La astronomía maya forma parte de una tradición más amplia. En los pueblos mesoamericanos, la observación de los astros era de vital importancia para el desarrollo de la vida material y espiritual compartida por las demás sociedades de Mesoamérica, aunque posee ciertas características que la hacen única. Una de ellas, la más representativa, es el empleo del calendario de Cuenta Larga, por el que los mayas del período clásico pudieron hacer estimaciones de más largo plazo.
Los mayas, hicieron cálculos exactos, de los periodos sinódicos de Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Calcularon con exactitud, los períodos de la Luna , el Sol y de estrellas como las Pléyades, a las que llamaban Tzab-ek (estrella cascabel) y marcaba los inicios de festividades rituales. El Tzol'kin de 260 días es uno de los calendarios más enigmáticos en cuanto su origen, algunos postulan que se basa en una aproximación a la gestación humana. y otros autores lo relacionan con ciclos de astros visibles desde la tierra. También hay una hipótesis formulada por el geógrafo Vincent Malmstrom en la que su origen estuvo determinado por los ciclos del Sol por el cenit de la región sur del Estado Mexicano de Chiapas (Izapa) y de la nación de Guatemala a unos 15º norte, en donde los mismos días que ocurren (29 de abril el primero y 13 de agosto el segundo) tienen un intervalo de 260 días entre uno y otro.
La Vía Láctea era parte central de su Cosmología y la llamaban, aparentemente, Wakah Chan, y la relacionaban con Xibalbá, incluso los Kiche' de Guatemala aún la llaman Xibalbá be o camino a el inframundo. Tenían un Zodiaco, basado en la Eclíptica, que es el paso del Sol a través de las constelaciones fijas. Este se encuentra en la Estela 10 de Tikal y la 1 de Xultún, ambos yacimientos la zona de Petén, en Guatemala y también en el Códice Grolier
Los conocimientos astronómicos mayas eran propios de la clase sacerdotal pero el pueblo todo los respetaba y conducía su vida de acuerdo a sus predicciones. Mucho del mismo conocimiento perduró aún después de la conquista, practicándose en la clandestinidad y posteriormente, mezclándose con los rituales de la vida diaria del pueblo maya, muchos de las cuales siguen vigentes en la actualidad
Los sacerdotes conocían los movimientos de los cuerpos celestes y eran capaces de aproximarse a la predicción de los eclipses y el curso del planeta Venus visto desde la tierra. Esto les daba un especial poder sobre el pueblo que los consideraba así íntimamente ligados a las deidades.
Muchas de las deidades recibían distintos nombres y propiedades, por ejemplo a Venus la llamaban los mayas Ah-Chicum-Ek', la gran estrella de la mañana, y Xux ek, la estrella avispa. Estrella se dice en maya "ek" y es también el apellido de muchas personas de la región maya.
De los códices mayas conocidos el de Dresde es esencialmente un tratado de astronomía.
En conclusión, los mayas fueron reconocidos por sus escritos, la arquitectura y sus obras de arte, sus cálculos matemáticos, llenos de simbolismos y representaciones fantásticas sobre el pasado, presente y el futuro de su sociedad.
Los mayas concebían el cosmos como una estructura dividida en tres niveles y cada uno de ellos se dividía en cuatro esquinas. En la parte superior se encontraba la bóveda celeste, sostenida por los Bacabs, donde tenían lugar los principales fenómenos astronómicos, en particular el recorrido diurno del sol. En el nivel intermedio se asentaba el mundo de los hombres, en el que se desarrollaban todos los aspectos de su vida cotidiana; en este sentido, la tierra era concebida como una gran superficie cuadrada, cuyas esquinas se orientaban en la dirección de los puntos cardinales, donde se situaban los pauahtunes. El nivel inferior, situado bajo el agua, era ocupado por el inframundo, o Xibalbá. En este tenebroso lugar se libraba una despiadada lucha del sol, después de su recorrido diurno por la bóveda celeste, con los seres y deidades infernales, a las que vencía reiniciando así su travesía por el nivel superior del universo.
En el 46 a.C Julio César decretó que el año estaría compuesto de doce meses de aproximadamente 30 días cada uno para constituir un año de 365 días y un año bisiesto de 366 días. El año civil tendría entonces 365,25 días. Esto es conocido como el calendario Juliano. El año solar tiene en realidad 365,2422 días, así que en 1582 había una discrepancia apreciable entre el solsticio de invierno y la Navidad y el equinoccio de primavera y la semana Santa. El Papa Gregorio XIII, con la ayuda del astrónomo italiano Aloysius Lilius (Luis Lilio), reformó este sistema para abolir los días entre el 5 y el 14 de octubre de 1582, esto trajo los años bisiestos de vuelta al calendario. El calendario perdía tres días cada cuatro siglos, al decretar que los siglos son solo años bisiestos si son divisibles por 400, por ejemplo, 1700, 1800 y 1900 no son bisiestos, pero 1600 y 2000 sí. Este es el calendario Gregoriano.
Los astrónomos usan ambos calendarios Juliano y Gregoriano, las fechas antes de 46 a.C son convertidas al calendario Juliano, esto es conocido como el calendario Juliano proléptico. Los cálculos astronómicos parten de un año cero y años anteriores a ese año son números negativos, esto es conocido como la datación astronómica. No hay año cero en datación Histórica, en esta, el año 1 a.C. es sucedido por el año 1 d.C., así que por ejemplo, el año 3113 (datación astronómica) es el mismo que el 3114 a.C.
Muchos mayistas convierten fechas del calendario Maya al calendario Gregoriano proléptico. En este calendario, las fechas del calendario Juliano son revisadas como si el calendario gregoriano hubiera sido usado antes del 15 de octubre de 1582. Estas fechas han de ser convertidas a fechas astronómicas antes de que puedan ser usadas para estudiar la astronomía Maya pues los astrónomos utilizan el calendario Juliano/Gregoriano. Las fechas Gregorianas prolépticas varían sustancialmente de las fechas astronómicas. Por ejemplo, la fecha de la creación mítica en el calendario Maya es del 11 de agosto del 3114 a.C. en el calendario Gregoriano proléptico equivale al 6 de septiembre del 3113 a.C. en el astronómico.
Hay tres principales calendarios mayas:
Cuenta larga
La Cuenta Larga es un sistema de calendario de cómputo del tiempo que tiene bases históricas, astronómicas, cosmológicas, mitológicas y astrológicas. En este sistema, el comienzo de la era actual, el 13 de agosto del año 3114 a.C., está ligado posiblemente al mitológico nacimiento de Venus. En algunas versiones sostenían que el mismo finalizaba una era, el 21 de diciembre del 2012, corresponde a la fecha del solsticio del invierno del Hemisferio Norte. Otros autores como Erick Velázquez (epigrafistas) han señalado que esto es relativo a ciertos grupos mayas, ya que en inscripciones encontradas en Palenque, las cuentas mencionan a períodos superiores en tiempo al mismo. Es un calendario vigesimal porque se basa en los 20 días del ciclo más corto, el Vinal o Uinal, 18 de los cuales forman el ciclo Tun. La base vigesimal también se refiere a los 20 tunes que forman el ciclo Katun (19,7 años), y a los 20 katunes forman el ciclo Baktun (394,25 años), y el Baktun es la 13ª parte de la Cuenta larga.
Tzolk'en
El Tzolk'en es un calendario de 260 días constituido por veinte trecenas (o trece veintenas) cada día tiene un nombre.
Haab'
El Haab' es un año de 365 días compuesto de 19 y 18 meses con cinco días sobrantes al final del año.
Cuando el Tzolk'en y Haab' han pasado, se conoce a esa fecha como una ronda de calendario. La misma ronda de calendario se repite cada 18.980 días, aproximadamente cada 52 años. La ronda de calendario en el mito de creación Maya era 4 Ahau y 8 Kumk'u. Cuándo esta fecha ocurre otra vez se conoce como el fin de la ronda del calendario.
Los calendarios maya y europeo son correlacionados al usar el mismo día Juliano en la fecha del mito de la creación — 13.0.0.0.0, con 4 Ajaw, 8 Kumk'u. El día Juliano al mediodía en este día era 584,283. Esta es la correlación GMT.
En los tiempos de la conquista española la cultura Maya estaba escrita en numerosos libros fabricados con tela de corteza plegable. Los conquistadores españoles y los sacerdotes católicos, pensando que estos propiciaban la expansión de una religión pagana, los destruían tan pronto como los encontraban. El ejemplo más infame de esto fue la quema de un gran número de estos libros en Maní, en el Yucatán por el Obispo Diego de Landa en julio de 1562. Que se sepa, solo cuatro de estos códices existen en la actualidad. Estos son los códices de Dresde, Madrid, París y Grolier. El Códice de Dresde es un Almanaque astronómico. El Códice de Madrid consta principalmente de almanaques y horóscopos que usaban los sacerdotes mayas para sus ceremonias y rituales de adivinación, también contiene datos astronómicos, aunque menos de los encontradas en los otros tres códices supervivientes. El Códice de París contiene profecías para tunes y katunes (ver Calendario Mesoamericano de Cuenta Larga), y un zodíaco maya. El códice de Grolier es un almanaque de Venus.
Ernst Förstemann, un bibliotecario en la Biblioteca Pública Real de Dresde, reconoció que el códice de Dresde es un almanaque astronómico y fue capaz de descifrarlo a principios del siglo XX.
Los Mayas levantaron un gran número de estelas, estas tenían en general una fecha de Cuenta Larga aunque también solían incluir series suplementarias. Las series suplementarias incluían datos lunares —el número de días en el período lunar concreto, la longitud de la lunación y el número de lunaciones en series de seis—. Algunas incluían una cuenta de 819 días, que podría ser la cuenta de los días en un ciclo asociado a Júpiter. En ocasiones, marcaban otros fenómenos astronómicos como por ejemplo un aviso de eclipse en la Estela Quirigua E –9.17.0.0.0. Un eclipse solar parcial fue visible en Mesoamérica dos días más tarde en 9.17.0.0. El viernes 2 de enero de 771 d.C.
Muchos templos Mayas estuvieron decorados con textos jeroglíficos, estos contienen contenido caléndrico y astronómico.
La astronomía Maya estaba basada en la observación directa sin ningún tipo de herramientas tipo telescopio. Los astrónomos estudiaban los acimuts de la salida y puesta de los objetos celestiales. La planificación de las ciudades se hacía a menudo en línea con acontecimientos y rutas astronómicas.
Muchos pozos localizados en ruinas mayas Mayan eran también observatorios del paso cenital del sol.
Uno de los lugares más estudiados sobre la astronomía Maya es el El Caracol en Chichen Itza. El Caracol es un observatorio construido para poder seguir el camino de Venus a través del año. La escalera que dirige a la estructura cilíndrica se desvía 27.5º de la alineación de los edificios circundantes para alinearse con el extremo norte de Venus; la diagonal nordeste-suroeste se alinea con la salida del sol en el solsticio de verano y el ocaso en el solsticio de invierno.
Los Mayas era conscientes de los solsticios y los equinoccios, prueba de ello son los numerosos edificios cuya construcción está alineada con los mismos. Pero más importante para ellos eran los días de paso cenital. En los Trópicos, el Sol pasa directamente sobre la tierra dos veces cada año, muchas estructuras conocidas en templos mayas fueron construidas para observar este fenómeno.
Los Mayas eran conscientes del hecho que el Haab' de 365 días difería del año Tropical por aproximadamente 25 días cada año. Una serie de intervalos diferentes están en los monumentos Mayas que pueden servir para aproximar el año tropical. La más precisa de estas es que el año tropical supera los 365 días Haab' por un día cada 1.508 días. La ocurrencia de un solsticio particular en una fecha dada en el Haab' se repetirá después del paso de 1.508 años Haab'. El año Haab' perderá un día cada 1,508 días y tomará 1,508 años Haab' para perder un año Haab'. Así que 365 x 1.508 = 365,2422 x 1.507 o 1.508 años Haab' = 1.507 años Tropicales de 365.2422 días.
Los solsticios y los equinoccios están descritos en muchos almanaques y tablas en los códices Mayas. Hay tres tablas estacionales y cuatro almanaques relacionados en el Códice de Dresden, hay cinco almanaques solares en el Códice de Madrid y posiblemente un almanaque en el Códice de París. Muchos de estos pueden ser datados en la segunda mitad del siglo IX y la primera mitad del siglo X.
El Códice de Dresden
Las tablas superior e inferior (páginas 61–69) unifican el Haab', los solsticios, los equinoccios, el ciclo de eclipse y el Portador de Año (0 Pop). La tabla se basa en la mitad del siglo X pero incluye más de una docena de otras fechas de entre los siglos IV y XI.
El almanaque de la lluvia (páginas 29b a 30b) hace referencia al Haab' y al año tropical. Durante el año en cuestión el solsticio de verano precedió al Medio Año por unos cuantos días, esto confirma que el año descrito era el 857 o el 899 d.C. También se describe una ceremonia para la lluvia dividida en cuatro partes similar a ceremonias Yucatecas conocidas de la etnografía moderna.
La tabla Empalmada (páginas 31.a a 39.a) es la combinación de dos tablas separadas. Incluye rituales incluidos en el Uayab', el Medio Año, temas agrícolas y meteorológicos, y contiene una referencia al Medio Año y a las galaxias, dos de las cuales contienen el glifo de Venus. La tabla tiene cuatro fechas de base: dos en el siglo IV, uno en el IX y uno en el X.
El Almanaque del Quemador (páginas 33c a 39c) contiene las estaciones del ciclo del Quemador, un sistema para dividir el Tzolk'en que es conocido a través de la historia colonial del Yucatán. El almanaque también hace referencia a estaciones de eclipse y estaciones del año tropical. Este almanaque cubre algunos años antes y después del 1520, cuando el códice puede que ya estuviera en manos de los españoles.
El Almanaque Conyugal (páginas 22c a 23c) es uno de una serie de almanaques que tratan relaciones conyugales entre parejas de deidades. Puede contener una referencia al equinoccio de invierno.
Además de las tablas astronómicas preservadas en el Códice de Dresden, hay ilustraciones de deidades y su relación con las posiciones de los planetas.
El Códice de Madrid
Las páginas 10b,c – 11b, c del Códice de Madrid contienen dos almanaques similares a las tablas estacionales del Códice de Dresden. En el almanaque inferior, el Medio Año del Haab' ocurrió en el mismo día que el solsticio de verano, datando este acontecimiento al año 925.
El almanaque Largo (páginas 12b a 18b) incluye iconografía del Haab, astronomía y lluvias abundantes. El almanaque contiene varios glifos de eclipses, situados en momentos históricos correctos. Los eclipses y las fechas del calendario permiten datar al almanaque en el año 924. La combinación de este almanaque y los almanaques estacionales en este códice son el equivalente funcional de los dos almanaques estacionales en el Códice de Dresden.
Las páginas 58.c Aa 62.c son un almanaque del año tropical. Es un almanaque de 1820 días hecho de 20 filas de 91 días cada una. Uno de los glifos asocia un equinoccio con un glifo de Venus, esto data el almanaque en una fecha entre 890 y 962 d.C.
El Almanaque de Pájaro (páginas 26c a 27c) tiene una estructura inusual (5 x 156 = 780 días). Uno de sus dibujos es probablemente una referencia al equinoccio de invierno. Este almanaque no puede ser datado.
El Códice de París
El almanaque del Dios #C (páginas 15a, b a 18a, b) está muy incompleto y parcialmente destruido. Es imposible de constatar sus longitudes o fechas, pero se pueden reconocer dos rituales Haab'. Es posible que el almanaque del Dios #C sea equivalente a las tablas estacionales en el Códice de Dresden y el almanaques del Dios #C en las del Códice de París
Los libros de Chilam Balam
El Libro de Chilam Balam se refiere específicamente al Medio Año, los solsticios y equinoccios.
Anthony Aveni y Horst Hartung publicaron un extenso estudio sobre la alineación de los edificios en el área Maya. Descubrieron que la mayoría de las orientaciones ocurren en una franja de 8°–18° al noreste y que otras muchas en 14° y 25° al noreste. Creen que las orientaciones de 25° al sureste están alineadas con la posición del horizonte en el amanecer en el solsticio de invierno y que las de 25° al noroeste están alineadas con el ocaso en el solsticio de verano. A raíz de las investigaciones sistemáticas posteriores se han reconocido diversos grupos de orientaciones, relacionados mayormente con las salidas y puestas del Sol en las fechas de importancia agrícola.
El observatorio astronómico Caracol en Chichén Itzá está alineado con el acimut del amanecer en el solsticio de invierno a través de dos alineaciones diagonales que cruzan la plataforma de la base del observatorio y con el acimut del ocaso en el solsticio de verano con una alineación perpendicular a la base de la plataforma más baja. Una de las ventanas en la torre redonda proporciona una tira estrecha para ver el ocaso en los equinoccios. El Caracol era también utilizado para observar el paso cenital del Sol ya que la base de la plataforma superior y una entrada en la parte superior están alineadas con el acimut del ocaso.
Otros observatorios solares están en Uaxactun, Oxkintok y Yaxchilan.
Numerosas inscripciones incluyen datos en el número de días de las lunaciones del momento y la posición de las lunaciones en un ciclo de seis lunaciones.
Los astrónomos modernos consideran la conjunción del Sol y la Luna (cuando el Sol y la luna tienen la misma longitud eclíptica) la Luna Nueva. Los Mayas contaban el día cero del ciclo lunar o bien cuándo uno ya no podía ver la Luna o bien cuándo uno podría comenzar a ver ya la delgada Luna creciente (en el sistema de Palenque). Utilizando este sistema, la fecha cero de la cuenta lunar es aproximadamente dos días después de Luna Nueva astronómica. Aveni Y Fuls analizaron un gran número de estas inscripciones y fundaron fuertes evidencias del sistema de Palenque. Aun así Fuls encontró "…al menos dos métodos y fórmulas diferenciados usados para calcular la edad y la posición de la luna en el ciclo de seis meses…"
Las páginas 30c-33c del Códice de Dresden son un almanaque de Venus y Mercurio. La longitud de 2340 días del almanaque es una aproximación cercana de los periodos sinódicos de Venus (4 x 585) y Mercurio (20 x 117). El Almanaque también hace referencia al solsticio de verano y a las ceremonias Haab' uayeb del siglo X.
Venus era extremadamente importante para las personas de Mesoamerica. Sus ciclos eran cuidadosamente seguidos por los Mayas.
Venus es más cercano al Sol que la Tierra, así que sobrepasa a la Tierra durante su órbita. Cuando pasa detrás del Sol en conjunción superior y entre la Tierra y el Sol en conjunción inferior es invisible. Es particularmente dramática la desaparición de la estrella al anochecer y su reaparición como estrella de la mañana aproximadamente ocho días más tarde, después de la conjunción inferior. El ciclo de Venus dura 583,92 días pero varía entre 576,6 y 588,1 días. Los astrónomos calculan el fenómeno heliacal (primera y última visibilidad amanecer o puesta de cuerpos celestes) utilizando el arcus visionis – la diferencia entre la altitud del cuerpo celeste y el centro del Sol en el momento de amanecer o atardecer del cuerpo, sin incluir los 34 minutos de refracción que permite ver un cuerpo antes de su amanecer o los 0,266.563.88... grados de semidiámetro del sol). Fenómenos atmosféricos como extinciones no son considerados. El arcus visionis requerido varía con el brillo que desprende el cuerpo. Venus varía en tamaño y tiene varias fases, así que un arcus visionus diferente es usado en los cuatro amaneceres y encuadres.
Códice Dresde
El Códice de Dresde contiene un almanaque de Venus en sus páginas 24 y 46 a 50. Bricker and Bricker escriben:
"La tabla de Venus sigue el ciclo sinódico de Venus mediante anotaciones de las fechas de las primeras y últimas apariciones del planeta como "estrella de la mañana" y "estrella de la noche". El énfasis, tanto iconográfico como textual es, en el primer aspecto como "estrella de la mañana" (amanecer heliacal), las fechas están escritas con bastante exactitud, la primera aparición fue considerada un tiempo de peligro y el fin principal de la tabla de Venus era el de avisar de la llegada de tiempos peligrosos. La tabla muestra los días Tzolk'en para los cuatro eventos de aparición/desaparición del planeta durante cada uno de los 65 ciclos de Venus consecutivos, un periodo de aproximadamente 104 años. La tabla fue usada al menos en cuatro ocasiones con diferentes fechas de inicio, desde el siglo X al siglo XIV d.C."
Ya que el periodo canónico Maya era de 584 días y el sinódico de 583,92 días, un error fue acumulado en las tablas con el paso del tiempo. Posibles esquemas de corrección en el códice son discutidos por Aveni y Bricker and Bricker.
El Códice de Dresde en las páginas 8–59 es una tabla planetaria que muestra los ciclos sinódicos de Marte y Venus. Hay cuatro posibles fechas de base, dos en el siglo VII y dos siglo VIII.
Las páginas 30c-33c del Códice de Dresden son un almanaque de Venus-Mercurio. Los 2340 días del almanaque son una aproximación cercana de los periodos sinódicos de Venus (4 x 585) y Mercurio (20 x 117). El Almanaque también hace referencia al solsticio de verano y a ceremonias Haab' uayeb del siglo X.
El Códice de Grolier
El Códice de Grolier enumera fechas Tzolk'en para la aparición/desaparición de Venus para la mitad de los ciclos de Venus descritos en el códice el Dresde.
Construyendo alineaciones
El Caracol en Chichen Itza contiene los restos de ventanas a través de las cuales se pueden ver los alargamientos extremos de los planetas. Cuatro de las orientaciones principales de la plataforma más baja marcan los puntos del desplazamiento horizontal máximo del planeta durante el año. Las ventanas supervivientes en la torre superior se alinean con las posiciones extremas del planeta en sus declinaciones del norte y del sur más grandes.
El edificio 22 en Copán es conocido como el templo de Venus porque tiene numerosos símbolos de Venus inscritos. Tiene una ventana estrecha a través de la que se puede observar los alargamientos más grandes de Venus.
La orientación del Palacio del Gobernador en Uxmal difiere varios grados de la alineación de los otros edificios. La puerta apunta al sureste. A menos de cinco kilómetros de la puerta se encuentra la pirámide principal de Cehtzuc, de donde pudieron observarse las puestas de Venus sobre el Palacio del Gobernador en los momentos de los extremos mayores norte del planeta. Las cornisas del edificio tienen centenares de máscaras de Chaac con símbolos de Venus bajo sus párpados.
Inscripciones
De Meis tiene una tabla de 14 inscripciones de Cuenta Larga que registran fenómenos heliacales de Venus.
De Meis tiene una tabla de 11 Cuentas Largas que registra el alargamiento más grande de Venus.
Los murales Bonampak muestran la victoria de rey Chaan Muan con sus enemigos tumbados, suplicando por sus vidas en una fecha que era amanecer heliacal de Venus y el pase cenital del sol.
El Códice de Dresde
El Códice de Dresden contiene tres tablas de Marte y hay un almanaque parcial de Marte en el Códice de Madrid.
Las páginas 43b a 45b del Códice de Dresden son una tabla de los 780 días del ciclo sinódico de Marte. El periodo retrogrado, cuando el planeta es más brillante y visible por mayor tiempo, está enfatizado. La tabla está datada del año 818. El texto se refiere a una estación de eclipse (cuándo la luna está cerca de su nodo ascendente o descendiente) que coincidía con el movimiento de Marte.
Las tablas de agua superior e inferior en las páginas 69–74 comparten las mismas páginas en el Códice de Dresden pero de forma diferente.
La tabla superior tiene 13 grupos de 54 días, un total de 702 días. Esto es el tiempo que necesita Marte para regresar a la misma longitud celestial, si el periodo celestial incluye un periodo retrógrado. La tabla fue revisada para ser reutilizada; tiene siete fechas marcadas desde el siglo VII al siglo XI.
La tabla inferior de agua tiene 28 grupos de 65 días, un total de 1820 días. Esta tabla solamente tiene una foto, una escena de lluvia torrencial en la página 74, esta imagen ha sido erróneamente interpretado como una representación del final del mundo.[cita requerida] La finalidad de esta tabla era la de analizar ciertos ciclos culturales y naturales, como los periodos de plantación, recolección, periodos de lluvias y huracanes, periodos de eclipses y la relación de la Vía Láctea con el horizonte. La tabla era revisada periódicamente y se la data en diferentes periodos entre los siglos IV y XII.
Las páginas 8 a 59 del Código de Dresden son una tabla planetaria que analiza los ciclos sinódicos de Marte y Venus. Hay cuatro posibles fechas, dos en el siglo VII y dos en el siglo VIII.
El Códice de Madrid
La página 2a del Códice de Madrid es un almanaque del ciclo sinódico de Marte. Esta página está severamente dañada y es posiblemente un fragmento de una tabla más grande. Los periodos de 78 días y la iconografía son similares a la tabla en el Códice de Dresden.
Saturno y particularmente Júpiter, son dos de los objetos celestiales más brillantes. Cuando la Tierra pasa planetas más grandes en su órbita más cercana al Sol da la sensación de que estos dan un parón en su movimiento orbital para luego volver a retomar la marcha. Esto es movimiento retrógrado aparente. Cuándo empiezan o acaban su movimiento retrógrado su movimiento diario es estacionario antes de ir en otra dirección.
Inscripciones
Lounsbury descubrió que las fechas de numerosas inscripciones conmemorando las dinastías rituales en Palenque por K'inich Kan Bahlam II coinciden con la salida de Júpiter de su punto estacionario secundario. También demostró que las conjunciones cercanas de Júpiter, Saturno y/o Marte eran probablemente celebradas, particularmente el "2 Cib 14 Mol" un acontecimiento que ocurrió aproximadamente el 21 de julio de 690 (fecha del calendario Gregoriano Proléptico) 18 de julio 18 en el calendario astronómico.
El panel 1 de Dumbarton Oaks provino El Cayo, Chiapas, un lugar a 12 kilómetros del río Usumacinta de Piedras Negras. Fox y Juteson (1978) descubrieron que dos de estas fechas están separadas por 378 días, muy cercanas al periodo malo sinódico de Saturno de 378.1 días. Cada fecha también ocurre unos días antes de que Saturno alcanzara su segundo lugar estacionario antes de terminar su movimiento retrógrado. Los Brickers identificaron dos fechas adicionales que son parte de la misma serie.
Susan Milbrath ha extendido el trabajo de Lounsbury en cuanto a Júpiter a otros lugares del periodo Clásico y post-Clásico. Un elemento central de su trabajo es la identificación del Dios K (K'awil) como Júpiter. Otro componente de su trabajo es la unión de los ciclos sinódicos de Júpiter y Saturno con sus ciclos katun de la Cuenta Larga. Milbrath ve un enlace claro entre las imágenes del Dios K y las fechas que coinciden con sus puntos estacionarios en retrógrado. Milbrath cree que K'awil es el dios de los ciclos retrógrados de Júpiter y Saturno. Los Brickers se cuestonan esa interpretación.
Códices mayas
No hay ningún almanaque de Júpiter o Saturno en los códices conocidos.
El Códice de Dresde
El Códice de Dresde en sus páginas 51 y 58 son tablas de eclipses. La tabla contiene un aviso de todos los eclipses solares y la mayoría de los lunares, pero no especifica cuales serían visibles en las áreas Mayas. La longitud de la tabla es de 405 lunaciones (aproximadamente 33 años). Estaba pensada para ser reutilizada y tiene un esquema de corrección periódico. La fecha de comienzo es en el siglo VIII y tiene correcciones que le permiten ser usada hasta el siglo XVIII. La tabla también relaciona eclipses y fenómenos lunares con los ciclos de Venus y posiblemente Mercurio y otros fenómenos celestiales y estacionales.
Un eclipse puede ocurrir cuando la órbita de la Luna cruza la eclíptica. Esto pasa dos veces al año, este fenómeno es conocido como el nodo ascendente o descendiente. Un eclipse puede ocurrir durante un periodo de 18 días antes o después de un nodo ascendente o descendiente. Esto se conoce como una estación de Eclipse. Tres puntos en la tabla de eclipses del Códice de Dresde muestran los eclipses en el periodo de noviembre a diciembre del 755 d.C.
El Códice de Madrid
Las páginas 10a–13a del Códice de Madrid son un almanaque de eclipses similar al del Códice de Dresden. La tabla se centra en las lluvias, sequía, el ciclo agrícola y en cómo estos se corresponden con eclipses. Estos eclipses probablemente corresponden a los eclipses en el Códice de Dresden (de los siglos VIII o IX).
El Códice de París
Las páginas Katun (páginas 2–11) en el Códice de París están centradas en los rituales que han de ser celebrados al final de los Katun. También contienen referencias a acontecimientos astronómicos históricos durante los siglos V–VIII. Estos incluyen eclipses, referencias a Venus y la relación de Venus con algunas constelaciones.
Inscripciones
El gobernador Kan II de Caracol instaló el altar 21 en el centro de una pista de juego de pelota. Hay inscripciones en este altar que marcan fechas importantes de los logros de su antecesor, El gobernador Agua y él mismo. Kan II usó las fechas de importantes fenómenos astronómicos para marcar estos eventos en el tiempo, por ejemplo:
9.5.19.1.2 9 Ik 5 Uo – 14 de abril, 553, eclipse lunar total
–Accesión del gobernante Agua, abuelo de Kan II9.6.8.4.2 7 Ik 0 Zip – 27 de abril, 562, eclipse solar anular hace 8 días y eclipse penumbral lunar en 7 díasTikal 9.7.19.10.0 1 Ahau 3 Pop – 13 de marzo, 593, eclipse solar parcial hace cinco días – juego de Pelota
– guerra aLos Mayas identificaron 13 constelaciones a lo largo de la eclíptica. Estas constelaciones están recogidas un almanaque en el Códice de París. Cada constelación estaba asociada con un animal. Estas representaciones animales aparecen también en otros dos almanaques en el Códice de Madrid donde están relacionadas con otros fenómenos astronómicos: eclipses, Venus y rituales Haab.
Códice de París
En las páginas 21–24 del Códice de París se recoge un almanaque zodiacal. Está hecho de cinco filas de 364 días cada una, cada fila está dividida en 13 subdivisiones de 28 días cada una. Su iconografía consiste en animales, incluyendo un escorpión suspendido de una constelación y glifos de eclipses. Data del siglo VIII.
Códice de Madrid
El almanaque más largo en el Códice de Madrid (páginas 65–72,73b) es un compendio de información sobre agricultura, ceremonias, rituales y otros asuntos. La información astronómica incluye referencias a eclipses, los ciclos sinódicos de Venus y constelaciones zodiacales. El almanaque se basa en el siglo XV.
La Vía Láctea aparece como una banda brumosa de estrellas. Es el disco de nuestra propia galaxia, visto desde una esquina. Aparece como una banda de 10° con luz difusa cruzando todo el cielo. Cruza la eclíptica en un ángulo alto. Su mayor característica es una nube de polvo grande que forma una grieta oscura en sus partes sur y occidental.
No hay ningún almanaque ni códices que hablen específicamente de la Vía Láctea, pero hay referencias a ella en almanaques que tratan otros fenómenos.
Los equinoccios se mueven hacia el oeste a lo largo de la eclíptica en relación a las estrellas fijas, de forma opuesta al movimiento anual del Sol a lo largo de la eclíptica, regresando a la misma posición aproximadamente cada 26 000 años.
Los "Números de Serpiente" en el Códice de Dresden pp. 61–69 es una tabla de fechas escritas en bobinas de serpientes. Beyer fue el primero en darse cuenta de que la Serie de Serpiente se basa en un número inusualmente distante 1.18.1.8.0.16 (5.482.096 días, hace más de 30,000 años). Grofe cree que este intervalo es bastante cercano a un múltiplo entero del año sidereal, regresando el sol a precisamente la misma posición contra el fondo de estrellas. Propone que esto es una observación de la precesión de los equinoccios y que la serie de la serpiente muestra como los mayas calcularon esto mediante a observación de la posición sidereal del total de los eclipses lunares en puntos fijos a lo largo del año tropical. Bricker and Bricker creen que ha basado esto en una mala interpretación del epígrafe y dan sus razones en Astronomía en los Códices Mayas.
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