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Vendobionta



Los vendobiontes o vendozoos (Vendobionta) son un grupo de seres bentónicos constituido por la mayoría de criaturas extintas que formaron parte de la biota de Ediacara. Es un grupo hipotético y al mismo tiempo, sería el más antiguo de los animales que poblaron la Tierra hace unos 580 millones de años, en pleno período Ediacárico o Véndico. Se extinguieron cuando apareció la llamada explosión cámbrica, con la introducción de la fauna formada por grupos más reconocibles y más relacionados con los animales modernos.[1]

Este grupo biológico no tiene amplio reconocimiento debido a que es especulativo intentar establecer relaciones filogenéticas entre grupos extintos tan antiguos. Se trata de una hipótesis formulada por el geólogo alemán Adolf Seilacher, que pone un duda incluso, su relación con el reino animal, o su naturaleza multicelular, ya que podría tener un origen diferente y ser unicelulares gigantes. También se ha propuesto que podrían haber sido cnidarios, articulados o un grupo divergente de todos los animales actuales; tal vez un organismo fúngico, protista colonial, alga o liquen; aunque ahora hay consenso de que no pudieron ser fotosintéticos. En todo caso, al igual que los acritarcos, están considerados como enigmas evolutivos y probablemente fueron un reino independiente y extinto.[2]

Dentro de la descripción de este hipotético grupo, se han propuesto características que podrían haber sido comunes en todos los primeros grupos de seres ediacáricos:

Los primeros en aparecer fueron frondomorfos (Petalonamae) y medusoides simples hace 578 Ma (millones de años) y se consideran las formas de vida compleja más antiguas. La biota Ediacárica se divide cronológicamente en tres asociacionesː la asociación de Avalon evoca al yacimiento más antiguo que está en los acantilados de la península de Avalon, Canadá (578-560 Ma), mostrando un hábitat postglacial y de aguas profundas; con una biota completamente bentónica, con predominio de rangeomorfos, muy por debajo de la zona fótica, a un kilómetro de profundidad, lo que descarta que fuesen algas o líquenes.[4]​ Este tipo de biota logra gran distribución en todos los nichos marinos a nivel mundial, como una abrupta aparición de seres macroscópicos en lo que se llamó la explosión de Avalon, 37 millones de años antes de la explosión cámbrica. Estos mismos seres, frondomorfos y medusoides, fueron los últimos en desaparecer en el Cámbrico.

Los bilateralomorfos (Proarticulata) aparecieron hace 555 Ma y tuvieron más restricciones ambientales, encontrándose en mares tropicales.[9]​ La asociación del Mar Blanco (560-550 Ma, Rusia y Australia), mostraron una gran variedad de nuevas huellas fósiles y la mayor diversidad ocurre en rocas que se depositaron en aguas someras bien iluminadas y energéticamente activas.[10]

La tercera y última asociación ediacárica es la de Nama (550-541 Ma, Namibia), en donde se observa una disminución de la biodiversidad, como preámbulo de la extinción masiva de la biota de Ediacara. Antes de terminar el periodo Ediacárico se habrían extinguido ya proarticulados y trilobozoos; y los últimos vendobiontes desaparecen con la llegada de los animales de la explosión cámbrica.[11]

La clasificación es muy controvertida. Como grupo unificado se le ha colocado en Animalia principalmente, pero otros los consideran protistas, hongos, líquenes terrestres o un reino independiente. Los que ven aquí a grupos diferentes no relacionados, colocan a los proarticulados en Bilateria o como pre-artrópodos, a los petalonamos con cnidarios como las plumas de mar o como ctenóforos, y los trilobozoos y medusoides son considerados medusas sin cnidoblastos y clasificados en Cnidaria o Coelenterata. Por último, dada su antigüedad, otros consideran que es especulativo desarrollar una filogenia o relacionar directamente a estos seres con los animales modernos.

Se ha sugerido que los vendobiontes podrán provenir de protozoos o protistas ameboides, y ser por ejemplo similares a los xenofióforos,[12]​ los cuales son foraminíferos unicelulares que han desarrollado gran tamaño, llegando a los 20 cm. Podrían pues haber sido seres unicelulares que desarrollaron tamaño macroscópico gracias a la ausencia de depredadores, pues todos los grupos tienen un tamaño que va desde unos milímetros hasta sobrepasar el metro de longitud, favorecidos por el incremento del oxígeno; de tal modo que se abre la oportunidad de considerar que no fueran animales, hongos ni plantas, sino un reino independiente y extinto.[2]​ Sin embargo, los estudios estructurales de estos fósiles hasta ahora no han revelado rastros de una concha, testa o caparazón de material orgánico (esclerotizado), aglutinado o mineralizado, cuya presencia está implícita en esta hipótesis.[13]

También se ha sugerido que la biota ediacárica podría estar formada por seres coloniales, como un grado intermedio entre protistas y animales.[14]​ Sin embargo, la complejidad morfológica y la ausencia de capas de estromatolitos u otras estructuras microbianas,[15]​ además de indicios de que eran multicelulares como se ve en formas discoides como Aspidella; indicaría que no fueron coloniales.[4]

Todos los vendobiontes, excepto los proarticulados han sido clasificados en Cnidaria sobre la base de semejanzas morfológicas, aunque también se ha descrito diferencias.

Con Petalonamae: Hay diferencias morfológicas importantes. Las plumas de mar actuales son en realidad una colonia de pólipos, crecen a partir de un pólipo que luego de perder sus tentáculos se convierte en el eje de la colonia y a partir del cual crecen los demás pólipos tentaculados, además son bastante capaces de ciertos movimientos. En cambio los petalonamos son inmóviles, no parecen ser una colonia y podrían más bien estar más próximos a los proarticulados por su forma simple y plana, por su segmentación y por la carencia de boca, ano y de tentáculos, además, en lugar de un eje lo que suele haber es una sutura media que puede ser zigzagueante si los segmentos son alternos. Un análisis del crecimiento y desarrollo de fósiles de Charnia a través de imágenes láser del holotipo, revela que no puede relacionarse con cnidarios modernos como las plumas de mar, con los que se ha comparado durante tanto tiempo, debido a que tienen polaridades de crecimiento opuestas.[17]

Con medusoides: Hay diferencias morfológicas entre las medusas y su forma globosa y gelatinosa, frente los medusoides planos, discoides, con relieve que es mayor en el lado dorsal y más firmes debido a los indicios que revelarían la existencia de una pared rígida rodeando el cuerpo. Se puede sugerir que no existe evidencia que los medusoides compartan características biológicas con los celentéreos; no hay una boca, ni pared corporal de dos capas que encierre una única cavidad. Esto, y la evidencia de una pared exterior rígida, se suma a las dudas recientes sobre el concepto de una fauna ediacárica que hubiera estado dominada por celentéreos de cuerpo blando.[18]

El grupo Proarticulata ha sido comparado con animales modernos articulados como artrópodos o anélidos. Sin embargo, otras características anatómicas de los proarticulados, principalmente la ausencia de segmentación verdaderamente completa, extremidades articuladas y cualquier otro proceso lateral, no concuerdan con esta interpretación. El cuerpo de los proarticulados consistía en dos filas de 'semisegmentos' (los isómeros) idénticos, derechos e izquierdos, ubicados a lo largo de su eje longitudinal, lo que no corresponde con los articulados. Este tipo de simetría no es típica en animales, en cambio ha sido observada en otros vendobiontes, protistas, colonias multicelulares y frecuentemente en plantas.[19]

En general, se va definiendo a Vendobionta como un grupo aparte de los animales, sin origen común demostrado. Sin embargo, los partidarios de considerarlos animales, ven en el hallazgo de senderos dejados por algunos proarticulados que tendrían locomoción, un argumento decisivo de la relación con los metazoos.[19]

Se ha postulado que los seres ediacáricos tales como frondomorfos o medusoides, podrían estar relacionados con los hongos (Fungi) o con algún otro organismo fúngico (mohos mucilaginosos), debido a ciertas características como la multicelularidad, la falta de movimiento, el crecimiento indeterminado, la alimentación osmótrofa y la resistencia al encogimiento tafonómico (facilidad de fosilización dada por la presencia de una pared celular).[4]​ Sin embargo, no hay evidencia de desarrollo micelial, ni presencia de esporangios o cuerpos fructíferos. Para otros fósiles ediacáricos, un modelo de hongos es claramente inapropiado.

Algunos ejemplos de seres ediacáricos con una probable relación con Vendobionta.

Charnia (Rangeomorpha)

Swartpuntia (Erniettamorpha)

Tribrachidium (Trilobozoa)

Dickinsonia (Dipleurozoa)

Karakhtia (Vendiamorpha).

Cyclomedusa (medusoide)

Kimberella (moluscoide)

Haootia (polipoide)

Hiemalora (anemonoide)

Inaria (espongiforme) y Albumares (Trilobozoa)

Cloudina (?)

Parvancorina (?)

Namacalathus (?)

Eoandromeda (?)



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