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Juan José Saer



¿Qué día cumple años Juan José Saer?

Juan José Saer cumple los años el 28 de junio.


¿Qué día nació Juan José Saer?

Juan José Saer nació el día 28 de junio de 1937.


¿Cuántos años tiene Juan José Saer?

La edad actual es 87 años. Juan José Saer cumplió 87 años el 28 de junio de este año.


¿De qué signo es Juan José Saer?

Juan José Saer es del signo de Cancer.


¿Dónde nació Juan José Saer?

Juan José Saer nació en Serodino.


Juan José Saer (Serodino, Santa Fe; 28 de junio de 1937-París, Francia; 11 de junio de 2005) fue un escritor argentino, considerado uno de los más importantes de la literatura latinoamericana y de la literatura en idioma español del siglo XX.[1][2]​ Ha sido llamado «el escritor más relevante de Argentina después de Borges», según Martín Kohan[3]​ y «el mejor escritor argentino de la segunda mitad del siglo XX», según Beatriz Sarlo.[4]

Su relevancia quedó reflejada en el hecho de que tres de sus novelas —El entenado, La grande y Glosa— figuran en la lista confeccionada en 2007 por 81 escritores y críticos latinoamericanos y españoles de los mejores 100 libros en lengua castellana de los últimos 25 años.[5]​ Sus obras han sido traducidas al francés, inglés, alemán, italiano, portugués, neerlandés, sueco, griego, checo y japonés.

Juan José Saer nació el 28 de junio de 1937 en Serodino, una localidad del departamento de Iriondo (provincia de Santa Fe) ubicada a cuarenta kilómetros al noroeste de la ciudad de Rosario; allí pasó sus primeros años. Como muchas familias del pueblo, la suya era de origen extranjero: sus padres y sus abuelos eran sirios católicos, que se dedicaban al comercio (su padre tenía un almacén de ramos generales).[6][7]​ En febrero del 2019, el municipio de Serodino en colaboración con el gobierno provincial recuperó su casa natal para convertirla en centro cultural.[8][9][10]

En 1948 su familia se trasladó a la ciudad de Santa Fe, donde concluyó su educación y se desempeñó unos años como periodista, al mismo tiempo que tomó contacto con un grupo local de escritores, entre los que se encontraba el poeta Hugo Gola. A través de ellos también entabló amistad con el poeta entrerriano Juan L. Ortiz, a quien consideró un maestro y cuya obra influyó de manera decisiva en su escritura.

En su primer libro de cuentos, En la zona (1960), aunque son notorias las influencias borgeanas, ya se advierte, desde el título, la fijación de un espacio narrativo en el que se desarrollará la mayor parte de su obra, y que se anuncia en el último cuento del volumen, «Algo se aproxima». Dos años más tarde se trasladó a Colastiné Norte, un barrio costero alejado del centro de la ciudad, donde escribiría otros cuatro libros: las novelas Responso (1964) y La vuelta completa (1966), ambas de corte existencialista, y los cuentarios Palo y hueso (1965) y Unidad de lugar (1967). Al mismo tiempo, combinó la escritura con su actividad docente, enseñando Historia del Cine y Crítica y Estética Cinematográfica en la Universidad Nacional del Litoral.[11]

Obtuvo una beca de la Alianza Francesa para ir a París en 1968.[12]​ En principio pensaba ir solo por seis meses, pero terminó quedándose de manera definitiva, aunque volvería a la Argentina con frecuencia. Retomó su actividad docente en la Universidad de Rennes, donde dictó clases de Literatura hasta su retiro en 2002. Allí conoció a Laurence Gueguen, quince años menor que él, y que terminaría siendo su segunda esposa y madre de su hija Clara, quien nació en 1980.[13]

En la capital francesa comienza su madurez literaria, ya que a partir de allí publicaría sus obras más célebres. En 1969 apareció su novela Cicatrices, considerada por la crítica como su primera novela madura. Un año después nació su hijo Jerónino (1970-2015), quien se destacó como músico y cineasta.[14][15]​ Después de trabajar en ella durante nueve años, en 1974 publicó la que se considera su novela más radical y compleja, El limonero real.[16]

Los años siguientes fueron definidos por Saer como los más difíciles de su vida, en parte por un sentimiento de desarraigo y la situación política de Argentina en esos años, además de problemas personales, como el divorcio de su primera esposa y el traslado a Rennes, que lo mantuvo alejado de su hijo.[13]​ Durante este período publicó el libro de cuentos La mayor (1976) y un poemario, El arte de narrar (1977), que reeditaría con ampliaciones en 1988 y en 2000.

En 1980 publicó Nadie nada nunca, una suerte de policial en donde vuelve a experimentar con la recursividad de una narración contada desde distintos puntos de vista. Saer la escribió a lo largo de cuatro años en un aislamiento completo, y la definió como «una de mis novelas más experimentales».[17]​ Con esta obra le llegó el reconocimiento de la crítica, que convertiría a Saer en uno de los autores más destacados en la literatura en español.

Luego se distanció de la experimentación formal, volviendo a un tipo de narración más inteligible. En 1983 apareció El entenado, la primera de tres novelas que Saer llamó "de la llanura", y que transcurren en un tiempo alejado del resto de sus obras. Con esta obra le llegó también el reconocimiento del público, y al día de hoy sigue siendo una de sus novelas más leídas y estudiadas. Glosa (1985), considerada por algunos como su mejor novela, y que fue la favorita del autor, ya que "es el libro que más se parece a lo que quería hacer", según declaró.[18][19]

En 1987 publicó La ocasión, otra novela histórica, esta vez situada en el siglo XIX, con la que obtendría el Premio Nadal ese año, y en 1992 Lo imborrable, que retoma personajes que habían aparecido en novelas anteriores (La vuelta completa, Glosa). Por esa época apareció su "tratado imaginario" El río sin orillas, texto híbrido entre ficción, ensayo e historia sobre el Río de la Plata. Incursionó en el género policial con La pesquisa (1994), y tres años después apareció Las nubes, novela histórica escrita a partir de un manuscrito que encuentran los protagonistas del libro anterior. El mismo año lanzó El concepto de ficción, y en 1999, La narración-objeto, dos volúmenes de ensayos en los que, además de analizar la obra de otros autores, expone los fundamentos teóricos de su programa narrativo.

El cuentario Lugar (2000) fue el último libro que alcanzó a publicar en vida. Al año siguiente Seix Barral publicó sus Cuentos completos en orden inverso, desde los más recientes hasta los primeros, con cuatro relatos escritos en los años 60 y que hasta entonces no han figurado en libro. En 2004 recibió el Premio Konex de Platino en la categoría Novela: Quinquenio 1994-1998.

Aquejado de un cáncer de pulmón, falleció en París el 11 de junio de 2005, a los sesenta y siete años, y fue sepultado en el cementerio del Père-Lachaise.[20][21]​ Al momento de su muerte estaba escribiendo los últimos capítulos de su novela más extensa, La grande, que terminó apareciendo póstumamente junto con Trabajos, una colección de artículos literarios aparecidos en diversos diarios y revistas que Saer ya tenía lista para publicarse.

Además de estos títulos, entre 2012 y 2015 Seix Barral publicó una colección de textos inéditos con el título de Borradores inéditos, aparecidos en cuatro volúmenes: dos de borradores y notas (bajo el título de Papeles de trabajo), un tercero de poemas[22][23]​ y el cuarto, de ensayos.[24]​ Con estos textos, según su editor Alberto Díaz, queda publicada la obra completa del escritor argentino.[25][26]

Ignorado durante gran parte de su vida, con un programa narrativo riguroso y solitario que lo hizo escribir de espaldas a fenómenos editoriales como el boom latinoamericano (al que desdeñó), la obra de Saer ha obtenido, a partir de los años ochenta sobre todo, el reconocimiento de la crítica especializada, tanto en Argentina como en Europa.[11]

Su obra abarca doce novelas, cinco libros de cuentos, cuatro de ensayos y uno de poemas. La publicación de sus cuentos completos permitió incluir un sexto libro de relatos, armado para la ocasión con tres textos que habían aparecido en revistas o diarios y uno inédito.

Junto con Juan Carlos Onetti, Saer es el escritor rioplatense que más evidencia la influencia del escritor estadounidense William Faulkner, especialmente por la recurrencia de un grupo de personajes (Carlos Tomatis, Ángel Leto, Washington Noriega, el Matemático, etc.). Asimismo, Saer toma del norteamericano la prosa trabajada, de oraciones largas, y el trabajo con los puntos de vista, combinándolo con detalladas descripciones de los espacios y la acción narrativa. La fijación en los elementos del paisaje y la fijación con el espacio del Litoral es también influencia de sus lecturas poéticas, especialmente de Juan L. Ortiz, a quien Saer consideraba «el más grande poeta argentino del siglo XX».[27]

El cine no se mantuvo ajeno a su actividad: además de desempeñarse como docente en el Instituto de Cinematografía de la Universidad del Litoral de Argentina, escribió dos guiones cinematográficos: Palo y hueso (1968), película dirigida por Nicolás Sarquis basada en un cuento suyo, y Las veredas de Saturno (1985), rodada por Hugo Santiago, esta vez en coautoría.[28]

La siguiente lista contiene una breve sinopsis de cada uno de sus libros:



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