Manuel Rodríguez-Navas y Carrasco (Puerto Real, provincia de Cádiz, 16 de diciembre de 1848-Madrid, 1922), filólogo, romanista, lexicógrafo, traductor, pedagogo, periodista, agrónomo y político krausista y republicano español.
Nació en Puerto Real, provincia de Cádiz, el 16 de diciembre de 1848; se educó en Jerez, al lado de sus padres, y ya desde niño se habituó a ganarse el sustento trabajando como cajista en una imprenta; estudió en Lisboa, Sevilla y Madrid. Doctor en Filosofía y Letras, participó con otros tres contendientes en la oposición a la cátedra de Metafísica de la Universidad de La Habana en 1891, pero como el presidente era un antikrausista, Marcelino Menéndez Pelayo, y Rodríguez-Navas era un seguidor de Nicolás Salmerón, cuyo periódico había dirigido, se retiró ante tal obstáculo. Esta experiencia le curó ya para siempre de pretender puestos oficiales, y ni siquiera en la Real Academia, en la que como gran filólogo podría haberse buscado padrinos y habría realizado un gran papel.
Escribió unos doscientos títulos sobre filología, pedagogía e industrias agropecuarias, entre ellos siete diccionarios, y tradujo numerosas obras del francés, inglés, alemán, italiano, latín y sánscrito; también poseía el griego y el hebreo. Fue presidente y fundador del Círculo Filológico Matritense (1885-1890), individuo de Corporaciones lingüísticas extranjeras, director del periódico La Justicia fundado por Nicolás Salmerón y órgano de su partido, y también dirigió la revista Cultura Hispanoamericana, editada por el Centro de Cultura Hispanoamericana, donde amistó con Roberto de Galaín. Dirigió asimismo varias academias particulares de enseñanza politécnica en las que también fue profesor.
Su obra más conocida como lexicógrafo fue el Diccionario General y Técnico Hispano-Americano, con más de 30 000 modismos americanos, obra ingente, considerada de las más importantes para la filología hispanoamericana, por la que es recordado aún hoy. Tradujo del latín en prosa española el De rerum natura del poeta didáctico romano epicúreo y materialista Lucrecio y a algunos otros poetas clásicos, y también textos religiosos del sánscrito, así como otras obras sobre todo del francés. Se interesó igualmente por la lengua ibérica y sus analogías con los idiomas germánicos. Escribió una gramática y una historia crítica de España, una pedagogía y numerosas obras destinadas a la enseñanza elemental. Colaboró con el gran editor y pedagogo Saturnino Calleja al componer varios manuales divulgativos sobre agronomía, agricultura y tecnología para su colección Biblioteca de Industrias Lucrativas y él mismo dirigió la Biblioteca para escuelas normales. Guía de oposiciones á escuelas elementales y de grado superior. Como literato firmaba con el sobrenombre de Savan.
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