El Camino a Santiago Vía Aquitania es una ruta que en su tramo castellano sigue el trazado de la calzada romana entre Deobrígula (Tardajos), Segisamone (Sasamón), Dessobriga (Osorno la Mayor) (Melgar de Fernamental) y Lacobriga (Carrión de los Condes)
Durante la Edad Media, se le llamó Vía Aquitania a la calzada romana XXXIV o Ab Asturica Burdigalam (Astorga-Burdeos), que era utilizada como ruta por peregrinos franceses procedentes de la región de Aquitania que emprendían el camino a Santiago, origen del Camino Francés.
Las primeras rutas seguidas por los peregrinos que querían visitar la recién descubierta tumba, vinieron determinadas por la situación de los restos de Assegonia dentro de la red viaria heredada de la época romana. Los caminos de esta red no desaparecieron, sino que siguieron usándose durante la Edad Media. El origen de los fieles, por su parte, lo determinaba la extensión del territorio controlado por los reinos cristianos dentro del proceso de la Reconquista. Durante el reinado de Alfonso II, el territorio asturiano se centraba en la región transmontana de la Cordillera Cantábrica y el límite sur lo marcaba una línea que, partiendo entre Pontevedra y Tuy, pasaba por la vertiente sur de las montañas y dejaba a Ponferrada, Astorga y León dentro de la «tierra de nadie».
En época romana discurrían junto a Assegonia dos calzadas: la XX per loca maritima en dirección sur–norte, y la XIX Bracara Asturicam que —por el este— llegaba desde Lugo. Esta última ciudad estaba, a su vez, conectada con Lugo de Llanera mediante la vía Lucus Asturum a Lucus Augusti que contaba con ramales secundarios para el acceso a la misma desde diferentes partes de las montañas.
Cuando Alfonso II estableció la capital en Oviedo, su comarca se convirtió en el área central del reino. Sus habitantes utilizaron, entonces, la antigua vía Lucus Asturum a Lucus Augusti para dirigirse a Lugo y desde ahí, a la tumba apostólica. Desde esta ciudad fortificada proseguía por la ruta heredera del tramo de la XIX Bracara Asturicam que pasaba por el naciente Locus Sancti Iacobi.
Los habitantes del área situada en el norte, junto al mar Cantábrico, podían seguir un itinerario ya existente en época romana el cual comunicaba el río Deva con el Eo y desde allí, con Lugo. Los de las zonas costeras occidentales, por su parte, tenían a su disposición la antigua vía XX per loca maritima con la que podían acceder a la tumba del apóstol desde los territorios en torno a Pontevedra —al sur— o desde el área de La Coruña —al norte—.
Durante los reinados de Ordoño I (850-866) y su hijo Alfonso (866-910), el reino asturiano consiguió extender y consolidar su frontera hasta el río Duero. Quedó, entonces, dentro de su territorio una buena parte de la vía XXXIV Ab Asturica Burdigalam con sus poblaciones de Ponferrada, Astorga, León o Carrión. Los habitantes de los nuevos territorios sureños dispusieron de este camino para dirigirse al oeste hasta Lugo, y desde ahí, al Locus Sancti Iacobi. Igualmente, se afianzó el dominio cristiano del alto Ebro, lo que dejó expedito su uso completo hasta territorio franco.
El camino que seguían los primeros peregrinos transpirenaicos era la citada vía romana Ab Asturica Burdigalam que comunicaba Burdeos con Astorga y que entraba en la península por el puerto de Roncesvalles, tras lo que llegaba a Pamplona. Desde esta ciudad continuaba hacia el oeste por los valles de los ríos Araquil y Zadorra, después llegaba a la actual Miranda para franquear el río Ebro y proseguía hasta el importante cruce de Briviesca, donde se unía a la calzada que venía desde Zaragoza discurriendo al sur del Ebro. El trayecto entre Pamplona y Miranda le permitía salvar, por el norte, el obstáculo natural que suponían las sierras de Andía y Urbasa.
Sancho el Mayor desvió el camino durante el primer tercio del siglo XI e hizo que su trazado pasara más al sur por un terreno despejado, donde previamente —por necesidades militares— había desarrollado un itinerario protegido con fortalezas que discurría por La Rioja. El nuevo atravesaba los valles del Arga, río Salado y Ega para llegar, inicialmente, hasta algún punto cerca de Logroño, donde cruzaba el Ebro y, a partir de 1095, por la propia ciudad tras repoblarse y repararse su puente. Desde ahí se dirigía a Nájera, continuaba hasta Burgos y, poco antes de llegar, se unía de nuevo con la antigua calzada romana, aunque al salir de la ciudad volvía a abandonarla para proseguir por un camino alternativo hasta Carrión.
Desde Burgos seguiría por Tardajos a Sasamón, Melgar de Fernamental y Osorno hasta Carrión. Estos caminos no dejaron de utilizarse pues por asentarse sobre terrenos más firmes y saneados, siguieron siendo los mejores y más cuidados durante el periodo medieval y moderno, transitados preferentemente por comitivas provistas de medios de transportes lentos y pesados, con mayor equipaje, como hoy mismo sucede. Todavía apeos recientes de villas como Grijalba siguen denominando Calzada Romana o de los peregrinos al viejo Camino Real de Burgos-Melgar a su paso por el término municipal.
Sin embargo entre estas dos poblaciones (Melgar y Carrión), el camino de la Vía Romana de Italia a Hispania se denomina en todo su recorrido Camino Francés o Carrera Francesa, nombre habitual para el Camino de Santiago. Existen hitos en esta vía romana que tal vez indiquen el paso del Camino de Santiago por ella. Tal es el caso del Alto de Santiagón.
La muy reciente identificación de este camino como la Vía Romana de Italia a Hispania o la Vía Aquitana parece causa suficiente para que no se conozca nada de su relación con el pasado de peregrinos al no haber sido estudiada como tal por historiadores de ninguna época. Significa esto que, en la inmensa y desolada llanura de Tierra de Campos, en las tierras arcillosa imposibles para el tránsito en tiempo húmedo, el refugio era la infraestructura de la vía romana en primera instancia. Si además se encontraba pueblos mejor. A partir de Tardajos el Camino siempre fue malo todo él. Sin infraestructura de ningún tipo, solo pueden verse unas pocas piedras alineadas en intentos aislados de consolidación del paso intentando vencer el barro y no más. A cambio los peregrinos encontraban el refugio de los pueblos, pobres pero pueblos. Este nuevo itinerario, a pesar de la peor calidad del firme, tuvo la ventaja de pasar por más núcleos habitados que la antigua vía romana que discurría al norte.
Avanzando hacia el oeste, una vez pasado Sahagún, la calzada llegaba cerca del río Porma y tras cruzarlo, desde el trazado principal partía un ramal que se dirigía a León. Desde esta ciudad, salía hacia el norte un camino que, cruzando las montañas, la conectaba con Oviedo. Para retomar la calzada, la ruta seguía una vía romana secundaria que pasaba por el actual Valverde y se volvía a unir a la principal cuando franqueaba el río Órbigo. Poco después de este punto llegaba al importante cruce de Astorga, donde finalizaba.
Desde Astorga partía hacia el oeste la antigua vía XIX Bracara Asturicam. Para salvar el obstáculo natural que suponían los montes de León y llegar a Ponferrada, la calzada original pasaba por el puerto del Manzanal. A pesar de que algunos peregrinos usaban este antiguo trazado, se desarrolló un recorrido alternativo, al sur del anterior, que pasaba por el puerto de Foncebadón y que fue mucho más utilizado.
Tras Ponferrada, la calzada cruzaba los ríos Cua y Burbia por Cacabelos y Villafranca, respectivamente, se internaba por el valle del río Valcarce y pasaba la montaña por Ambasmestas. Aunque poco después de este punto, el camino seguía hasta Lugo, se desarrolló otro itinerario más directo que, dirigiéndose por El Cebrero y Barbadelo, cruzaba el Miño en Puertomarin y volvía a unirse a la antigua ruta romana a la altura de Palas de Rey. Esta proseguía hacia el suroeste hasta llegar al Locus Sancti Iacobi, donde se unía también con la antigua XX per loca maritima que venía desde el área de La Coruña.
La mención más antigua que se conserva del uso como ruta para llegar a Compostela aparece en la Crónica Silense redactada ca. en 1110 y en un pasaje que relataba hechos de Sancho el Mayor ocurridos durante la década de 1030: ipsis namque Pirineis iugis adusque castrum Nazara quidquid terre infra continetur a potestate paganorum eripiens, iter Sancti Iacobi quod barbárico timore per devia Alave peregrini declinabant absque retractionis obstáculo currere fecit.
“Fallecido el cual, Sancho, su hijo, subió al reino paterno. A quien Dios, viéndolo devoto vengador de la fe cristiana con el sudor de su ejército, no solo le añadió prósperos sucesos, sino que hizo creceré su prole con múltiple generación. Porque desde los mismos montes Pirineos hasta el castillo de Nájera, sacando de la potestad de los paganos cuanto tierra se contiene dentro, hizo sin retroceso el camino de Santiago, que los peregrinos torcían desviándose por Álava, con temor a los bárbaros.”
Un siglo más tarde, el cronista Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo en la primera mitad del siglo XIII escribe la Historia de los hechos de España (De rebus hispaniae) por encargo del rey Fernando III el Santo, nieto de Alfonso VIII que abrió la nueva ruta por Bayona –Irun para proteger la dote de su mujer Leonor de Plantagenet, duquesa de Aquitania y condesa de Gascuña, la reinterpretó y modificó sustancialmente. Dirá que Sancho el Mayor llevó el camino por Nájera, Briviesca y de Amaya a Carrión, el mismo camino que antes los peregrinos seguían por Alava y por las sendas extraviadas de Asturias (de Santillana) ante el temor de los árabes. Ya en el siglo XX, R. Menéndez Pidal asumiría la versión de Jiménez de Rada interpretando a su modo que antes de abrirse el camino francés hubo un primitivo itinerario por la costa, que pasaría por Alava y Asturias (de Santillana) y que entraría por Irún; un camino que Sancho el Mayor de Navarra mudaría ya en el siglo XI por Nájera a Briviesca, Amaya y Carrión y más tarde por Santo Domingo de la Calzada, Belorado, Burgos.
El camino primitivo por la Vía Aquitana al parecer y a la luz de los escasos datos que poseemos como hemos indicado, hasta el reinado de Sancho el Mayor la peregrinación pasaba por Álava, sobre la antigua vía romana De Hispania in Aequitania. Ab Asturíca Burdigalam.
Los "caminos extraviados” aludidos, corresponderían en este sector básicamente con la conocida como vía Aquítana número 34 del Itinerario de Antonino, principal eje este-oeste del norte de la Península que canalizaba todo el tráfico caminero de la época, incluidas las aceifas musulmanas.
Alcanzados los años centrales de ese siglo XI, fue ya de uso común el referirse al itinerario como «Camino de Santiago» o «camino de los francos». Se erigieron en él un buen número de hospitales a lo largo de su trayecto, incluyendo los puertos de montaña que presentaban especial dificultad. Para el cruce de los ríos se acondicionaron puentes o se levantaron donde no existían. De esta manera, para finales de la centuria ya había quedado bien establecida la ruta que, con variaciones menores, fue la que usaron los peregrinos durante los siglos siguientes.
El itinerario quedó unido a la antigua ruta desde Oviedo debido a la popularización del culto al Arca Santa durante el siglo XII y que convirtió a este destino en la segunda peregrinación en importancia dentro de la península ibérica. Esto hizo que un buen número de peregrinos se desviase desde León y optasen por seguir a Santiago a través de la antigua capital asturiana, a pesar de tener que utilizar un camino que se consideraba «mal poblado y estéril y mucho mas montuoso que el otro».
Para llegar a Oviedo se dirigían por La Robla, Puente de Alba, La Pola de Gordón, Buiza, Villasimpliz, Villamanín, el puerto de Pajares, Puente de los Fierros, Campomanes, Mamorana, Pola de Lena, Ujo, Mieres del Camino, El Padrún, Olloniego y Manjoya. Después, continuaban hacia Lugo utilizando el antiguo camino por Grado, Salas, Tineo y Castroverde. Tras la ciudad amurallada, proseguían por San Juan del Alto, El Burgo, El Hospital, Retorta y Ferreira de Negral hasta llegar a Libureiro, donde volvían a unirse al camino principal.
El Camino a Santiago por la Calzada Romana Vía Aquitania, en España empieza en la Mansio romana de Imo Pyreneo (Sant – Jean de Pied – de Port) en la parte francesa de la frontera, continua por el mismo trazado que el Camino Francés Calixtino hasta la Mansio Pompelone (Pamplona) y siguiendo por las mansiones de Alatondo (Atondo), Aracaeli (Huarte Araquil), Alba (San Román de San Millán), Tullonio (Alegría – Dulantzi), Suessatio (Arkaia), Beleia (Iruña - Trespuentes), Deobriga (Arce Mirapérez – Miranda de Ebro), Videleia (Pancorbo), Virovesca (Briviesca), Tritium (Rodilla), desde Burgos seguimos por el Camino Francés, hasta Deobrígula (Tardajos), y seguimos por Segisamone (Sasamón), Dessobriga (Osorno la Mayor) (Melgar de Fernamental) y Lacobriga (Carrión de los Condes), para seguir nuevamente por el Camino Francés Calixtino hasta Santiago.
Existen evidencias del paso de peregrinos durante la edad media por el monasterio de Zamartze, en lo que fue la Mansio de Aracaeli, Navarra, en excavaciones realizadas entre el 2010 y el 2016 con hallazgos de conchas y un bordón de peregrino en tumbas del Monasterio que evidencia el uso de Zamartze como Hospital de peregrinos entre los siglos X y XIV. .
El tramo Vasco – castellano, actualmente conocido como Vía Bayona, volvió a tener gran importancia a partir de Alfonso VIII que invadió Álava, con un largo asedio a Vitoria, Guipúzcoa y el Duranguesado, enlazando con Bayona por el Túnel de San Adrián desde la calzada romana XXXIV Ab Asturica Burdigalam, a la altura de San Millán / Salvatierra, convirtiéndolo en Camino Real, creando un paso seguro a la frontera Gala por Bayona sin pasar por tierras de su enemigo navarro, se potencia un paso de peregrinos alternativo a Pamplona. El rey Alfonso X, fomentó el uso de esta ruta fundando entre 1256 y 1268, varias villas, entre ellas la de Salvatierra en Álava, en el punto de unión con la calzada.
En Sasamón (Burgos), como son la Casa Cuartel y Hospital de atención al peregrino que iba a Santiago de la Orden de Los Templarios, y tenemos muestras Jacobeas en la portada meridional de Santa María de Sasamón, contando la historia conocida como la "del peregrino a Santiago que fue engañado por el diablo". Esta narración, escrita en latín con un fin propagandístico al peregrino, pues se trataba de valorar y de difundir los poderes taumatúrgicos del apóstol Santiago, aparece prosificada en el Codex Calixtinus (Moralejo, Torres, y Feo, 1992) atribuido a San Anselmo de Canterbury. Aparece, también escrito en latín, en un códice del siglo XII de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada (España), es la que plasma Gonzalo de Berceo en el número 8 de sus Milagros de Nuestra Señora, da argumento nuevamente, ahora en gallego, a la cantiga n° 26 del rey Alfonso X el Sabio que tiene como protagonistas a Santa María y al romero jacobeo.
En Melgar de Fernamental (Burgos), tenemos testimonio de un Hospital de Peregrinos. “En la declaración de los Alcaldes de la villa para hacer el Catastro del Marqués de la Ensenada, consta la existencia de un Hospital para pobres Peregrinos y del pueblo, cuya renta exponen en un memorial…. Lo cierto es que por aquí pasaban muchos santiagueses, pues en el archivo de la Catedral menciona el sendero de romeros en dirección a Osorno, al describir una finca de su propiedad en 1693, se dice que está a Fuentebuena, y linda con el camino de los romeros. Incautado por el Estado Español en tiempos de la Desamortización,
y en éste consta que los templarios estaban establecidos en Sasamón y en Grijalba”. En Arconada, (Palencia) que contó con un priorato y un hospital, este último fundado en 1042 por el conde Gómez Díaz de la poderosa familia Beni Gómez, según vemos en la inscripción fundacional del hospital que guarda la iglesia Santa María de Carrión, para asistir a los peregrinos en su trayecto a Santiago y que tenía un fin exclusivamente benéfico, según puede verse en las palabras siguientes del conde fundador: "Se me ha ocurrido construir un cenobio de limosnas de pobres y de huéspedes, de esos pobres y esos huéspedes que se agolpan en la estrada, tendida desde los tiempos antiguos para los que van y vienen de San Pedro y Santiago Apóstol". Arconada ya tiene la connotación jacobea, Camino de Santiago , en el año 1047. Como otras muchas pertenencias del conde, fue donado al monasterio de San Zoilo la institución de patrocinio familiar y el lugar que eligieron como su panteón.
En el tramo de Segisamone (Sasamóm) y Lacobriga (Carrión de los Condes) en la mitad de ambas se sitúa Dessobriga (Osorno), entre las dos mansiones de este tramo, el camino se denomina en todo su recorrido Camino Francés o Carrera Francesa, nombre éste de origen medieval, habitual para los caminos transitados por peregrinos que llegaban desde Francia, pues los primeros peregrinos siempre fueron por las antiguas vías romanas.
En la Alta Edad Media y principios de la Baja Edad Media, los caminos para desplazarse de un lugar a otro, seguían el trazado de las antiguas calzadas romanas, en esta época las obras públicas de ese estilo fueron escasas, y por eso se recurrió a ellas y no iba a ser distinto en este caso hasta que el Rey Alfonso VI de León aprovecha que una riada del río Pisuerga se lleva el puente de Melgar para construir y potenciar el camino por el Puente de Itero en el siglo XI al ser estos terrenos de realengo, desde entonces ambos caminos coexisten cogiendo predominio el Camino Real y al ser este último el mencionado en el Códice Calixtino
"El nuevo camino no supuso, sin embargo, la total desaparición de los anteriores, que por asentarse sobre terrenos más firmes y saneados, siguieron siendo los mejores y más cuidados durante el periodo medieval y moderno, transitados preferentemente por comitivas provistas de medios de transportes lentos y pesados, con mayor equipaje, como hoy mismo sucede. Todavía apeos recientes de villas como Grijalba siguen denominando Calzada Romana o de los peregrinos al viejo Camino Real de Burgos-Melgar a su paso por el término municipal".
Romana
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Camino Lebaniego Burgalés
Credencial y Diploma del camino lebaniego castellano
Vista panorámica del Monasterio.
El Lignum Crucis conservado en el monasterio.
Los peregrinos que llegaban desde el este y sureste peninsular lo hacían atreves de Burgos, punto de unión de los distintos caminos de peregrinos, los mismos que usaban para ir a Santiago (Camino Francés, Camino de la Calzada Vía Aquitania, Camino de la Lana por el Levante), desde Burgos seguían por los antiguos caminos de las calzadas romanas, en este caso por la Vía XXXIV, por el actual Camino a Santiago Vía Aquitania hasta Sasamón y desde aquí por la calzada de Segisama Iulia a Pisoraca (Herrera de Pisuerga). O seguir desde Sasamón por el camino de La Calzada Vía Aquitania hasta Melgar de Fernamental y desde aquí por el embarcadero de Carrecalzada en el Canal de Castilla seguir por el Camino Lebaniego Castellano. El actual Monasterio de Santo Toribio de Liébana en Cantabria, es regentado por la orden franciscana, recordando la visita que hizo el Santo tras la audiencia en Burgos con el Rey de Castilla. San Francisco según la tradición, en su camino a Santiago desde Burgos pasó por Santo Toribio de Liébana.
Caminos de Santiago por la ruta Codex Calixtinus y Vía Aquitania
Hito de piedra en el camino francés señalando el reencuentro con la Vía Aquitania a la salida de Carrión de los Condes
Ermita de la Virgen del Río. Villalcázar de Sirga
El Camino Vía Aquitania empieza en Deobrígula, Tardajos (Burgos) pasa por Segisamone, Sasamón (Burgos), aprovecha los caminos de Sirga del Canal de Castilla superpuesto a la calzada en este tramo para bordear por la parte norte el oppidum de Dessobriga entre Melgar de Fernamental (Burgos) y Osorno (Palencia) y sigue por Villalcázar de Sirga (Palencia).
Se une al camino Calixtinus a dos kilómetros y medio pasado Arconada y a un kilómetro y medio del casco urbano de Villalcázar de Sirga, en el camino de sirga del río Ucieza junto a la Ermita de Nuestra Señora del Río, camino recuperado recientemente por los peregrinos y cuyos asentamientos romanos de los alrededores parece que son el origen de la Villa. Ya, en la documentación de 1069, se citaba a esta villa como Villasirga en referencia a la vía o camino que pasaba por sus cercanías por el río Ucieza y que debieron de utilizar los primeros peregrinos desviados de la calzada romana.
"Todavía se denomina “La Sirga”, al viejo Camino Francés, donde confluían, muy cerca de la actual Ermita (del Río), el Camino Norte que recogía los peregrinos que venían por Osorno y Arconada y el más frecuentado del Este, procedente de Burgos y que atravesando Bohadilla y Frómista, llegaba hasta Villasirga".
“Por aquí pasaba otra de las Vías auxiliares de peregrinación que, entrando al Norte de nuestra provincia, venían desde Osorno en dirección a Villasirga y que se conocía con el nombre de Camino Francés o de los Peregrinos”.
Este es el camino francés primigenio como nos dice en esta cita al hablar de Arconada, Ramón Revilla Vielva, refiriéndose a este tramo como camino francés, pues este camino desde siempre en Palencia se llamó del francés, como indica los mapas de Instituto Geográfico Nacional,
conviviendo hasta nuestros días con el nuevo camino francés calixtinoY desde aquí sigue por el mismo camino hasta los restos de Lacobriga, junto a la iglesia de Nuestra Señora de Belén, Carrión de los Condes (Palencia).
Continua a Santiago por el actual Camino de Santiago-Camino Francés, tramo Vía Aquitana
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