca, comprando hectáreas con sembradíos e instalando laboratorios donde procesan el alcaloide en el país andino para luego llevar a México, además de la que le compran a estos grupos ilegales que tienen sus propios laboratorios, los cuales han sido afectados y reducidos drásticamente por las capturas y/o muertes de sus líderes o cabecillas por parte de las autoridades colombianas. También el presidente colombiano ha denunciado el uso de francotiradores por parte de los cárteles mexicanos para proteger los cultivos de coca, y evitar la erradicación manual de estos cultivos ilícitos por parte del gobierno colombiano.[44]​ Se presume que el Cartel de Sinaloa también tiene contactos con el llamado Cartel de los Soles, conformado por funcionarios corruptos del gobierno bolivariano de Venezuela que llevan cocaína colombiana a su país, gracias a la alianza que estos tienen con GAO´s conocidos como disidencias de las FARC, a través de la extensa e inestable frontera que mantiene con Colombia, para luego venderla a la organización delincuencial mexicana. Aunque esta relación se ha venido consolidando entre 2019 y 2020, la DEA ha sostenido que los vínculos entre el Cartel de los Soles y el Cartel de Sinaloa existen desde finales de los años 90´s, cuando la entonces guerrilla de las FARC eran los mayores traficantes de cocaína en el mundo, encontrando protección en territorio venezolano gracias a las coincidencias ideológicas con el régimen bolivariano.[45]

Tradicionalmente los cárteles de la droga han sido benefactores de la Iglesia católica.[46][47]​ Las creencias religiosas de los narcotraficantes y delincuentes les han llevado a ampararse espiritualmente católico para que puedan continuar sus actividades ilícitas, sintiéndose protegidos por los santos de la Iglesia ya que no cometen según su criterio, faltas graves ya que quienes son adictos son los que consumen sus productos. Pese a que realizan delitos contra la salud, la mayor parte de ellos no consumen ningún tipo de estupefaciente ni alcohol debido a que deben permanecer alertas ante dicha actividad de alto impacto.[48]​ Esto incluso les lleva a realizar cuantiosas donaciones a las representaciones locales de esta religión que han permitido la construcción de nuevas iglesias. Sin embargo recientemente algunos representantes locales de la Iglesia Católica se han enfrentado a esta situación denunciando a integrantes de los cárteles de la droga y de los criminales que actúan como brazos armados. Como resultado los carteles de la droga han reaccionado violentamente contra la Iglesia Católica. Poco después de conocerse el asesinato de un sacerdote y dos seminaristas, el arzobispo Felipe Aguirre manifestó recientemente a la prensa en Acapulco que se habían convertido en rehenes de los traficantes de droga.[49]

Más sonado aun fue el caso del arzobispo Héctor González que tras manifestar a la prensa en Durango que uno de los traficantes y asesinos más buscado de México, Joaquín Guzmán Loera, residía en las proximidades y que tanto la población como los las fuerzas de seguridad tenían conocimiento de ello. Unos días después el arzobispo rectificó sus declaraciones en una carta alegando que sólo había declarado sobre algo de lo que no tenía conocimiento directo sino sólo a través de comentarios de sus feligreses.[50]​ Estos y otros casos han creado un cambio de opinión en la población que debido a sus fuertes convicciones religiosas han aumentado su cooperación con las autoridades tanto locales como internacionales, denunciando ahora más que nunca cualquier información sobre las actividades y el paradero de los delincuentes de la droga, traficantes y asesinos a sueldo, sin embargo reside todavía en el consciente colectivo la percepción, que si bien la iglesia supo protestar en su momento sobre el narcotráfico, actualmente ha decidió mantenerse a raya del conflicto, minimizando en la medida de lo posible sus críticas a los narcotraficantes y sus actividades, para dirigirlas convenientemente a otros sectores menos hostiles.

Activos

Debilitados

Desarticulados

El narcotráfico se ha valido de muchos métodos para cruzar la droga hacia los Estados Unidos, algunos de estos métodos que se conocen son:

Un portavoz de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza en Arizona, declaró que se ha decomisado droga en lugares "poco usuales". Emplean todo tipo de recursos para lograr su objetivo

Debido al reforzamiento de la seguridad en la frontera de México y Estados Unidos, los narcotraficantes han ideado diversos métodos para cruzar sus cargamentos de droga. Diversas son las estrategias que emplean los cárteles, y que van desde el uso de túneles, catapultas, submarinos y avionetas, hasta ocultar los enervantes en la ropa, en tanques sépticos, en los zapatos, en estatuas de yeso, en frascos de comida y hasta en sillas de ruedas. El caso más reciente -según publicó El Universal en su portal- se registró en Sonora, donde una pareja fue detenida en posesión de 210 gramos de metanfetamina confeccionados en envoltorios ocultos en seis tortas.

Los detenidos se trasladaban en un autobús de pasajeros, y la droga que se les decomisó equivalía a cinco mil 250 dosis. También en Sonora, pero el pasado 11 de julio, policías federales capturaron a tres personas que transportaban más de tres kilos de heroína en sus zapatos. Los sujetos, que se dirigían a Ciudad Juárez, Chihuahua, viajaban en un auto al que se le marcó el alto. Los efectivos federales se percataron que los tres pasajeros caminaban con dificultad y tras una revisión, encontraron dentro de su calzado seis plantillas confeccionadas con cinta canela que contenían polvo granulado color café con las características propias de la heroína. Lanzan droga a través de la frontera

Otro singular caso se registró el 19 de junio, cuando un cargamento de 2,3 toneladas de marihuana, fue incautado en la garita Mariposa, en la frontera de Sonora con Estados Unidos. La droga era transportada en un tráiler cargado de sandías que era conducido por un joven mexicano de 26 años de edad. El narcótico estaba contenido en 674 sandías falsas, que dieron un peso de 2,3 toneladas y que estaban colocadas entre varias toneladas más de sandías reales originarias de Sinaloa. Pero una nueva estrategia se detectó en enero de 2011, cuando el Ejército Mexicano aseguró dos catapultas en la frontera entre Sonora y Arizona, con las que presuntamente se lanzaban paquetes de droga hacia Estados Unidos.

Uno de los artefactos asegurados -agregó El Universal- tenía capacidad de lanzar paquetes de mariguana hasta 20 metros adelante. Dicha catapulta constaba de un remolque de tubos metálicos, con una base de 1.70 x 2.13 metros y eje con dos llantas para ser traccionadas por un vehículo. Túneles con gran infraestructura.

Sin embargo, los túneles son de los recursos más empleados por los narcotraficantes para cruzar la droga a Estados Unidos. Muchos de ellos son construidos incluso con elevadores, iluminación y aire acondicionado.

El pasado 7 de julio fue encontrado un pasadizo con extensión de 219.5 metros de largo que conectaba a una bodega de San Luis, Arizona, con una fábrica de hielo en la comunidad limítrofe de San Luis Río Colorado, Sonora.

El túnel fue construido 16,5 metros por debajo de la superficie, con unas dimensiones de 1,80 metros de alto, una profundidad de 16,7 metros y un ancho de 1,2 metros. Este pasadizo contaba con iluminación y sistema de ventilación.

Ocultan droga en latas y otros artefactos

El 2 de febrero de 2010 fueron decomisadas 1,5 libras de metanfetaminas en un envase de leche en polvo para bebés en el puerto de entrada Deconcini, en la ciudad fronteriza de Nogales, Arizona. La droga, valorada en más de 70 mil dólares, se encontraba oculta en una bolsa de plástico en el fondo de una lata de leche en polvo que era transportada por una mujer que fue identificada solamente como ciudadana estadounidense.

En su momento, un portavoz de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en Arizona, declaró que se ha decomisado droga en lugares "poco usuales", como sillas de ruedas, pañales, frascos de chiles jalapeños, en trozos de madera, muebles y estatuas de yeso.

Algunos grupos delictivos del narcotráfico han empezado a extender sus actividades ilícitas obteniendo recursos financieros del secuestro, la extorsión a empresarios y pequeños negocios, la trata de blancas, prostitución, lavado de dinero, contrabando, piratería y distribución de música, películas y ropa, control de redes de vendedores ambulantes en el metro de la Ciudad de México, cruce de indocumentados aprovechando los narco-túneles transfronterizos para el paso de drogas hacia los Estados Unidos, así como el robo, remarcado y salida del país de vehículos automotores, robo de combustibles a Pemex, robo a transportes de mercancías, etc, además de tener alianzas con cárteles y mafias de Colombia, Bolivia, Guatemala, Nicaragua, Perú, Argentina, Brasil, España, Marruecos, Italia e Inglaterra, así como países del occidente de África, Medio Oriente, Filipinas, Tailandia y Rusia, país de donde se obtienen ocasionalmente armamento ruso conocido como "cuerno de chivo" o rifles de asalto AK-47 utilizados por sus sicarios, o réplicas asiáticas, africanas o europeas de estas armas. En cuestión de lavado de dinero el investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), Ramón García Gibson, indicó que anualmente ingresan a México entre 25.000 y 40.000 millones de dólares,[51]​ como referencia el PIB de Panamá y Uruguay es de 27.199 y 40.714 millones de dólares respectivamente.[52]

La cultura del narcotráfico en México o "narcocultura" es un conjunto de comportamientos, valores, códigos propios, simbolismos y significados que caracterizan la vida de los narcotraficantes y sus acciones.

Este fenómeno se ha popularizado entre la población mexicana, ya que el narcotráfico es visto como vía para conseguir el sueño de tener poder y dinero. La narcocultura ha impactado profundamente, por lo que las asociaciones delictivas cuentan con gran aceptación, principalmente entre jóvenes y niños con delirios delincuenciales que emulan poder, dinero, armas y excesos. No obstante, otra gran parte de la población lo rechaza, en muchos casos con la censura y otros la ignoran.

De dicho fenómeno deriva un cambio cultural que está marcando a una generación, que crea nuevas dinámicas culturales, que cambian nuestros hábitos cotidianos y nos hacen adaptarnos a nuevo sistema social.

Aunado a todo lo ya visto en el país el narcotraficante se ha convertido en un estereotipo que mucha gente de la clase Baja-Media desea imitar debido a la inestabilidad y corrupción que impera así como un establecimiento de un orden propio dentro de su mismo círculo social en el país así como la falta de oportunidades de trabajo en el campo, falta de oportunidades en la ciudad así como la misma falta de oportunidades del estudio han hecho nacer a varios menores que en un futuro aspiran a ser como sus "héroes" debido a este clima de desigualdad e inestabilidad política, y la constante emigración a las ciudades más grandes del país han contribuido a popularizar y en cierta medida santificar la imagen del narco en detrimento de la imagen de las autoridades locales y federales.

Los medios de comunicación han acuñado palabras (neologismos) para especificar que dicha actividad fue realizada por el narcotraficante, para distinguirla de otra actividad realizada por la ciudadanía, por ejemplo: narcoviolencia (hechos violentos causados por los narcotraficantes), narcocorridos (género musical norteño donde la canción ensalza al narcotraficante) y narcomoda (ropa llamativa utilizada por los narcotraficantes), entre otras.

En la cultura popular de México recientemente se puede encontrar el estereotipo de este tipo de personajes en muchos ámbitos siguiendo unos cánones de moda que mezclan tradicionalismo mexicano con algunos más que provienen de otras partes del mundo, principalmente países con graves problemas de narcotráfico o algunas subculturas urbanas que se han mezclado con este estilo de vida.

Notablemente la "Narco-Apariencia" puede ser adaptable dependiendo del lugar donde se encuentre el integrante del narco o persona afín a ello, por eso encontramos prendas y accesorios corporales junto con algunos estereotipos que podemos ver principalmente en Zonas de nivel Bajo-Medio, con marcas del grupo a que pertenezcan ya sea en algún arma o en su cuerpo, esto quiere decir de donde son y para quien trabajan.

Las personas que se encuentran integrando algún cartel.

PRENDAS: visten de sombrero texano, camisa vaquera, pantalones de mezclilla, botas de piel (exótica o comercial), cinturón de piel con hebillas grandes (del cartel a que pertenecen, de hoja de marihuana, o de algún arma de fuego).

ACCESORIOS: llevan cadenas de oro de gran grosor, acompañadas de cadenas pequeñas con dijes de: la santa muerte, hoja de marihuana, de Jesús Malverde, Ak-47 o del cartel a que pertenecen, relojes de oro y diamantes, esclavas de oro de gran grosor, lentes oscuros.

En las actitudes humanas el narco tradicional tiene un estereotipo derivado del "traqueto" colombiano, aunque con rasgos típicos de México:

El narcocorrido es un subgénero perteneciente a la música norteña, ya sea en estados del norte de México o por músicos hispanos provenientes de las comunidades latinoamericanas en Estados Unidos.[53]

Éste es una versión reciente del tradicional corrido mexicano, y fundamentalmente trata de exaltar o conmemorar figuras, personas y eventos relacionados con el narcotráfico.[54]

Esta clase de canciones buscan moralizar el tema del narcotráfico, a veces solo mostrarlo. Igualmente, existen narcocorridos que agregan al narcotraficante virtudes esenciales para el desempeño de sus actividades ilícitas, proyectándolos como hombres de poder, valientes, justos, astutos, temerarios y resueltos.

Los estados mexicanos donde existe y se escucha esta clase de corridos son principalmente: Durango, Michoacán, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Nuevo León, Tamaulipas, Chihuahua, Puebla y Baja California. Los intérpretes más conocidos internacionalmente son: Chalino Sánchez (quien la popularizó entre la colonia mexicana en Estados Unidos antes de su trágica muerte), Los Tucanes de Tijuana y Los Tigres del Norte; estos últimos, tocaron en una ocasión para las tropas de guerra estadounidenses en Irak.

En el caso del último grupo mencionado se les relaciona con el narco, principalmente por las letras de sus canciones más conocidas que en cierto modo popularizaron las historias que se daban en este medio. Pero el mismo grupo afirma que no está relacionado con los grupos criminales y que simplemente toman las historias de la gente y de ellas derivan las letras de sus canciones, aunque los paralelismos encontrados hacen pensar lo contrario: ejemplo de ello es la conocida canción de "Camelia la Tejana". Vistos los escándalos y las relaciones entre lo que ellos componían y lo que pasaba en la realidad decidieron centrarse también en corridos que atacaran o mencionaran otras situaciones tanto de situación neutral e incluso critica al gobierno tanto nacional como local(controversia que también hubo con una canción llamada "La Granja" que se rumorea que fue prohibida su distribución en México) para efectos muchos grupos similares han hecho corridos más explícitos y descriptivos literalmente mismos que también son base de los llamados Narcofilmes que solo tienen distribución limitada pero que también van dirigidos a un sector de población bajo-medio y bajo herederos de los éxitos de renombre con los llamados "Hermanos Almada", y que gracias a la piratería los mismos filmes de baja calidad se vuelven de culto entre este estrato social de clases bajas.

Asimismo algunos intérpretes han sido asesinados debido a que, supuestamente, envían a través de sus canciones, mensajes a los enemigos de quienes los contrata, aunque esto no es exclusivo de los grupos 100% dedicados a este subgénero, ya que también algunos grupos y cantantes del género grupero y del género banda, han sido ultimados por causas de venganza, cobros de deudas pendientes con dichas mafias, aventuras, tropiezos y deslices con familiares de estos mismos, entre otras.

Aunque la gran mayoría de la población en México no está de acuerdo en la promoción que se le da a esta música, ya que mayormente ensalza a aquellas prácticas, y la población concuerda en que deberían ser prohibidos, muchos prefieren ignorar la descarada postura que esta música tiene en invitar y glorificar a las actividades violentas e ilegales.

Varios de los narcotraficantes, colaboradores y allegados tanto de alto nivel como de los escalafones más bajos mantienen dentro de sus creencias religiosas fuertes manifestaciones de fe de la denominada religiosidad popular (principalmente sustentada en el catolicismo por ser una religión con mayor número de feligreses en el país) así como otras religiones, las cuales se explicarán más adelante.

Estos mismos tienen su propia interpretación de lo que es la fe y la religión, ya que a través de esta buscan ser “salvados” o “perdonados”, ya sea por el estilo de vida que llevan o por las acciones que son capaces de efectuar para lograr su fin, como el asesinato, la tortura, la corrupción, el cohecho, la intimidación, el desacato, etc., de la misma manera buscan un sentido de identidad, como lo han dicho las autoridades mexicanas: El crimen organizado en México usa la religión para reclutar y mantener en sus filas a los miembros del grupo, así como para encontrar la salvación y “lavar” sus culpas. Sus creencias religiosas están relacionadas algunas veces con la imagen de la Virgen de Guadalupe, Jesús Malverde, el Sagrado Corazón de Jesús y San Judas Tadeo. También ya penetró el financiamiento de las iglesias evangélicas y protestantes muy en especial entre narcotraficantes de Chiapas y Veracruz, así como investigaciones hacia la comunidad islámica que también se cree que es refugio del narcotráfico en México, aunque aun no ha podido ser probado pero en teoría puede ser posible ya que también personas de dichas creencias de poder medio-alto también han estado relacionadas con asuntos delicados.

En menor medida la comunidad Judía también se ha visto asediada porque algunos de sus creyentes han caído en las redes del narcotráfico ya sea inconscientemente o de manera tácita esto viene siendo explicado por la razón de que muchos judíos viven en barrios de clase media-alta y alta y que ellos al tener medios de producción, empresas, bancos, sociedades financieras y demás relacionados, en muchas ocasiones han prestado su infraestructura para permitir la entrada de capital ilícito todo esto bajo la más concreta clandestinidad y efectuando un lavado de dinero que a final de cuentas no es tan fácil de rastrear debido a que algunos al ser de orígenes extranjeros pueden con más facilidad y por sus costumbres religiosas sacarlo del país a través de cuentas bancarias en paraísos fiscales o incluso también en bancos europeos (cuyo destino frecuente casi siempre es Suiza) es mucho más fácil debido a su importante control del sistema financiero no solo a nivel nacional sino también internacional, desgraciadamente el modo peculiar de los mismos de solo ayudar a sus propios congéneres también los convierte en víctimas del narco ya que al darse cuenta los mismos criminales de este tipo de sistema que mantienen los judíos terminan ultimando a los responsables de maneras inimaginables teniendo también los mismos que cuidarse e incluso en el peor de los casos generar guerras de mafias que no comulgan entre ambos intereses tanto religiosos como económicos dando por hecho que la comunidad judía también se ha visto asediada por el narcotráfico aunque ha sido más conservadora para evitar llamar la atención.

Además de los tradicionales nexos con el catolicismo recientemente se han incrementado los lazos con organizaciones "cristianas" alternativas de manera encubierta a pesar de que las mismas nieguen que los integrantes de estas organizaciones estén permeando en ellas. Como ejemplos se tiene también a la IURD la cual maneja varios templos en el país, la Iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días (Libro de Mormon), esto en gran parte se debe a que muchas personas de nivel Bajo-Medio se han decantado por la alternativa espiritual que les proveen dichas organizaciones además de que en este mismo entorno los narcotraficantes y sus subordinados pueden pasar más desapercibidos con mayor facilidad al argumentar espiritualidad y supuesta reforma a su persona en cuanto a sus buenas acciones las cuales la comunidad las toma en cuenta, también dándoles la oportunidad para trabar amistad y buenas relaciones sin sospecha alguna (de hecho muchos de estos "templos" se han instalado en colonias populares de clase baja-media como se venía mencionando anteriormente) algunos de manera encubierta pueden pasar a ser líderes o guías espirituales legitimando de manera implícita su buena voluntad para con sus semejantes. Asimismo suelen ser quienes aportan mayor cantidad de donaciones en dichos centros religiosos sin ser estigmatizados o identificados al instante o ser conocidos como benefactores que logran grandes cosas en la comunidad sin siquiera pensar en lo que los mismos esconden entre dichas "máscaras".

En definitiva las creencias de los narcotraficantes a día de hoy ya no solo se ven limitadas por el catolicismo sino que también pueden expandirse a otras que eventualmente han ido permeando de manera paulatina.

A medida que el narcotráfico permea en la sociedad, la mujer también se ha visto envuelta en la ecuación criminal misma que la corrompe y hace que se degrade a niveles nunca antes vistos en la sociedad.

Ellas han sido relegadas a ser las figuras decorativas de los hampones más poderosos del país, según sus creencias machistas así como "burreras" y administradoras de cualquier aspecto encubierto de estas mismas, no obstante algunas también han sido líderes en algunos carteles de la droga.

Entre esas mujeres, es posible encontrar desde actrices, modelos de pasarela hasta llegar a los niveles más bajos de la sociedad ya que buscan como salir del hogar por situaciones existenciales o familiares que por una u otra razón les hace sentir que su hogar no es el lugar indicado para seguir viviendo, por lo cual algunas buscan seducir al narcotraficante para darle sexo y ella obtener dinero de manera encubierta, esto en un claro ejemplo de prostitución, así como la búsqueda de un "padrino" que les sustente un beneficio monetario o de cualquier índole, pocas de ellas tienen una educación de nivel superior mientras que la inmensa mayoría se puede decir que no ha terminado algún nivel de educación.

Otras solamente son usadas para aparentar pero son rechazadas finalmente por su falta de proporciones corporales "ideales" para el narcotraficante.

Principalmente son apoyadas estas mismas con la ilusión de hacerlas actrices o demás gente importante mismas que pueden llegar a ser realidad o ser un engaño. Esto también representa la oportunidad para el hampón para poder obtener servicios sexuales de algunas mujeres que en otras condiciones no lo harían, asimismo algunas por su nivel de incultura pero buenas proporciones corporales son usadas como pantalla para evitar la detención de los "peces gordos" caso concreto con la llamada "Reina del pacífico".

No obstante aparentan tener un poder que puede hacer que otras personas sean intimidadas solo por ser la esposa de un capo o alguien relacionado, privilegio que se acaba cuando suceden situaciones adversas, orillándolas a ser traidoras de sus maridos para mantener sus estilos de vida llenos de lujos y excentricidades pero sin valorar o considerar los orígenes de sus ganancias, así como también enamorarse del rival si hay algo en juego entre otras cosas que pueden afectar sus opulentos y presunciosos estilos de vida los cuales incluyen...

Algunas de las actrices también han tenido un acercamiento con jefes y lugartenientes de dichas bandas delictivas en circunstancias misteriosas[55]

En el más bajo escalafón, las mujeres "burreras" o distribuidoras sea de droga o dinero son generalmente prostitutas de diversos ámbitos, de bares, hoteles, etc. Otras que no lo son pero son por lo general, mujeres corpulentas y violentas en su forma de actuar como en su lenguaje, provenientes de las zonas más marginadas de las ciudades del país, algunas de ellas tienen tatuajes visibles y también han sido objeto de ejecuciones por bandas rivales.[56]

Desde los primeros años de la aparición de los narcocorridos en México, en Colombia también llegó a tener una gran aceptación por la razón de que el narcotráfico, al igual que en México, es una realidad social y económica en este país; esta música es conocida como "corrido prohibido", por su fuerte contenido que es materia de censura en las estaciones de radio y televisión. Se han conformado organizaciones similares a las mexicanas, que en los relatos de sus letras describen las vivencias de narcotraficantes imaginarios y reales y, en sentido más local, de paramilitares, guerrilleros y políticos. Graban canciones propias o adaptan las mexicanas, igual que algunos grupos mexicanos graban temas colombianos. Existen cerca de 600 agrupaciones de este subgénero musical en Colombia y algunos de los exponentes destacados son: Uriel Henao, El Cascón Jaguar del Sur, Jimmy Gutiérrez, Los Hermanos Ariza Show, Las Águilas del Norte, Los Renegados, Los Patricks, entre otros.[57]​ Cabe destacar que el narcotraficante colombiano Gonzalo Rodríguez Gacha era apodado "El Mexicano" por su gran admiración a la cultura mexicana, incluyendo la música ranchera y los corridos, además de los caballos de paso fino.

En Guatemala, al igual que en México, se les llama narcocorridos. La influencia del crimen organizado mexicano se ha extendido al país vecino; cartéles como Los Zetas, cuando tenían operatividad constante en la frontera, sobornaban a autoridades militares, de policía y a funcionarios locales, poniendo en máxima alerta al gobierno guatemalteco.[58]​ Con la llegada de los carteles mexicanos llega también su estilo de vida, incluyendo la música norteña, grupera y los narcocorridos, expresión musical conocida en los departamentos fronterizos y que goza de gran popularidad entre la población local.




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