La Bendición Apostólica (o Bendición Papal) es una bendición especial, propia de la liturgia de la Iglesia católica.
Normalmente la imparte el Papa, en la Audiencia general y en el rezo Mariano del Angelus, pero también puede ser impartida de forma extraordinaria por un alto Prelado del la Iglesia católica, principalmente un Nuncio Apostólico.
El obispo en su diócesis tiene el derecho a impartir la bendición apostólica con indulgencia plenaria adjunta tres veces al año en las solemnes celebraciones de su elección, incluso sólo al asistir a la misa.
Los otros prelados tratados por la ley a los obispos diocesanos, aunque por debajo de la dignidad episcopal, podrá, en el inicio de su servicio pastoral, impartir la bendición apostólica con indulgencia a los fieles de su territorio tres veces al año en solemnes fiestas de su elección.
Excepcionalmente, puede permitirse en otras ocasiones, cuando la Iglesia Católica convoca a un Año Santo o en su caso al de la Fe.
Asimismo es impartida por cualquier sacerdote en caso de muerte o durante el rito de la unción de los enfermos (extremaunción). Uno de los casos más emblemáticos, fue el concebido a Gabriela Mistral por parte del Padre Renato Poblete en Nueva York.
La bendición apostólica se da al final de la Misa en lugar de la habitual bendición. Es mencionado en el penitencial de la celebración de la Eucaristía.
Texto en Latín:
Dominus vobiscum.
-Et cum spiritu tuo.
Sit nomen Domini benedictum.
-Ex hoc nunc et usque in sæculum.
Adjutorium nostrum in nomine Domini.
-Qui fecit cælum et terram.
Benedicat vos omnipotens Deus,
Pater, et Filius, et Spiritus Sanctus.
-Amen.
Texto en español
El Señor esté con vosotros.
Y con tu espíritu.
¡Bendito sea el nombre del Señor!
Ahora y por siempre.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Que hizo el cielo y la tierra.
Os bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo, y Espíritu Santo.
Amén.
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