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Tokyo: The Last Megalopolis



Tokyo: The Last Megalopolis (帝都物語 Teito Monogatari?) es una película de fantasía histórica tokusatsu producida en Japón en 1988. Es la primera adaptación en imagen real de la serie Teito Monogatari de Hiroshi Aramata.[1]

La película fue un éxito notable en Japón, donde además fue una de las producciones más caras de la historia.[2]

La película es una adaptación de los primeros cuatro volúmenes de los doce de que se compone la colección, es decir, un tercio de la primera novela publicada.

La película comienza en 1923 con Yasumasa Hirai mostrando al barón Eiichi Shibusawa la presencia de poderosos espíritus bajo Tokio. Hirai advierte específicamente a Shibusawa de que el onryo Taira no Masakado no debe ser perturbado bajo ningún concepto, ya que su espíritu es tan poderoso que puede destruir la ciudad por sí mismo. En respuesta a esto, Shibusawa permite al clan Tsuchimikado, del que Hirai es líder, incorporarse al proyecto de expansión de Tokio a fin de aconsejarle sobre cómo convertir Tokio en una ciudad bendecida. Sin embargo, sin que ninguno de ellos lo sepa, un siniestro onmyoji llamado Yasunori Kato ha planeado destruir Tokio invocando a Masakado. Para hacerlo, Kato intenta secuestrar a Yukari Tatsumiya, la descendiente directa de Masakado, para usarla como médium y así despertar a su ancestro, pero el escritor Koda Rohan se entera de sus intenciones y advierte al clan Tsuchimikado. Hirai y sus seguidores encierran a Yukari en el templo del clan para protegerla con onmyodo, con Yasumasa frustrando un intento de Kato de manipular a la mujer por medio de un insecto kodoku en su estómago. De repente, una sirviente de Kato se infiltra y ataca el lugar con los shikigami de Yasunori. El caos se desata en el interior del complejo, hasta que Kato consigue secuestrar a Yukari y abandonar el lugar con ella ante los ojos de Yoichiro, hermano de Yukari. En la guarida de Kato, éste intenta invocar a Masakado a través de Yukari, pero el espíritu rechaza su oferta, y un shikigami enviado por Hirai encuentra el escondite obligando a Yasunori a huir, pero no sin antes infundir sus energías oscuras en el cuerpo de Yukari, que más tarde resulta estar embarazada. El emperador Meiji muere, marcando el final de la Era Meiji; por ello, sabiendo que su tiempo se ha terminado, Hirai realiza seppuku para adivinar el año de la destrucción de Tokio, que resulta ser el año del cerdo. Además, Kato se presenta ante él en sus últimos momentos y declara que el fin de la ciudad es inexorable.

Más tarde, en 1923, Kato se exilia a Dalian, en China, donde sus aliados usan magia para causar terremotos artificiales dirigidos a Japón. Kato vuelve a Tokio para despertar a Masakado por sí mismo, pero es contenido por Koda Rohan y Junichi Narutaki, quienes usan magia Kimon Tonkou aprendida de Hirai para intentar detenerle. A pesar de ello, Kato se deshace de sus barreras mágicas y procede a invocar al onryo, pero la ira de éste por haber sido despertado hace que un rayo fulmine a Kato y que se produzca el gran terremoto de Kantō. A pesar de ello, Kato sobrevive.

Cuatro años más tarde, el ingeniero Torahiko Terada es contratado por Noritsugu Hayakawa para terminar el metro de Tokio, cuya construcción ha sido detenida por los shikigami de Kato. Después de que Terada, no muy convencido de que sean realmente espíritus pero sabedor de que algo extraño ocurre en el subterráneo, contrata al doctor Makoto Nishimura para usa su robot Gakutensoku para acabar la construcción por ellos. Mientras tanto, el espíritu de Masakado llama a una miko llamada Keiko Mekata para proteger su tumba ante Kato. Keiko se alía con el experto en feng shui Shigemaru Kuroda, quien ha encontrado la locación del nuevo escondite de Yasunori, pero antes de poder hacer nada, Kato secuestra a Yukiko, la hija de Yukari, declarando que ella es realmente la hija del hechicero debido a los conjuros que utilizó para embarazar a Yukari. Kato lleva a Yukiko a su guarida e invoca a un espíritu gohō dōji para acabar con Keiko mientras trata de invocar a Masakado. Al mismo tiempo, Kuroda se enfrenta a una enorme estatua que vigila el templo de Kato. Al final, Yasunori tiene éxito en realizar la invocación, pero en última instancia ésta falla, y Keiko explica que Yukiko no es hija de Kato, sino de una relación incestuosa entre Yukari y su hermano Yoichiro. Mientras estos eventos suceden, Gakutensoku es dirigido por Terada y Nishimura para volar el último tramo del metro, pero los shikigami que intentan desactivar a Gakutensoku cortan el cable del detonador; por ello, Nishimura toma la decisión de autodestruir el robot. La explosión disipa las venas de energía espiritual conectadas al templo de Kato, lo que impulsa a éste a intentar estimular el terremoto por su propia acción, pero fracasa por la gran energía que se requiere. Keiko se dispone a dar el golpe final a Kato, pero entonces él la detiene y se la lleva con él a Manchuria. La película termina con la familia Tatsumiya reunida, esperando el retorno de Keiko, mientras Kyoka Izumi predice la vuelta futura de Kato.



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