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Gobernación de las Misiones Guaraníes



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El gobierno de las Misiones Guaraníes o gobierno político y militar de Misiones o bien gobierno de los Treinta Pueblos de las Misiones Guaraníes, fue un gobierno político y militar creado por la Corona española para administrar los territorios que dejaron abandonados los jesuitas, al ser expulsados de sus misiones en territorios que formaban parte de la gobernación del Paraguay (1617-1770) y de la intendencia de Buenos Aires (1770-1820), y que hoy forman parte de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Funcionó intermitentemente entre 1770 y 1810, año en que su gobernador interino reconoció a la Primera Junta de Buenos Aires, transformándose en gobernador de Misiones desde el 23 de julio.

Estuvo incluido en el Virreinato del Río de la Plata a partir de 1776 y desde 1810 empezaría a conformar las Provincias Unidas del Río de la Plata como gobierno de Misiones, bajo la intendencia del Paraguay. Degradado a tenencia de gobierno desde el 12 de octubre de 1811, mantuvo una seudoautonomía hasta que fue anexado por la República de Entre Ríos el 30 de noviembre de 1820.

En el siglo XVII la Compañía de Jesús llegó a la zona. Estos jesuitas iniciaron su actividad creando asentamientos. En pocos años, llegaron a crear 30 pueblos, en donde los guaraníes, que ya empezaban a practicar la agricultura, terminaron de adoptar el sedentarismo.
Los jesuitas crearon la llamada «Provincia de las Misiones» que originalmente tenía como límite oriental la Línea de Tordesillas y como límite septentrional (aproximado) el paralelo 20º S (al este del río Paraná sus límites efectivos septentrionales estaban dados por el río Paranapanema o Paranapané), es decir, toda la región llamada La Pinería o Guayrá.

Los territorios de las Misiones se extendían por el norte de la Banda Oriental abarcando aproximadamente la mitad occidental de los actuales estados de Paraná y Río Grande do Sul. Pero al producirse la Restauración de Independencia de Portugal, en 1640, la región misionera de Guayrá quedó ocupada por el Brasil, debiendo exilarse al sur del arroyo Yabebirí los guaraníes misionenses que no habían sido esclavizados por los bandeirantes y mamelucos. Apenas pudo contenerse la invasión lusobrasileña en la feroz batalla de Mbororé (1641).

Los límites con los gobiernos de Asunción y Corrientes también fueron problemáticos, en líneas generales se consideraba que el límite con el gobierno de Asunción estaba dado por el río Tebicuary y las cordilleras de Caaguazú, mientras que los límites con Corrientes se suponían en el río Miriñay (lo que explica que una de las capitales de las Misiones fuera hacia 1778 la Reducción de Yapeyú).

En 1702 los jesuitas de Yapeyú crearon la "Vaquería del Río Negro", formada por un extenso territorio entre los ríos Negro, Cuareim y Uruguay (actualmente perteneciente a Uruguay) que dedicaron a la explotación ganadera. En 1704 crearon la "Vaquería de los Pinares", en lo que es hoy parte del estado brasileño de Río Grande del Sur, limitada por la Sierra General, el río Uruguay y los extensos bosques al oeste.[1]

Por cédula real del 26 de noviembre de 1726, puesta en efecto en 1729 y ratificada el 28 de diciembre de 1743 con la frase "Es mi Real ánimo no se haga tampoco novedad en este particular", los treinta pueblos de Misiones quedaron subordinados al gobernador de Buenos Aires, fijándose el río Tebicuary como límite con la Gobernación del Paraguay que debió ceder 13 pueblos, sin que estos dejaran de pertenecer al Obispado de Asunción.[2]

Entre los años 1754 y 1756 se llevó a cabo la guerra Guaranítica que enfrentó a los guaraníes misioneros con España y Portugal, debido a la cesión de los siete pueblos de las Misiones Orientales a Portugal y la obligación de trasladarse al occidente del río Uruguay.

Al ser expulsados los jesuitas por orden del rey Carlos III mediante la Pragmática Sanción del 27 de febrero de 1767, misioneros de otras órdenes religiosas tomaron a su cargo los pueblos:

Luego de cumplir con la expulsión de los jesuitas en julio de 1768 el gobernador rioplatense Francisco de Paula Bucarelli, por autoridad conferida por el Conde de Aranda[3]​ dictó las ordenanzas del 23 de agosto de 1768,[4]​ dividiendo el territorio de las Misiones entre dos tenientes de gobernador interinos.[4][5]

Al capitán de dragones Francisco Bruno de Zavala[5][6][7]​ le asignó los diez pueblos de las Misiones del Uruguay,[6]​ con sede en San Miguel[5][7]​ y luego en Yapeyú[6]​ (San Nicolás, San Luis, San Lorenzo, San Juan, Santo Ángel, San Miguel, San Borja, La Cruz, Santo Tomé y Yapeyú),[5][6][7]​ y al capitán de infantería Juan Francisco de la Riva Herrera,[6][7][8]​ los veinte pueblos restantes (sede en Candelaria).[6][7][8]

La reducción de Nuestra Señora de Belén —al este de la actual Concepción del Paraguay del departamento homónimo— y las reducciones de San Joaquín (sobre el río Acaray) y San Estanislao (cerca del río Monday) —actuales departamentos paraguayos de Caaguazú y de San Pedro, respectivamente— fueron anexadas a la gobernación del Paraguay.[7]

En 1769 Francisco Bruno de Zavala como teniente de gobernador interino de los diez pueblos de las Misiones del Uruguay[6]​ debió intervenir en un litigio entre los pueblos de La Cruz y Yapeyú, informando en esa ocasión a Bucarelli el 26 de noviembre de 1769 que el administrador y el cura de Yapeyú (fray Marcos Ortiz y Gregorio de Soto) le habían solicitado la propiedad de las tierras entre el río Miriñay y el arroyo Yuquerí Grande:[9]

Zavala confirmó que había autorizado esa expansión en una carta al virrey Nicolás del Campo el 15 de junio de 1789:[10]

A partir de esa respuesta los de Yapeyú comenzaron a establecer estancias en ese territorio.

El 27 de diciembre de 1769[11]​ el gobernador Bucarelli le aceptó la renuncia al teniente de gobernador Juan Francisco de la Riva Herrera,[5][12]​ reorganizó la administración interina de Misiones el 15 de enero de 1770[4]​ con Francisco Bruno de Zavala como gobernador general interino de Misiones con sede en Candelaria[6]​ y seguiría subordinado a la gobernación del Río de la Plata.

Al año siguiente, manteniendo el cargo de gobernador general de los Treinta Pueblos, quedó con una jurisdicción directa sobre quince de los mismos con el título de teniente de gobernador de Candelaria,[4]​ siendo estos: Jesús, Trinidad, Encarnación, Candelaria, Santa Ana, Loreto, San Ignacio Miní, Corpus, Santa María la Mayor, San Carlos, Apóstoles, San José, Concepción, Mártires, y San Javier,[5][12]​ y finalmente fue confirmado en el cargo por real cédula en Madrid del 25 de julio de 1771,[4]​ renovada por cinco años más el 4 de octubre de 1775.[12]

Los otros quince pueblos que quedaron fuera de la jurisdicción de la tenencia de gobierno de Candelaria al mando directo de Zavala, que al mismo tiempo era gobernador general, fueron divididos en 1771 en tres departamentos a cargo de los tenientes de dragones del Regimiento de Buenos Aires: Gaspar de la Plaza,[13]José Barbosa[11]​ y Francisco Pérez de Saravia.[13]

Estos departamentos o tenencias de gobierno eran para el primero la de San Miguel[13]​ con jurisdicción sobre los seis pueblos del actual Brasil (excepto San Francisco de Borja), para el segundo la tenencia de gobierno de Santiago[11][14]​ con los cinco pueblos al sur del río Tebicuary[11]​ (del actual Paraguay) —sucedido el 23 de febrero de 1781[11]​ por Francisco Martínez Lobato[11][14]​ que había sido nombrado el 2 de diciembre de 1780[14]​ como teniente de gobernador— y para el tercero la de Yapeyú[13]​ con los tres pueblos mesopotámicos a orillas del río Uruguay y San Borja.[12]

El gobernador y sus lugartenientes entendían en los asuntos de guerra, justicia, policía y real hacienda, mientras que en lo eclesiástico ejercía el gobernador el vicepatronato real eligiendo al cura y su compañero para cada pueblo de una terna presentada por los obispos de Asunción o de Buenos Aires según a que jurisdicción pertenecía la reducción.[12]

En 1772 fue nombrado como administrador general de los pueblos de Misiones el escribano Juan Ángel de Lascano para reactivar los principales artículos de la provincia como el algodón y el ganado vacuno, haciéndolo de manera óptima (hasta que dejó el cargo burocrático en 1785).

En 1775 Juan de San Martín arribó a Yapeyú como teniente de gobernador para hacerse cargo de este departamento, que comprendía además los pueblos de La Cruz, Santo Tomé y San Francisco de Borja, y quien llevó adelante la colonización de los campos deshabitados ubicados entre el río Miriñay y el arroyo Yeruá (al sur de la actual ciudad de Concordia).

De esta forma, el teniente de gobernador San Martín incorporó dichos territorios a la jurisdicción misionera, en donde creó las estancias de La Merced (hoy Monte Caseros), San Gregorio (cerca de Mocoretá), Concepción de Mandisoví (cerca de Federación) y Jesús del Yeruá (un poco al sur de Concordia), por lo que pudo afianzar la ruta comercial del río Uruguay que debía saltar los escollos del los saltos Chico y Grande, para lo cual se reactivó el puerto de San Antonio del Salto Chico.

La real cédula de San Ildefonso del 1 de agosto de 1776 creó interinamente el Virreinato del Río de la Plata con parte del Virreinato del Perú y sede en Buenos Aires. Otra real cédula dictada en San Lorenzo el 27 de octubre de 1777 dio por definitivamente constituida la administración virreinal, quedando el territorio misionero dentro del nuevo virreinato.

A partir de 1778 el gobernador de Misiones dejó de tener jurisdicción sobre los asuntos de real hacienda que fueron centralizados en Manuel Ignacio Fernández como Intendente de todos los ramos de la Real Hacienda en Buenos Aires.

Debido a un pleito con el administrador Lascano el gobernador Francisco Bruno de Zavala dejó su puesto en 1777, y en dicho año le sucedió interinamente Francisco Fiera e inclusive como teniente de gobernador de Candelaria, cargos que ocuparía hasta el 8 de febrero de 1786, cuando tomó el mando nuevamente el gobernador titular Francisco Bruno de Zavala.[5]

El gobernador bonaerense Juan José de Vértiz y Salcedo otorgó mayor independencia administrativa a los departamentos, a cargo de dichos tenientes de gobernador y además estableció el nuevo departamento de Concepción[13]​ con siete pueblos, separados del de Candelaria que era la sede del gobernador general misionero y que a su vez también era su teniente de gobernador.[4]

En esta nueva división administrativa se nombró como primer teniente de gobernador a José Barbosa[11][13]​ desde 1780[11]​ y que sería sucedido por Gonzalo de Doblas[11]​ en 1784.[11]

La Real Ordenanza de Intendentes del 28 de enero de 1782 —puesta en vigor por el virrey Vértiz el 29 de noviembre de 1783— mantuvo la gobernación de Misiones como provincia subordinada de los Treinta Pueblos de las Misiones Guaraníes a dos intendencias neoformadas.[15]

En los aspectos políticos, administrativos y de policía los departamentos de Yapeyú, San Miguel y Concepción siguieron dependiendo de Buenos Aires, y los de Santiago y Candelaria pasaron a depender de la intendencia del Paraguay con sede en Asunción. El gobernador general misionero, que a su vez estaba a cargo de la tenencia de gobierno de Candelaria, y sus tenientes de gobernador quedaron con competencia en materia de guerra y justicia únicamente.[15]

Fue nombrado Pedro Durán[16]​ como teniente de gobernador de Santiago de las Misiones[16]​ el 9 de mayo de 1801.[16]

El gobierno espiritual siguió a cargo de los obispados del Paraguay y de Buenos Aires, según la ubicación de las reducciones a uno y otro lado de la divisoria de aguas entre los ríos Paraná y Uruguay. Para cada pueblo se nombró un administrador para presidir el cabildo.

El virrey Avilés dispuso el 18 de enero de 1800 una línea limítrofe provisional para las Misiones y Corrientes, estableciendo ser de Yapeyú:

Avilés explicó el límite a su sucesor Joaquín del Pino en su Memoria:

El 14 de marzo de 1801 fue fundada la villa de Belén en territorio misionero, con vecinos trasladados de los pueblos de Las Víboras, Espinillo, Santo Domingo de Soriano y Paysandú. La villa quedó bajo dependencia del gobernador de Misiones.

El 8 de agosto de 1801, un grupo de irregulares portugueses aliados con algunos guaraníes descontentos, en el contexto de la Guerra de las Naranjas, ocuparon el pueblo de San Miguel Arcángel y pocos días después conquistaron el resto del departamento y el pueblo de San Borja. El Tratado de Badajoz del mismo año, reconoció la soberanía española en los territorios conquistados en las Misiones Orientales, pero Portugal no las entregó y anuló el tratado el 1 de mayo de 1808, perdiéndose para España los siete pueblos y once estancias al este del río Uruguay.

Con el territorio de las Misiones Orientales entre el río Uruguay al oeste y el río Ibicuy al sur, Portugal creó el distrito de Misiones, incorporado a la capitanía de San Pedro del Río Grande del Sur, con sede en Río Grande (en el año 1808 pasaría a ser comandancia militar de Misiones y posteriormente, en el año 1810, se estableció el límite en el río Cuareim[12]​ pero fueron expulsados por Guazurary al año siguiente, hasta que en 1820 los luso-brasileños invadieran desde el Norte a la entonces «Provincia Oriental»).

Francisco Fiera[5]​ dejó el gobierno de Misiones al reintegrarse en el cargo Francisco Bruno de Zavala[5]​ el 8 de febrero[5]​ de 1786[5]​ y este permaneció en el puesto hasta que falleció el 31 de marzo de 1800.[5]

Le sucedió a Zavala interinamente el coronel Joaquín de Soria y Santa Cruz[5]​ que llegó a ocuparlo recién el 5 de noviembre[5]​ de 1800,[5]​ y fue confirmado como titular por real orden del 3 de diciembre de 1801.[5]

Al ser nombrado Soria como gobernador subordinado de Montevideo,[5]​ fue designado interinamente el capitán de navío Santiago de Liniers[5]​ el 5 de noviembre de 1802,[5]​ pero recién asumió el puesto en Candelaria el 6 de marzo de 1803,[5]​ para ocuparlo hasta el 8 de octubre de 1804.[18]

Por real decreto del 28 de marzo de 1803[18]​ fue creado el gobierno político y militar de Misiones,[18]​ volviendo Misiones a tener un gobierno unificado al separar la Corona española los Treinta Pueblos de las Misiones Guaraníes de las intendencias de Buenos Aires y del Paraguay al nombrar al coronel Bernardo de Velasco,[18]​ quien recién asumió en Candelaria el 9 de octubre de 1804.[18]

El 12 de septiembre de 1805[18]​ el rey designó a Bernardo de Velasco como gobernador intendente del Paraguay,[18]​ cargo que asumió en Asunción el 5 de mayo de 1806,[18]​ sin dejar el cargo de gobernador político y militar de Misiones.[18]

Debido a las Invasiones Inglesas, Bernardo de Velasco fue llamado a la ciudad de Buenos Aires y su intendencia del Paraguay[18]​ con el gobierno subordinado de Misiones quedaron interinamente a cargo de Manuel Gutiérrez Varona de 1807[18]​ a 1808 pero este dejaría el cargo interino de Misiones al llegar el nuevo titular como comandante general de Misiones enviado desde Buenos Aires a mediados del mismo año. El sucesor como gobernador intendente Eustaquio Giannini, fue interino solo en el Paraguay de 1808 a 1809.[18]

Durante la ausencia de Velasco y debido al peligro de una invasión portuguesa, el virrey Santiago de Liniers nombró al capitán Agustín de la Rosa[18]​ como comandante general de las armas en los pueblos de Misiones[18]​ el 2 de mayo de 1808,[18]​ con sede en Concepción, y sus dos oficiales subalternos, el capitán José Bolañoz y el teniente Juan de Urquiza, como tenientes de comandante al frente de los departamentos de Yapeyú y de Candelaria, respectivamente.

Agustín de la Rosa viajó a Misiones bajo dependencia directa del virrey y superintendente porteño con encargo de organizar milicias. Cuando Velasco retornó a Asunción, exigió el 19 de octubre[18]​ de 1809[18]​ al comandante general Agustín de la Rosa que se pusiera bajo su dependencia, como lo hicieron los subdelegados de Misiones, pero este la desconoció el 3 de noviembre de 1809, por lo que Velasco se quejó al nuevo virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros[18]​ el día 22 del corriente.

Cuando el oficio de Velasco llegó a manos del virrey Cisneros, este ya había designado el 14 de diciembre[18]​ del mismo año al coronel Tomás de Rocamora[18]​ para encargarse de los asuntos políticos y militares de Misiones[18]​ en remplazo de Agustín de la Rosa,[18]​ por providencia del 19 de diciembre de 1809[20]​ se le comunicó a Velasco que suspendía su designación en espera.[20]

El virrey Cisneros le expresó que su idea fue designar a un jefe político y militar en Misiones bajo su dependencia directa y como segundo nominal de Velasco.[20]​ El 10 de enero de 1810[20]​ Velasco ofició al virrey dando su conformidad al apartamiento de sus funciones en Misiones,[18]​ hecho que es tomado por la historiografía tradicional argentina como una renuncia, pero no aceptado por la paraguaya.

Rocamora fue confirmado por el virrey como gobernador interino y gobernó sobre los departamentos de Yapeyú, Candelaria y Concepción, quedando los territorios al norte del Paraná (departamento de Santiago), gobernados desde Asunción.

Al tomar conocimiento de la Revolución de Mayo el 16 de junio de 1810, Tomás de Rocamora comunicó el 18 de junio[20]​ su reconocimiento a la junta provisional de Buenos Aires[20]​ y la separación de hecho de la tenencia de gobierno de Misiones entre los ríos Tebicuary y el Paraná de la intendencia del Paraguay,[20]​ y el 8 de julio se reunió un Cabildo Abierto en Candelaria, que ratificó su decisión.[21]​ El 23 de julio Rocamora solicitó protección a la Junta al haber recibido una comunicación de Velasco expresando su reconocimiento al Consejo de Regencia.

El 10 de agosto Rocamora reiteró su pedido de auxilios y solicitó la formalización de la separación de Misiones respecto de Velasco:

El 26 de agosto la Junta le ordenó cortar toda comunicación con el Paraguay y el 16 de septiembre de 1810 le comunicó la completa separación de Misiones respecto al gobierno del Paraguay, nombrándolo gobernador de Misiones, pero Velasco entró en Candelaria el 30 de agosto de 1810 y ordenó la captura de Rocamora.

Los departamentos de Candelaria y Santiago fueron expropiados a la fuerza por el gobernador intendente realista Bernardo de Velasco, por lo cual la Junta Grande envió al patriota Manuel Belgrano al frente de una expedición al Paraguay en septiembre de 1810.

Tras la derrota de Belgrano en marzo de 1811, Velasco nombró a Fulgencio Yegros como teniente de gobernador de Misiones con Candelaria y Santiago, quien quedó en Itapúa al frente de dos escuadrones de caballería. El 14 de mayo del mismo año se produjo la revolución en el Paraguay, pero Yegros continuó como teniente de gobernador hasta junio del citado año.

Por el Tratado confederal paraguayo-rioplatense firmado entre Buenos Aires y Asunción el 12 de octubre de 1811, se establecía al río Paraná como límite provisorio entre ambos estados, pero se dejaba en custodia del gobierno de Asunción el departamento Candelaria hasta la reunión de un Congreso General que estableciera los límites, manteniéndolo hasta el 12 de septiembre de 1815, en que fue ocupado por el caudillo federal misionero Andrés Guazurarí, un fuerte aliado de José Gervasio de Artigas.

Cuando fue apresado Guazurary por los luso-brasileños, sus lugartenientes lo remplazaron interinamente, primero Pantaleón Sotelo desde el 24 de junio de 1819 hasta que falleció en la batalla de Tacuarembó el 22 de enero de 1820 y a este le sucedió Francisco Javier Sití el 5 de marzo de 1820, que fue nombrado como «Comandante General Interino de la Provincia de Misiones».

El 15 de agosto, Artigas intentaría ocupar Asunción del Cambay pero fue rechazado y el 5 de septiembre de 1820, en Candelaria cruzaría el río Paraná con sus hombres que fueron repartidos entre distintos pueblos del Paraguay, terminando definitivamente su actuación pública.

El 25 de julio del citado año el comandante general misionero Francisco Javier Sití, subordinado a la Provincia Oriental, se pasó al bando del gobernador entrerriano Francisco Ramírez, con quien firmó poco después el Acuerdo de Mocoretá, en el cual reconocía la subordinación de Misiones al gobernador Ramírez, fundador de la República de Entre Ríos desde el 29 de septiembre, convirtiendo a Corrientes y a Misiones en departamentos.

Cuando el comandante general Sití fuera derrotado el 13 de diciembre del mismo año, la dirección de la entonces comandancia general de Misiones pasó al mestizo correntino Félix Aguirre quien lo gobernó desde el 9 de julio y aceptó la incorporación a la vecina provincia de Corrientes pero el cacique guaraní Nicolás Aripí resistió dicha anexión por querer seguir estando subordinado a la provincia de Entre Ríos hasta diciembre de 1821, fecha del triunfo de la invasión y ocupación paraguaya de Misiones.

El 25 de enero de 1822 se firmó el Tratado del Cuadrilátero entre las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, en el que se reconoció la autonomía de la provincia de Misiones. Los límites con Corrientes fueron fijados por este tratado en el río Miriñay y la Tranquera de Loreto (ejidos del actual municipio de Ituzaingó).



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