Villaro o Arenaza (en euskera Areatza o Bilaro y oficialmente Areatza) es un municipio de la provincia de Vizcaya, País Vasco (España). Pertenece a la comarca de Arratia-Nervión y a la Merindad de Arratia.
La villa tiene dos nombres tradicionales; uno de origen romance y otro de origen vasco, aunque ambos han sido utilizados en los dos idiomas.
El nombre Villaro es una contracción de "Villa de Haro", nombre que le fue dado a la localidad en 1338 por su fundador, Juan Núñez III de Lara, que era señor consorte de Vizcaya. Con este nombre Juan Núñez pretendía homenajear a la Familia Haro, a la que pertenecía su mujer María Díaz de Haro, que había sido titular del Señorío de Vizcaya durante varios siglos. Esta ha sido la denominación oficial y más formal del municipio hasta 1980. Con las reglas modernas de ortografía del euskera este nombre suele ser transcrito en este idioma como Bilaro. Se ha usado en ambos idiomas y uno de los gentilicios existentes para los habitantes del pueblo es el de billaroztarra
Por otro lado existe otro nombre histórico del pueblo, que sin embargo no ha sido oficial hasta 1980 y que históricamente ha tenido un carácter informal: Arenaza/Areatza. La villa de Villaro fue fundada en un paraje despoblado que recibía con anterioridad el nombre de Arenaza.
Debido a ello la población acabó siendo conocida también bajo este nombre. El topónimo Arenaza está formado por la palabra arena, que fue tomada como préstamo por el euskera del latín y el sufijo "-(t)za", que indica abundancia. Este nombre se debió probablemente al carácter arenoso del lugar donde se fundó Villaro. En euskera el nombre evolucionó perdiendo la "n" intervocálica (un fenómeno común en el euskera), desde de su forma más antigua Arenaza hasta la actual de Areatza. En euskera moderno arena se dice "harea"
Este hecho y el que el sufijo final, transcrito al castellano como "-za", se pronuncie en realidad como -tza; han diferenciado los nombres de Arenaza (versión más antigua del nombre, fosilizada en su transcripción escrita al castellano) y Areatza (versión más moderna del nombre, adaptada a la pronunciación moderna del mismo por la población vascoparlante). El gentilicio basado en este nombre es el de areatzarra.
En 1979 el ayuntamiento decidió cambiar su denominación oficial de Villaro a Areatza. Esta nueva denominación oficial se adoptó el 11 de febrero de 1980.
Estos fueron los resultados de los cuatro partidos que presentaron candidatura a la alcaldía en las pasadas elecciones municipales:
Estos resultaros dieron la alcaldía a Euskal Herria Bildu.
Villaro fue fundada en 1338 por el Señor de Vizcaya, Juan Núñez de Lara, en un lugar despoblado al que bautizó con el nombre de Villa de Haro, en homenaje a la familia de su mujer, María Díaz de Haro. Se ubicó en un despoblado arenoso que se denominaba "Arenaza" de donde deriva el nombre en euskera de "Areatza".
La nueva villa tenía como propósito afianzar una nueva ruta comercial que uniese la ciudad de Vitoria con los puertos del Cantábrico a través del paso de montaña de Barazar, pero nunca llegó a alcanzar un gran desarrollo urbano. La villa disponía tan sólo de dos calles, Bekokalea y Goikokalea, dispuestas en paralelo al curso del río Arratia y de un puente, el de Zubizarra, que permitía vadear sus aguas a las recuas de arrieros cargadas de lana que descendían de la meseta. Tenía además un pequeño cerco de murallas que defendía a la población y que permitió contener su crecimiento durante la Edad Media.
A principios del siglo XVI el casco urbano comenzó a crecer más allá de la puerta sur de la muralla, a lo largo del camino que conducía a Vitoria, junto al que surgieron dos filas de casas adosadas que formaron la actual calle Errukiñe. Fue una expansión pequeña ya que la ciudad no gozaba de muchos recursos y vivían solamente en ella un centenar de familias de artesanos y pequeños comerciantes, y las principales actividades productivas eran la de fabricar astas para lanzas y picas, y labrar herraje para las cabalgaduras que atravesaban el valle.
En este ambiente se construyó una nueva casa en Errukiñe, que supuso una gran novedad en el panorama de las viviendas urbanas de Villaro, e incluso del resto de Vizcaya. Con su fachada principal alineada con la calzada y sus caras laterales emparedadas entre medianeras, la casa seguía el modelo tradicional medieval de construcciones estrechas, altas y profundas, con apenas ocho metros de frente y el doble de profundidad. La estructura era de postes de roble enterizos, alineados en tres filas y levantados sobre poyos de piedra para aislarlos del suelo, y el desarrollo vertical incluía planta baja, primera y un camarote superior. En la planta baja, que hoy está muy transformada, se abrían una puerta de acceso al zaguán y una ancha ventana que iluminaba la tienda o taller situado en el interior. En la primera planta estaba situada la vivienda, con una sala en la zona delantera, alcobas en el interior y la cocina y retrete situados en la cara trasera, con luz procedente del callejón zaguero. La planta superior estaba abalconada sobre la calle y se utilizaba simultáneamente como desván, secadero, almacén y dormitorio ocasional de criados o aprendices.
El casco urbano de Villaro se conserva en gran parte y fue declarado Bien Cultural con la categoría de Conjunto Monumental en 1996 (BOPV de 10 de junio). Responde a la tipología habitual de los pueblos medievales, con dos calles largas paralelas -Bekokalea y Goikokalea- tendidas longitudinalmente de norte a sur y cortadas transversalmente por los cantones de Zubizarra e Ilargi. La trama urbana acogía unas manzanas regulares, simples las extremas, doble la central. Estas se dividían en parcelas góticas sobre las que se alzaban las casas de la villa, de las que se ha conservado la n.º 7 de Bekokalea, de finales del siglo XV. En la misma calle quedan algunos vestigios de las fortificaciones fundacionales de Villaro.
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