Solitario George (del inglés, Lonesome George, también llamado en español Solitario Jorge; Isla Pinta, c. 1910-Puerto Ayora, 24 de junio de 2012) fue el último macho e individuo conocido de Chelonoidis abingdonii, una de las especies de tortuga gigante de las islas Galápagos.
Cuando ya se creía que la especie había desaparecido, George fue encontrado el 1 de diciembre de 1971 en la isla Pinta por el zoólogo húngaro de la Universidad de Harvard, Joseph Vagvolgyi. El año siguiente se reubicó a George en la Estación Científica Charles Darwin, en la isla Santa Cruz, donde fue cuidado en el Centro de Reproducción y Crianza de la Dirección del parque nacional Galápagos. Los esfuerzos para su conservación tuvieron un eco en la comunidad científica, nacional e internacional, con respecto al cuidado de las especies en peligro de extinción. Se lo consideró como el símbolo de los esfuerzos invertidos por Ecuador y la comunidad científica internacional por conservar las especies amenazadas.
Con el objetivo de que sus genes fuesen conservados con descendencia, George permaneció encerrado junto con dos hembras de una especie similar Chelonoidis becki, del volcán Wolf), sin embargo, a pesar de los muchos programas de reproducción, no pudo obtener descendencia antes de su muerte, por causas naturales, en 2012, confirmando la extinción definitiva de Chelonoidis abingdonii. Ya que el Museo Americano de Historia Natural fue elegido por el parque nacional Galápagos y por el gobierno ecuatoriano para realizar el proceso de taxidermia, sus restos fueron trasladados a los Estados Unidos, donde, una vez disecados, permanecieron en exhibición hasta enero de 2017. Después pasó al centro de apoyo de George Dante, para finalmente regresar a Ecuador en febrero de 2017, donde permanece en la Sala de Exhibición del Solitario George del Circuito Fausto Llerena, en Puerto Ayora, Santa Cruz.
Su genoma ha despertado interés en la comunidad científica y ha sido estudiado, desde 2008, para entender la capacidad de las tortugas para vivir de manera longeva, tener una protección ante enfermedades como el cáncer y recuperarse fácilmente ante heridas graves.
En 2017 su cuerpo fue declarado Patrimonio cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura y Patrimonio de Ecuador.
En 1906, expedicionarios de la Academia de Ciencias de California visitaron la isla Pinta y capturaron tres machos de la especie Chelonoidis abingdonii, estos fueron los últimos ejemplares vistos en 60 años, por lo que todas las tortugas de la isla habían sido trasladadas para un programa de conservación. No obstante, cuando ya se creía que la especie había desaparecido, Solitario George fue descubierto el 1 de diciembre de 1971, en la isla Pinta, por el zoólogo húngaro de la Universidad de Harvard, Joseph Vagvolgyi y su esposa María. Sin embargo, Vagvolgyi no se percató de la importancia de su encuentro con la tortuga hasta semanas después, cuando habló con el experto en tortugas, Peter Pritchard, sobre su encuentro con el animal, y ahí comprendió la relevancia de su hallazgo; la tortuga gigante de la isla Pinta no estaba extinta. En marzo de 1972, una expedición organizada por la Estación Científica Charles Darwin del gobierno de Ecuador se encaminó hacia la isla Pinta. Alertados por los rumores sobre el encuentro de Vagvolgyi, los miembros de la expedición, emprendieron la búsqueda de tortugas en la isla. Dos de los técnicos encontraron a George a la sombra de un árbol del que el animal se estaba alimentando. Se tomó la decisión de capturar al gigantesco galápago para trasladarlo a la estación científica de Santa Cruz, donde había instalaciones adecuadas para la manutención y reproducción en cautiverio de las tortugas. El nombre que se le puso, «Solitario George», fue inspirado en el actor George Gobel, además que describía muy bien la condición de este animal como el último y solitario sobreviviente de su especie.
En 1972 George fue reubicado en la Estación Científica Charles Darwin, en la isla Santa Cruz, y, al transmitirse la noticia de una tortuga gigante de Pinta viva, este se convirtió en un símbolo de esperanza para las Islas Galápagos y el mundo, llegando a ser conocido por alrededor del 90% de los visitantes del archipiélago, y una figura para el turismo de la isla. Se estimó que su peso oscilaba alrededor de 165 libras (75 kg).
En el siglo XIX los marineros y piratas utilizaron las islas del océano Pacífico como parada para repostar. Cazaron un gran número de tortugas para sustraer aceite y se llevaban cientos de ellas como fuente de comida, pues pueden vivir hasta seis meses sin comida en la cocina de una embarcación y todavía suministrar hasta 200 libras de carne de edible. Las cabras que se introdujeron en la isla Pinta dejaban a las tortugas sin alimento, lo cual hizo que disminuyera mucho su población.
Tras el establecimiento de la Estación Científica Charles Darwin, en 1964, se inició el estudio de las diferentes poblaciones de tortugas en el archipiélago. Con la información recopilada sobre el estado poblacional de las diferentes especies, se trabajó en dos frentes paralelos:
Una de las metas que se propuso fue recuperar las especies que se encuentren afectadas, y se estableció, en la isla Santa Cruz, el «Centro de Reproducción y Crianza de Tortugas Gigantes “Fausto Llerena”».vegetación de la isla volviera a establecerse como era antes.
Gracias a los diferentes proyectos de control y erradicación de especies invasoras, se completó un prolongado esfuerzo para retirar a las cabras introducidas en la isla de George, a fin de que laDistinguiéndose de otras especies del género Chelonoidis, y como su especie en sí, George presentaba una combinación de caracteres como: caparazón delgado y liviano en forma de cúpula; escudos vertebrales más anchos que largos –a excepción del primer escudo, que es angosto y puede ser igual de largo o más largo que ancho–; la superficie de los escudos vertebrales y pleurales puede ser lisa o con fosas; once escudos marginales en cada lado; plastrón negro bien desarrollado, cónico anteriormente y posteriormente; presencia de una muesca anal; escudos gulares que no se proyectan hacia afuera del borde del caparazón; puente angosto con un escudo axilar e inguinal del mismo tamaño; cabeza pequeña, sin hocico prominente y con una mandíbula superior bicúspide; prefrontal pequeño y dividido y una escama frontal; cuello largo con la cuarta vértebra cervical biconvexa; superficie anterior de cada extremidad anterior cubierta de escamas grandes solapadas o no solapadas; y una cola pequeña sin escama terminal grande.
Desde su hallazgo en 1971, el cuidado de George estuvo a cargo del Centro de Reproducción y Crianza de la Dirección del parque nacional Galápagos en la isla Santa Cruz, y fue alimentado con una dieta de cactus, arbustos, pastos y plantas de hoja ancha.
En 1992 se le construyó un nuevo corral con zonas de anidación, el cual despertó gran interés turístico en el público y entre celebridades.
Con la esperanza de que George tuviera congéneres en su isla de origen, se realizaron búsquedas sistemáticas para encontrar individuos para que la especie persistiera, incluso se ofreció a los parques zoológicos una recompensa de 10 000 dólares por la confirmación de una hembra en isla Pinta. El fracaso de estos intentos hizo que los investigadores se inclinaran hacia la solución de hibridación. Al principio de su emparejamiento en la isla Santa Cruz, George no mostraba interés alguno por las hembras, lo cual elevó las preocupaciones de los especialistas, considerando la posibilidad de que fuese fisiológicamente incapaz de reproducirse, hasta que en 1983 una estudiante suiza graduada en zoología, Sveva Grigioni, logró demostrar un par de veces que George era capaz de una erección al cubrir sus manos con las secreciones genitales de tortugas hembras y acariciarlo suavemente. Pero mientras que su técnica podía inducir a otras tortugas macho a alcanzar el orgasmo en pocos minutos, con George nunca logró recolectar esperma. Sus ministraciones parecían despertar el interés de George por las tortugas hembra y con el tiempo llegó a copular con sus compañeras.
En 1992, a George se unieron algunas hembras de la isla Isabela, la principal del archipiélago, en la creencia que por la proximidad geográfica, de que las dos poblaciones que se asentaron en esa isla, Chelonoidis becki y Chelonoidis nigra, fueran las filogenéticamente más cercanas a la especie de George. No obstante, a fines de los años noventa, algunos estudios genéticos mostraron que el parentesco más cercano con abingdonii eran los de Chelonoidis nigra hoodensis y Chelonoidis nigra chathamensis, asignados respectivamente en las islas Española y San Cristóbal, diametralmente opuestas por Pinta en la geografía del archipiélago y a más de 300 km de distancia. Esta aparente anomalía se explicaría por el hecho de que las dos subespecies de la isla Isabela son en realidad el resultado de una colonización separada y diferente del archipiélago, mientras que las dos subespecies de Española y San Cristóbal (hoodensis y chathamensis) fueron separadas geográficamente por corrientes marinas. Por lo tanto, es con las hembras de estas dos últimas subespecies que la afinidad reproductiva de George hubiera sido mayor. Sin embargo, los resultados de este estudio no se siguieron.
En enero de 1995, los «pepineros» que ocupan los locales de la estación amenazaban con matar a George, ya que la conservación de los galápagos y las nuevas leyes de control limítrofe sobre el mar se revelaron como una amenaza económica para estas personas.población insular frente a la Fundación Ciudadanía y Desarrollo se centraba el rechazo a los animales que simbolizan la conservación de la naturaleza (puesto que se tenía que aceptar pagar un precio muy alto por esta conservación, ya que sirve a fines científicos, mediáticos y comerciales). En consecuencia, para la fundación Darwin era necesario establecer una imagen de su trabajo en las Galápagos que pudiera difundirse fácilmente, dando lugar a un marketing conservacionista. Las tortugas se encontraban en el centro de la lucha entre los conservacionistas y sus opositores: los primeros las utilizaban para alertar a la opinión pública internacional, enarbolando la amenaza de desaparición del animal emblemático de las Galápagos, y los segundos atacaban al tótem de la Función Ciudadanía y Desarrollo, a la que acusan de interesarse más en los animales que en los hombres. El mismo año, los marinos ecuatorianos capturaron el centro de acopio; George sobrevivió pero 81 de las tortugas gigantes habían sido matadas de manera violenta. Es así que los naturalistas tuvieron que convencer al Estado de crear en las islas una reserva natural.
La discordia de laEn marzo de 2011, George fue trasladado como precaución a una zona de tierras altas tras el terremoto y el tsunami que azotó la costa de Japón. En contraste, el laboratorio de biología marina en la Estación de Investigación Charles Darwin, ubicado en la línea de costa, había sufrido graves daños y permaneció inactivo hasta que se reemplazó el equipo clave.
Durante el año 2008 se descubrió que una de las hembras que acompañaba a Solitario George desde 1993 había puesto un total de nueve huevos, de los cuales solo tres eran fértiles. Estos fueron colocados en incubadoras, dos de ellos con temperatura de 29,5 °C para obtener hembras y uno a 28 °C para obtener un macho. Sin embargo, tras permanecer 130 días en las incubadoras, ocho huevos fueron abiertos, para analizar su contenido, en el laboratorio Fabricio Valverde del PNG; las pruebas solo confirmaron que los huevos nunca estuvieron fertilizados ya que ninguno presentó el menor indicio de un embrión desarrollado y se confirmó la infertilidad de los huevos.
En julio de 2009 se dio la noticia de una segunda deposición por una hembra de otros cinco huevos, reputación de estar en excelentes condiciones, y en octubre, otra de las acompañantes de George puso seis huevos más.especie de la extinción total.
que resultaron igualmente infértiles, lo que terminó con la esperanza de salvar laEn 2012, cuando murió George, su necropsia pudo constatar que tenía problemas en su fisiología que no permitieron su reproducción.
Tras su larga vida, el Solitario George falleció el 24 de junio de 2012; con él se extinguió esta especie. El mismo día, el parque nacional Galápagos anunció su muerte en su cuenta de Twitter, lamentando lo sucedido y anunciando la futura necropsia. Miles de personas en Ecuador y en otras partes del mundo reprodujeron el tuit y lamentaron con enorme tristeza la noticia. En pocas horas, la etiqueta #SolitarioGeorge se colocó en primer lugar de las tendencias de Twitter en Ecuador y permaneció ahí varios días.
El personal del parque nacional Galápagos, Fausto Llerena, cuidador de George desde 1971, lo encontró muerto en su corral.
El cuerpo del Solitario George yacía dirigiéndose al bebedero, y rápidamente su cuerpo fue llevado a una cámara de frío, para evitar su descomposición. Una veterinaria local realizó la necropsia de George, la cual apuntó a que la mayoría de sus órganos estaban saludables menos el hígado, que demostraba señales de edad avanzada, lo cual indica que murió por causas naturales, además de revelar problemas fisiológicos que no permitieron su reproducción. Su muerte supuso un antes y un después en la concienciación y conservación de la biodiversidad.
Se estima que George nació a principios del siglo xx (cca. 1903-1919), lo que indicaría que murió a una edad de alrededor de 100 años, considerando que las tortugas gigantes de las islas Galápagos tienen una esperanza de vida que supera el siglo.
Después de su muerte, el cuerpo se preservó a cincuenta grados Celsius bajo cero con cuidados especiales para conservar sus tejidos. Sus restos fueron trasladados a los Estados Unidos, para embalsamarlo, luego de lo cual George regresó a Galápagos para ser exhibido en un centro de interpretación en la isla de Santa Cruz.
En julio de 2012, el parque nacional Galápagos celebró un taller internacional para intercambiar ideas de cómo restaurar las poblaciones de tortugas gigantes durante la década siguiente.
A pesar de las iniciativas para lograr que el Solitario George se reprodujera, inicialmente con hembras de la especie de volcán Wolf de la isla Isabela y posteriormente con hembras de la especie de la isla Española, la DPNG no consiguió que los huevos fueran fértiles. De todas formas sus crías no hubiesen sido de la especie Chelonoidis abingdonii, ya que según el biólogo Jesús Córdova Santa Gadea:
Según investigadores de Galapagos Conservancy, el sistema que aplica el parque nacional Galápagos es utilizar una especie similar a la de George para repoblar la isla Pinta, pues clonarlo no sería una opción para la recuperación y conservación de esta especie, dado que se realiza copia exacta de un individuo con sus virtudes y defectos.
En 2008, científicos estadounidenses conducidos por James Gibbs, de la Universidad Estatal de Nueva York, comenzaron a tomar muestras de sangre de 1.600 tortugas en las laderas del volcán Wolf, al norte de Isabela, descubriendo que varios ejemplares conservaban buena parte del ADN de la Chelonoidis abingdonii, la especie del Solitario George. Posteriormente, estudios realizados por investigadores de la Universidad de Yale revelaron resultados similares, que el ADN de George y sus antepasados seguía vivo en una zonas del Volcán Wolf y han esperado revivir la especie tomando los ejemplares con el ADN más puro y cruzándolos sucesivamente hasta conseguir una tortuga con el porcentaje más alto de ADN de la Chelonoidis abingdonii y de esta manera recuperar la especie.
En 2012, científicos del Zoológico Congelado, una institución que se encarga de congelar material genético de distintos animales para su conservación, viajaron hasta Ecuador al momento de enterarse de la muerte del animal. Utilizando nitrógeno congelado, tomaron muestras de George para criogenizarlas e intentar su clonación. Sin embargo, la idea de clonar a George ha sido criticada por las dificultades técnicas que presentaría y por las cuestiones éticas sobre si es adecuado crear copias idénticas de una tortuga que fue la última de su especie durante más de cincuenta años.
El 3 de diciembre de 2018, la revista Nature Ecology & Evolution presentó un estudio que indicaba que el genoma del Solitario George fue descifrado por un equipo internacional de investigadores de las universidades de Oviedo (España), Yale (Estados Unidos), la organización Galapagos Conservancy y técnicos de la Dirección del parque nacional Galápagos, quienes utilizaron genómica bioinformática y comparativa para encontrar pistas sobre las características que hacen especiales a las tortugas gigantes. Se determinó que dentro de los cerca de 27.000 genes que forman su genoma, hay cerca de 43 secuencias específicas que estarían relacionadas con la longevidad y la capacidad que tienen las tortugas de Galápagos de estar libres de enfermedades, una serie de variantes genéticas relacionadas con la reparación del ADN, y un gen que impide la variabilidad genética. Este resultado ha aportado información útil para la toma de decisiones vinculadas a la Iniciativa para la Restauración de las Tortugas Gigantes (GTRI, por sus siglas en inglés), y puede ayudar a entender si el hombre tiene los genes que se encontraron en los quelonios que los hacen propensos a vivir largo tiempo, a tener una protección ante enfermedades como el cáncer y una fácil recuperación a heridas graves.
El parque nacional de Galápagos (DPNG) fabricó una caja hecha de madera cubierta con fibra de vidrio y material aislante, lo cual mantuvo la baja temperatura de 50°C bajo cero por 48 horas. Esto aseguró que el quelonio llegara sin daño alguno en sus tejidos a la isla de Manhattan, en Nueva York. El viaje duró aproximadamente 18 horas. Según lo manifestado por el titular del departamento de Investigación Aplicada del parque nacional Galápagos (PNG), Washington Tapia, el Solitario George fue llevado en estas condiciones en un avión a Estados Unidos y le tomó un periodo de tres días para que se descongelara, tras lo cual comenzaron con el debido proceso para su embalsamamiento.
El Museo Americano de Historia Natural fue elegido por el parque nacional Galápagos y por el gobierno ecuatoriano, para realizar el proceso de taxidermia, el cual duró más de un año y que trabajó a detalle sobre el cuerpo del Solitario George de 6 metros de ancho, 4 metros de profundidad y 7 metros de altura. El mismo museo se hizo cargo del financiamiento del proceso, mientras que los gastos de transporte fueron cubiertos por la organización no gubernamental Galapagos Conservancy, para que posteriormente George volviera a las Galápagos en marzo de 2014; sin embargo, estuvo en exhibición en Nueva York desde septiembre de 2014 hasta enero de 2015. Después pasó al centro de apoyo de George Dante, para finalmente regresar a Ecuador en febrero de 2017.
Desde septiembre de 2014 hasta enero de 2015, el Solitario George fue exhibido en el Museo Americano de Historia Natural, en Nueva York, puesto que ese lugar poseía los requisitos ambientales para poder conservar el cuerpo del espécimen disecado sin que este sufriera daño alguno. El Museo Americano de Historia Natural, en su sitio web, titula: «Conoce al Solitario George, la cara de la extinción».
A comienzos de 2015, George pasó al centro de apoyo de George Dante (quien dirigió el equipo de expertos en preservación de vida silvestre del Museo Americano de Historia Natural), donde permaneció mientras en Ecuador se adecuaba un lugar en el cual el animal embalsamado pudiera tener las condiciones que requería. Después de disputas sobre el lugar donde se exhibiría (el gobierno ecuatoriano planeaba exhibirlo en Quito), se decidió exhibirlo en Galápagos. El 17 de febrero de 2017, una avión de la Fuerza Aérea Ecuatoriana trajo de vuelta a George a la isla Santa Cruz, y para celebrar su llegada el parque nacional Galápagos inauguró «La Ruta de la Tortuga» en Puerto Ayora, la cual consiste en un recorrido interpretativo con una ruta elevada, hecha con madera inmunizada con piedra volcánica, la cual cruza por cuatro estaciones en las que se informa sobre el trabajo del científico Charles Darwin, la evolución, las labores de conservación del Parque, especies invasoras y el cambio que requiere la sociedad frente a la naturaleza para su conservación, que concluye con la sala «Símbolo de Esperanza» (llamada popularmente «la casa de George») en el Centro de Crianza de tortugas Charles Darwin. Este proyecto tomó el nombre de «Circuito de Visita Fausto Llerena y Sala de Exhibición del Solitario George», y tiene como objetivo exaltar el valor de los bienes y servicio ambientales, y sembrar el compromiso de cuidar y conservar su entorno natural. La Sala de Exhibición del Solitario George del Circuito Fausto Llerena es metálica prepintada, y el vidrio fue importado de Estados Unidos, tiene la característica de repeler los rayos UV, y cuenta con un generador eléctrico para el mantenimiento de una temperatura y humedad adecuadas para su conservación. El Ministerio del Ambiente indicó que la sala tiene una pequeña área de laboratorio donde un taxidermista podrá realizar cada seis meses el mantenimiento que requiere el cuerpo disecado. Ahí George es exhibido como «Símbolo de la esperanza». La exhibición abierta al público tuvo lugar el 23 de febrero de 2017.
El Solitario George, ha sido recordado como hito histórico de conservación por los esfuerzos nacionales e internacionales de evitar la extinción de su especie. Incluso se lo consideró como uno de los promotores para el turismo hacia las Islas Galápagos. La Ministra de Ambiente de Ecuador, Lorena Tapia, manifestó: «Como Estado ecuatoriano luchamos por conseguir la preservación de esta especie, pero el tiempo nos ganó la batalla. Su historia conmovió corazones y traspasó fronteras; motivó luchas y despertó esperanza».
Al morir George se le rindió un homenaje con una muestra fotográfica realizada frente a su corral, donde se reunieron cerca de 40 fotos presentando algunos momentos de su vida, que fueron captados por los visitantes que se animaron a compartirlas. El Ministerio de Turismo también participó en el acto con la donación de una placa que recuerda la fecha de su muerte, en la misma fue incluido el texto: «Solitario George prometemos contar tu historia y transmitir tu mensaje de conservación». En el mismo mes, el Ministerio del Ambiente, le rindió homenaje a George con el concurso «Tu mejor relato descriptivo de la tortuga George», en la que se permitió compartir relatos y anécdotas que describan la visita de niños y jóvenes a las Galápagos, contando su experiencia y acercamiento con la tortuga George; con el fin de dar a conocer que las especies son parte del patrimonio y capital simbólico ecuatoriano, y fomentar la importancia de la responsabilidad de cuidar y apoyar el turismo responsable.
En 2015, como otro homenaje a lo que simbolizaba el Solitario George, el Ministerio el Ambiente, a través de la Dirección del parque nacional Galápagos, junto a la organización Galápagos Conservancy, ejecutó la reintroducción de 205 tortugas gigantes, de la especie Chelonoidis hoodentes, criadas en cautiverio a la isla Santa Fe, luego de que las originarias desaparecieran hace más de 150 años.
Desde su muerte en 2012, la Ministra Coordinadora de Patrimonio acordó reconocer al Solitario George, como símbolo de la lucha por la conservación del patrimonio natural de las Islas Galápagos de Ecuador y del planeta; así como elemento emblemático de la memoria colectiva e identidad cultural de la población de las Islas. En el 2017, a través de un Acuerdo Ministerial del 17 de febrero de ese año se acordó elevarlo a la categoría de Patrimonio Cultural Nacional, por lo que el cuerpo de George fue declarado como Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura y Patrimonio.
El Solitario George pudo ser reconocido en la cara posterior del billete de 5 mil sucres ecuatorianos hasta el 9 de enero de 2000, cuando empezó la dolarización de Ecuador. Actualmente existen postales conmemorativas del Solitario George realizadas localmente, como las de Correos del Ecuador, cuya edición de postales fue realizada en el 2013 con el fin de solemnizar el aniversario de su muerte.
George estuvo presente en dos ocasiones en los Guinness World Records; en 2001, como la «criatura viva más rara del mundo», y en 2009 como «el animal más amenazado».
En 2010, el profesor de Ciencias Biológicas y Antropología de la Universidad del Sur de California, Craig Stanford, escribió The Last Tortoise, un libro que trata sobre la especie de George y las adaptaciones que les han permitido poblar con éxito una amplia gama de hábitats. Al morir George, Stanford dijo:
En 2012, la Asociación de Ecuatorianos Residentes en México, con motivo de la celebración del Día de Muertos, junto con artistas y ecologistas mexicanos, rindieron homenaje a Solitario George con el ánimo de reunir a la comunidad ecuatoriana.
En marzo de 2013, el Festival de Cine Medioambiental de Washington inauguró su vigésima primera edición con 23 documentales que versan sobre Latinoamérica, de las cuales destacó documental de la BBC sobre el Solitario George, enfocando la realidad de Galápagos.
En los agradecimientos del artículo de 2013, sobre el descubrimiento de híbridos del galápago de la isla Pinta, el equipo de Yale escribió «Este trabajo está dedicado al Solitario George».
En Hawái, el endling de Achatinella apexfulva (extinta en 2019), también fue llamado George al ser el último de su especie.
En enero de 2015, un canal de la radio estadounidense NPR, Skunk Bear, publicó Lonesome George (A Musical Memorial) en YouTube, relatando la vida del galápago y su inevitable extinción.
En 2018, el poeta y escritor Paul Muldoon, en su regreso al Hopewell Theater, manifestó haber compuesto una canción dedicada al galápago: «Hay canciones sobre todo y sobre cualquier cosa: hay una canción de amor llamada "Solitario George", que trata sobre una tortuga gigante en las islas Galápagos».
En 2020, el compositor y cantautor Stan Vreeken, el actor Jorn Heijdenrijk y el baterista Mats Voshol, construyeron una miniatura de canciones en inglés y monólogos cortos en la que cantaron sobre George, relatando que murió de «una sobredosis de soledad».
En la pintura El Solitario George (Velarde, 2009), un ejemplo de arte contemporáneo ecuatoriano, el galápago aparece como símbolo de detenimiento ante el oficio del arte pictórico, expresando la amenaza al mismo tipo de arte.
En 2016, colaboradores del proyecto no lucrativo e independiente, Artimalia, publicaron un álbum conmemorativo donde se muestra al Solitario George en diversas obras gráficas según su visión. También se ha podido observar a George como protagonista de muchas caricaturas en los periódicos de Ecuador.
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