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Sahara Occidental



El Sahara Occidental (o Sáhara Occidental)[7]​ es una región del norte de África situada en el extremo occidental del desierto del Sahara, a orillas del océano Atlántico. Es uno de los 17 territorios no autónomos bajo supervisión del Comité Especial de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas, con el fin de terminar el colonialismo.[8]​ Fue introducido en la lista de los territorios no autónomos el 15 de diciembre de 1960 a través de la resolución 1542 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuando todavía era una provincia española.[9]

Su proceso de descolonización fue interrumpido en 1976, cuando España abandonó el Sahara Occidental en manos de Marruecos y Mauritania —tras la marcha verde y conforme a lo dispuesto en los Acuerdos de Madrid (1975), no válidos según el Derecho internacional—.[4]​ El territorio está ocupado[4][10]​ actualmente en su mayor parte por Marruecos, que lo llama sus Provincias Meridionales, aunque la soberanía marroquí no es reconocida por las Naciones Unidas[11][12]​ y es rechazada por el Frente Polisario, que proclamó su independencia en 1976 creando la República Árabe Saharaui Democrática, reconocida hasta el momento por ochenta y dos países de los cuales 51 han congelado o cancelado su relación con ella. Esta administra la región al este no controlada por Marruecos, la cual denomina Zona Libre.

El Sahara Occidental se encuentra ubicado en África del Norte, limitando al norte con el océano Atlántico, entre Mauritania (este y sur) y Marruecos (norte). Limita también al noreste con Argelia.

Atravesado por el trópico de Cáncer, el territorio está ocupado por el desierto del Sahara, siendo una parte erg (arenosa) y otra hamada (pedregosa).

Cuenta con aproximadamente 266 000 kilómetros cuadrados y posee un litoral de 1100 kilómetros de largo frente al Atlántico, lo que implica un gran valor geoestratégico en sí mismo.

Aunque la zona puede experimentar inundaciones repentinas en la primavera, no hay corrientes permanentes. A veces, una corriente fría en la costa puede producir niebla y un fuerte rocío.

El interior experimenta un calor extremo en verano, con máximas medias que alcanzan los 43-45 °C (109-113 °F) en julio y en agosto; durante el invierno, los días siguen siendo calurosos o muy calurosos, con máximas medias de 25 a 30 °C (77 a 86 °F); sin embargo, en la parte septentrional del territorio, el termómetro puede caer por debajo de 0 °C (32 °F) por la noche y puede estar helando en diciembre y en enero, aunque esto es poco frecuente.

La escasa vegetación casi solo se limita a los oasis. Existen algunas especies de animales adaptadas al árido hábitat desértico, como el zorro del desierto, la gacela dama, la hubara, el corredor, la ganga senegalesa, la foca monje, el dromedario, diversos reptiles, entre otros. Especies extinguidas por los avatares históricos del territorio son el avestruz o el oryx.

Según WWF, casi todo el territorio pertenece a la ecorregión desértica denominada estepa del Sahara septentrional; salvo la costa, que se divide entre el bosque seco mediterráneo y matorral suculento de acacias y erguenes, en el extremo norte, y el desierto costero atlántico, en el centro y sur, y algunos enclaves de salobral del Sahara en el interior.

La economía nómada sahariana estaba basada en los ganados, para los cuales se buscaban buenas zonas de pastos y aguas, lo que empezó a ser pastoreo nómada.

El Sahara Occidental cuenta con pocos recursos naturales y no posee suficientes precipitaciones como para abastecer la mayoría de las actividades agrícolas. Su economía se centra en el pastoreo nómada, la pesca y la extracción de fosfatos en Bucraa, de los que constituye el mayor yacimiento del mundo.[cita requerida] La mayoría de los alimentos para la población urbana debe ser importada. Todo el comercio y otras actividades económicas son controlados por el gobierno de Marruecos.

Los ingresos y estándares de vida se encuentran sustancialmente por debajo de los de Marruecos.

La población del Sahara Occidental en su mayor parte es de origen árabe (árabes y bereberes arabizados) y bereber. Existe también una escasa minoría de ascendencia española o europea y subsaharianos. Una gran parte de la población saharaui original (alrededor de 155 000 personas[cita requerida]) se halla refugiada en campamentos en Tinduf desde 1975.

El Sahara Occidental es uno de los territorios más escasamente poblados del mundo y posiblemente el de menor densidad de población. Hacia julio de 2004 existía en el Sahara Occidental una población estimada de 267 405 habitantes.

El idioma oficial tanto en una parte como en otra del muro marroquí es el árabe, aunque se habla diariamente el dialecto conocido como hassanía, también hablado en Mauritania. También se habla el español, tanto en la zona controlada por la RASD, como en la zona ocupada por Marruecos, donde es hablado como segundo idioma por los saharauis de origen, particularmente los que crecieron durante la provincia española, y con giros y modismos canarios, influencias del árabe y en ocasiones arcaísmos de los años 1950, lo que ha llevado a la formación de su propia variedad del idioma, el español saharaui.

La religión predominante en la región es el islam.

El principal grupo étnico del Sáhara Occidental son los saharauis, un grupo étnico nómada o beduino que habla el dialecto hassānīya del árabe, también hablado en gran parte de Mauritania. Son de ascendencia mixta árabe-bereber, pero afirman ser descendientes de los Beni Hassan, una tribu árabe que emigró a través del desierto en el siglo XI.

Físicamente indistinguibles de los moros de Mauritania que hablan hassanía, los saharauis se diferencian de sus vecinos en parte por sus diferentes afiliaciones tribales (ya que las confederaciones tribales atraviesan las actuales fronteras modernas) y en parte como consecuencia de su exposición a la dominación colonial española. Los territorios circundantes se encontraban generalmente bajo el dominio colonial francés.

Al igual que otros grupos beduinos saharauis y hasaníes, los saharauis son en su mayoría musulmanes de la rama suní y fiqh malikí. Las costumbres religiosas locales (Urf) están, al igual que otros grupos saharauis, muy influidas por las prácticas bereberes y africanas preislámicas, y difieren sustancialmente de las prácticas urbanas. Por ejemplo, el islam saharaui ha funcionado tradicionalmente sin mezquitas, como adaptación a la vida nómada.

La sociedad original basada en clanes y tribus sufrió una gran agitación social en 1975 cuando la guerra obligó a parte de la población a establecerse en los campos de refugiados de Tinduf (Argelia), donde permanecen hasta ahora. Muchas familias se separaron por la disputa.

El Museo del Ejército de Liberación del Pueblo Saharaui se encuentra en este campamento de refugiados. Este museo está dedicado a la lucha por la independencia del pueblo saharaui. Presenta armas, vehículos y uniformes, así como abundante documentación histórica.

Los habitantes del Sahara Occidental pertenecen al pueblo gitul y, según las fuentes de la época romana, la región estaba habitada por este pueblo, además de la presencia de tribus bereberes. La herencia de los bereberes todavía se puede encontrar en sus características y los nombres de sus ubicaciones geográficas y de sus tribus.

Sin embargo, otras fuentes confirman que los primeros habitantes del territorio pudieron pertenecer a Alpavor[13]​ y se establecieron posteriormente en el pueblo Alserereon. Otra hipótesis es que los bafour se asentaron en la región más tarde y terminaron aprendiendo el idioma amazigh, fusionándose también con los pueblos indígenas de la región, para convertirse, como resultado de muchas mezclas, en miembros de la tribu árabe Beni Hassan.

La llegada del islam a la región en el siglo VIII jugó un papel importante en el desarrollo del Magreb, especialmente en el campo comercial. La lejanía del califato facilitó la independencia de la región. Los almorávides, un grupo de estrictos intérpretes del Corán, surgidos en esta región, controlaron (1053-1147) el norte de África e incluso al-Ándalus, al otro lado del estrecho de Gibraltar. La región del Sahara Occidental se desarrolló y se convirtió en una de las principales rutas de caravanas, siendo la más importante la ruta entre Marrakech en Marruecos y Tombuctú en Malí.

En el siglo XI, los Beni Maquil (una comunidad árabe que contaba con menos de 200 miembros durante ese período) se asentaron en Marruecos, concretamente en el Valle del Draa, Wadi Moulouya, Tafilalet y Taourirt.[14]​ Hasta entonces la población, aunque musulmana, seguía siendo bereber; pero a comienzos del siglo XIII, con el final del Imperio almohade, los árabes maqil emigraron de Libia hacia el Oeste, y el sultán meriní Abu Yusuf los envió al sur del Draa, por lo que ocuparon el Sáhara Occidental y Mauritania dando origen a las tribus hasaníes que se impusieron sobre los bereberes sanhaya en el siglo XIV, y con ellos el árabe hassanía.

Los Beni Maquil construyeron en la región sus tribus y se establecieron cambiando su nombre y su sistema de gobierno, entre muchas otras cosas. Asimismo, lo subordinaron directamente a Al-Sous Al-Aqsa y luego se expandieron en la región de Souss, construyendo palacios ubicados en ciudades marroquíes como Taroudant.

Durante la era meriní, los Banu Hassan se rebelaron contra el Estado, pero fueron derrotados por el sultán, de manera que huyeron al exterior, por lo que se decía que habitaban ríos secos.[15]​ El hecho de volver a la guerra de nuevo, pero esta vez con Lamathuna, provocó que los bereberes partieran hacia el Sahara. A lo largo de casi cinco siglos, debido a un complejo proceso de aculturación, entremezclado y homogeneidad entre algunas tribus indígenas bereberes y tribus árabes mixtas, se formó una cultura única, especialmente entre Marruecos y Mauritania.

La sociedad saharaui antes de la transformación colonial estaba determinada por el nomadismo, cuya base económica fundamental era la explotación del ganado. La sociedad precolonial se organizaba en cabilas, una unidad social. Una cabila constituye un grupo unido por lazos de parentesco, a través de la línea de paterna con un antepasado común de gran prestigio, de carácter santo. La unidad familiar de la sociedad saharaui se extiende desde los bisabuelos hasta los bisnietos, y el conjunto de estos familiares se materializa en el “frig” o reunión de jaimat de un mismo “ahel”. Además, en las cabilas la consanguinidad iba unida con la próxima residencia. Así, la comunidad era el factor de unión que garantizaba a todos la supervivencia ante la fragilidad de producción.[16]

El sistema de gobierno del Sahara precolonial estaba organizado en relación al chej y a la yemaa. El chej asumía una autoridad personal, no institucional, ya que era un miembro de las familias prestigiosas de la cabila, a las cuales se les atribuye una categoría superior. Era también una persona con un gran conocimiento y mucha experiencia, y su autoridad se manifestaba por medio del consenso general en el consejo y arbitraje de los conflictos del “ahel” o “fahed”. El poder del chej estaba limitado por la yemaa, la asamblea de notables reunidos en consejo o parlamento libre, cuando surgían conflictos entre diferentes familias o cabilas.[17]

Desde el siglo XV, los españoles fueron atraídos por el litoral del Sahara. Su primer establecimiento sobre esta parte del litoral sahariano data de 1476, cuando Diego García de Herrera, señor de Lanzarote, hizo edificar un fuerte que bautizó como Santa Cruz de la Mar Pequeña[18]​ y que fue destruido más tarde por el sultán El Wartassi en 1527.

El dominio español sobre el territorio del Sahara Occidental tenía como objetivo convertir la región en un puerto para el transporte de esclavos africanos, pero, en el año 1700, el Imperio español cambió su objetivo, pasando a depender de la región por su actividad económica de la pesca en lugar de la esclavitud, lo que aboga fuertemente por su criminalización en ese período.[19]​ En el año 1860, la Guerra de África terminó con la victoria de los españoles en la batalla de Tetuán, que les permitió apoderarse de la ciudad de Tetuán, y en el tratado de paz insertaron un artículo que les permitió controlar posteriormente el Sahara.[20]

La región situada entre el cabo Bojador y el cabo Blanco fue reclamada por España en 1884, durante la conferencia de Berlín (establecimiento de una factoría en la península de Dajla y dependencias en la bahía de Cintra y en Cabo Blanco a finales de 1884 por Emilio Bonelli). En 1885, comenzó la construcción de Villa Cisneros y el establecimiento de factorías en Río de Oro y Cabo Blanco. Los españoles siguieron su avance hacia el interior y el norte del cabo Bojador.

Pese al éxito de las negociaciones con Ahmed uld Mohamed uld el Aidda, sultán de Adrar el-Tmarr y el jefe saharaui más respetado de la zona, de quien se logró que firmara una carta de protectorado con España, la falta de notificación del gobierno de Práxedes Mateo Sagasta durante la Conferencia de Berlín dejó los acuerdos en papel mojado, por lo que se perdió la posibilidad de establecer la soberanía española sobre un territorio de aproximadamente 500 000 km².[21]​ Posteriormente las salinas de Iyil quedaron bajo control francés tras el tratado de París que delimitó las fronteras entre los territorios coloniales de España y Francia tanto en el Sáhara Occidental como en el Golfo de Guinea.

Tras la independencia de Marruecos, este reclamó el territorio del Sahara Occidental como parte de su proyecto Gran Marruecos. En 1967, la Organización de las Naciones Unidas recomendó la descolonización del territorio en tanto que poco después, Mauritania también se sumó a las reclamaciones territoriales marroquíes.

Entretanto, comenzó la agitación nacionalista en el territorio. En 1968, se creó el Movimiento de Liberación de Saguia el-Hamra y Río de Oro bajo el liderazgo de Sidi Brahim Bassiri. El gobierno español, para tratar de solucionar los problemas nacionalistas, estableció en 1969 el Sahara español como una provincia española, por lo que dejó de ser una colonia y se convirtió en territorio integrante español. Un brote nacionalista en El Aaiún concluyó el 17 de junio de 1970 con 40 muertos y cientos de detenidos. Bassiri fue arrestado y nunca se volvió a saber de él. Poco después, el 10 de mayo de 1973, se creó el Frente Polisario (Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro), que comenzó la lucha armada contra España.

El 21 de agosto de 1975, Estados Unidos dio luz verde a un proyecto estratégico secreto de la CIA, financiado por Arabia Saudí, para arrebatar la provincia del Sahara Español a España, siendo el Sahara un territorio vital desde el punto geoestratégico, rico en fosfatos, hierro, petróleo y gas, que Estados Unidos no quería dejar en manos de España.

El 6 de octubre, los servicios de Inteligencia del Ejército español informaron a Franco de los planes de Estados Unidos sobre el Sáhara Occidental y le pidieron que actuara en consecuencia. El 21 de octubre, Juan Carlos, príncipe de España y heredero del dictador, se negó a aceptar la jefatura en España con carácter interino, pues buscaba poder total para poder actuar en el Sáhara Occidental, que consiguió poco tiempo después. Con riesgo de una guerra entre España y Marruecos, Juan Carlos I pidió ayuda de Henry Kissinger, el secretario de estado estadounidense, y este aceptó la mediación solicitada por el rey, intercediendo ante Hasán II, con lo que en las siguientes horas se firmó un pacto secreto por el que Juan Carlos se comprometía a entregar el Sahara español a Marruecos a cambio del total apoyo político estadounidense en su gobierno como rey de España.[22]

El conflicto entre Marruecos y Mauritania fue intenso ya que reclamaban la propiedad de la región. Marruecos afirmó que las potencias coloniales europeas robaron algunas de sus tierras durante el protectorado español y las otorgaron al independizarse a otros países. Posteriormente, Argelia, que también tiene fronteras con la región, intervino y cuestionó las demandas de Marruecos y luego apoyó la independencia de esa región.

En octubre de 1963 estalló la guerra de las Arenas entre Marruecos y Argelia iniciada por falta de acuerdo respecto a sus fronteras. Durante esta guerra Marruecos volvió a reclamar que algunas de las gobernaciones argelinas, especialmente la wilaya de Tinduf y Bashar, le pertenecían, lo que provocó que tuviera una discusión con su vecino. El debate continuó durante mucho tiempo antes de que Naciones Unidas entrara en la línea para llegar a una solución final.

En 1975 se llegó a un acuerdo con la ayuda del Frente Polisario, durante este año las Naciones Unidas enviaron múltiples misiones, y también buscaron ayuda de la Corte Internacional de Justicia, reconociendo finalmente que el Sáhara Occidental tiene vínculos históricos con Marruecos y Mauritania, y Argelia no tiene nada que ver con el tema, pero esto no es suficiente para probar la soberanía de ningún país sobre esas tierras en particular. Y que el colonialismo español barajó las cartas. Al final, se adoptó una decisión que otorgaba a los habitantes de la región el derecho a decidir por sí mismos.[23]

El 6 de noviembre de 1975, la marcha verde traspasó la frontera internacionalmente reconocida del Sahara Occidental. En virtud de los Acuerdos de Madrid, se estableció una administración temporal tripartita constituida por España, Marruecos y Mauritania. El 26 de febrero de 1976, España abandonó el territorio, tras lo cual el Frente Polisario, apoyado por Argelia, proclamó la República Árabe Saharaui Democrática y emprendió una guerra de liberación del territorio contra estos dos países.

En 1979, Mauritania, derrotada, firmó la paz con el Frente Polisario, renunciando a sus pretensiones en el territorio. Al mismo tiempo Marruecos materializó la ocupación. En la ocupación Marruecos bombardeó a la población saharaui con napalm y fósforo blanco,[24]​ lo que ocasionó la huida de muchos al exilio en el desierto. Actualmente, la ciudad de Tinduf junto con otras cuentan con más de 170 000 refugiados saharauis.

En 1991, Marruecos y el Frente Polisario firmaron un alto al fuego auspiciado por la ONU que estableció la Misión de Naciones Unidas para el referendo en el Sahara Occidental (MINURSO), que se celebraría en febrero de 1992. Frente al acuerdo firmado en 1991, Naciones Unidas publicó un  informe en el que confirmaba que dos tercios del territorio (incluida la mayor parte de la costa atlántica, la única parte de la costa fuera del muro de arena en el extremo sur, además de la isla de Ras Nouadhibou) están gestionados por el gobierno marroquí que recibe el apoyo tácito de Francia y Estados Unidos, mientras que el tercio restante lo gestiona el Frente Popular para la Liberación de Saguia el-Hamra y el Rio del Oro conocido como Frente Polisario.[25]

El Frente Polisario acusó a Marruecos de ir aplazando la convocatoria del referéndum mediante apelaciones para que la población no saharaui instalada por el gobierno marroquí en la zona durante los últimos años (que ya es mayoría) tenga derecho a voto. Marruecos rechaza estas acusaciones y acusa a Argelia y el Polisario de aumentar la población de la RASD con el aporte de saharauis argelinos; por el momento, Argelia no permite ningún tipo de censo de la población de los campos de Tinduf y sólo existen estimaciones.

Para superar el estancamiento del proceso de paz, las Naciones Unidas designaron a James Baker como Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas para el Sahara Occidental. Bajo sus auspicios, en 1997, Marruecos y el Frente Polisario firmaron los Acuerdos de Houston.

En enero de 2000 se finalizó el proceso de identificación de votantes para el referéndum de autodeterminación. Se presentaron 120 000 apelaciones, pero, en lugar de tramitarlas de acuerdo con los procedimientos pactados por las dos partes, el Secretario General de la ONU congeló el proceso. Para superar el bloqueo, el Secretario General propuso un plan para la repartición del Sahara entre Marruecos y el Frente Polisario, solución que fue aceptada por el Frente, pero rechazada por Marruecos.

Para superar de nuevo este bloqueo, James Baker propuso otro plan, el llamado plan Baker II, que en 2003 fue avalado por unanimidad por el Consejo de Seguridad (Resolución 1495). Marruecos, sin embargo, no aceptó dicho plan, porque según los responsables marroquíes el plan no garantiza la participación de todos los saharauis en el referéndum de autodeterminación. Marruecos propuso en su lugar conceder al Sahara Occidental una amplia autonomía bajo su soberanía, en abril del 2007 (cuyas condiciones están establecidas pero todavía no están concretadas) y la creación de CORCAS (Consejo Real para los Asuntos del Sahara) compuesta por miembros de distintos clanes y tribus saharauis designados por el rey de Marruecos, pero esta solución fue rechazada por el Frente Polisario.

Baker renunció a su puesto en las Naciones Unidas en 2004. Tras presentar su renuncia, manifestó: “No creo que haya solución a esta crisis”.[26]​ Su renuncia se produjo después de varios meses de intentos fallidos de conquista de Marruecos para entrar en negociaciones formales sobre su plan, pero las autoridades del Reino lo rechazaron. Especialmente después de que el rey Mohammed VI se opuso a la celebración de cualquier referéndum sobre la independencia, diciendo: "No cederemos ni un centímetro de nuestro amado país y nuestro desierto, sino que no abandonaremos ni un solo grano de su arena".[27]

Actualmente, el territorio del Sahara Occidental se halla dividido por un muro de más de 2000 km de largo que divide de norte a sur el Sahara Occidental. La zona al oeste del muro, de protección marroquí, es el territorio ocupado por Marruecos, llamado Sahara marroquí, mientras que la zona al este del muro constituye lo denominado por el Polisario territorios liberados o zona defensiva para Marruecos.

Según un informe solicitado por el Consejo de Seguridad al asesor jurídico de las Naciones Unidas, los Acuerdos de Madrid no hicieron a Marruecos ni a Mauritania potencias administradoras del territorio, por lo que este sigue siendo, a efectos jurídicos, un territorio no autónomo administrado por España. Este informe (documento S/2002/161)[28]​ dirigido al presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y fechado el 29 de enero de 2002, indica en su párrafo sexto:

De esta forma Marruecos ocuparía el territorio,[4][10]​ aunque solo la mayor parte del territorio, porque el resto se encuentra controlado por la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

Recientemente, la CIA abrió el acceso a más de 10 millones de páginas de más de 900 000 documentos desclasificados, de los cuales existen varios que tratan sobre lo que sucedió desde marzo de 1979.[30]

La RASD ha sido reconocida por la Unión Africana y por ochenta y dos países del mundo, la mayoría africanos o hispanoamericanos. Sin embargo, cincuenta y dos países han cancelado sus relaciones con la RASD. El último en reanudar relaciones diplomáticas con la RASD fue Panamá, en el año 2016. La RASD no está reconocida por la ONU, ni por la Liga Árabe, ni por ningún país europeo, ni ningún miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Las pretensiones de Marruecos respecto a su «integridad territorial» las apoyan de forma intermitente y oscilante por algunos países y la Liga Árabe.[31]​ Sin embargo, ningún país reconoce formalmente la anexión, como admite el informe del secretario general de la ONU del 19 de abril de 2006:

Marruecos considera que el Sáhara Occidental es parte de sus provincias del sur (la superficie del Sáhara Occidental es de 266 000 km2 y la de las provincias del Sur es de 416 474 km2),[33]​ el cual representa aproximadamente el 64% de estas. Marruecos afirma que su poder es histórico y legal en esta parte del Sahara. Marruecos rechaza las conclusiones de la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia de 1975. Pues, según el país, el tribunal cometió un error de interpretación al tratar de utilizar un marco legal occidental. Los lazos de lealtad expresados, en períodos precoloniales, por los jefes saharauis constituirían la nación marroquí, así como la anexión del Sáhara Occidental en Marruecos, y no habría otra fuente histórica de soberanía. Para Rabat, la corte no puede reconocer los vínculos que existen entre los marroquíes y los saharauis, y por eso rechazan la soberanía de Marruecos.[34]

La cuestión del Sáhara Occidental también es un factor importante de estabilidad política en Marruecos: según las autoridades, el embargo del territorio es objeto de un consenso nacional, y un gobierno que actuaría en contra de este consenso se enfrentaría inmediatamente fuerte hostilidad de la población. París y Washington son, además, muy sensibles a este argumento de estabilidad.[34]​ Un funcionario marroquí dice:

Lejos de considerar al Frente Polisario como un actor independiente, Marruecos considera que este es sólo una herramienta de Argelia (a veces refiriéndose a él por el término Argelisario). También según Rabat, sin la ayuda diplomática, financiera, militar y logística de Argelia, no habría ninguna cuestión saharaui. Además, según la monarquía, Argel usaría el Polisario para debilitar a su rival regional, desviarlo sobre cuestiones relacionadas con sus fronteras, ofrecer acceso al Océano Atlántico a través de un Estado saharaui a su servicio y finalmente explotar recursos, los recursos naturales del Sáhara Occidental.[34]​ Más recientemente, los marroquíes se centraron en un nuevo riesgo. Ver un nuevo estado evolucionar en un contexto inestable marcado por el yihadismo religioso. Marruecos cree, además, que existen vínculos entre los yihadistas de AQMI y los jefes saharauis.[34]

Después de contactos informales, Marruecos acordó tratar directa y oficialmente con el Polisario en 2007 como uno de los protagonistas del conflicto. A pesar de esto, casi 8000 saharauis previamente asentados en los campos de refugiados de Tinduf se han unido a Marruecos, ya sea desde las Islas Canarias (España) o a través de Mauritania.[35]​ Entre ellos, ejecutivos del Polisario.[36]​ En 2006, Marruecos decidió otorgar lo que considera autonomía territorial de su territorio, y confió al Consejo Asesor Real para Asuntos del Sahara (CORCAS) el estudio de posibles estatutos de autonomía en la región. Sin embargo, el Polisario rechaza cualquier solución que no incluya un referéndum sobre autodeterminación.

Marruecos aboga por una amplia autonomía en el marco de la soberanía del reino alauita para resolver el conflicto en el Sáhara Occidental. La propuesta de autonomía para el Sáhara Occidental es, según Rabat, un enfoque "modernista, democrático y creíble", teniendo en cuenta el proceso político que Marruecos ha experimentado en los últimos años. Este proyecto cuenta con el apoyo de varios países, como Estados Unidos,[37]​ y Francia.[38]

La justicia europea, después de haber cancelado un acuerdo agrícola con Marruecos, con el argumento de que también se aplica al Sáhara Occidental, el país anunció el congelamiento de sus contactos con las instituciones europeas.[39]

Para el Frente Polisario, el conflicto en el Sáhara Occidental es sobre todo una cuestión de autodeterminación de los pueblos. Siempre ha afirmado que su única solicitud es la aplicación del derecho internacional y, en particular, el derecho a la libre determinación de los pueblos. Además, la ONU ha declarado en repetidas ocasiones que la resolución 1514 (XV) se aplica al Sáhara Occidental.[40]

Esta solución también fue aceptada por Marruecos, el Polisario no ve ninguna razón para cambiar su posición. Considera, además, que Marruecos, al darse cuenta de que esto dañaría sus intereses, no cumplió su palabra al no organizar un referéndum. Además, la invocación de los llamados derechos históricos por parte de Marruecos solo sería una tapadera para sus ambiciones ultranacionalistas. Por lo tanto, las reclamaciones marroquíes deberían ubicarse en un contexto más amplio, el del Gran Marruecos reivindicado por el Partido Istiqlal en la década de 1950 y visto por Mohammed V y sus sucesores como el futuro de la nación marroquí.[40]

Para el Polisario, Rabat usa su ideología nacionalista principalmente por razones políticas internas, con el fin de crear una unión en torno al rey mientras mantiene un sentimiento de cerco y miedo. Al instalar dicho entorno, el régimen marroquí se ofrecería la posibilidad de actuar de manera represiva y eliminaría las críticas comparándolas con un intento de romper la nación.[40]​ La crítica del Polisario a la posición marroquí consiste en resaltar su naturaleza, obligándolo a aceptar un día lo que rechaza con el simple propósito de ahorrar tiempo. Un miembro del Polisario declara, además:

Después de la retirada de España y la ocupación de Marruecos y Mauritania, Argelia comenzó a apoyar el principio de autodeterminación de los pueblos y dio la bienvenida a la mayoría de los refugiados saharauis, principalmente en Tinduf. Esto es para la implementación de las resoluciones 1754 (2007), 1783 (2007), 1813 (2008), 1871 (2009), 1920 (2010), 1979 (2011), 2044 (2012) y 2099 (2013) de la ONU sobre la organización de un referéndum para el pueblo saharaui bajo los auspicios de la misma.[41]

Argelia apoya el Sáhara Occidental en nombre de los derechos de los pueblos a la libre determinación y la inviolabilidad de las fronteras coloniales. Su posición oficial es "que no tiene reclamos territoriales sobre el Sáhara Occidental, que no es parte interesada en el conflicto entre la RASD y el reino de Marruecos, y que su apoyo a los separatistas saharauis es de sus principios de ayuda a todos los pueblos que luchan por la descolonización de su país en todo el mundo". Argelia reafirma, con cada ataque de los medios, que no le preocupa el conflicto y que se contenta con apoyar las resoluciones de la ONU. Sin embargo, Mohamed VI persiste en sus declaraciones:[42]

Y esto, a pesar del hecho de que la ONU nunca ha considerado a Argelia como parte del conflicto, del lado argelino, se considera que la estrategia de comunicación marroquí tiene como objetivo hacer creer que las reclamaciones provienen de otros lugares que no son el Sáhara Occidental. Según Argel, al involucrar a Argelia, Marruecos crea la ilusión de que el pueblo saharaui se adhiere a su proyecto.[43]

En 1963, el Sáhara Occidental fue inscrito, a petición de Marruecos,[44][45]​ en la lista de territorios no autónomos según la ONU, mientras todavía era una colonia española. El territorio siempre ha conservado este estado desde entonces. Las Naciones Unidas han estado directamente involucradas desde 1988, cuando Marruecos y el Polisario acordaron celebrar un referéndum sobre autodeterminación, a fin de lograr un fin pacífico del conflicto. Aunque, en 1991, la ONU obtuvo un alto el fuego entre los beligerantes, según un calendario que estipulaba la celebración del referéndum al año siguiente. Tras los continuos desacuerdos sobre la composición de las listas electorales, este referéndum aún no ha tenido lugar.

Este es un llamado a la aceptación de Marruecos para organizar un referéndum para la autodeterminación del pueblo saharaui como se comprometió en 1989.[46][47]​ El principal problema con respecto al referéndum es la composición del electorado: según la FAO, la población del territorio era de alrededor de 80 000 habitantes en 1975. Sin embargo, muchos de ellos fueron nómadas durante mucho tiempo y pasaron libremente por territorios ahora bajo soberanía argelina, marroquí, mauritana y maliense; Por otro lado, el estado civil de estas poblaciones seguía siendo elemental y era muy difícil determinar un lugar fijo de nacimiento y residencia, información esencial para establecer listas electorales.[48]

Para la Unión Africana (antigua Organización de la Unidad Africana), la RASD es un estado miembro con todas sus prerrogativas. La decisión de la UA de aceptar a la RASD como miembro en 1982 llevó a Marruecos a abandonar la organización en 1984.[49]​ Marruecos siguió siendo el único país africano que no era miembro de la Unión Africana por su no adhesión al principio de intangibilidad de las fronteras heredadas de la colonización hasta el 30 de enero de 2017, fecha de su reintegración.[50]

La paralización del Plan de Paz como consecuencia del bloqueo marroquí ha hecho despertar a la Unión Africana del largo letargo que ha vivido. Por ello, el comunicado del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana de 27 de 2015 y el informe del asesor jurídico de la Unión Africana, de 9 de octubre de 2015 sobre la legalidad e la exportación de los recursos naturales del Sahara Occidental, ha desbloqueado la posición neutral, dando a entender que llevaría a cabo acciones para defender los derechos del pueblo saharaui.[51]

El diario nacional estadounidense The Wall Street Journal publicó un artículo el 11 de agosto de 2019 sobre el Sáhara Occidental, que establece la posición de los Estados Unidos sobre el conflicto al afirmar que "Washington no apoyaría un plan destinado a crear un nuevo estado en África".[52]

En febrero de 2020, Israel pidió a Estados Unidos que reconociera la soberanía marroquí sobre los territorios ocupados del Sahara Occidental si el estado árabe normalizaba las relaciones con Israel.[53]​ Días después, Estados Unidos anunció que no iba a reconocer la soberanía marroquí en el territorio saharaui.[54]​ No obstante, en diciembre de 2020, el presidente Donald Trump anunció que reconocería la soberanía marroquí sobre el territorio.[55]

El estatus legal del territorio y la cuestión de la soberanía están por resolver. Se encuentra en su gran mayoría bajo el control de Marruecos, pero el Frente Polisario, que constituyó en 1976 la República Árabe Saharaui Democrática, lo disputa. Desde entonces los dos bandos se han enfrentado militar y diplomáticamente en varias ocasiones y con diversos grados de intensidad.[56]

Por su parte, la ONU nunca ha reconocido los Acuerdos de Madrid y, por tanto, solo reconoce como potencia administradora a España.

Antiguamente se dividía en Saguía el Hamra (con capital en El Aaiún) y Río de Oro (capital Dajla, donde existe un aeropuerto, antiguamente llamada Villa Cisneros). Otras poblaciones importantes son Esmara, Bir Lehlu, La Güera (o La Agüera, actualmente un despoblado) y Guerguerat.

Marruecos dividió el Sahara Occidental en seis provincias: Auserd, Río de Oro-Dajla, Bojador, El Aaiún y Esmara. Tras la reorganización territorial de 2015, el territorio del Sáhara Occidental se encuentra actualmente dividido en tres regiones marroquíes: Dajla-Río de Oro, El Aaiún-Saguía el-Hamra y Guelmim-Río Noun. Las dos últimas incluyen también territorio de Marruecos propiamente dicho (una pequeña porción de Cabo Juby la segunda y una gran porción del sur de Marruecos la última).

En 2009 la Eurocámara expresó su preocupación ante la ONU por el deterioro de la situación de los derechos humanos en la región.[57]​ Expresamente se refirió a los derechos de «libertad de expresión, asociación, manifestación y comunicación».[58]​ Añadió, además, que la justicia marroquí de la zona está sesgada por la presión de protección del dominio.

Durante los años de la guerra (1975-91), Marruecos y Frente Polisario intercambiaron acusaciones de atacar a civiles. Marruecos considera al Polisario un grupo terrorista que recibe apoyo del exterior e intenta en todo momento presionar a la comunidad internacional para que lo incluya en las listas de terrorismo, pero Estados Unidos, la Unión Europea, la Unión Africana y Naciones Unidas se niegan a incluir al grupo en las listas de organizaciones terroristas. Los dirigentes del Polisario dejan claro que sus ideas son inherentemente incompatibles con el terrorismo, e insisten en que el castigo colectivo y la desaparición forzada aplicada por Marruecos entre los civiles saharauis  es el terrorismo real, por lo que exigen la inclusión de Marruecos o parte de él en lo que se conoce como terrorismo de Estado [59]​  Tanto Marruecos como el Frente Polisario se acusan mutuamente de violar los derechos humanos y tratar de controlar las provincias del sur y los campos de refugiados de Tinduf en Argelia, respectivamente. Y Marruecos, junto con organizaciones internacionales como la Organización Francia por las Libertades, sospechaba que Argelia podía ser directamente responsable de los delitos cometidos en su territorio y la acusaba de estar involucrada en tales violaciones.

Desde el 21 de octubre de 2020, varios civiles saharauis residentes en los campos saharauis de Tinduf, mantenían bloqueada la carretera de acceso a Mauritania.[60]​ Ante ello, el 13 de noviembre, el Ejército de Marruecos penetró en la zona desmilitarizada del Guerguerat –en el sur del Sáhara Occidental, fronteriza con Mauritania– para expulsar a los civiles saharauis. El Frente Polisario intervino y ambas fuerzas intercambiaron disparos[61]​ en el sur de la región, aunque no se registró ningún herido. Este fue el primer enfrentamiento directo desde la firma del alto el fuego firmada en 1991.

Los civiles saharauis bloquearon la carretera del Guerguerat para reclamar la convocatoria de un referéndum de autodeterminación que se había establecido en 1991 en la firma del alto el fuego auspiciado por la ONU. Aunque nunca se llegó a celebrar ya que Marruecos lo ha estado aplazando por los desacuerdos sobre la composición de las listas electorales.

El Polisario advirtió que ha comenzado "la gran guerra de liberación de todo el pueblo” decretando el estado de guerra. En los siguientes días el Frente Polisario informó que atacó a diversas bases militares marroquíes causándoles víctimas mortales. Las fuentes oficiales marroquíes niegan haber sufrido ninguna baja, además, ​reconoce la operación realizada por sus Fuerzas Armadas describiéndola como "pacífica e inofensiva" para garantizar la libre circulación de bienes y de personas.

Ante estos sucesos, la Unión Europea, Naciones Unidas, y los países vecinos, Mauritania reclamaron la vuelta al diálogo político. Por su parte, España emitió un comunicado «apelando a la responsabilidad y la contención» e «instando a las partes a retomar el proceso negociador y a avanzar hacia una solución política, justa y duradera y mutuamente aceptable según los parámetros que establecen de forma reiterada las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.»

Durante los siguientes días continuaron enfrentamiento cerca del muro de seguridad. El 10 de diciembre, la administración de Donald Trump reconoció la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, esto a cambio del pleno establecimiento de relaciones diplomáticas de Marruecos con Israel, alcanzado con la mediación de Washington.

En su cuenta de Twitter, Donald Trump anunciaba: “Hoy he firmado una proclamación reconociendo la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. ¡Una propuesta de autonomía seria, creíble y realista de Marruecos es la ÚNICA base para una solución justa y duradera para la paz perdurable y prosperidad!”. El presidente usó en su mensaje el mismo vocabulario (en las palabras “autonomía seria, creíble y realista”) que viene utilizando Marruecos desde que presentó su propuesta ante la ONU en 2007.

Esto colocó a Estados Unidos como el único país occidental que reconoce la soberanía del reino alauí sobre el Sáhara Occidental hasta el momento. El presidente de Estados Unidos anunciaba en un comunicado oficial que “EE UU cree que un Estado saharaui independiente no es una opción realista para resolver el conflicto y que la auténtica autonomía bajo la soberanía marroquí es la única solución viable. Instamos a las partes a entablar conversaciones sin demora, utilizando el plan de autonomía de Marruecos como único marco para negociar una solución mutuamente aceptable”.

Por otra parte, La RASD emitió otro comunicado en el que indicaba que: “La decisión de Trump no cambia en nada la naturaleza jurídica de la cuestión saharaui, ya que la comunidad internacional no reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental (…) El pueblo saharaui continuará su legítima lucha para completar su soberanía por todos los medios y asumiendo los sacrificios que esto requiere”.[62]



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