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Elección presidencial de Chile de 1970



La elección presidencial chilena de 1970 fue realizada el viernes 4 de septiembre. El porcentaje más alto de votos fue para el candidato Salvador Allende Gossens de la coalición de izquierda denominada Unidad Popular. Allende, quien había sido candidato a presidente en las elecciones de 1952, 1958 y 1964, se impuso al expresidente Jorge Alessandri (candidato del Partido Nacional) y a Radomiro Tomic, nominado por la Democracia Cristiana. Esta elección se vio precedida de una importante radicalización en la política de Chile, la cual se manifestó en el incremento de la tensión antes de los comicios.

Según la constitución vigente, si ninguno de los candidatos obtenía la mayoría absoluta, la elección debería ser realizada por el Congreso Pleno entre los dos candidatos que obtuvieran la más alta votación. Lo estrecho de los resultados, con menos de cuarenta mil votos de diferencia entre Allende y Alessandri, puso a la Democracia Cristiana como árbitro de la situación. Antes de la decisión del Congreso, que debía realizarse el 24 de octubre, un comando paramilitar del grupo derechista Patria y Libertad secuestró y asesinó al comandante en jefe del Ejército, general René Schneider, con el fin de evitar la inminente elección de Allende. El atentado produjo una gran conmoción pública aunque no logró evitar que el Congreso ratificara la elección de Allende como presidente de Chile por 153 votos sobre 35 de Alessandri.[3]

La izquierda se había unificado bajo el nombre de Unidad Popular, que representaba al antiguo FRAP (Frente de Acción Popular) de socialistas y comunistas, más el Partido Radical, el MAPU y la API. Cada uno de los partidos tenía su precandidato, Salvador Allende por el PS, el poeta Pablo Neruda por el PC, Jacques Chonchol por el MAPU, Alberto Baltra por el PR y Rafael Tarud por la API.

A Salvador Allende, que sería el candidato definitivo, no le fue fácil conseguir la nominación como candidato de la Unidad Popular dado que pesaban sobre él sus tres anteriores derrotas en 1952, 1958 y 1964, y muchos dentro del partido no creían en su "vía pacífica al socialismo".

A pesar de todo, logró imponerse por sobre los demás precandidatos de su partido (aunque sacase menos votos favorables en el Comité Central que abstenciones), principalmente por su importante arrastre de votos. Luego gracias al apoyo del Partido Comunista (Neruda no tenía ninguna intención de ser presidente), logró ser designado candidato de la UP.

Allende tuvo que verse obligado a firmar un pacto de gobierno, según el cual si se triunfaba, la administración de Chile sería compartida entre Allende y los partidos de la UP, representado por un comité, que tendría un representante de cada colectividad. Esto implicaba una renuncia a algunas de sus facultades como presidente de la república, pues él no podía actuar sin el apoyo del comité, y este funcionaba por unanimidad.

La candidatura de Allende fue proclamada el 22 de enero de 1970, e inscrito oficialmente el 10 de febrero.[4]

Aparte de la Unidad Popular, la postulación recibió el apoyo de la Unión Socialista Popular (USOPO), partido escindido del PS desde 1967 que decidió no integrarse a la coalición de izquierda.[5]

La derecha, representada por el Partido Nacional y respaldada por la naciente Democracia Radical, apoyó al expresidente Jorge Alessandri, quien había inscrito su candidatura independiente el 10 de noviembre de 1969.[4]​ Si bien su gobierno estuvo lleno de dificultades, su popularidad era mucho más alta que la de otros personajes del sector. Muchos le tuvieron por vencedor desde el principio, de hecho las primeras encuestas le daban la mayoría absoluta. Su lema de campaña fue "Alessandri volverá". Parte importante de su campaña estuvo organizada por el Movimiento Independiente Alessandrista (MIA), el cual reunió a políticos e independientes que adherían a su candidatura.

El 22 de febrero de 1970 se realizó una votación entre los militantes de la recién fundada Democracia Radical (DR) para definir a quién apoyarían en la elección presidencial. El resultado de la votación fue el siguiente:[6]

Alessandri sumó también el apoyo de diversas organizaciones, varias de las cuales manifestaban su apoyo a través de inserciones en la prensa escrita, como por ejemplo la Liga Alessandrista, el Partido Democrático (liderado por Alberto Jiménez Cohen), el Frente Evangélico Alessandrista, la Nueva Acción Cristiana, la Unión Nacional Independiente de Trabajadores Alessandristas, la Legión de Trabajadores General Ibáñez, el Comando Integrado Trabajadores Alessandristas, el Frente Cívico Militar, el Comité de Pobladores Tomicistas (conformado por militantes demócratacristianos), Chile Joven, y el Movimiento de Renovación Nacional (encabezado por Mario Correa Bascuñán y Manuel Ugarte Godoy). También recibió el apoyo de políticos de izquierda como por ejemplo los socialistas Luis Quinteros Tricot (quien liderada la agrupación denominada «Nueva Izquierda») y Bernardo Ibáñez Águila, el excandidato presidencial Antonio Zamorano Herrera, el demócratacristiano Jorge Rogers Sotomayor, y diversas asambleas radicales, especialmente de la zona sur del país.[6]

Estados Unidos, que había apoyado tan resueltamente la candidatura de Eduardo Frei Montalva en 1964, invirtió mucho menos en la campaña de Alessandri, ya que lo daban por ganador seguro. Solo 350 mil dólares fueron entregados por vía de la compañía ITT a la candidatura de Alessandri, en comparación con los 4 millones de dólares que recibió directa o indirectamente, la candidatura de Frei Montalva.

El 15 de agosto de 1969, la Junta Nacional del Partido Demócrata Cristiano acordó apoyar a Radomiro Tomic, candidato que se alejaba del estilo centrista impuesto por Frei Montalva, avanzando más a la izquierda, planteando inclusive en su momento una alianza electoral con la UP, que no llegó a materializarse. Frei no apoyó activamente a Tomic, pues no lo creía capaz de continuar su obra, pero no le negó el apoyo para no romper una amistad de toda la vida y poder frenar a Allende. La candidatura fue inscrita oficialmente el 15 de enero de 1970.[4]

La cercanía con la UP se tradujo en un pacto secreto, según el cual se reconocería la victoria si uno sacaba una mayoría relativa superando por 5 mil votos al otro. A Alessandri en cambio solo le reconocerían la victoria si su margen superaba los 100 mil votos.[cita requerida]

La posición de un Partido Demócrata Cristiano más tendido hacia la izquierda enajenó a muchos votantes de centro y centro derecha, que habían dado la victoria al partido en 1964.

La lucha fue dura, pero sin llegar a la violencia. Los candidatos de la UP y la DC hacían grandes actos de masas, que reunían a millares de personas, en cambio a Alessandri su comando le evitó los grandes actos, pues consideraban que sus 74 años jugarían en su contra. A cambio de esto, lo pasearon por Chile, sin exceso. Su único acto masivo fue su cierre de campaña, que fue boicoteado por TVN, mostrándolo como un fracaso.

A Alessandri, si bien estaba sano, le desfavoreció un video hecho por su comando para el programa de TVN Decisión 70 en el que salía tiritando sin control una de sus manos, que fue utilizada por sus adversarios para su perjuicio. También los derechistas atacaban a sus contendores, advirtiendo el peligro que significaría lo que ellos consideraban una dictadura marxista-leninista, que destruiría todas las bases de la sociedad, ampliando también este ataque a la Democracia Cristiana que se mostraba tan abierta a las ideas de izquierda.

Como muchos de su comando estaban seguros de la victoria, al menos relativa, de Alessandri, se irritaron de sobremanera cuando en una entrevista de El Mercurio se le preguntó al Comandante en Jefe René Schneider por la actitud a ejercer del ejército si ninguno de los dos candidatos obtenía mayoría absoluta, a lo que él señaló que debía responder el congreso pleno, según lo establecido en la constitución y que el ejército se apegaría totalmente a los postulados de la carta fundamental (ésta sería la base de la doctrina Schneider). Los alessandristas se irritaron porque la tradición era que el que sacase mayoría relativa, sería elegido presidente.

El ambiente quedó muy politizado, pues las posiciones eran muy contrapuestas. Allende proponía una transición pacífica al socialismo, la “la vía chilena al socialismo, con olor a empanadas y vino tinto”, que se basaba en la nacionalización del cobre y de las empresas claves de la nación, la creación de “Poder Popular”, profundizar al reforma agraria y una serie de medidas que concluían en la transición al socialismo.

Tomic tenía un plan similar, pero todo sería en base al humanismo cristiano, en contraposición al ateísmo del marxismo-leninismo. En el delicado tema del cobre proponía una nacionalización pactada, como venía haciéndose de a finales del gobierno de Frei, dejando a un lado la chilenización (51 % del cobre en manos del estado), aunque sin descartar una nacionalización (100 % del cobre en manos del estado) más tradicional.

Alessandri en cambio prometía a sus electores la vuelta al sistema económico liberal que había practicado durante sus seis años de gobierno, el restablecimiento del orden, además de un retroceso en los cambios radicales que se proponían en temas de la reforma agraria, la reforma universitaria, etc.

Archivos desclasificados[7]​ recientemente por la CIA acusan a Jorge Alessandri Rodríguez de haber buscado relaciones clandestinas con la CIA.[8]​ En esto el dueño del diario El Mercurio, Agustín Edwards jugó un rol preponderante como asset de la CIA y del gobierno estadounidense en Chile, como canal de fondos desviados a la campaña de Alessandri según consta en los archivos recientemente desclasificados de la CIA y del Departamento de Estado. Un memo de 10 de abril de 1970,[9]​ deja establecido que el Directorio de la Anaconda Copper[9]​ y funcionarios del gobierno de Estados Unidos, afirman que Jorge Alessandri, a través de un intermediario, "ha solicitado ayuda de Anaconda" para reunir casi tres millones de dólares de fuentes extranjeras porque su campaña sólo ha logrado recaudar doscientos mil dólares en Chile. Agustín Edwards Eastman era su asset y propietario de El Mercurio que supo sacar ventajas de EE. UU. en favor de su empresa, para variar en crisis también cuando asumió Salvador Allende -por mala gestión endémica.[10]​ O sea, obtuvo dos fines de un solo golpe entre 1970 y 1973 convenció a la administración Nixon para intervenir en Chile y obtuvo de la CIA un millón 965 mil dólares, unos 8,5 millones de dólares de hoy.[11]​ Mucho de los dineros de la CIA fueron canalizados a través de Edwards o del Senador Pedro Ibáñez,[12]​ a petición del propio Alessandri.[13]​ En el Informe Hinchey sobre las actividades de la CIA en Chile queda claro la relación de Alessandri con los dineros de la CIA y Edwards.[14]​ Empresas como la ITT fueron también usadas como vía para canalizar los dineros ilegales del Gobierno de Estados Unidos hacia Alessandri.[14]​ Se ha señalado también que agrupaciones femeninas y juveniles (como Acción Mujeres de Chile y Chile Joven) habrían recibido ayuda financiera desde la CIA para realizar propaganda en contra de Allende.[15]

En 1970 la ITT era dueña de un 70 % de Chitelco, la Compañía de Teléfonos de Chile y financiaba El Mercurio, un periódico de derecha[16]​ de propiedad de Edwards por el cual se triangularon los dineros de la CIA hacia Alessandri.

El dinero de la KGB fue dirigido con mayor precisión. Allende hizo una solicitud personal de dinero soviético a través de su contacto personal, el oficial de la KGB Svyatoslav Kuznetsov, quien llegó urgentemente a Chile desde Ciudad de México para ayudar a Allende. La asignación original de dinero para estas elecciones a través del KGB fue de 400 000 dólares y un subsidio personal adicional de 50 000 dólares directamente a Allende.[17]

Otros países pertenecientes al Bloque del Este tomaron parte del proceso. La CIA afirmó que la campaña de Allende recibió 350 000 dólares de Cuba.[18]​ Los partidos de la Unidad Popular también pidieron ayuda a Alemania Oriental, que les otorgó 15 000 dólares y materiales para la campaña.[19]

El 4 de septiembre se celebró la elección presidencial, en un clima de orden y tranquilidad. A las 11 de la noche del 4 de septiembre, la victoria de Allende todavía no era reconocida, mientras la tensión se acrecentaba. En La Moneda, el Presidente Eduardo Frei acababa de negarle al senador Julio Durán, dirigente del comando de Jorge Alessandri, la autorización para que realizaran una manifestación «celebrando el triunfo» de su candidato. En estricto rigor, es el jefe de Plaza, el general Camilo Valenzuela, quien debía otorgarla. Allende recibió una llamada, alertándole de que aparecieron varios tanques en las proximidades de La Moneda.[22]

Ramón Huidobro, uno de los amigos personales de Salvador Allende y en la época uno de los principales asesores de Gabriel Valdés, canciller de Eduardo Frei, recibió de uno de sus colaboradores en la Cancillería (que funcionaba en esos años en un ala de La Moneda) la misma información y se la transmitió a Allende. Huidobro decidió partir a La Moneda. Para entonces, ya se había establecido un nexo directo entre Valdés y Allende. El primero le adelantó que los resultados lo daban como ganador.[22]

Otro antecedente aumentó el nerviosismo de Allende y del grupo que lo acompañaba: el general Camilo Valenzuela, jefe de la Plaza, quien debía autorizar la gran manifestación del triunfo, no respondía... La espera minuto a minuto se tornó dramática. Allende tomó el teléfono y llamó al general Valenzuela. Con tono firme le pidió autorización para celebrar . Luego, se sentó en su sillón, pierna arriba, a esperar la respuesta. Casi nadie hablaba. Sonó el teléfono, Allende se paró para atenderlo. Cuando cortó, se dio vuelta y mirando fijamente a sus amigos, exclamó: -¡Ganamos! Si el gobierno nos autoriza a salir a celebrar el triunfo es evidente que hemos ganado.[22]

Todos se abrazaron. Allende abrió la puerta que daba hacia el salón, donde esperaban unas 25 personas: «Debo decirles con absoluta tranquilidad que ganamos».[23]

Poco después, el ministro del Interior del Presidente Frei, Patricio Rojas, entregó la información oficial a una delegación de la Unidad Popular. Fue el inicio de la estampida callejera.[23]​ Pasada la medianoche se supo el resultado de los comicios: Allende: 36,6 %; Alessandri: 35,3 %; Tomic: 28,1 % de los votos válidamente emitidos. La confianza de los alessandristas se convirtió en miedo a un gobierno socialista, mientras los allendistas e incluso varios democratacristianos salían a la calle a expresar su alegría.

A las 1:25 horas de la madrugada del sábado 5 de septiembre de 1970, ya se sabía que Allende había ganado por 34 mil votos de diferencia. Con los números en la mano, Allende salió a uno de los balcones de la sede de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), en Alameda con Santa Rosa, donde fue recibido con ovaciones por sus seguidores. Desde allí habló a sus partidarios:

Y finalizó con un llamado que quedó durante mucho tiempo, años quizás, flotando en el aire:

A la mañana siguiente Tomic lo reconocía como presidente electo, cumpliendo así el pacto que habían mantenido en secreto.

Al conocer la noticia de la victoria de Allende muchos llegaron a la desesperación. Sin embargo algunos hablaban de una forma de evitar que Allende llegara a La Moneda, pues faltaba que el Congreso dirimiera entre las dos más altas mayorías el día 24 de octubre.

No eran los únicos que pensaban en esa opción. En Washington D. C., el presidente Richard Nixon ordenó evitar por cualquier medio que Allende asumiera la presidencia. La CIA organizó dos planes para detener la elección de Allende en el Congreso Pleno, los que serían conocidos como Track One y Track Two. El Track One consistía en que el Congreso eligiese a Alessandri; este renunciaría y se llamaría a nuevas elecciones en que la derecha apoyaría a Eduardo Frei. El plan es conocido también como «gambito Frei». El plan, sin embargo, no funcionó. La DC y la UP llegaron a un entendimiento tras el triunfo de Allende, y se reveló la existencia de un pacto secreto entre los dos candidatos. Finalmente la DC exigió para su apoyo en el Congreso una reforma constitucional, el Estatuto de Garantías Democráticas, que aseguraría que Allende no se saldría de la constitución. El jueves 10 de septiembre, El Mercurio trazó en su editorial una línea divisoria inexpugnable que más tarde acentuaría:

Al día siguiente arremetió:

Y el domingo 13 de septiembre, tras ponderar la postura de Alessandri antes mencionada, El Mercurio insistió en su «Semana Política»:

El Track One naufragó debido al pacto, quedando el Track Two. Este consistía en crear un clima de inestabilidad política, para que las fuerzas armadas intervinieran y anularan la elección. Se encargó su ejecución al general Roberto Viaux, cuyo plan era secuestrar al Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider, ocultarlo y provocar la situación de inestabilidad que obligara a intervenir a las fuerzas armadas y evitar la asunción de Allende. El 22 de octubre se ejecutó el plan, pero, al intentar defenderse, el comandante en jefe fue baleado por sus asaltantes, quienes huyeron al instante. Su chófer lo llevó al Hospital Militar donde falleció el día 25 de octubre.

Después de las elecciones, el director de la KGB, Yuri Andrópov, obtuvo permiso del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética para obtener dinero adicional y otros recursos para asegurar la victoria de Allende en el Congreso Pleno. En su solicitud del 24 de octubre, declaró que la KGB "llevará a cabo medidas diseñadas para promover la consolidación de la victoria de Allende y su elección para el cargo de Presidente del país".[17]

El día anterior, el 24 de octubre, a las 10.39 horas, se inició la votación del Congreso Pleno, dirigido por el presidente del senado Tomás Pablo. Sufragaron 195 parlamentarios.

Al finalizar el recuento el secretario de la cámara Pelagio Figueroa anunció por el micrófono: Salvador Allende Gossens, 153 votos; Jorge Alessandri Rodríguez, 35 votos; en blanco, 7 votos. A este anuncio respondió con un grito el diputado socialista Mario Palestro: «¡Viva Chile, mierda!»

Tomás Pablo cerró la sesión declarando: «De acuerdo con los artículos 64 y 65 de la Constitución Política, el Congreso Pleno proclama Presidente de la República de Chile por el período comprendido entre el 3 de noviembre de 1970 y el 3 de noviembre de 1976 al ciudadano Salvador Allende Gossens. Se levanta la sesión.»



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