La articulación en música alude a la forma en que se produce la transición de un sonido a otro o bien sobre la misma nota. Se trata del conjunto de elementos que definen las diferentes posibilidades en las que se pueden conectar entre sí las notas que conforman una melodía o por extensión los acordes que conforman una sucesión de acordes en un pasaje o composición homofónico. Estas posibilidades se diferencian básicamente en función de tres elementos:
En su conjunto, la articulación tiene uno de los efectos más importantes sobre la expresión de la música.
Lo que podemos saber de la articulación en los períodos históricos previos a la invención de los sistemas de grabación y reproducción del sonido queda circunscrito a lo que pueda provenir del estudio de los tratados teóricos y a lo que se conserva anotado en partituras de la época. Dado que la notación musical ha ido siendo progresivamente más explícita para expresar la voluntad del compositor, cada vez se ha dispuesto de una notación que ha expresado con mayor fidelidad la articulación que pedía el autor. En todo caso, nada puede hacer suponer que en las épocas en que este extremo no quedaba recogido por escrito, no se fuera sensible a la articulación.
Las primeras muestras de notación referida a la articulación sobre las partituras datan del siglo XV y van aumentando en variedad, exactitud, matices y profusión desde entonces hasta el siglo XX.
Todos los matices y las gradaciones de la articulación se mueven entre dos extremos que responden a las denominaciones de legato y staccato.
Los principales tipos de articulación son: legato, staccato (o picado), staccatissimo, portato (o picado-ligado), tenuto, acento, marcato y martellato (o también según la denominación francesa martelé). Cada uno de estos tipos viene representado en notación musical con un símbolo específico que se sitúa inmediatamente por encima o por debajo (según la plica de la nota esté orientada respectivamente hacia abajo o hacia arriba) de cada nota afectada por esta articulación.
Como en tantos otros aspectos, la nomenclatura con que se expresa la articulación musical está compuesta de términos mayoritariamente italianos. En líneas generales se puede decir que para movimientos lentos se utilizan articulaciones más suaves como legato o portato y para movimientos rápidos articulaciones más marcadas como staccato o bien combinaciones de ligaduras con staccato. Si bien, en la escritura contemporánea esto ya varía enormemente.
Hay tres articulaciones que afectan a la duración de una nota musical o acorde. Son el staccatissimo, el staccato y el tenuto. En la siguiente figura se muestran estos signos de articulación junto con una nota que no lleva signo alguno ordenados de menor a mayor duración. De tal manera que el staccatissimo es el valor más corto, le sigue el staccato, a continuación aparece la nota sin articulaciones y el tenuto. Estas dos últimas indicaciones también pueden representar duraciones idénticas.
Hay tres articulaciones que afectan a la intensidad con la que se ataca una nota musical o acorde. Son el tenuto, el acento y el marcato. El signo de tenuto puede funcionar como una articulación de duración o bien de intensidad. En la ilustración siguiente se representan estos signos de articulación junto con una nota que no lleva signo alguno ordenados de menor a mayor intensidad. Empieza con la nota sin articulaciones que es el valor que se ataca con menor intensidad, le sigue el tenuto, a continuación aparecen el acento y el marcato.
En ocasiones, las articulaciones se pueden combinar para crear sonidos exactos estilística o técnicamente. Por ejemplo, cuando los signos de staccato se combinan con ligaduras de expresión el resultado se conoce como portato o legato articulado. Los signos de tenuto bajo una ligadura de expresión se llaman «ganchos de arco» para cuerda frotada. Esta denominación también se aplica aunque con menos frecuencia a los signos de staccato o martellato.
Los apagados hacen referencia a las notas que se tocan «apagadas» o «silenciadas», sin sostener. El término se escribe por encima o por debajo de las notas con una línea punteada o discontinua dibujada hasta el final del grupo de notas que debe interpretarse «apagado». Esta técnica es empleada principalmente para instrumentos de cuerda frotada o pulsada. Los compositores modernistas se refieren al apagado como palm mute. En la guitarra el músico amortigua las cuerdas con la palma de la mano y puntea con el pulgar. Pueden encontrarse muestras de apagados en la obra del compositor para guitarra española, Gerardo de Altona.
La mayor parte de las articulaciones suelen ofrecer tres modalidades en las que pueden aparecer representadas en las partituras o partichelas:
La articulación es un elemento importante tanto en el proceso de creación, ya sea de composición o de improvisación, como en el de la interpretación, ya sea por parte de un instrumentista, cantante o director. Desde este punto de vista hay que tener en cuenta que, al igual que sucede con otros elementos que afectan a ambos procesos (tempo, agógica...), en los estilos en los que el ejecutante 'interpreta' la voluntad del compositor a través de una notación que no expresa con exactitud absoluta los parámetros que regulan la articulación, puede haber diferencias importantes de articulación entre lo imaginado por el autor y lo interpretado; y por tanto también entre versiones diversas de una misma obra.
Varios elementos circunstanciales que confluyen en la interpretación o, mejor, en una interpretación concreta, pueden condicionar la articulación requerida. Entre estos destaca la acústica del local donde esta tiene lugar. En general, una mayor reverberación exige una articulación con un mayor grado de separación entre las notas.
La correcta ejecución de las diferentes articulaciones y su adecuada inserción dentro del discurso musical suelen ser una parte importante en el proceso de aprendizaje de todos los instrumentos. La ejecución de cada articulación no puede ser medida ni determinada de manera matemática, sin embargo se han elaborado tablas con posibles aproximaciones a las interrupciones que representan algunas de las articulaciones habituales entre un sonido y el siguiente.
La articulación en la interpretación está muy directamente vinculada a la técnica de cada instrumento: la lengua en el caso de los instrumentos de viento, las articulaciones en especial del brazo y antebrazo en los instrumentos de cuerda frotada y en los de tecla, las articulaciones de los dedos en los instrumentos de cuerda pulsada y de tecla, etc.
Los instrumentos de viento generalmente articulan con la lengua o bien con el diafragma para ejecutar las separaciones que requieren articulaciones como el staccato. Suelen proporcionarse algunas pautas, por ejemplo con la ayuda de ciertas sílabas, a los estudiantes de música para que traten de ejecutar correctamente las articulaciones. Existen diversas técnicas aplicables:
Las opciones anteriores son útiles para realizar interrupciones en el flujo del aire, sin embargo para interpretar un legato se requiere todo lo contrario ya que prohíbe la respiración entre las notas ligadas. Para evitar esa limitación en algunos instrumentos de viento se aplica la técnica de la respiración circular.
Los instrumentos de cuerda frotada aplican una serie de técnicas con el arco para ejecutar las diferentes articulaciones. En este tipo de instrumentos cuando en cada nota se cambia la dirección del arco, las notas suenan separadas y por tanto se habla de notas separadas.
Por su parte, el legato consiste en que las notas sean tocadas en un solo movimiento del arco de tal forma que suenen unidas. En realidad se interpretan con un silencio brevísimo entre las notas, pero a menudo es casi imperceptible. Tal resultado puede obtenerse mediante movimientos de muñeca controlados en la mano del arco, a menudo enmascarados o mejorados con el vibrato. Este estilo de tocar legato también puede estar asociado con el uso del portamento.
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