La diócesis de Bolduque (en latín: Dioecesis Buscoducensis), también conocida por su nombre en holandés Diócesis de 's-Hertogenbosch, es una jurisdicción eclesiástica de la Iglesia católica en Países Bajos, sufragánea de la archidiócesis de Utrecht, con sede en la ciudad de Bolduque y regida por el obispo Gerard Johannes Nicolaus de Korte.
La diócesis se extiende sobre una superficie de 3.826 km² y comprende parte del territorio de la provincia de Brabante Septentrional en Países Bajos. Se divide en 166 parroquias y la sede episcopal es la ciudad de Bolduque, donde se encuentra la Catedral de San Juan.
La diócesis limita al norte con la arquidiócesis de Ultrecht, al sur con la diócesis de Roermond y Bélgica, al este con Francia y al oeste con la diócesis de Breda.
La diócesis de Bolduque fue erigida, junto a otras trece nuevas diócesis, el 12 de mayo de 1559, mediante bula Super Universas, del papa Paulo IV, en tiempos de la sujeción española. La nueva diócesis fue segregada de la diócesis de Lieja y puesta como sufragánea de la arquidiócesis de Malines. La bula del papa Paulo IV, sin embargo, no definió los límites de la diócesis, el número de parroquias ni los medios de ingresos. Para esto se encargó una comisión que elaboró el plan por dos años. Hasta el 11 de marzo de 1561, mediante bula De statu omnium ecclesiarum, del mismo pontífice, se fijaron los límites de estas instancias.
El primer obispo fue Francesco Sonnius, quien durante su gobierno publicó los decretos del Concilio de Trento y se encargó de cumplirlos, fijando su residencia en Bolduque y haciendo la visita pastoral. Fue su sucesor, Laurentius Metsius, quien convocó el primer sínodo diocesano y fundó el primer seminario mayor.
Las guerras que sacudieron la última parte del siglo XVI no permitieron el desarrollo de la diócesis y algunos de sus obispos tuvieron que vivir en el exilio. En 1648, a causa de la Paz de Westfalia, el territorio de Bolduque pasó a formar parte de los Estados generales de los Países Bajos, lo que significó el exterminio de la fe católica. El catolicismo fue prohibido por ley, los bienes eclesiásticos fueron confiscados y en las escuelas solo se podía impartir la fe calvinista. Durante este periodo, los sacerdotes católicos ejercían su ministerio en clandestinidad, bajo la autoridad de un vicario apostólico, quienes normalmente eran solo presbíteros y residían en Bélgica hasta 1726, en que el gobierno holandés, fue más condescendiente con los católicos, con el pacto de que el clero fuera holandés y no se nombraran obispos.
En 1794 el ejército francés invadió la ciudad de Bolduque y todo el Brabande holandés. Por la ley francesa que imponía la separación de la Iglesia y el Estado, el calvinismo dejó ser la religión oficial y muchas iglesias fueron restituidas al culto católico. La catedral pasó a manos de los católicos en 1810. Gracias a esto, el vicario apostólico Antonius van Alphen fundó, en 1837, un seminario para la formación del clero diocesano. Un intentó fallido de Napoleón de instituir una nueva diócesis se dio en 1810. Este proyecto se vino abajo debido al rechazo del pueblo y del clero, que se opusieron a las leyes napoleónicas sobre la Iglesia.
En el concordato de 1827, entre la Santa Sede y el gobierno de Guillermo I de los Países Bajos, se preveía la reapertura de dos diócesis en la nación, a saber, Ámsterdam y Bolduque, pero la revolución de 1830 no permitió la realización de este proyecto. En 1848, la Constitución política de Holanda garantizó la libertad política y religiosa de los católicos, permitiendo que el 4 de marzo de 1853, mediante breve Ex qua die del papa Pío IX, restableciera la jerarquía católica. Gracias a ello, Bolduque se erigió de nuevo en diócesis y Joannes Zwijsen fue nombrado su primer obispo.
Al finalizar el año 2016, la diócesis de Bolduque contaba con 1.105.000 católicos, sobre una población de 2.107.000 habitantes, correspondientes al 52,3% del total. Para la administración pastoral, el obispo cuenta con 751 sacerdotes (de los cuales 217 diocesanos y 434 religiosos), 92 diáconos permanentes y 7 seminaristas. Ese mismo año hubo 4.220 bautismos.
En el territorio de la diócesis, desempeñan su labor carismática 683 religiosos (de los cuales 16 434 sacerdotes) y 1.708 religiosas, de diferentes institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica. Algunos de ellos se originaron en la diócesis, como las Hermanas de la Caridad, Hijas de María y José, fundadas por Anna van Hees y Jacobus Antonius Heeren en 1820; las Franciscanas de Oirschot, fundadas en esa localidad en 1797; y las Hermanas de la Caridad de Jesús y de María, Madre del Socorro, fundadas en 1836 por Antonius van Erp.
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