Euromaidánucraniano: Євромайда́н, Yevromaidán; ‘Europlaza’) es el nombre dado a una serie de manifestaciones y disturbios heterogéneos de índole europeísta y nacionalista en Ucrania que en su clímax derrocaron al presidente electo Víktor Yanukóvich del prorruso Partido de las Regiones. Estas comenzaron en Kiev la noche del 21 de noviembre de 2013. El día anterior, el 20 de noviembre, el Gobierno de Ucrania había suspendido la firma del Acuerdo de Asociación y el Acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea (UE).
(Las protestas fueron iniciadas por estudiantes universitarios, sin embargo, posteriormente se unieron distintos sectores de la población, todos descontentos con la gestión del Partido de las Regiones y los resultados de su política económico-social. Entre los principales gestores se encontraban: organizaciones sociales, la oposición política —incluido el grupo fascista Pravy Sektor, uno de los principales organizadores del movimiento en Kiev e instigador de los disturbios, y el partido parlamentario de extrema derecha Svoboda— y las Iglesias ucranianas —como la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Kiev—, con excepción de la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú. En las manifestaciones también participaron representantes de minorías étnicas (rusos, tártaros de Crimea, judíos, georgianos, armenios y otros) y ciudadanos de otros países (de Polonia, Bielorrusia, Georgia, Rusia y otros).
A partir de noviembre de 2013, la población ucraniana se encontraba virtualmente dividida: un 38,0 % de los ucranianos apoyaba una asociación con Rusia, mientras que el 37,8 % prefería una asociación con Europa. Al mismo tiempo, el 41 % de los ucranianos consideraban que la prioridad para Ucrania tenía que ser la integración con la UE y el 33 %, por el contrario, se mostraba partidario de una unión aduanera con Rusia. El mayor apoyo hacia la integración con la UE se encontraba en Kiev (alrededor de 75 %) y en el oeste de Ucrania (81 %); este apoyo se reducía al 56 % en el centro de Ucrania, al 30 % en el sur y en Crimea (sede de la flota póntica) y al 18 % en el este.
El 30 de marzo de 2012,Unión Europea (UE) y Ucrania firmaron un acuerdo de asociación. Sin embargo, más adelante, los líderes de la UE indicaron que los acuerdos no se ratificarían a menos que Ucrania resolviese dentro de sus fronteras la situación de «marcado deterioro de la democracia y del imperio de la ley», incluyendo el encarcelamiento de Yulia Timoshenko y Yuri Lutsenko en 2011 y 2012.
laEn los meses anteriores al Euromaidán, el presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, instó a la Rada Suprema (parlamento) a aprobar leyes para que Ucrania pudiera cumplir con los requerimientos de la UE. El 25 de septiembre de 2013, Volodýmyr Rybak, presidente de la Rada Suprema, dijo que estaba seguro de que el cuerpo legislativo aprobaría todas las leyes necesarias para ajustarse a los criterios de la UE en relación al acuerdo de asociación, a excepción del Partido Comunista de Ucrania, dado que «la Rada Suprema se ha unido en torno a estos proyectos de ley». El 21 de noviembre de 2013, un decreto del Gobierno de Ucrania suspendió los preparativos para la firma del acuerdo de asociación. La razón que se dio fue que los meses anteriores Ucrania había experimentado «una caída en la producción industrial, y también por nuestras relaciones con los países de la Comunidad de Estados Independientes».
El presidente Yanukóvich asistió a la cumbre de la UE los días 28 y 29 de noviembre de 2013 en Vilnius (donde originalmente estaba previsto que el acuerdo de asociación se firmara el 29 de noviembre de 2013), pero el acuerdo no se firmó. Tanto Yanukóvich como funcionarios de alto nivel de la UE señalaron que esperarían firmarlo en una fecha posterior.
El 8 de diciembre, los manifestantes derribaron la estatua de Vladímir Ilich Lenin, fundador de la Unión Soviética, por ser uno de los símbolos de lo que ellos consideran la «ocupación» ruso-soviética, y algunos exclamaban: «¡Yanukóvich es el siguiente!». Para organizar provocaciones y ayudar a la Policía a reprimir manifestantes, el Gobierno de Mykola Azárov usó ampliamente las formaciones ilegales de Titushki.
Las protestas recibieron amplio apoyo desde naciones occidentales que querían sacar a Ucrania de la órbita rusa para que se integrase en la órbita occidental. El 4 de diciembre de 2013 el ministro de asuntos exteriores de Alemania se reunió en Kiev con líderes de la oposición para expresarles su apoyo.
Al mismo tiempo el secretario de asuntos exteriores norteamericano, John Kerry, de visita en la cercana Moldavia, dijo que "los ucranianos deben poder decidir su futuro". El 15 de diciembre de 2013 el senador norteamericano John McCain visitó a los manifestantes en la plaza y les expresó su apoyo a la causa. Durante enero de 2014, las protestas europeas continuaron, y los manifestantes hacían un uso cada vez más generalizado de medios de protección como cascos, chalecos e incluso escudos antidisturbios, improvisados y profesionales. Las protestas desembocaron en disturbios. Estas también fueron creciendo en intensidad, al punto de que hubo días en que muchos manifestantes continuaban sus protestas toda la noche, lo que hacía imposible su desalojo del lugar por parte de las autoridades.
El 16 de enero, la Rada ordenó penas contra los manifestantes, el bloqueo de edificios administrativos y la instalación de tiendas de campaña. Esto fue tomado por los manifestantes como un veto a su derecho de manifestación y protesta. Desde entonces, las protestas provocaron una escalada de violencia como rechazo a las nuevas leyes. Como resultado, el 22 de enero las manifestaciones registraron cinco muertos por primera vez desde su inicio.
El 28 de enero, el primer ministro ucraniano, Mykola Azárov, ofreció su dimisión al presidente. Poco después, la mayoría de los diputados del Parlamento, reunido en asamblea extraordinaria, acordó derogar las polémicas leyes que limitaban los derechos de manifestación y reunión.
El 18 de febrero, a las 20:00 horas, tras un repunte de la violencia, la Policía intentó desalojar por la fuerza la Plaza de la Independencia. Como consecuencia, el 19 se contabilizaron 26 fallecidos y más de un centenar de heridos debido a los choques nocturnos entre policías y manifestantes.
En la noche del 19 al 20 de febrero, el Gobierno ucraniano y la oposición pactaron una tregua que el líder del principal partido opositor calificó de «buena noticia».armas de fuego. Algunos medios reportaron 21 manifestantes muertos por disparos la mañana después de la tregua y calificaron el clima en Kiev de «pre guerra civil». El ministro del Interior, Vitali Zajárchenko, ordenó por la tarde la entrega de armas de combate a los agentes de Policía y calificó la misión de los agentes de «operación antiterrorista». Por la tarde, fuentes médicas de la oposición aproximaron el número de muertos a un centenar, mientras que fuentes oficiales lo mantuvieron en 67. Los opositores mantenían retenidos en ese momento a 67 agentes de Policía. Sin embargo, mientras la oposición afirmó en sus declaraciones que la Policía «dispara a matar», el Gobierno declaró que sus fuerzas actúan «en legítima defensa» debido a la violencia opositora. Este 20 de febrero (Jueves Negro) fue considerado el día más violento de los disturbios, con más de 60 fallecidos, principalmente en los alrededores de la plaza de la Independencia kievita (Maidán), corazón de las protestas. Sus impactantes imágenes dieron la vuelta al mundo por medio de Internet y las redes sociales.
Tras seis horas en vigor, la tregua se rompió y volvieron a producirse disturbios, esta vez conEl 5 de marzo se hizo pública una grabación entre la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y el ministro de exteriores estonio, Urmas Paet, en donde Ashton afirmaba que "se hace cada vez más evidente que detrás de los francotiradores no estaba Yanukóvich sino alguien de la nueva coalición". La autenticidad de la grabación ha sido reconocida por Paet. Según algunos testimonios los mismos francotiradores disparaban a manifestantes opositores y a policías.
Tres ministros de Exteriores de la Unión Europea —Radosław Sikorski, de Polonia, Laurent Fabius de Francia y Frank-Walter Steinmeier de Alemania— llegaron a Kiev ese mismo día para tratar de desactivar la espiral de violencia. Los tres ministros de Exteriores se entrevistaron con el presidente Yanukóvich. La presidencia de Ucrania anunció haber alcanzado un acuerdo con la oposición tras la mediación de la Unión Europea. El acuerdo incluiría la formación de un gobierno de coalición, elecciones anticipadas y una reforma constitucional. Finalmente el 21 de febrero se aprobó un acuerdo entre Yanukóvich y la oposición para adelantar las elecciones, formar un gobierno de transición, volver a la Constitución de 2004 y frenar la violencia.
Sin embargo, al no ratificar Yanukóvich los acuerdos alcanzados, el 22 de febrero por la mañana los opositores tomaron las riendas del país y ocuparon las principales instituciones asentadas en Kiev, debido a la ausencia no comunicada al Parlamento del presidente Víktor Yanukóvich quien había viajado a un congreso de diputados y gobernadores del Este de Ucrania y Crimea que estaba previsto realizarse en Járkov. Sin embargo, Yanukóvich nunca aparecería en dicho congreso desapareciendo en dirección desconocida y no comunicada al Parlamento. La oposición acusó a Yanukóvich de haber huido de Kiev esa misma noche con el fin de no ratificar los acuerdos alcanzados y haber abandonado su oficio como presidente (afirmación que el interesado negó posteriormente ). A la vista del paradero desconocido de Yanukóvich, quien a la semana reaparecería en Rostov del Don (Rusia), la Rada Suprema, mediante un impeachment, destituyó al presidente por «abandono de sus funciones», con el voto positivo de 328 de los 450 diputados. El congreso del Partido de las Regiones expulsaría a Yanukóvich de sus filas el 29 de marzo de 2014. No obstante, las amenazas denunciadas a miembros del Partido de las Regiones y el hecho de que no fue creada ninguna comisión investigadora, paso previo requerido por la Carta Magna para investigar los motivos por los que se pretende destituirlo, hace que desde el punto de vista constitucional la «destitución» del presidente sea más que cuestionable; desde Járkov, Yanukóvich denunció un golpe de Estado. Mientras tanto, la Rada Suprema tomó el control del país y Oleksandr Turchínov asumió la coordinación del Gobierno y la presidencia del Parlamento. Turchínov acusó a Yanukóvich de querer huir a Rusia y dijo que los guardias de la frontera lo interceptaron.
También en ese día, fue liberada la opositora Yulia Timoshenko, primera ministra tras la culminación de la Revolución Naranja en enero de 2005 hasta las elecciones presidenciales de Ucrania de 2010, tras haber pasado dos años en arresto domiciliario en una clínica por «abuso de poder» en la firma de contratos gasíferos con Rusia. Timoshenko anunció esa noche desde una silla de ruedas en la Plaza de la Independencia que sería candidata presidencial.
Tras el desplazamiento de Yanukóvich del poder por segunda vez en nueve años (en la primera ocasión como primer ministro), el Congreso de diputados y gobernadores regionales del Este y Sur de Ucrania hizo un llamamiento a la resistencia y acusó a la oposición de incumplir el acuerdo de paz que había sido firmado el 21 de febrero con el destituido presidente.
Mientras tanto, la Rada Suprema acordó abolir la Ley Sobre las bases de la política lingüística estatal de 2012, que establecía que en los raiones donde un determinado idioma fuese hablado por al menos 10 % de los habitantes, dicho idioma podía adquirir el rango de lengua cooficial. De producirse, la abrogación de la Ley aprobada en 2012 habría perjudicado a los hablantes exclusivamente de ruso (cooficial en todo el este y sur de Ucrania, además de algunos raiones en Kirovogrado, Cherníhiv, Sumi y Zhytómyr), húngaro (cooficial en algunos raiones de Transcarpatia) y rumano (cooficial en algunos raiones de Transcarpatia, Chernivtsí y Odesa).
Sin embargo, el 3 de marzo de 2014, el presidente interino del parlamento Oleksandr Turchínov se negó a firmar dicha resolución de la Rada Suprema acerca de la abolición de la Ley de política lingüística hasta que la Rada no elaborase una nueva ley, por lo que la ley siguió en vigor. En febrero de 2018, dicha ley dejó de estar vigente al ser declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional de Ucrania.
En la madrugada del 24 de febrero, Vladímir Kurennoy, diputado de la Alianza Democrática Ucraniana por la Reforma (UDAR, por sus siglas en ucraniano), declaró que Yanukóvich habría sido arrestado en Crimea y que estaba siendo trasladado hacia Kiev. Sin embargo, más tarde en ese día, el Ministerio del Interior emitió una orden de captura contra Víctor Yanukóvich bajo la acusación de «asesinatos en masa» durante la rebelión en Kiev.
El 25 de febrero, la Rada Suprema decidió llevar una demanda contra Yanukóvich por crímenes de lesa humanidad ante la Corte Penal Internacional de La Haya.
El 26 de febrero la Rada Suprema emitió una orden de captura internacional en contra del expresidente Yanukóvich y el exministro del Interior Vitali Zajárchenko. El parlamento ucraniano pospuso para el día siguiente la elección del gobierno interino que deberá manejar la situación hasta la elección del 25 de mayo; su presidente, Oleksandr Turchínov, asumió por decreto la posición de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Además, el gobierno ruso reiteró que no reconoce al nuevo gobierno de Kiev, ya que considera a Víktor Yanukóvich «el único poder legítimo en Ucrania», y sostiene que «todas las decisiones adoptadas por la Rada en los últimos días suscitan serias dudas», pues en Ucrania «se derrocó al presidente legítimo mediante un golpe de Estado».
En mayo de 2014, Rusia reconoció el resultado de las elecciones presidenciales de Ucrania que dieron la victoria a Petró Poroshenko.
El 26 de febrero, la tensión separatista con Rusia a cuenta de la península de Crimea —de mayoría prorrusa, y donde tiene su principal base naval la flota rusa del Mar Negro— va en aumento: Vladímir Putin, presidente de Rusia, pone en alerta a las Fuerzas Armadas en las zonas fronterizas con Ucrania. En Simferopol, la capital de Crimea, grupos europeístas y prorrusos se enfrentan en las calles. Mientras, en Kiev, el ministro de Interior, Arsén Avákov, anuncia que va a disolver el cuerpo de antidisturbios de la policía, los Berkut. La jornada termina con el apoyo del Maidán al nuevo Gobierno de Unidad Nacional, cuyo primer ministro es Arseniy Yatsenyuk, del Bloque Yulia Timoshenko. Los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Alemania y Polonia viajaron a Kiev ese mismo día y se entrevistaron con Yanukóvich. Antes de viajar al país, expresaron su apoyo al Gobierno de Unidad Nacional mediante un comunicado en el que apuestan por la «integridad territorial» del país. «Estamos muy preocupados por la situación inestable de Crimea. Hay que hacer todo lo posible para reducir la tensión en la región oriental y promover el diálogo pacífico entre las partes», precisaron los ministros en un comunicado.
En la madrugada del 27 de febrero, un grupo de hombres armados tomaron sin encontrar resistencia los edificios de la Presidencia y el Parlamento de la República Autónoma de Crimea. La bandera rusa fue izada en ambos edificios y sigue ondeando actualmente. Ese mismo día, el mismo parlamento anunció la convocatoria de un referéndum regional sobre el futuro político de la región autónoma.
El día 28 de febrero grupos armados prorrusos tomaron dos aeropuertos de Crimea —uno civil y otro militar—. El gobierno ucraniano ha llegado a tildar de «acto de invasión rusa», algo que Moscú niega con rotundidad. A la vista de los acontecimientos, la Rada Suprema acordó pedir una reunión urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Los ministros de Exteriores de Polonia, Francia y Alemania, que se entrevistaron con Yanukóvich el día 20 de febrero, expresaron su apoyo al Gobierno de Unidad Nacional mediante un comunicado en el que apostaron por la «integridad territorial» del país. «Estamos muy preocupados por la situación inestable de Crimea. Hay que hacer todo lo posible para reducir la tensión en la región oriental y promover el diálogo pacífico entre las partes», precisaron los ministros en un comunicado.
El 1 de marzo, las manifestaciones contra el nuevo gobierno europeísta se extienden a la región industrial del Donbas, en el sudeste de Ucrania, donde el 45 % de la población es de etnia rusa y el idioma ruso es hablado por tres cuartos de la población. También en ese día el gobierno de Crimea anunció el adelanto de la celebración del referéndum de autodeterminación en la península al domingo 30 de marzo, en el que se escogería entre la pertenencia a Ucrania, la independencia y la unión a Rusia. Entre tanto, según el primer ministro de Crimea, el ejército ruso había sido autorizado por él a entrar en la península y mantener el orden, hasta la celebración del referéndum. Ese mismo día, el Consejo de la Federación Rusa autorizó por unanimidad la entrada de sus Fuerzas Armadas en todo el territorio nacional ucraniano «para proteger las vidas amenazadas de los ciudadanos rusos, nuestros compatriotas», según Vladímir Putin. Vitali Klitschko, líder opositor europeísta, calificó la acción de Rusia de «agresión» e instó a las Fuerzas Armadas de Ucrania a actuar. Como consecuencia, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas convocó una reunión urgente a las 19:00 horas (UTC ±0) para tratar el conflicto. Los ministros de Exteriores de la Unión Europea también anunciaron una reunión de emergencia para el lunes día 3.
Bajo la supervisión de las tropas rusas, acantonadas en Crimea desde su incorporación al imperio ruso en 1783, el 6 de marzo el parlamento de Crimea aprobó por unanimidad una moción que prevé la incorporación a Rusia y el viceprimer ministro de Crimea, Rustam Temirgalíev, declaró que el referéndum sobre la autonomía de la región se adelantaría al domingo 16 de marzo. Poco más tarde, el 11 de marzo de 2014, la antigua República Autónoma de Crimea y la ciudad especial de Sebastopol aprobaron una declaración de independencia y la creación de la República de Crimea, lo que fue rechazado por el gobierno de Kiev.
El 18 de marzo fueron firmados los acuerdos de anexión a la Federación de Rusia de la República de Crimea y la ciudad de Sebastopol como dos sujetos federales. La República de Crimea se incorporó bajo el estatus de «república», mientras que Sebastopol lo hizo bajo el estatus de «ciudad federal». Los firmantes del tratado fueron Serguéi Aksiónov, Vladímir Konstantínov, Vladímir Putin y Alekséi Chaly. Este tratado es desconocido para la mayoría de la comunidad internacional.
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