Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2007/Semifinal
Las semifinales de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2007 se llevaron a cabo el 12 y el 13 de diciembre. Participaron los vencedores de los cuartos de final y los clubes campeones de la Conmebol y la UEFA. Fue la tercera vez que se jugaron estos encuentros en el campeonato de clubes más importante del mundo, en el que participan los ganadores de cada una de las seis confederaciones continentales, además del campeón de la liga de la nación local.
La primera semifinal fue disputada entre el club tunecino Étoile du Sahel, ganador de cuartos de final ante Pachuca, y el club argentino Boca Juniors, como el campeón reinante de la Copa Libertadores de América, mientras que el segundo cruce fue jugado entre el club japonés Urawa Red Diamonds, triunfador de cuartos de final ante Sepahan, y el club italiano Milan, como el último vencedor de la Liga de Campeones de la UEFA. Los ganadores clasificaron a la final y los perdedores jugaron el partido por el tercer lugar.
Si los encuentros terminaran en empate después del tiempo reglamentario, se jugaría una prórroga (2 partes de 15 minutos cada una) y, posteriormente, si fuera necesario, se lanzarían tiros desde el punto penal para determinar el equipo ganador.
El 12 de diciembre de 2007, se enfrentaron el campeón africano y el sudamericano, ambos equipos nunca habían jugado entre sí previamente. Durante los primeros diez minutos del encuentro, el equipo argentino se dispuso a atacar ante un rival bien organizado y que presionaba en la mitad del campo, por lo que imposibilitaba al oponente a llegar a su área. El conjunto tunecino aprovechaba a jugar de contraataque, y aunque fueron pocas veces, inquietaron el arco rival. La primera media hora fue muy trabada y ninguno pudo sacarse ventaja, siendo discontinuos e irregulares. Pero al minuto 37, tras una buena habilitación de Palermo; Palacio entró en el área, eludió a dos contrarios y metió un pase hacia Cardozo, quien remató en el área chica con potencia, colocando el balón debajo del travesaño y marcando el único gol de la tarde, quien lo festejó haciendo alusión al Topo Gigio, típico ademán de Riquelme. Pero poco tiempo después Chermiti casi empata para los tunecinos con su remate cruzado que fue tapado por Caranta.
En el segundo tiempo, a pasar de estar ganando, Boca buscó el segundo y también el Étoile trató de empatar. Por el lado xeneize Paletta tras un tiro de esquina metió un cabezazo que se fue alto y por el equipo tunecino Ghezal por la misma vía intentó pero no logró el gol. En el complemento el conjunto argentino había mejorado, pero a los 65 minutos Vargas tras una jugada peligrosa, recibió la segunda amonestación dejando a su equipo con diez jugadores. A pesar de la inferioridad numérica siguió ejerciendo el dominio y tuvo las ocasiones más claras de gol: tras un centro de Ibarra un cabezazo de Palermo que se fue al lado del palo, y un fuerte remate de Palacio que rozó el travezaño. Pero el adversario no estaba dormido y a dos minutos del final el caboverdiano Silva Alves tuvo una oportunidad clara de cabeza que pudo haber llevado el encuentro a la prórroga. El cuarto árbitro dio tres minutos de descuento y terminó llevando al representante sudamericano una vez más a una final intercontinental, que, según la prensa argentina fue protagonista y marcó el ritmo; pero según la prensa italiana, fue desorganizado y sin calidad.
El encuentro entre ambos equipos se jugó el día 13 de diciembre a las 19:30, hora local, y concluyó con la victoria del AC Milan. El encuentro fue cerrado y el pilar para el ataque del conjunto japonés fue el atacante brasilero Washington. En el primer tiempo las chances más importantes fueron para el equipo italiano: al minuto 13 un remate de tiro libre de Pirlo que fue tapado por el arquero Tsuzuki; y un minuto después un cabezazo de Ambrosini que se fue desviado.
En la segunda parte el Urawa Reds tuvo buenas posibiblidades, pero le faltó la definición en el área. Un tiro de Washington bloqueado por Dida y un despeje de cabeza de Nesta que casi es gol en contra, pudieron haberle dado la victoria parcial al conjunto nipón. Pero los rossoneri también atacaban, y la habilidad individual de sus jugadores marcaron la diferencia. A los 68 minutos, Kaká desbordó por la derecha, llegó a la línea de fondo, levantó la cabeza y envió un centro hacia atrás para Seedorf quien marcó el único tanto de la noche japonesa. El campeón asiático salió a buscar el empate, llegando varias veces al área rival pero sin concretar sus acciones de gol. Con esta victoria el AC Milan pasó a la gran final del torneo.
Si este partido terminara empatado al término del tiempo reglamentario, no se jugaría una prórroga y se definiría el ganador mediante tiros desde el punto penal.
Desde el comienzo, y como se suponía, los dos equipos iban a disputar el encuentro libremente y sin la presión de los anteriores. El primero en convertir fue el equipo africano, a través de un penal ejecutado a los cinco por Frej. Luego con dos cabezazos del brasileño Washington, el primero al minuto 35 y el segundo al 70, el equipo japonés se pondría al frente en el marcador. Sin embargo, cinco minutos luego Chermiti le pondría fin a la fiesta local y obligó a la ejecución de los tiros desde el punto del penal. Siendo la primera vez desde que la competición se realiza en Japón y con este nuevo formato que un partido se define a esta instancia. El arquero asiático, Tsuzuki fue la gran figura en los penales atajándole el decisivo a Traoui y otorgándole a su equipo el tercer puesto.
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