Los cinípidos, avispas gallaritas o avispas de las agallas (Cynipidae) son una familia de himenópteros apócritos de la superfamilia Cynipoidea. Se conocen cerca de 1300 especies; son de pequeño tamaño (1-8 mm), cosmopolitas, con 360 especies de 36 diferentes géneros en Europa y 800 especies en América.
Como todos los representantes de Apocrita, las avispas gallaritas tienen una forma de cuerpo distintiva, la llamada cintura de avispa (conexión fina entre el tórax y el abdomen). El primer segmento (tergito) abdominal llamado propodeo está unido con el tórax, mientras el segundo segmento abdominal forma una suerte de astilla, el pecíolo, que conecta con el resto del abdomen (gáster); este último es el abdomen funcional en las avispas apócritas, arrancando con el tercer segmento abdominal propiamente. Juntos, el pecíolo y el gáster forman el metasoma, mientras el tórax y el propodeo hacen el mesosoma. Las antenas son rectas y consisten de 12 a 16 segmentos. En muchas variedades la parte dorsal del mesosoma presenta bandas longitudinales. Las alas son típicamente de venación simple. El ovipositor de la hembra que sirve para depositar los huevos, generalmente asoma más allá del metasoma.
La reproducción de las avispas gallaritas es parcialmente por reproducción sexual y parcialmente por partenogénesis, en donde el macho es completamente innecesario. Como en muchas especies, sin embargo, hay una alternancia de generaciones con una a dos generaciones sexuales y una partenogénica anualmente. Este proceso diferencia a las varias generaciones en su apariencia y en la forma de inducir las gallaritas.
Las larvas de muchas especies desarrollan características gallaritas; y hay también muchas especies que son inquilinos o parásitos de otras avispas gallaritas, tales como las del género Synergus.
Las gallaritas mayormente se desarrollan directamente después que la hembra oviposita. La inducción para la formación de gallaritas es muy desconocida; no se conoce bien cuales son los mecanismos desencadenantes ya sea químicos, mecánicos o virales. Las larvas crecen absorbiendo los tejidos nutritivos de las agallas, donde además están bien protegidas de efectos ambientales adversos externos. Las plantas hospedantes y el tamaño y forma de las gallaritas son específicos de cada especie de avispas, donde el 70% de las especies conocidas viven en varios tipos de robles. Uno puede hallar agallas en muchas partes de tales árboles, algunas en hojas, tallos, ramas, raíces. Otras especies de avispas parasitan rosales o arces, así como a muchas hierbas. Frecuentemente, la determinación de la especie es muy simple observando las agallas producidas más que al insecto en sí.
Muchas especies de avispas gallaritas viven como formadoras de agallas en robles. Una de las más conocidas de estas avispas de agallas del roble es la Cynips quercusfolii, que induce características agallas esféricas de 2 cm de diámetro, en el envés de las hojas del roble. Se tornan rojizos en el verano, conocidos comúnmente como manzanas del roble (en:oak apples).
Agalla por Andricus fecundatrix generación partenogenética
Agalla por Andricus quercuscalicis generación partenogenética
Agalla por Andricus quercuscalicis generación partenogenética
Agalla por Neuroterus quercusbaccarum generación sexual
Agalla de roble por Andricus kollari
Gallarita por una avispa del rosal
Agalla por Cynips longiventris
Diplolepis elegantiarae sobre Rosa sp.
Diastrophus nebulosus larvas en gallarita en zarzamora
Agalla de Amphibolips quercusinanis en roble
Las agallas lentiformes en el envés de las mismas hojas son inducidas por Neuroterus quercusbaccarum; las más oscuras con bordes rugosos son por Neuroterus numismalis. Otras agallas por Cynips longiventris, también en el envés de las hojas, reconocibles por su forma esferoidal y rayas irregulares rojizas. La avispa gallarita del fruto del roble Biorrhiza pallida crea agallas redondeadas que crecen hasta 4 cm. En las raíces están Andricus kollari y Andricus quercustozae.
Las agallas de la avispa del rosal Diplolepis rosae se distinguen y se conocen como bedeguars. Se encuentran en los pies del rosal y tienen una longitud de 5 cm con largos pelos rojos. Dentro de sus agallas hay diversas cámaras, ocupadas por las larvas.
Las subfamilias Eucoilinae y Charipinae son parasíticas, aunque las clasificaciones recientes no las ponen en esta familia. En tal caso hay una sola subfamilia, Cynipinae y una subfamilia fósil, Hodiernocynipinae†
Hay dos subfamilias, una extinta y otra viviente:
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