Argeliaárabe, الجزائر, al-Yazā’ir; en bereber: ⴷⵣⴰⵢⴻⵔ, Dzayer), oficialmente República Argelina Democrática y Popular, es uno de los cincuenta y cuatro países que forman el continente africano. Su capital y ciudad más poblada es Argel. Está ubicado al norte del continente, limitando al norte con el mar Mediterráneo, al este con Túnez y Libia, al sur con Níger y Malí, al suroeste con Mauritania y al oeste con el territorio no autónomo de Sahara Occidental y Marruecos. Con 2 381 740 km² es el país más extenso del continente desde 2011 y con 43 000 000 habitantes en 2020, el noveno más poblado, por detrás de Nigeria, Egipto, Etiopía, República Democrática del Congo, Sudáfrica, Tanzania, Kenia, Uganda y Sudán.
(enJunto con Marruecos, Túnez, Mauritania y Libia, es uno de los países que comprenden el Magreb. Constitucionalmente se define como país árabe, amazigh y musulmán. Es miembro de la Unión Africana y de la Liga Árabe desde prácticamente su independencia, y contribuyó a la creación de la Unión del Magreb Árabe (UMA) en 1988. Con un IDH de 0,759 en 2017, es uno de los países africanos más desarrollados, tras Mauricio y Seychelles.
Argelia toma su nombre en 1842, con la forma francesa Algérie, de Argel, su ciudad capital (idénticos en árabe
) que literalmente significa "las islas" (al-Ŷaza'ir), apócope de nombre original, Jazā’ir Banī Māzġānna (جزائر بني مازغان, "Islas de los hijos de Mazġannā"), según Al Idrisi. En las lenguas europeas aparece desde el siglo XIII con diferentes formas: Alguer, Algezira, Zizera, Aurger, Alger y Aljer
esta última, es la forma catalana de la cual la tomó el español. Las hipótesis acerca de cuáles son estas islas han sido numerosas. Diego de Haedo escribió que se trataba de una antigua isla situada frente a la ciudad, el arqueólogo Adrien Berbrugger retomó esta interpretación aplicándola unos islotes desaparecidos al construirse el puerto.
Los geógrafos musulmanes medievales, sotuvieron que isla es una metáfora de la costa fértil de Argelia entre el Sahara y el Mediterráneo.
Una hipótesis alternativa sostiene que el topónimo se origina en la dinastía bereber de los ziríes. En efecto, Buluggin ibn Ziri (de tiziri, "claro de luna" en bereber) fundó Argel sobre las ruinas de la ciudad romana de Icosium.
El continente africano, la cuenca del Mediterráneo, así como Europa y Oriente han sido elementos indispensables para el devenir y enriquecimiento histórico de Argelia. Además, en el extremo sur del país se puede visitar el museo natural más grande del mundo, en el que hay pruebas suficientes para atestiguar la extraordinaria riqueza de la historia del país.
Existen yacimientos arqueológicos en Argelia, en los que se han descubierto restos óseos de homínidos de hace 2 millones de años, según los datos obtenidos por arqueomagnetismo. Los investigadores han encontrado allí restos de Homo sapiens sapiens. En el extremo sureste del país, el parque nacional del Tassili alberga la muestra de pinturas rupestres más importante del mundo. El parque ha sido clasificado Patrimonio Mundial por la Unesco y es Reserva del Hombre y de la Biosfera desde 1986.
Terence McKenna, autor y partidario estadounidense del uso de los psicodélicos, ha sugerido que la región Tassili de Argelia puede ser el origen de los mitos antiguos del Jardín del Edén y el nacimiento de cultura. La extensión vasta de prado en esta región antes de la glaciación más reciente hace que la región sea una posibilidad por la ubicación de los desarrollos originales de la agricultura pastoral, que debe haber precedido el desarrollo de la agricultura de cosechas que aparecería en el Oriente Medio unos mil años después. Esta visión de la posible historia antigua se apoya por las pinturas de Tassili, que además incluye imágenes de una forma de chamanismo o religión basada en las setas alucinógenas. Las setas crecen y prosperan en el excremento de ganado, y por tanto habrían estado muy al alcance de las sociedades fundadas en la agricultura pastoril. La experiencia con estas setas puede haber creado la cultura de las civilizaciones nacientes, dado que producen visiones que pueden proporcionar un estímulo fuerte para el arte, la pintura y el sentido de contacto con lo divino, y fomentar el desarrollo de la religión y la unidad social.
Argelia ha estado habitada por los bereberes desde hace más de diez mil años. Los bereberes construyeron los primeros monumentos de la Antigüedad, de los que aún quedan numerosos vestigios. En el último milenio a. C., levantaron varios mausoleos importantes entre los que destaca el de Medghassen, en la provincia de Batna, en el noroeste del país. Desde el año 1000 a. C. hay constancia de que mantenían relaciones comerciales con los fenicios (cartagineses), que habían establecido colonias en la costa, y con los egipcios.
En el siglo III a. C., los romanos denominan esta región Numidia, habitada por los bereberes masilianos y los maselinos. Estos últimos se aliaron con los cartagineses en la segunda guerra púnica, mientras que los primeros, aliados de los romanos y gobernados por Masinisa, acabaron recibiendo todo el reino de sus conquistadores.
A la muerte de Masinisa en 148, Escipión Emiliano dividió los poderes del reino entre los tres hijos de Masinisa, dándole a cada uno el control sobre el tesoro, el ejército y la justicia respectivamente. En 113, Yugurta se alzó contra los romanos y acabó derrotado, tras lo cual Numidia fue gobernada por un rey vasallo de Roma hasta que, bajo Diocleciano, se convirtió en una simple provincia del imperio y finalmente volvió a manos de los bereberes hasta la invasión de los vándalos en 430.
Los romanos dejaron importantes ciudades en el norte de Argelia, entre las que destacan Iol Caesarea, Tipasa (Tipaza), donde se encuentra una de las necrópolis más antiguas del Mediterráneo, Cuicul, Thubursicu-Numidarum (Khemissa), Madaure, Thamugadi (Timgad), Diana Veteranorum, Theveste (Tébéssa) y Lambaesis.
A principios del siglo VI, las tropas de Justiniano I expulsaron a los vándalos y recuperaron el reino para el Imperio bizantino, que lo gobernó de manera precaria hasta la llegada de los árabes en el siglo VIII.
La caída de Roma tras la invasión de los vándalos y la inestabilidad durante el período bizantino entrañaron la reconstitución de algunos de los principados bereberes cristianos, que se resistieron a la ocupación de los Omeyas musulmanes entre los años 670 y 708.
Los personajes más conocidos de este conflicto fueron el rey cristiano Kusayla, que venció a Sidi Ocba ibn Nafaa en el año 689, cerca de Biskra, y la reina y guerrera cristiana Dihya, llamada "la Kahena", que a la cabeza de los bereberes (principalmente los célebres zenetas), infligió, en la batalla de Meskiana de 693, una severa derrota al cuerpo expedicionario del emir Hassan ibn en Noman, a los que alejará hasta Trípoli.
Tras la conquista musulmana, los ciudadanos del territorio adoptaron progresivamente la religión islámica (para protegerse contra los ataques de los nómadas) y fueron cambiando la lengua románica (descendiente del "latín vulgar", con influencia bereber) que hablaban por el árabe. Bereber, fenicio, latín, árabe, español, turco, francés: la mezcla de lenguas, el "mestizaje lingüístico", es intenso, dando lugar al árabe argelino (y al árabe magrebí en general) que se mantiene hasta nuestros días. La lengua bereber también ha sobrevivido hasta la actualidad.
En cuanto a la inmigración árabe en África del norte, fue de poca importancia excepto en las dos regiones exteriores de Argelia, Kairuán y Tánger. Dado que el total de su población ha recibido una contribución demográfica árabe limitada, una gran parte de las poblaciones de lengua árabe es bereber.
La primera parte de la conquista musulmana de España fue conducida por un contingente bereber compuesto casi en su totalidad por conversos, desde el jefe Táriq ibn Ziyad, que dio su nombre al peñón de Gibraltar (جبل طارق, «Ŷabal Ṭāriq»). Tras el éxito de Tárik, el califa le hizo encadenar y murió en el camino.
A principios del siglo VIII, ante la dominación omeya de todo el Magreb, varias tribus bereberes zenetas empezaron a unirse en torno a Abu Qurra y se rebelaron contra la ocupación árabe. Su lucha proseguirá bajo varias dinastías jariyíes bereberes en un conflicto que duró cerca de un siglo.
En el siglo X, Ubayd Allah al-Mahdi fundó la dinastía fatimí, en la baja Cabilia, donde encontró un eco favorable a sus prédicas milenaristas. Los fatimíes establecieron su autoridad en África del norte entre 909 y 1171 y fundaron un califato disidente de los abasíes de Bagdad. Este reino estuvo marcado por numerosas revueltas jariyíes (jariyismo), especialmente la de Abu Yazid encabezando las tribus bereberes en el 944, y que infligió la más severa derrota al ejército fatimí, debilitado y vulnerable, tomando la ciudad de Kairuán. La revuelta fue vencida por Ziri ibn Manad, a la cabeza de las tribus sanhayas, que por salvar el imperio recibió el puesto de gobernador del Magreb central. De esta forma en 972 los fatimíes, tras la adhesión egipcia, tuvieron menos interés por el Magreb y fue su hijo, Bologhine ibn Ziri, quien heredó el control de Ifriqiya. Los ziríes reinarán en el lugar unos dos siglos.
Hammad ibn Bologhine, su hijo, gobernó de forma independiente a los ziríes, en el norte de la actual Argelia, a partir de 1014, reconociendo como califas legítimos a los abasíes sunitas de Bagdad, y fundando la dinastía hammadí. Los ziríes también reconocieron en 1046 a los califas abasíes mostrando abiertamente a los fatimíes su abandono del chiismo.
A partir de 1048 algunas tribus árabes hilalianas del sur emigraron al África del norte y fueron enviadas por el poder fatimí para reprimir a los ziríes y hammadíes. En oleadas sucesivas penetraron en algunas grandes ciudades, que saquearon y destruyeron. En Argelia estas tribus del sur se aliaron con algunas tribus locales. Estos dos reinos, prósperos por aquel entonces, se empobrecerán enormemente a causa de estas incursiones. Los ziríes cambiarán su capital de Kairuán a Mahdía, los hammadíes, de Al-Qal'a (Al-Qal'a de Beni Hammad, actualmente reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco) a Bugía.
Argelia estaba entonces bajo el control de los almorávides en una pequeña región del oeste, bajo los hammadíes en el centro y bajo los ziríes al este. En 1152, una nueva dinastía bereber musulmana, los almohades, vence definitivamente a los poderes reinantes, dirigidos por Muhammad ibn Tumart, su jefe espiritual, al que sucede Abd al-Mumin. Los almohades formaron uno de los imperios más poderosos del Mediterráneo, unificando el Magreb y Al-Ándalus hasta 1269. A través de las grandes ciudades del litoral (Bugía, Annaba, Argel...), se abrieron al occidente cristiano con el que mantuvieron estrechos intercambios comerciales.
La caída de los almohades marca un giro en las relaciones con los países cristianos del norte, que se organizan para la Reconquista, mientras que el mito de la invencibilidad musulmana se derrumba. En el Magreb se imponen unas dinastías zenetas, como los Meriníes de Fez en el actual Marruecos, y los Abdelwadíes de Tremecén en la Argelia actual. Los Hafsíes se hacen con Túnez y el este de Argelia. Estas dinastías fueron prósperas en el siglo XIII y XIV, pero sufrieron irremediablemente la presión del auge de España y Portugal hacia el final del siglo XV. Minado entonces por luchas intestinas por el acceso al trono, el imperio almohade ve mermado su poder y sus dominios se descomponen progresivamente.
A raíz de la victoria definitiva de las tropas de los Reyes Católicos en 1492, parte de la población de Al-Ándalus es obligada a huir de la península ibérica. Si bien los mudéjares ya habían empezado a emigrar desde finales del siglo XV, el flujo hacia el Magreb se intensifica a partir de la Pragmática Sanción de 1502 que les obligaba a convertirse al catolicismo, pero sobre todo a partir de su expulsión completa en 1609. Los entonces denominados moriscos se refugiaron mayoritariamente tanto en Marruecos como en Argelia, países que desconocían por completo. La llegada de estas grandes familias en la mitad oeste de Argelia influirá profundamente en la cultura y la vida social y contribuirá a la construcción de las grandes ciudades y a la expansión de su economía.
En julio de 1501, los portugueses pusieron en marcha una expedición para tratar de tomar tierra en la playa de los Andaluces (Andalouses) en Orán.
No fue sino hasta el arribo de Mazalquivir en 1505, que se ve a España participar en la primera expedición contra Orán. La ciudad fue arrasada por más de 6.000 incendios y unas 25 000 personas murieron. Posteriormente, la ciudad fue tomada por el ejército del cardenal Cisneros, encargado por el delegado de la corona española, Pedro Navarro, el 17 de mayo de 1509. Después de la ocupación del puerto de Mazalquivir (1505) y la ciudad de Orán (1509), la ciudad fue abandonada y, a continuación, totalmente ocupada por tropas españolas. Desde el año 1509 el cardenal Ximenes comenzó a construir sobre las ruinas de la mezquita de Ibn El Beitar la iglesia de San Luis, que domina el casco antiguo en ambos lados de la ciudad.
En 1510, Fernando el Católico toma por asalto Argel. Los españoles sitiados y atrapados ven cómo cambia su situación; luego construyen una nueva fortificación en la bahía de Argel, haciendo de la ciudad una verdadera fortaleza. Toman posesión del peñón del puerto de Argel, como base para bombardear la ciudad y evitar así que le lleguen suministros. Ben Salem Toumi, jefe de la tribu Beni Mezghenna, busca la ayuda de los turcos, luego Pedro Navarro ocupa Bugía entre los años 1510 a 1555. En 1554, el gobernador conde de Alcaudete hizo una alianza con el sultán de Marruecos, Mohamed Cheikh-Ech, contra los turcos, pero estos lograron establecerse en Argel a pesar de la fiera resistencia española; aún a pesar de estos hechos, la fortaleza española establecida se mantuvo.
En el siglo XVI, los españoles se hacen fuertes en Orán y logran edificar una cárcel en un afloramiento rocoso cerca del puerto de Mers El Kebir. Este lugar fue habitado por muchos monos (monos españoles), que dieron su nombre a la fortaleza. Los españoles presos encerrados en "La Mona" podían ver a sus familias una vez al año, siempre coincidiendo con el festivo de Domingo de Pascua. Como curiosidad, "La Mona" era el nombre de la torta con la que agasajaban a los peregrinos de la Virgen de la localidad y a los visitantes de Murdjajo.
En 1563, Bazán de Silva y Álvarez, marqués de Santa Cruz, construye en la cima del pico Aïdour de Orán la fortaleza de Santa Cruz. En 1568, Juan de Austria visitó Mazalquivir y Orán.
Los judíos de Orán no tuvieron una vida tan fácil con los españoles, considerándolos enemigos de la fe. Los judíos que viven en Ras El Ain Ravin y Blanco fueron expulsados de Orán por los españoles a partir de 1669 y tuvieron que irse a vivir a la montaña de La Cornisa Superior (Misserghin).
Los españoles procedieron a restaurar la fortaleza para dar cabida a los gobernadores de la ciudad. "Las fortificaciones del lugar consistieron en un muro, coronado por altas torres, espaciados entre ellos, el castillo en sí, o kasbah", según se relata en las crónicas de los mismos. El gobernador español "establecerá su sede en la mazmorra, las medidas del terreno serán de más de dos kilómetros y medio de largo, estas fortificaciones consistían en numerosas fortalezas, baluartes y torres vigías".
A pesar de estas fortificaciones, la ciudad fue objeto de incesantes ataques a las faldas de las murallas. En 1701, El Rozalcazar, o Bordj Lahmar o Chateau Neuve, fue considerado la más grande de las fortificaciones de la ciudad de Orán. Así en 1707, Moulay Ismail, sultán de Marruecos, trató de obligar a los españoles a permanecer a la defensiva, viendo a su ejército diezmado. A partir de estos hechos, la ciudad se mantuvo en un constante crecimiento, siendo necesario ganar espacio y aire más allá de las paredes mediante la demolición de los muros, que se lleva a cabo durante varios años en lo que quedaba de la ciudad en ese momento. Los españoles a continuación son atrapados por los asaltantes en el interior de la fortaleza mediante el uso de trampas, y ya debido a la falta de suministros, se alimentan por primera vez con el famoso potaje llamado "la calentica". Ya en 1770, Orán se transforma en una ciudad de 532 casas y 42 edificios, con una población de 2317, y teniendo 2821 deportados burgueses que participan en el libre comercio. En el marco del reinado español de Carlos III, los partidarios de la conservación de la ciudad y su abandono se enfrentan. Entre 1780 y 1783, el ministro Floridablanca propone a su homólogo inglés el cambio de la ciudad de Orán por el dominio británico de la península de Gibraltar. Finalmente el terremoto que asoló la ciudad en 1792, arruinando sus murallas, llevó a que la Corte de Madrid realizara negociaciones con la Regencia de Argel y procediera a su entrega. Así mismo, se firmó un tratado de paz y comercio.
A partir de 1830, Francia estableció progresivamente una importante colonia en este territorio que llegó a tener el estatuto de departamento de Francia. En 1954, tras la negación de Francia a desarrollar un plan de descolonización para Argelia, estalló una guerra de liberación que culminó con la independencia del país en 1962.
Los sucesos de la guerra de la independencia son narrados, en un estilo semidocumental y sin concesiones, en la película La batalla de Argel (1966) de Gillo Pontecorvo, la cual obtuvo el León de Oro del Festival de Venecia en 1966.
El gobierno de Turquía presentó una acusación internacional contra Francia, acusándolo de cometer genocidio contra los argelinos, después de que los legisladores franceses aprobaran una ley en que la negación del genocidio de los armenios era un delito. Turquía insiste en que la actuación de Francia durante su dominio colonial sobre Argelia y durante la guerra de Argelia ascendieron a un genocidio, afirmando que un 15 por ciento de la población de Argelia fue masacrada por los franceses, y que a partir de 1945, los argelinos fueron martirizados sin piedad.
El 20 de diciembre de 2012, el presidente francés, François Hollande, reconoció ante el Parlamento Argelino el sufrimiento infligido al pueblo argelino por la colonización francesa durante 132 años, al declarar que «Argelia fue sometida a un sistema profundamente injusto y brutal», «las masacres de Sétif, Guelma y Kherrata», «permanecen ancladas en la conciencia de los argelinos, pero también de los franceses».
Después de una sangrienta guerra de liberación que duró ocho años e hizo más de un millón de muertos argelinos,Frente de Liberación Nacional) firmaron los Acuerdos de Evian que establecieron un alto el fuego y la convocatoria de un referéndum de autodeterminación. Argelia obtuvo la independencia el 5 de julio de 1962, y tras las primeras elecciones generales del mes de septiembre Ferhat Abbas, elegido presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), proclamó la creación de la República Argelina Democrática y Popular.
el 18 de marzo de 1962 el gobierno francés y el FLN (Cerca de un millón de europeos abandonó el país, y con ello el país perdió a la mayoría de los administradores, empresarios y técnicos. El 70 % de la población se encontraba sin trabajo, pero existía un profundo sentimiento de solidaridad nacional.
La muy baja tasa de escolarización (menos del 10%) durante el período colonial dejó al país sin ejecutivos técnicos y administrativos. No hay arquitectos, solo unas pocas docenas de ingenieros y médicos y menos de 2000 profesores.
En el seno del FLN se encontraban los moderados (Ben Khedda, Mohammed Boudiaf y Hocine Aït Ahmed), y los socialistas (Ben Bella, Mohammed Khider y Houari Boumedienne, jefe del Estado Mayor del ejército). Tras la lucha por el poder que se desencadenó al día siguiente del referéndum del 5 de julio de 1962, Ahmed Ben Bella se hizo con la secretaría general del bureau político del FLN en abril de 1963 y apartó a los conservadores del FLN. En septiembre del mismo año, la Asamblea Nacional aprobó la primera Constitución argelina y Ahmed Ben Bella fue elegido presidente del país.
La Constitución de 1963 determinó la orientación socialista del país y convirtió al FLN en partido único.
Ben Bella nacionalizó las propiedades de los franceses, así como otras empresas consideradas claves en la economía del país. Estableció un régimen socialista basado en la autogestión de las pequeñas y medianas empresas, emprendió una reforma agraria y diseñó un programa de liberación de la mujer, animándolas a abandonar el velo y a integrarse en la vida social y política. Lanzó un programa de alfabetización e intentó una criticada campaña de arabización de la población que le llevó a reprimir protestas y revueltas bereberes. De manera progresiva Ben Bella instituyó un régimen presidencialista autoritario, centralizando en su persona todos los poderes (secretario general del FLN, presidente del país y comandante en jefe del ejército). El 19 de junio de 1965 fue apartado de la jefatura del Estado por un golpe de Estado militar liderado por Houari Boumedienne, y permaneció encarcelado durante más de diez años. El golpe de Estado hizo que el ejército se hiciese con el poder. Un consejo revolucionario formado por 26 oficiales se convirtió en el órgano supremo bajo la dirección de Houari Boumedienne, quien asumió las funciones de presidente y de primer ministro. Boumedienne gobernó con mano de hierro, postergando las formalidades de la democracia en aras de unos objetivos económicos a largo plazo y situó al país en la vía del socialismo nacionalista, siguiendo gran parte de las tendencias del socialismo árabe. En concordancia con ello, en mayo de 1968 Boumedienne nacionalizó las empresas de prospección, extracción y comercialización de hidrocarburos líquidos y gaseosos.
Argelia experimentó un importante desarrollo económico y social bajo su gobierno. Entre 1962 y 1982, la población argelina aumentó de 10 a 20 millones de personas y, masivamente rural antes de la independencia, estaba urbanizada en un 45%. La renta anual per cápita, que en 1962 no superaba los 2000 francos, supera los 11 000 francos veinte años más tarde, mientras que la tasa de escolarización oscila entre el 75 y el 95% según las regiones, lejos del 10% de la Argelia francesa. Como las oportunidades agrícolas se veían considerablemente limitadas por el desierto, Boumédiène optó por el desarrollo industrial. Se elabora un plan trienal para el período 1967-1969, seguido de dos planes cuatrienales (1970-1973 y 1974-1977). Van acompañadas de grandes obras, como el Transsaharan (o "camino de la unidad") que une el Mediterráneo con el África negra o la "presa verde", un bosque que se plantará en veinte años para impedir el avance del desierto. La red de carreteras está muy extendida en el territorio argelino (la red desarrollada durante la colonización se limitó a las ciudades portuarias).
En 1976, después de un amplio debate nacional, se decidió prestar más atención a las condiciones de vida de la población, así como aprobar una nueva Constitucióneconomía nacional, pero el nivel de vida de la población seguía igual de estancado que antes de la independencia, la principal actividad económica del país seguía siendo la agricultura y la minería, mientras los grandes proyectos económicos gubernamentales fracasaban por ineficiencia.
y organizar las elecciones. Para esas fechas el Estado Argelino había asumido el rol de conductor de laConsecuentemente, a mediados de la década de 1970 proseguía la emigración de obreros argelinos a Francia, buscando en la antigua metrópoli los ingresos que la propia Argelia era incapaz de darles, mientras la burocracia aumentaba, aunque siempre copada por el FLN. Boumedienne, único candidato en las elecciones de 1976, salió elegido presidente; en la Asamblea Nacional todos los diputados pertenecían al FLN, pero dicho partido distaba mucho de tener aceptación en las masas populares, que lo tachaban de haberse convertido en una verdadera élite cerrada y replegada sobre sí misma. El ejército se situó en el centro del poder.
Argelia adquirió un papel internacional destacado en concordancia con los países árabes, los no alineados y los países socialistas. Negoció con Vietnam la liberación de los últimos rehenes norteamericanos, declaró la guerra a Israel en 1973 y envió tropas en apoyo de Egipto en la Guerra de Yom Kipur. En 1965, Yasser Arafat abrió una oficina en Argel, y fue introducido en la ONU por el ministro argelino de asuntos exteriores en 1974. Ese mismo año, Argelia consiguió que la ONU condenara el apartheid en África del Sur. Actuó como mediador entre Irak e Irán para resolver sus disputas fronterizas en 1975 (Acuerdos de Argel). Por otro lado sus disputas con Marruecos se agravaron a consecuencia del apoyo argelino al Frente Polisario y a la creación de la República Árabe Saharaui Democrática en 1976.
A la muerte de Boumedienne, en 1978, el 70 % de la población argelina tenía menos de 25 años, lo cual significaba una enorme presión social y económica. Todos sabían que la frágil y subvencionada industria local no bastaría para dar empleo a todas estas personas y que ninguna reforma había podido detener la reducción de los ingresos procedentes de la agricultura, lo cual indirectamente empobrecía cada vez más a las masas rurales. Los grandes ingresos obtenidos por Argelia tras la crisis del petróleo de 1973 se gastaban en proyectos económicos fallidos, y eran necesarios para subsidiar bienes de consumo. Se formó así el caldo de cultivo para los gérmenes de la crisis de la década de 1980.
El coronel Chadli Bendjedid, comandante de la región militar de Orán y candidato de compromiso, fue designado presidente en 1978. Adversario de la política socialista de Boumedienne, concedió más espacio a las iniciativas privadas e introdujo lentamente una economía de mercado, aunque sin abandonar el control estatal de la economía. Sin embargo, a partir de 1985, la caída del precio del petróleo hizo que disminuyesen fuertemente los ingresos del país. Por otra parte, la explosión demográfica hizo que aumentase el desempleo rápidamente y la crisis de la vivienda se agudizó aún más.
El 4 de octubre de 1988 se produjeron disturbios callejeros en la ciudad de Bab-el-Oued y las protestas se extendieron a otras ciudades. En realidad no se acusaba tanto al presidente Bendjedid, del que se apreciaban las reformas introducidas; a quienes se acusó fue a los antiguos gerifaltes del FLN que llevaban una vida de lujo tras beneficiarse del control estatal sobre la economía, además de haber invadido casi todo el aparato estatal desde los días de Boumedienne. Las acusaciones populares de corrupción política contra la burocracia elitista del FLN se hicieron muy comunes desde 1988, mientras que los grupos vinculados al fundamentalismo islámico eran mayoritarios en esas manifestaciones. La represión del ejército produjo centenares de muertos.
Tras estos "acontecimientos de 1988" Chadli Bendjedid introdujo reformas rápidamente. En noviembre de ese año separó las funciones de presidente y de secretario general del FLN. De allí en adelante el primer ministro tendría que rendir cuentas ante el Parlamento. En febrero de 1989 se introdujo el multipartidismo por referéndum. Se presentaron hasta 47 partidos, entre ellos el FIS (Frente Islámico de Salvación), legalizado en septiembre de ese año. Figuras conocidas de la oposición regresaron del exilio: en diciembre lo hizo Hocine Aït, el líder del FFS (Frente de las Fuerzas Socialistas) y en septiembre de 1990 el antiguo presidente Ben Bella. Periódicos y revistas de reciente creación se multiplicaron y se comenzó a hablar de la "primavera argelina".
En junio de 1990 tuvieron lugar las elecciones municipales y provinciales. El FFS, que contó con numerosos adeptos entre los cabilios, así como otros partidos protestaron por el modo en que se habían organizado las elecciones y decidieron boicotearlas. Ante la reducción de las posibilidades de elección, los electores votaron masivamente en contra del FLN y el FIS obtuvo el 52,42% de los votos.
A pesar de todo, Chadli Bendjedid decidió continuar con la democratización y anunció elecciones legislativas para junio de 1991. No obstante, la nueva ley electoral hizo que al FIS le fuese más difícil conseguir la victoria. Este apeló a la huelga y a principio de junio de 1991 se produjeron tumultos que provocaron la declaración del estado de sitio. El gobierno Hamrouche dimitió y el nuevo primer ministro, Ghozali, aplazó las elecciones hasta diciembre. Millares de adeptos del FIS fueron arrestados, incluidos los dos líderes más importantes, Abassi Madani y Ali Benhadj. El 26 de diciembre, en la primera vuelta de las elecciones, de los 430 disponibles, se cubrieron 228, de los cuales 189 eran del FIS. El FFS obtuvo 25 y solamente 15 el FLN. A esto le sucedió una fuerte polémica entre partidarios y adversarios de que continuara la experiencia democrática. El 12 de enero de 1992, bajo la presión del ejército, dimitió el presidente Chadli y se anuló la segunda vuelta de las elecciones. El ejército, junto con el FLN, instauró un "Alto Consejo de Estado" formado por cinco miembros y presidido por una de las figuras históricas más importantes en la lucha por la independencia: Mohammed Boudiaf, que vivía en el exilio en Marruecos desde 1964. Se disolvió el FIS, sus líderes fueron arrestados y se declaró el estado de emergencia. Entonces se sucedieron los hechos en cadena: comenzó el ciclo terrorismo/represión y nadie se quedó fuera del alcance de lo uno ni de lo otro. A finales de junio de 1992 M. Boudiaf fue asesinado.
El país siguió el modelo de partido único hasta 1988. Tras la legalización del multipartidismo el Frente Islámico de Salvación (FIS) ganó las elecciones municipales y la primera vuelta de las elecciones legislativas de 1991 (ver Elecciones desde la implantación del pluripartidismo (1989)), pero el ejército decretó el estado de urgencia y le impidió asumir el poder. Esto desencadenó la violencia liderada por diversos grupos armados como el Ejército Islámico de Salvación, brazo armado del FIS o su rival el Grupo Islámico Armado. Desde entonces miles de personas han muerto en las ofensivas rebeldes y las contraofensivas oficiales. Los militares gobernaron hasta 1994.
A finales de la década de 1990 parte de la región oriental del país fue escenario de ataques contra la población civil por parte de grupos fundamentalistas que buscaban desestabilizar al gobierno central. Se produjeron varias masacres, algunas de las cuales dejaron más de 200 víctimas mortales.
En las elecciones presidenciales de 1999, fue elegido Abdelaziz Bouteflika, quien resultó reelegido en 2004, en 2009 y nuevamente en abril de 2014, iniciando su cuarto mandato consecutivo.
El régimen político de Argelia es el de una república semipresidencialista, en la cual el presidente de Argelia es el jefe de Estado y el Primer Ministro es el jefe de Gobierno.
En noviembre de 2020 Argelia autorizó un referéndum para aprobar la nueva reforma constitucional que entre otras cosas autoriza a su ejército a intervenir militarmente en el extranjero por primera vez en su historia en el contexto de misiones de paz atendiéndose a las resoluciones de la ONU, Unión Africana y Liga Árabe .
En materia de derechos humanos, respecto a la pertenencia a los siete organismos de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al Comité de Derechos Humanos (HRC), Argelia ha firmado o ratificado:
Argelia se divide actualmente en 58 vilayatos (provincias), 553 dairas (condados) y 1.541 baladiyahs (municipios). La capital y la ciudad más grande de cada vilayato, daira y baladiyah argelinos tienen siempre el mismo nombre que el vilayato, el daira o el baladiyah donde está situado. De igual forma se aplica para el daira más grande del vilayato o el baladiyah más grande del daira.
Según la constitución argelina, un vilayato es una “colectividad territorial” que goza de cierta libertad económica. La APW o "L'Assemblée Populaire Wilayale" (Parlamento Popular de “Wilayale”), es la entidad política que regula una provincia. Un "Valí" (Prefecto) dirige cada provincia. Esta persona la elige el presidente de Argelia para manejar las decisiones de la APW.
La APW tiene también un “presidente”, que es elegido por los miembros de la asamblea.
Las divisiones administrativas han cambiado varias veces desde la independencia de la nación. Al agregar nuevos vilayatos, la numeración de viejas provincias se ha mantenido, de aquí el orden no-alfabético. Con su ordenación numérica oficial, (desde 1983) se listan actualmente así:
1 Adrar
2 Chlef
3 Laghouat
4 Oum el-Bouaghi
5 Batna
6 Bugía
7 Biskra
8 Béchar
9 Blida
10 Buira
11 Tamanghasset
12 Tébessa
13 Tlemecén
14 Tiaret
15 Tizi Ouzou
16 Argel
17 Djelfa
18 Jijel
19 Sétif
20 Saida
21 Skikda
22 Sidi Bel Abbes
23 Annaba
24 Guelma
25 Constantina
26 Médéa
27 Mostaganem
28 M'Sila
29 Muaskar
30 Ouargla
31 Orán
32 El Bayadh
33 Illizi
34 Bordj Bou Arréridj
35 Bumerdés
36 El Tarf
37 Tinduf
38 Tissemsilt
39 El Oued
40 Jenchela
41 Souk Ahras
42 Tipasa
43 Mila
44 Aín Defla
45 Naama
46 Aïn Témouchent
47 Gardaya
48 Relizan
49 Provincia de Bordj Badji Mokhtar
50 Provincia de Bordj Badji
51 Provincia de Ouled Djellal
52 Provincia de Béni Abbès
53 Provincia de In Salah
54 Provincia de In Guezzam
55 Provincia de Touggourt
56 Provincia de Djanet
57 Provincia de El M’Ghaier
58 Provincia de El Meniaa
Límites:
La parte septentrional de Argelia es una gran meseta alargada, en la que se forman numerosas depresiones, limitadas por altos rebordes montañosos al norte y sur. Las montañas del Atlas se extienden al norte del país y están formadas por dos cordilleras de plegamiento: la septentrional, llamada Atlas del Tell, y la meridional, llamada Atlas Sahariano. Entre ambas queda la meseta o altiplanicie interior. Al sur del Atlas Sahariano comienza el desierto del Sahara, que ocupa la mayor parte del país y presenta un relieve muy variado, por la presencia de antiguas montañas, muy trabajadas por erosión eólica. Desde el litoral al interior cabe distinguir: las pequeñas llanuras costeras, muy reducidas por la proximidad de las montañas al Mediterráneo, entre las que destacan la Mitidja (Argel), el valle del bajo Chéliff, y las cuencas de Orán, Skikda y Annaba; el Tell; las Altas Mesetas, con sus depresiones, cubiertas en parte de lagos salados (chotts o shotts); el Atlas Sahariano; y la zona desértica.
Los ríos argelinos conservan un caudal casi regular únicamente en el norte montañoso y en verano sufren una fuerte desecación. Muchos ríos del interior no llegan a desembocar en el mar, sino que desaguan en las depresiones del terreno, donde al evaporarse forman marjales y lagunas salobre. Ningún río de Argelia es navegable, ni siquiera los de la zona septentrional, que suelen tener la sección inferior cubierta de lodo, aunque se usan para la irrigación. Tradicionalmente se considera que el principal río de Argelia es el río Cheliff (o Chelif, o Shelif), en el norte, aunque el de más longitud es el río Draa en el suroeste que actualmente forma parte de la frontera con Marruecos.
La mayor parte de Argelia está ocupada por el Sahara, dividido según WWF en cuatro ecorregiones de desierto: la estepa del Sahara septentrional al sur del Atlas, el desierto del Sahara en la mitad sur del país, el monte xerófilo del Sahara occidental en el macizo de Ahaggar y la meseta del Tassili n'Ajjer, en el sureste, y la estepa y sabana arbolada del Sahara meridional, en el extremo sur. En el norte del país el bioma dominante es el bosque mediterráneo, con el bosque mediterráneo norteafricano al norte y la estepa arbustiva mediterránea al sur, así como un enclave de bosque seco mediterráneo y matorral suculento de acacias y erguenes en el extremo oeste. La diversidad de Argelia se completa con el bosque montano norteafricano de coníferas en las montañas del Atlas y el salobral del Sahara en diversos humedales dispersos.
Mapa de Argelia.
Oasis en el macizo de Ahaggar.
Lago Agoulmime, Tikjda.
Argelia está clasificada como un país de ingresos medianos altos por el Banco Mundial. La economía sigue siendo dominada por el estado, un legado del modelo de desarrollo socialista posterior a la independencia del país. En los últimos años, el gobierno argelino ha detenido las privatizaciones de las industrias estatales y ha impuesto restricciones a las importaciones y la participación extranjera en su economía. Estas restricciones recién comenzaron a levantarse, aunque sigue habiendo dudas sobre la lenta diversificación de la economía de Argelia.
Sus principales recursos son petróleo, gas, hierro, zinc, plata, cobre y fosfatos. Un 14% de la población activa se dedica a la agricultura y la pesca. La tasa de desempleo ha sido históricamente muy alta, que alcanzó el 17,1% en 2005; pero ha tendido a disminuir en los últimos años, alcanzando el 10% en 2011 pero se ha mantenido alto entre los jóvenes, con una tasa del 21,5% para los jóvenes de entre 15 y 24 años.
Los combustibles fósiles son la principal fuente de ingresos de Argelia, representando aproximadamente un 60% de las rentas del estado, un 30% del PIB, y un 98% de los ingresos de la exportación en 2006. En la clasificación de los países con mayores reservas de petróleo, el país ocupa la posición número 14, almacenando unos 11.800 millones de barriles de crudo, pero se considera que la cantidad actual de las reservas es incluso superior. La Administración de Información de la Energía de los Estados Unidos informó en enero de 2007 que Argelia tenía unas reservas probadas de 161,7 billones de pies cúbicos de gas natural, el octavo país del mundo con mayores reservas de este combustible.
Los indicadores económicos y financieros mejoraron a mediados de los años 1990, debido en parte a las reformas políticas apoyadas por el Fondo Monetario Internacional, y una renegociación de la deuda externa con el Club de París. La economía de Argelia se benefició en 2000 y 2001 del incremento que sufrió el precio del crudo, y de la ajustada política fiscal llevada a cabo por el gobierno, dando como resultado un gran incremento de los beneficios en el comercio, récords elevados en los intercambios comerciales, y una reducción de la deuda. Sin embargo, los continuos esfuerzos del gobierno por diversificar la economía, atraer las inversiones, y aumentar el nivel de vida de los ciudadanos tuvieron poco éxito. En 2001, el gobierno firmó un tratado de asociación con la Unión Europea que le supondría menores tarifas y que permitiría aumentar el comercio. En marzo de 2006, Rusia aceptó perdonar 4740 millones de dólares estadounidenses de deuda de la época soviética durante una visita del presidente Vladímir Putin al país, la primera que realizaba un líder ruso en medio siglo. En compensación, el presidente argelino Bouteflika accedió a comprar aviones de combate rusos, defensas antiaéreas y otras armas por valor de 7500 millones de dólares, según la agencia rusa Rosoboronexport.
Argelia decidió en 2006 pagar la deuda que tenía con el Club de París antes de lo estipulado, y que ascendía a 8 mil millones de dólares. Esto redujo la deuda externa de Argelia a valores por debajo de 5000 millones de dólares a finales de 2006.
La economía argelina creció un 2,6% en 2011, impulsada por el gasto público, en particular en el sector de la construcción y las obras públicas, y por la creciente demanda interna. Si se excluyen los hidrocarburos, el crecimiento se ha estimado en 4.8%. Se espera un crecimiento del 3% en 2012, aumentando a 4.2% en 2013.
Desde tiempos de los romanos, Argelia ha destacado por la fertilidad de su suelo, aunque tan solo el 9,4 % de la población trabaja en la agricultura.
A mediados del siglo XIX se cultivaron grandes cantidades de algodón coincidiendo con la guerra civil estadounidense, pero su industria sufrió un retroceso. A principios del siglo XX se hicieron esfuerzos para retomar el cultivo de esta planta. Una pequeña cantidad de algodón se cultiva en los oasis del sur. Se producen grandes cantidades de una fibra vegetal, hecha de las hojas de palmera enana. Otros cultivos importantes son los olivos y el tabaco.
Para el cultivo de cereales se emplean más de 30 000 km². La zona del Tell es la de mayor extensión de cultivo de cereales. Durante la época de ocupación francesa, su productividad se vio incrementada sustancialmente gracias a los pozos artesianos. Los principales cereales son el trigo, la cebada y la avena sativa. Se exportan una gran variedad de frutas y verduras, especialmente cítricos, así como también higos, dátiles, fibra de esparto y corcho. Argelia es el mayor mercado de África de avena sativa.
Argelia es un país para ser visitado en cualquier época del año. En verano se puede disfrutar de unas playas lindas y cristalinas, tanto vírgenes como dotadas de restaurantes, hoteles y complejos turísticos, como en Argel, Bejaïa, Tipasa y Orán. En invierno se puede disfrutar de las montañas colmadas de nieve del Djurjura en Cabilia. En el centro del parque nacional del Djurdjura, en el municipio de Tikjda, la estación de esquí de Chrea ofrece la posibilidad de practicar esquí alpino y esquí de fondo.
Algunos de los sitios más importantes para ser visitados son los desiertos y sus oasis, teniendo en cuenta que la mayor parte del desierto más grande del mundo, el Sáhara, se encuentra en territorio argelino.
Argelia tiene un importante patrimonio arqueológico y cultural. Desde 1982, tiene siete sitios clasificados en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco:
Y a pesar de que es uno de los países más modernos de África, la razón de que no sea un importante destino turístico desde la década de 1990, es que desde hace 14 años grupos terroristas empezaron a hacer de Argelia un país lleno de caos, terror y miedo. Sin embargo en el año 1999 el presidente argelino intentó negociar con estos grupos,[cita requerida] logrando disminuir sus acciones terroristas. Aún se mantienen activos unos pequeños grupos los cuales se ubican hacia el sur del país. El presidente se propuso eliminarlos del país para finales del año 2007. Sin embargo el 11 de abril de 2007 reaparecieron los atentados. El gobierno argelino anunció que se uniría al gobierno marroquí para el combate de estos grupos.[cita requerida]
El presidente está contando con la ayuda de la O.N.U, de los tuaregs (militares del desierto argelino)[cita requerida] y las fuerzas armadas argelinas. Esta inestabilidad provoca las recomendaciones de no viajar a las zonas del sur debido a las amenazas terroristas existentes. Las ciudades desérticas que no sufren esta amenaza son las que están al norte de Djanet. Algunas de las más turísticas son las siguientes: Adrar, In Amenas, Tindouf, El Oued, Ghardaia, El Golea y Biskra. También destacan las ciudades desérticas más modernas de Hassi Messaoud.
Argelia cuenta con una línea de metro en su capital. El proyecto inicial contaba con 14 trenes de última generación de fabricación española, estos trenes fueron suministrados por la empresa multinacional CAF.[cita requerida] También cuenta con tres líneas de tranvías, que se inauguraron en el año 2009, que al igual que todos los trenes planificados, son de última generación.[cita requerida]
Djurdjura bajo la nieve.
Cordillera Ouarsenis, al noroeste (1985 m).
La costa en Bugía.
valle Bakhdache laghouat.
El desierto rojo de Tadrart.
El aeropuerto de Argel es uno de los aeropuertos más modernos de toda la región después de los tres mayores aeropuertos de Marruecos. Cuenta con una zona duty free y variedad de tiendas, comidas rápidas, restaurantes, aparcamiento con capacidad de 9.000 autos y otros servicios. Las compañías aéreas internacionales que vuelan a Argelia son Aigle Azur, Air France, Air Niger, Alitalia, Astraeus, Hahn Air, British Airways, EgyptAir, Iberia, Lufthansa, Libyan Airways, Qatar Airways, Royal Air Maroc, Saudi Arabian Airlines, Syrian Arab Airlines, Tunisair, Turkish Airlines, y próximamente Air Canada, Air China, Air Nostrum, China Southern Airlines y Etihad Airways. En 2007, el Aeropuerto Houari Boumediene fue calificado como el quinto aeropuerto más moderno de África después de los de Johannesburgo, Marraquech, Casablanca y Agadir y el tercero más grande.[cita requerida] En noviembre del 2007 se inauguró la nueva terminal 2, para vuelos nacionales, considerada la terminal de su tipo más moderna de África.[¿quién?] Egsa (empresa que está a cargo de los aeropuertos de Argelia), en 2008 inaugurará nuevas terminales en varios aeropuertos argelinos, entre ellos el aeropuerto de Annabe, Constantine, Ghardaia, Hassi Messaoud, Orán, Tlemcen y etc. Egsa, tiene pensado construir una tercera terminal en el Aeropuerto de Houari Boumediene (Argel), que se denominara terminal 3, tiene el ambicioso proyecto de hacer esta terminal la más grande de África y una de las más grandes e importantes del mundo, con 300.000m2 y con una capacidad de 20 millones de personas. Se tiene pensado empezar la construcción en 2008 e inaugurarla en el año 2012.
También se puede viajar por carretera o en tren. Para el 2009, Argelia contará con 200 trenes modernos de fabricación española que operarán rutas en el país.
La población de Argelia ascendía a 44 227 000 habitantes, segñun el censo de 2020.
Es una población joven, con una edad media de 27,1 años. La mortalidad infantil es de 26,75 por mil y la esperanza de vida de 74,26 años. Fuera de las ciudades más importantes, la atención médica es rudimentaria. El promedio de hijos por mujer era de 2,38 en 2008 y de 1,76 en 2010, una de las tasas más bajas del continente africano.Del millón de colonos franceses que vivían en Argelia antes de la independencia, quedan hoy 576 000.[cita requerida] Sumando todos los europeos y sus descendientes se calcula que forman el 18% de la población de Argelia (6,5 millones de personas).[cita requerida]
El 65 % de los argelinos viven en zonas urbanas.
Como en Argelia se instalaron muchas comunidades desde el siglo V, hoy en día Argelia tiene una gran variedad cultural y étnica. El 80% de la cultura argelina está dividido entre el norte fértil y el sur desértico: en el norte se ha desarrollado más la cultura de tipo europeo, mientras que la cultura del sur ha mantenido más sus características tradicionales debido al aislamiento, aunque algunas ciudades están conociendo un rápido crecimiento de la tecnología del siglo XXI.
Los pueblos de cultura bereber residen mayoritariamente en el norte de Argelia, de mayor densidad poblacional, pero tienen también una fuerte implantación milenaria en el Sáhara.
El árabe clásico es la lengua oficial del país, y desde abril de 2002 el tamazight, o bereber, también es lengua nacional, sin que se le otorgase un estatus de lengua co-oficial. El idioma constituyó un instrumento de represión contra la minoría bereber, la cual pide reconocimiento oficial y más autonomía del poder central argelino desde 1972. En la vida diaria, los argelinos hablan un « árabe dialectal», o darija, bastante diferenciado del árabe clásico en cuanto a vocabulario, siendo bastante similar en sintaxis y gramaticalmente. La darija ha conservado numerosas palabras y estructuras bereberes y tiene algunos préstamos del francés. El tamazight se expresa asimismo en diferentes variantes regionales: el cabilio (taqbaylit) en Cabilia, el chenoui en el noroeste , y el chaoui en el noreste (región de Aurés). Además también existen el touareg en el Sáhara, el tamzabit en el Valle de M'Zab y el tashelhit en la frontera con Marruecos.
Debido a que los censos lingüísticos, étnicos o religiosos están prohibidos en Argelia, no se sabe con exactitud el número de arabófonos y del resto de idiomas. Por otro lado buena parte de la población argelina es bilingüe o trilingüe, hablando con fluidez tanto el árabe como el tamazight o el francés, por lo que es muy difícil definir con precisión grupos lingüísticos de un habla u otro. En 2007, se estimaba que 27,4 o 30% (un tercio de la población, 8.800.000 habitantes) hablaba una de las lenguas bereberes, y más del 72% hablaba árabe, en su mayoría árabe dialectal argelino. El francés, no obstante, es hablado por el 70% de los argelinos como segunda lengua, especialmente presente en el sistema educativo, en los medios de comunicación y en los medios turístico, comercial y financiero. Desde su independencia, los gobiernos argelinos han pretendido favorecer la expansión del árabe clásico en desmedro de las variantes locales, y en contraposición al francés y al tamazigth o bererer.
El hassanía o hassaniyya, es el árabe dialectal hablado por los refugiados saharauis en los campos de refugiados de Tindouf. Estos hablan también español debido a la pasada presencia española en la zona.
El 98% de la población es musulmana sunnita, el 2% es cristiana (protestante y católica) y una muy pequeña comunidad judía. Estos últimos cuentan con 500 personas en todo el país, y viven principalmente en Argel; proceden de la población judía anterior a la creación de Israel, cuya mayor parte huyó o fue expulsada tras la independencia. Un estudio publicado en 2015 por Patrick Johnstone y Duane Alexander Miller estima que en 2012 había 380.000 cristianos convertidos desde el islam.
Argelia también ha sido cuna de importantes figuras de la filosofía clásica y moderna, con nombres como Agustín de Hipona, Jacques Derrida, Louis Althusser o Albert Camus.
La música chaâbi es un género musical típico de Argelia que se caracteriza por ritmos específicos y de Qacida (poemas populares) en un dialecto del árabe. El representante más importante de este tipo de música es sin duda El Hadj M'Hamed El Anka. Uno de los mejores representantes del estilo Ma'luf (véase música andalusí) de Constantinois es Mohamed Tahar Fergani.
Entre los estilos musicales tradicionales destaca la música beduina, que se caracteriza por las canciones poéticas basadas en extensos kacida (poemas); la música cabilia, basada en un rico repertorio que consta de poesía y antiguos relatos que se han transmitido generación tras generación; la música shawia, una tradición de diversas zonas del Aurés; el estilo musical rahaba es único en esa región. Souad Massi es una cantante, compositora y guitarrista tradicional que usa varios idiomas, en ocasiones mezclados, en sus trabajos. Manel Filali, de Alemania, y Kenza Farah, de Francia son algunos de los cantantes de la diáspora. La música tergui suele cantarse en lenguas tuareg; el grupo tuareg Tinariwen ha sido exitoso internacionalmente. La música staïfi surgió en Sétif y sigue siendo un estilo único en su tipo.
La música moderna muestra varias facetas: la música raï es un estilo típico de Argelia occidental. El rap argelino es un estilo relativamente reciente en el país que ha estado creciendo significativamente.
Entre estos géneros musicales se popularizó el hip hop, su población con un promedio de edad situado entre los países más jóvenes se encuentra cómoda formando parte de esta cultura.
El break dance está muy presente, donde se muestran aspectos arraigados a la cultura y danzas africanas.
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