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Liberal-progresista



El socioliberalismo, socialiberalismo o social liberalismo (también conocido como liberalismo progresista, liberalismo centrista o, liberalismo social, liberalismo democrático, liberalismo igualitario, capitalismo social o capitalismo del bienestar, en Estados Unidos liberalismo moderno, en Alemania ordoliberalismo o economía social de mercado y en Reino Unido nuevo liberalismo, sin confundir con el término "neoliberal"),[1]​ es una corriente del liberalismo que, siguiendo a John Stuart Mill, coloca en el centro de su pensamiento el desarrollo interno y material de los seres humanos pensando en su interacción social.

Es un desarrollo del liberalismo a principios del siglo XX que, al igual que otras formas de liberalismo, ve a la libertad individual como un objetivo central. La diferencia está en lo que se define por la libertad. Para el liberalismo clásico, la libertad está en la inexistencia de compulsión y coerción en las relaciones entre individuos y que consideraba el mercado como una categoría autorreguladora y negativamente relacionado con la posibilidad de regular las relaciones económicas y sociales, la libertad negativa.

Mientras que para el socioliberalismo, el primer principio del liberalismo es garantizar el derecho del individuo a la autodeterminación y la autorrealización, sus propios esfuerzos no siempre son suficientes, sino por la existencia de igualdad de oportunidades y justicia social (oportunidades laborales, educación, salud, pobreza, etc), entendida como el mecanismo fundamental para lograr la igual libertad, se promueve la Libertad positiva, siendo el Estado quien debe garantizar la redistribución de parte del producto social a favor de los miembros socialmente débiles de la sociedad, apoyándolos y contribuyendo así a la armonización de las relaciones sociales y al fortalecimiento de la estabilidad social y política por lo cual defienden la redistribución de la riqueza, pero con un enfoque propio.

Esto a diferencia de una postura socialista, donde la redistribución de la riqueza tiene un enfoque reactivo, es decir la desigualdad justifica que el Estado se apropie de los recursos económicos y materiales de los demás, para repartirlos entre los ciudadanos más desfavorecidos (la defensa de la igualdad de resultados o es decir terminar igual), es decir, el Socialismo de Estado; en cambio el socioliberalismo tiene un enfoque proactivo: es función del Estado garantizar la igualdad de oportunidades.

Nada, salvo una radical y total igualdad de oportunidades, puede redistribuir la riqueza generada por la economía libre de mercado. Rehúsa cualquier discriminación. La misión del Estado es articular un sistema en el que independientemente de la renta familiar, sexo, religión, orientación sexual, raza o cualquier otro nimio aspecto de la persona, solo exista una barrera en nuestro camino: la propia voluntad (igualdad de oportunidades o es decir empezar igual) y el Estado está obligado a intervenir en los procesos económicos para combatir el monopolio o grupos o familias empresariales centralizados de la economía para así mantener un entorno de mercado competitivo. por lo cual comparte mucho con la ideológica de la socialdemocracia (centro izquierda tradicional) sin embargo, a diferencia de las diferentes ideologías de socialistas y keynesianismo, los liberales sociales están comprometidos con el tipo de economía capitalista (libre mercado y libre comercio) moderada y un estado más pequeño, más eficiente y menos burocrático con una economía social de mercado o también llamado, capitalismo social, En el espectro político, generalmente está a la derecha de la socialdemocracia (centro izquierda) y a la izquierda del liberalismo clásico (centro derecha).

El socioliberalismo suele estar al mismo tiempo ubicado en el centro del espectro político tradicional de izquierda y derecha, porque propugna que el bienestar social y el desarrollo social son compatibles con la libertad de sus individuos. Las políticas sociales liberales se han adoptado ampliamente en gran parte del mundo. Las ideas y los partidos sociales liberales tienden a considerarse centristas (la mayoría) o de centro izquierda (segunda mayoría) y muy pocos se considera de centro derecha. El socioliberalismo quiere más estado y más intervención del estado en comparación con el liberalismo clásico (centro derecha), pero no es tan intervencionista como la socialdemocracia (centro izquierda); por eso sería un punto intermedio. A tal efecto, propugna una regulación social y una intervención parcial por parte del Estado en la economía, con el objeto de garantizar una economía social de mercado o también llamado capitalismo social. Es un modelo socioeconómico que combina un sistema económico capitalista de libre mercado y libre comercio junto con políticas sociales que establecen una competencia justa dentro del mercado y un estado de bienestar para que haya una igualdad de oportunidades,completa y genuinamente libre, que castigue la formación de monopolios y la consolidación de intereses monopolísticos y grupos o familias empresariales centralizados de la economía; es decir, una economía de libre mercado sujeta a intervenciones parciales del Estado para corregir sus ineficiencias en el terreno social, compatibilizando así el Estado del bienestar con las libertades individuales. Toma lo mejor del liberalismo y del socialismo, sin profundizar demasiado en ninguno de estos para no caer en sus defectos.

Según el socioliberalismo, la función del Estado es la de garantizar la igualdad de oportunidades, fomentando el desarrollo personal o individual y la libertad de todos los ciudadanos, pero en ningún caso la de sustituirlos en la toma de decisiones. Las posturas socioliberales postulan que las libertades individuales son compatibles con la justicia social. Para asegurar la compatibilidad, el Estado está legitimado para intervenir en temas como la educación, sanidad, seguridad y pobreza utilizando la intervención del gobierno a la vez que expandir los derechos civiles a todos los ciudadanos, arbitrando conflictos, evitando cualquier discriminación y la autonomía de la sociedad individual.

Un ejemplo de socioliberalismo son algunos países europeos, por ejemplo, los que comparten el modelo nórdico de bienestar (Suecia, Dinamarca, Finlandia, Islandia y Noruega) porque son líderes mundiales (dentro de los 20 países) en políticas de promoción del mercado, es decir, una economía de libre mercado, libre comercio, libertad económica, el respeto y el fomento de la propiedad privada y la actividad empresarial, bajos impuestos para las empresas privadas, en comparación con impuestos más altos a los ciudadanos, liberalización de la economía, privatización de empresas públicas, no tienen salario mínimo y protección al despido, un mercado laboral más flexible, un sistema de libre elección e igualdad de acceso mediante el cheque escolar, etc., pero con una fuerte intervención del Estado en políticas sociales y gasto público en un Estado de bienestar social (educación, salud, medio ambiente, seguridad social, ayuda sociales, planificación urbana, etc.). O, por ejemplo, está el partido demócrata estadounidense, en que sus miembros no se oponen a la economía de libre mercado, y creen que el capitalismo de mercado es el único sistema económico que permite generar crecimiento y prosperidad. Por otro lado, el Estado debe intervenir para reducir los desequilibrios sociales, distribuir mejor la renta y garantizar la igualdad de oportunidades, y crear así un "capitalismo con rostro humano". Por eso son entusiastas defensores del Estado de bienestar. Por ejemplo, Barack Obama lanzó una ley de sanidad que ampliaba el seguro sanitario a decenas de millones de estadounidenses (el obamacare), pero mantenía el sistema de seguros privados y bajadas en impuestos al sector privado.

Más comúnmente, el término socioliberal se utiliza hoy en día para describir - generalmente de forma peyorativa - a un centro-izquierdista (socialista o socialdemócrata) que se convirtió a los valores de la economía de mercado y al capitalismo. Este es particularmente el caso del blairismo, la tercera vía y la renovación socialdemócrata, que reivindica explícitamente la escuela del pensamiento social-liberal.[2]

El socioliberalismo nace como corriente progresista del liberalismo clásico, e introduce la justicia social y la democracia liberal en su programa de reformas. Es una teoría de origen europeo basada en corrientes racionalistas ilustradas relacionadas, sobre todo, con Kant y Voltaire, así como en el liberalismo ilustrado británico, en especial la teoría política de John Locke. Más allá, se pueden encontrar raíces del iusnaturalismo de Tomás de Aquino y Francisco Suárez, en la Escuela de Salamanca y en el humanismo renacentista.

El liberalismo social, no confundirlo tampoco con el liberalismo cultural ni con el radicalismo, es una corriente del pensamiento liberal surgida en Europa a finales del siglo XIX, surge como una respuesta a la visión individualista del liberalismo clásico y en contraposición a otros movimientos socialistas surgidos en la plenitud de la Revolución Industrial. Es el más remoto antepasado del social liberalismo, del liberalismo progresista y de las corrientes socialdemócratas del liberalismo.

Dan a entender dos cambios fundamentales respecto al liberalismo clásico. Por un lado, se trata de superar el individualismo atomístico del viejo liberalismo mediante una concepción orgánica dando pie en favor de la sociedad. Y por otro lado, propugna una intervención del Estado en el campo de lo social.

Los social liberales son críticos con el socialismo real y su pretensión de socializar la economía, que, según ellos, cae en el paternalismo y dependencia individual al estado, clientelismo político, coarta la libertad de comercio, corrupción política y genera ineficiencia económica e injusticia social o en el autoritarismo y totalitarismo, porque en los países socialistas y comunistas murieron decenas de millones de personas, como en el caso de los regímenes de Joseph Stalin, Mao Zedong o la familia Kim en Corea del Norte, entre otros, no así con otras corrientes moderadas del socialismo, como por ejemplo la socialdemocracia. También son críticos con políticas de laissez faire (una expresión francesa que significa «dejen hacer, dejen pasar») que se opone a la intervención del gobierno con el argumento de que el Estado a menudo sirve a los intereses comerciales dominantes, distorsionando el mercado a su favor y, por lo tanto, conduciendo a resultados ineficientes, según los socioliberales esto genera en monopolios e injusticia social, por eso defiende una economía de mercado pero con regulaciones e intervenciones moderadas del estado, más a comparación del liberalismo económico o el libre mercado, pero no tanto como la economía mixta, defendida por la socialdemocracia o los socialistas.

No obstante, también son muy críticos con posturas liberales conservadoras, religiosas y nacionalistas, que defienden una radical igualdad entre los individuos en tanto que todos somos formalmente iguales ante la ley.

Los primeros social liberales aparecieron durante el siglo XIX y formularon sus puntos de vista en respuesta al liberalismo clásico del siglo XVII y del siglo siglo XVIII. Los social liberales pusieron gran énfasis en las libertades individuales y en la interacción de tales libertades con otras funciones esenciales de la vida comunitaria, como son la solidaridad y la empatía, que pueden servir para acrecentar las oportunidades de los menos privilegiados en la sociedad.

Tiene sus fuentes tanto en las tesis más racionalistas de la Ilustración, como en el desarrollo del capitalismo liberal e industrial del s. XIX, con el que comulga sin rubor. Sus fundamentos teóricos se encuentran en las filosofías liberales de John Locke, Jeremy Bentham, Thomas Jefferson, Voltaire, John Stuart Mill, y, más recientemente, John Maynard Keynes, Isaiah Berlin, John Rawls o Norberto Bobbio.

El socioliberalismo se empieza a formar en del siglo XIX. A nivel político y social, está estrechamente vinculado a la Universidad de Oxford y emerge bajo el nombre de Nuevo Liberalismo. Económicamente, está influenciado por investigadores de la Universidad de Cambridge. A nivel internacional, con figuras como Woodrow Wilson, Norman Angell y David Mitrany, ha contribuido en gran medida al establecimiento de instituciones internacionales de regulación, tanto a nivel político ( Liga de Naciones y Naciones Unidas ) como a nivel económico, como el papel de John Maynard Keynes en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

El liberalismo social como una ideología ha tenido una notable influencia en la vida política de Francia a través del solidarismo y en los Estados Unidos, a través del programa de la Nueva libertad (New liberty) de Woodrow Wilson. Sin embargo, esta ideología es dominante solo después de la Segunda Guerra Mundial.[3]​. Ella será muy disputada al final de los gloriosos años treinta y pierde la mayor parte de su influencia en beneficio de otras corrientes liberales. En particular, se le acusa de ceder a la tentación de la pericia, particularmente fuerte en economía. En Latinoamérica, el socioliberalismo está emparentado con el radicalismo, que provienen del ala izquierda de los partidos liberales.

El socioliberalismo, bajo la influencia de John Rawls, Amartya Sen y Martha Nussbaum, opera en retorno a un mayor respeto por los ciudadanos, al mismo tiempo que esboza una crítica del «economismo liberal». Desarrolla una reflexión relacionada con las formas de responder a los nuevos retos del siglo XXI: la justicia social, los derechos civiles, multiculturalismo, la ética política, etc.[4]

En lo político, el pensamiento socioliberal se entiende como una evolución natural del progresismo liberal, como adaptación a los tiempos actuales, desarrollando sus propias teorías acerca de las soluciones necesarias para resolver los problemas de la sociedad.

Programa y propuestas que proponen las ideas y partidos socioliberales en general:

En lo político

En lo económico

En lo Social

El liberalismo social cree que la libertad se basa en el libre desarrollo de la persona sin coacción del Estado, siempre que se mantengan dentro de lo que es legal y sin que interfieran con el otros, creyendo en la mejor forma de garantizar servicios sociales de calidad, y se favorezca la actividad económica privada, el crecimiento económico, el ahorro e inversión para conseguir elevados salarios y un mayor volumen de beneficios en las empresas que les permitan recaudar más volumen en impuestos. Puede traducirse en un liberalismo con un Estado de bienestar (aplicado solo a funciones realmente importantes como salud o educación, para que haya igualdad de oportunidades y justicia social, para que haya una cosa, la voluntad propia).

En Europa el socioliberalismo no pertenece a ningún partido u organización, sino que permea toda la construcción política europea; es una de las ideologías que ha configurado los partidos Europeos en todo el espectro político. Así, la mayor parte de los partidos políticos europeos democráticos y moderados tiene raíces ideológicas en el socioliberalismo, como es el caso de la izquierda socialdemócrata y de la derecha liberal. Sin embargo, hay partidos más directamente inspirados por el socioliberalismo, y, en Europa, se encuentran en su mayoría en el entorno del Partido Europeo Liberal Demócrata Reformista, que con el nombre de Alianza de Liberales y Demócratas por Europa conforma el 3º grupo más numeroso en el Parlamento Europeo. Su actual líder es el ex Primer Ministro de Bélgica, Guy Verhofstadt, cuyo hermano, el pensador Dirk Verhofstadt, ha sido uno de los grandes contribuidores contemporáneos al socioliberalismo tanto en Bélgica como en Países Bajos.

Por lo general, los social liberales europeos están a favor del federalismo europeo. Esto le ha acarreado críticas desde sectores euro-escépticos, que tumbaron su candidatura en el año 2004 a la presidencia de la Comisión Europea. También fue conocida su postura contraria a la invasión de Iraq diseñada por George W. Bush.

El actual presidente de ELDR, el británico liberal demócrata Graham Watson, fue elegido el 25 de noviembre de 2011 en el Congreso celebrado en Palermo. Nada más se supo su nombramiento, dijo: "Mis tres principales metas serán expandir el partido, poner al día las técnicas de campaña y construir un partido verdaderamente pan europeo en su pensamiento".

A esto, añadió: "Las múltiples crisis en las que actualmente nos encontramos -económica, política y medioambiental- son una oportunidad para los liberales para mostrar de qué estamos hechos. Es nuestro trabajo como liberales explicar cómo ofrecemos una verdadera alternativa responsable al conservadurismo y al socialismo".

De los partidos estatales europeos, destacan por su tamaño los siguientes partidos de inspiración directamente socioliberal:

En Reino Unido, el Partido Liberal Demócrata. Actualmente su líder es Tim Farron. Se ha posicionado públicamente a favor de un cambio de la ley electoral hacia una más proporcional, una defensa del europeísmo e introducir legislación a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, temas que en su momento produjeron tensiones en su coalición de gobierno con los conservadores entre 2010 y 2015.

En España, los partidos Ciudadanos (partido político) y Unión Progreso y Democracia (UPyD) representan lo más parecido al socioliberalismo que España ha logrado encontrar. UPyD es un partido progresista que combina la ideología social liberal con el centralismo desde el centro del espectro político.[7][8][9][10]​ La exlíder de UPyD, Rosa Díez, afirmó que el socioliberalismo es la doctrina política que mejor define a UPyD porque el partido aúna elementos del liberalismo político y la socialdemocracia.[11]​ Su manifiesto fundacional tiene como objetivos la igualdad en libertad de la ciudadanía, la laicidad y la democracia liberal. Los filósofos Carlos Martínez Gorriarán y Fernando Savater, son parte de los promotores que formaron el partido. Desde febrero de 2017 en España es el partido de Ciudadanos el que se identifica con el liberalismo progresista [12]​sustituyendo en la práctica a UPyD en este espacio político. Igualmente algunos politólogos encuadran al PSOE dentro del espacio del liberalismo progresista, al defender una política económica liberal [13]​, un mercado laboral desregularizado [14]​ combinados con políticas sociales asistenciales [15]​. En 2017 fue fundado también en España, la formación Socioliberal Contigo Somos Democracia, un partido que se originó en la Comunidad Valenciana a través de la plataforma Contigo, su fundador fue José Enrique Aguar, ex-portavoz de Ciudadanos en la Diputación de Valencia y diputado no adscrito.[16]

Radicales Italianos en Italia. Actualmente, Emma Bonino y Marco Panella han retomado el radicalismo italiano como partido político. También en Italia, se puede considerar a Italia de los Valores, de Antonio di Pietro, dentro de estas posturas ideológicas.

La República en Marcha en Francia, liderado por Emmanuel Macron, actual presidente de la República Francesa, exmiembro del partido socialista de Francia, ¡En Marcha! manifiesta que desea salir de los marcos políticos tradicionales y quiere presentarse como una organización transversal. Macron se opone al tradicional dualismo izquierda-derecha, reemplazandolo por la dicotomía entre progresistas y conservadores, identificándose con los primeros y macron se considera a el mismo como un liberal progresista y de centro, Macron afirma que su partido político es a la vez de derechas y de izquierdas.

En los países del norte de Europa están el Partido del Centro de Finlandia, Partido Social Liberal Danés en Dinamarca, el Partido del Centro y el Partido Popular Liberal en Suecia o el Partido del Centro en Estonia. En Europa Occidental, algunos partidos socioliberales notables son Demócratas 66 en Países Bajos, en Francia el partido En Marcha y el Movimiento Demócrata de François Bayrou, y Liberales y Demócratas Flamencos de Alexander de Croo.

En la Europa pos comunista, destaca el Movimiento Palikot en Polonia, del filósofo y empresario Janusz Palikot, que aboga por un laicismo muy sonoro en un país de alta tradición católica. Está muy enfocado en la defensa de las minorías, y defiende el matrimonio entre personas del mismo sexo. Otros serían Democracia Liberal de Eslovenia o el Partido Popular Croata-Liberal Demócratas.

En Rusia, esta corriente de pensamiento correspondería a Yábloko, un pequeño partido cuyos votantes son la clase media joven. Están a favor de un acercamiento de Rusia a la Unión Europea y a occidente en general. Critícan el autoritarismo del presidente Putin y quieren convertir a Rusia en un verdadero Estado de derecho basado en los principios de la democracia liberal.

Fuera de Europa, en Estados Unidos, el socioliberalismo se identifica muy decididamente con el Partido Demócrata de Estados Unidos, cuyo fundador, Thomas Jefferson, fue uno de los primeros teóricos socioliberales. (La Declaración de Independencia de los Estados Unidos, redactada en su mayoría por Jefferson, recoge explícitamente algunos importantes principios del socioliberalismo, como los concernientes a los derechos humanos, y a la separación de Iglesia y Estado.) En Canadá esta el partido liberal de Canadá, se basan en el liberalismo, basado en las teorías de diversos autores liberales, e incluyen la libertad individual para las generaciones presentes y futuras, la responsabilidad, la dignidad humana, el concepto de sociedad justa, libertad política y religiosa, unidad nacional en el marco de un Canadá federal, igualdad de oportunidades, diversidad cultural, bilingüismo y multilateralismo, impulsó medidas sociales sociales, tales como la legalización del matrimonio gay y el uso del cannabis terapéutico, además de una propuesta para legalizar su posesión en pequeñas cantidades.En India, por el Congreso Nacional Indio y en Sudáfrica por la Alianza Democrática. En Japón por el Partido Democrático de Japón y en Canadá por el Partido Liberal de Canadá.

Fueron varios los hechos que durante los siglos XVIII y XIX iban a alentar el surgimiento del liberalismo social.

Al principio del siglo XIX, el liberalismo es la fuerza política e intelectual dominante en Europa.[17]​ En Inglaterra, el Partido Liberal nació en 1839 a partir de la reunión del expartido Whigs y los radicales, los seguidores de Jeremy Bentham y el utilitarismo. Fue uno de los dos grandes partidos ingleses, con los Tories, hasta 1922. Sociológicamente, estuvo muy influenciado por la pequeña burguesía radical. Bajo su influencia, Richard Cobden y la Escuela de Mánchester terminan con la derogación de las Leyes de Maíz el 16 de mayo de 1846, y la conversión de Inglaterra al libre comercio. Mientras en los Estados Unidos, se estableció un consenso liberal después de la Guerra Civil,[18]​ en el continente europeo, el liberalismo regresa a Francia y Alemania después de las revoluciones de 1848. El filósofo y economista John Stuart Mill, que posee la escuela clásica , se aparta de los estrictos dogmas del liberalismo económico clásico, y presenta su interés en el saint-simonismo,[19]​ incluye la idea de la igualdad de género y las críticas al liberalismo clásico, llevándolo a teorizar un nuevo estado social que uniría la mayor libertad individual de acción con «una propiedad común de las materias primas del globo» y «una participación igualitaria de todos en beneficios de la asociación laboral». El trabajo de Mill , favorablemente influenciada por la Revolución Francesa del mes de febrero de 1848 , demuestran la consistencia de su interés en el socialismo.[20]

Las revoluciones liberal —que destruye las bases jurídico-políticas establecidas hasta entonces por el absolutismo— e industrial —que arroja a los campesinos de la tierra y los incorpora a la industria—. Enarbolando la postura del individualismo, no hay una consideración social de la pobreza, sino que se considera tener en esos casos mala suerte o malos hábitos.

De esta situación surge el socialismo, que introduce una consideración social de los problemas empezando a propugnar medidas colectivas y postulando intervenciones del Estado en la economía. Los obreros empiezan a estar organizados y a exigir una democratización y una laicización de la educación.

En los años posteriores, desde el liberalismo se empieza a tomar conciencia de la cuestión obrera. Se produce una laicización de la educación y una generalización de la enseñanza obligatoria, suponiendo una mejora de la clase obrera al intentarse una incorporación de ésta en la sociedad liberal. Se produce aquí la primera gran diferenciación entre el liberalismo clásico y el liberalismo social, donde el primero utiliza la libertad individual como medio universal para la realización del ideal del individuo sin distinguir clases sociales y el segundo, en cambio, trata de integrarlo a la sociedad, visualizando al colectivo como una unidad corpórea que exige el sacrificio de parte del interés particular volcándolo en el concepto abstracto de "voluntad colectiva".

La Iglesia católica sufrió una embestida muy fuerte durante el siglo XIX. A partir de la amenaza social que consideraban que se producía con la organización de los obreros, los conservadores ven en los principios católicos la manera de mantener al hombre. Sin embargo, el Papa León XIII, en la encíclica Rerum novarum de 15 de mayo de 1891, da nota de la cuestión social y de las condiciones en la que viven los obreros, pero ve también que está siendo captada por lo que considera la subversión del socialismo. La Rerum novarum supone reconocer unas premisas sociales y nace de esta manera la doctrina social de la Iglesia.

En el mundo anglosajón, es conocido como "liberalismo moderno", en contraposición al liberalismo clásico o a los neoconservadores o liberal-conservadores. En Estados Unidos, estas posturas están defendidas por el Partido Demócrata de Estados Unidos. Allí, los demócratas son conocidos, simplemente, como "liberales". La Internacional Liberal es la principal organización internacional de partidos liberales, incluyendo los social liberales.

Las dos principales corrientes del liberalismo social se vieron en Inglaterra con el new liberalism, propugnado por Leonard Trelawny Hobhouse, y en Francia con el solidarismo, abanderado por Alfred Fouillée, Célestin Bouglé y, sobre todos, Léon Bourgeois. En España también tuvo importancia el krausoinstitucionalismo, corriente krausista del liberalismo social que encabezaron Francisco Giner de los Ríos y Gumersindo de Azcárate.

Esta lista presenta algunos de los más notables pensadores y políticos que generalmente son considerados como los más significados contribuidores al desarrollo y evolución del socioliberalismo como ideología política.



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