x
1

Villafranca de la Sierra



VILLAFRANCA DE LA SIERRA (OTOÑO).jpg

Extensión del término municipal dentro de la provincia de Ávila

Villafranca de la Sierra es un municipio español de la comarca abulense de El Barco de Ávila-Piedrahíta, situado en el valle del Corneja, en la falda de la vertiente norte de la sierra de Villafranca, en la comunidad autónoma de Castilla y León; y una villa, capital de dicho municipio. Pertenece al partido judicial de Piedrahíta.

Esta villa fue cabeza del más antiguo de los "cinco señoríos menores" del territorio abulense y aparece cartografiada en los primeros mapas de España.[2]​ Entonces comprendía su término actual más la totalidad del de Navacepedilla de Corneja y parte de Casas del Puerto. Por su territorio transcurre el antiguo camino de herradura que une Piedrahíta con Cuevas del Valle, cruzando Navalsauz; ruta natural de extraordinaria importancia para el desarrollo comercial y ganadero de la comarca, que permitió la apertura de la villa, la importación de materia prima y la salida de su producción al exterior. Dicho camino servía de ramal de la Cañada Real Leonesa Occidental, incorporándose a ella antes de atravesar el Puerto del Pico.

En los censos de población de España, el municipio aparece como Villafranca de la Sierra desde el de 1860. Anteriormente aparecería como Villafranca.[3]

El escudo heráldico y la bandera municipal del ayuntamiento de Villafranca de la Sierra fueron oficialmente el 6 de mayo de 1998. El blasón del escudo es:

La descripción de la bandera es la siguiente:

Está situada al sudoeste de la provincia, en la falda septentrional de la sierra que lleva su nombre: la sierra de Villafranca.[5]​ La distancia a la ciudad de Ávila es de 50 km y el acceso es a través de un desvío de la N-110. Tiene un anejo denominado La Ribera, dos enclaves (La Serrota[cita requerida] -el mayor de los enclaves abulenses, con 1506 ha- y El Puerto Chía, con 283 ha), una extensión total de 39,8 km² y una población de 151 habitantes (INE 2012).

La villa, capital del municipio, se encuentra situada a 1105 m.[6][7]​ La altitud del término municipal varía entre una cota máxima de 2 294 m (Cerro del Santo; La Serrota) y una mínima de 1 040 m (río Corneja; en el límite jurisdiccional con Bonilla de la Sierra). El río Corneja nace dentro de su territorio y lo atraviesa en dirección nordeste-sudoeste; corre paralelo a la Sierra de Villafranca, abriéndose paso para formar Valdecorneja hasta su desembocadura en el río Tormes.

Limita al norte con los términos municipales de Bonilla de la Sierra y Casas del Puerto, al sur con el de San Martín de la Vega del Alberche, al este con el de Navacepedilla de Corneja y al oeste con los de San Miguel de Corneja y Navaescurial.

El enclave del Puerto Chía linda al norte y al oeste con Navacepedilla de Corneja, al sur con San Martín de la Vega del Alberche y al este con Garganta del Villar.

La Dehesa de Serrota limita al norte con el término de Casas del Puerto, al sur con Garganta del Villar y Cepeda la Mora, al este con Villatoro y al oeste con Navacepedilla de Corneja.

De acuerdo a los criterios de la clasificación climática de Köppen modificada[10]​ el clima de Villafranca de la Sierra es mediterráneo de tipo Csb.[11]

Se encuentra asentada sobre el zócalo hercínico del Sistema Central, constituido por materiales de origen ígneos que se remontan al Paleozoico. Estos materiales, en función de determinadas condiciones físicas y químicas durante su enfriamiento, formaron distintos tipos de rocas en diferentes zonas del zócalo:

Zonas no pertenecientes al zócalo hercínico:


El gradiente altitudinal crea diferentes condiciones bioclimáticas, prosperando diversas variedades de plantas que hacen que su paisaje adquiera muy distintas tonalidades, destacando los verdes de primavera y los ocres del final de otoño.[15]

Desde el punto de vista biogeográfico la zona pertenece a la Provincia carpetano-ibérico-leonesa encuadrada en la Superprovincia mediterráneo iberoatlántica (Región mediterránea), concretamente dentro del Distrito Serrotense del Subsector Paramero-Serrotense (Sector Bejarano-Gredense). Geográficamente pertenece al Sistema Central.

Debido al importante desnivel entre el valle y las cotas más altas existe una gran variedad de animales que pueblan su territorio.[19]​ Son tres los grupos que más destacan:

En 1587, en la Relación y memoria de los lugares y pilas bautismales y vecinos feligreses del Obispado de Ávila, se encuentran los primeros datos sobre la población de Villafranca: 218 vecinos y 981 habitantes. Con posterioridad, el Censo de la Corona de Castilla del año 1591 indica que son 261 los vecinos y 1.175 los habitantes; para la totalidad del Señorío son, según las mismas fuentes, 1.562 y 1.864 habitantes, respectivamente, los que residían es su jurisdicción.

En 1838, el momento de mayor auge poblacional de la villa, la ciudad de Ávila contaba con solamente 3.735 habitantes y la totalidad de la provincia con apenas 120.000.


Las primeras elecciones municipales, tras la instauración del régimen democrático, se celebraron en España el 3 de abril de 1979, aunque en Villafranca no concurrió candidatura alguna, siendo uno de los veinticinco pueblos de la provincia de Ávila en los que hubo que repetir las elecciones por este motivo; 16 de los pueblos pertenecían al partido judicial de Piedrahíta, incluyendo los tres de la tierra de Villafranca: Navacepedilla de Corneja y Casas del Puerto, además de la propia Villafranca. Ávila fue la segunda provincia de España, tras Salamanca (con 35 localidades), con mayor número de municipios en los que tuvieron que volver a repetirse las elecciones locales.[25]

En la segunda convocatoria se presentó una lista única, bajo las siglas de Unión de Centro Democrático. Las elecciones se celebraron el 26 de junio de 1979 y UCD obtuvo 159 votos (sobre un censo de 334 electores y una participación del 55%), siendo elegido como alcalde Pedro Fernández López, que tomó posesión de su cargo el 12 de julio del mismo año.

A partir de septiembre de 1983 se regula la publicación de los resultados oficiales de los procesos electorales en el Boletín Oficial del Estado.[26]

Elecciones municipales en Villafranca de la Sierra. Número de concejales por candidatura.[27]

La fuente principal de ingresos de sus escasos habitantes activos es la agrícola-ganadera; cuenta con una cabaña vacuna próxima a las 500 reses, en su mayoría de la raza avileña negra ibérica, unas 300 ovejas y unos 150 équidos. Con respecto a su producción agrícola destacan las judías del Barco, las hortalizas y la fruta.

La Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León (Orden AYG/1137/2006, de 3 de julio) aprobó en el año 2006 el Reglamento de la Indicación Geográfica Protegida "Judías de El Barco de Ávila", englobando en esta denominación las variedades blanca redonda, blanca riñón, morada larga, morada redonda, arrocina, planchada y judión del Barco,[36]​ del último de los cuales en la localidad se obtienen unas 15 toneladas.

Desde el año 2011 se ha establecido en su término municipal una singular explotación ganadera de cría de gansos, en régimen de montanera, con más de 3.000 animales en libertad.[37][38]​ En diciembre de 2013 la explotación fue galardonada con la distinción de mejor proyecto de Ávila en la Primera Edición de los Premios La Posada de El Mundo de Castilla y León.[39]

La yeguada "Los Lirios" está establecida en la localidad. Es propiedad de la familia Carrascosa-Ramirez. Está constituida preferentemente por caballos de pura raza lusitana, provenientes de la ganadería de Antonio Ramírez, uno de los ganaderos más antiguos del caballo lusitano en España.[40]

Cuenta con un centro médico de atención primaria no permanente,[41]​ una farmacia, dos bares, un comercio de ultramarinos, dos empresas constructoras, un aserradero de madera, una carpintería metálica, un picadero de caballos y varias casas rurales, una de ellas la vivienda-estudio de Benjamín Palencia,[42]​ propiedad de la Diputación de Ávila.[cita requerida]


La utilización agrícola del suelo según datos de Ministerio de Agricultura (M.A.P.A.), provenientes de los Mapas de Cultivos y Aprovechamientos número 529, 530, 554 y 555, es la siguiente (datos expresados en hectáreas):










siendo: H: Huerta | Ma: Manzanos en regadío | Pe: Perales en regadío | P-1: Pastizal susceptible de siega | PR: Pradera | P: Pastizal | PT: Pastizal de alta montaña | P/Arb: Pastizal arbolado | P/M/Qi: Pastizal-matorral arbolado con encina (Quercus ilex) | P/M/Qt: Pastizal-matorral arbolado con rebollo (Quercus pyrenaica) | P/M/Arb: Pastizal-matorral arbolado | P/M: Asociación de pastizal y matorral | PT/M: Asociación de pastizal de alta montaña con matorral | M: Matorral | M/Qi: Matorral arbolado con encina | M/Ps: Matorral arbolado con pino silvestre (Pinus sylvestris) | Po: Superficie arbolada con chopo (Populus alba) | Ps: Superficie arbolada con pino albar (Pinus sylvestris)| Ppr/Qt: Superficie arbolada con pino negral (Pinus pinaster) y rebollo | Qt: Superficie arbolada con rebollos | I: Improductivo.


Son los últimos datos del Ministerio publicados, si bien son de 1985. En la actualidad, se ha reducido la superficie de huerta y frutales, transformándose en praderas y pastizales, y tras el desbroce de matorral en la Sierra de Villafranca, se ha aumentado apreciablemente la superficie repoblada con pinos.

Su historia reciente se remonta a tiempos de Alfonso VI "El Bravo" quién mandó poblar "las navas de Ávila", con el fin de crear una avanzada que parara la presión musulmana, quedando incorporada al alfoz de Ávila bajo dominio real.

Alfonso X "El Sabio", el 26 de abril de 1256, en el cuarto año de su reinado, concede en Soria la Real Merced por la que entrega el señorío a Esteban Domingo de Ávila, alcalde de esa ciudad, según consta en copia autentificada del Archivo de la Real Chancillería de Valladolid (el original del Documento Real se encuentra en los Archivos de la Casa Ducal de Medinaceli).[47]

La donación de ese territorio, hasta entonces perteneciente al extenso alfoz de la ciudad de Ávila, fue realizada en pago a sus servicios y lealtad a la corona, prestados tanto a él como a su padre Fernando III "El Santo", y en especial por su activa participación en la conquista de la Andalucía Bética, distinguiéndose en el cerco de la ciudad de Jaén. El 25 de agosto de 1256 (1294 según la Era Hispánica) Esteban Domingo otorga en Villafranca al concejo de esta villa una carta puebla y establece las franquicias que regirán la localidad.



Los sucesivos reyes Sancho IV "El Bravo" y su hijo Fernando IV "El Emplazado", bajo la regencia de su madre, la reina María de Molina, confirman las concesiones a la villa.

En la segunda década del siglo XIV los Dávila pierden Villafranca, que sólo la recuperarán tras un largo y confuso pleito en el año 1389, cuando por sentencia del Consejo Real, siendo rey Juan I de Castilla, es devuelta al hijo de Esteban Domingo III, Pedro González Dávila, aunque quien toma posesión es su madre, doña Jimena Blázquez, por ser Pedro menor de edad. Anteriormente, en 1346, bajo el reinado de Enrique II "El de Las Mercedes", Esteban Domingo III, compró el lugar de Las Navas a su hermano, Blasco Muñoz, por 25.000 maravedís, que una vez recuperada Villafranca se incorporará al señorío de los Dávila y que a la postre será el que de título a la familia.

A finales del siglo XVII los títulos de los Dávila pasan a la Casa de Benavides en los Condes y luego Duques de Santisteban del Puerto. Por rama femenina, en el siglo XIX, serían Señores de Villafranca los Fernández de Córdoba, de la Casa de Medinaceli.

El Señorío de Villafranca estuvo conformado por la villa de Villafranca (actual Villafranca de la Sierra), donde existía un castillo en el que residía el señor con sus vasallos, los lugares de Navacepeda (actual Navacepedilla de Corneja), Garganta de los Hornos (conocida hoy popularmente como La Aldea) y la mitad de Casas del Puerto. En total abarcaba una superficie sobre plano de 80 km² (equivalente al 1% de la superficie provincial actual). Los límites jurisdiccionales de su término municipal no han variado desde su establecimiento en el año 1833, incluyendo los de sus enclaves (artículo 3.º del R.D. de 30 de noviembre de 1833).

Según las crónicas de la Población de Ávila narradas por Fray Luis Ariz el primer Señor de Villafranca fue Blasco Muñoz hacia el año 1100. Los Señoríos fueron abolidos por Ley el 2 de febrero de 1837 y la dignidad nobiliaria que conllevaban suprimida por Real Decreto el 27 de mayo de 1912. Desde el 15 de septiembre de 2014 Don Marco de Hohenlohe-Langenburg y Medina, XIX Duque de Medinaceli, ostentaría hoy el honor de ser el XXXII Señor de Villafranca.

No fue, sin embargo, hasta la sentencia dada por el Tribunal Supremo el 7 de septiembre de 1842, reinando Isabel II, cuando se puso fin al Señorío de los Marqueses de las Navas sobre Villafranca, liberando a esta villa y a los pueblos de Navacepedilla y Casas del Puerto de cualquier sumisión de personas, de bienes rústicos y urbanos, así como de los impuestos pagaderos a los señores, como los de maravedí y medio por libra de carne, gallina, queso, azúcar, aceite, cántara de vino y la "alcabala del viento", que gravaba a los vendedores forasteros. Se cumplía así en esta tierra, después de prolongado pleito con el Duque de Medinaceli, el Decreto de las Cortes, del 6 de agosto de 1811, que imponía la abolición de derechos jurisdiccionales provenientes del régimen feudal de la Edad Media.

No debieron ser fáciles las relaciones con los territorios vecinos, a juzgar por el número de documentos donde se narran controversias y litigios con otras villas. Así, por ejemplo, un dicho popular relataba:

Imaginamos que sería por la solidez de la fortificación de dicha localidad episcopal y también sin duda por el poderío de sus defensores, nada menos que la mitra abulense.

El traje regional: característico de la zona, con influencia charra, sobre todo en los adornos de las mujeres.

El baile de las Alabardas: singular danza que se baila a la Virgen en las procesiones, tras la Misa, durante las fiestas de agosto; originaria del siglo XVII, parte de la Hermandad de Carda y Percha, cuyas Constituciones se fechan en el día 12 de junio de 1653 y tenían una especial advocación por la Virgen del Rosario. Las manufacturas textiles junto con la molinería fueron las principales actividades industriales de la villa. El Catastro del Marqués de la Ensenada de 1751[48]​ señala la existencia de 20 fabricantes de paños, dos batanes y ocho tintes (el tinte procedía generalmente de una planta la rubia, que se cultivaba en el propio término municipal, en parajes como el Rubial, o en localidades cercanas como Villanueva del Campillo para ser comercializada en Villafranca de la Sierra, que junto con Piedralaves eran los dos únicos lugares de la provincia donde se realizaba la tintura de paños,[cita requerida] además de 40 ruedas de hilar, trabajo este último al que se dedicaban las mujeres y sobre todo las viudas de los tejedores. No es de extrañar pues la existencia de la citada Hermandad.

Una de las misiones de esta Hermandad era la de velar al Señor en la noche del Jueves Santo y para ello se turnaban de cuatro en cuatro. Iban ataviados con sus mejores galas y con sombreros negros adornados con cintas y ramos de color morado. Mientras estaban velando, las alabardas las dirigían hacia abajo pero cuando levantaban la imagen del Cristo Yacente en señal de que había resucitado cruzaban las alabardas en alto. Es preciso destacar la organización militar de la Hermandad que se desarrollaba en cuatro escuadras al mando de un Capitán, Alférez Abanderado, Sargentos, etc. Las cuatro Alabardas y la Bandera, un hermoso brocado de seda grana montado en un asta de gran altura, se guardan en la iglesia.

Su tradicional uso no se ha perdido aunque el tiempo y las circunstancias han implantado modificaciones sustanciales. En la actualidad el uso de las alabardas se mantiene en la guardia o vela al Santísimo y en la procesión del Santo Entierro. Pero se ha producido una deformación, de una institución de tipo militar y, por ende, netamente masculina, se ha derivado, desde antiguo, a un baile de procesión con una música y danza especiales que bailan las mozas ataviadas con trajes típicos en las procesiones de la Asunción y de San Roque. No falta la bandera que porta y tremola al son de la música la que hace de capitán, vestida al estilo militar. Las que encabezan las filas llevan unas varas altas rematadas en flores y cintas, que bien pudieran ser el recuerdo de las alabardas adornadas de gloria del día de la Resurrección.

La música del baile de las alabardas ha sido recuperada por Cipriano Roldán del Cancionero de Ávila.[cita requerida]

La Cofradía del Santísimo Sacramento: cofradía en la que hoy se encuentran agrupadas el resto de las que existieron en la localidad: la de La Santa Vera Cruz fundada, en honra y gloria de los Santos y Gloriosos Mártires San Fabián y San Sebastián, antes del año 1483; la de San Martín de la Serrota en 1478; la de El Santísimo Cristo de la Salud; y la de Las Benditas Ánimas del Purgatorio.

El día 8 de enero de 1566, Pío V, un día después de su elección, firma la Bula de creación de la Cofradía de Villafranca, con los mismos privilegios que tiene la Cofradía que se asienta en la basílica de Santa María sopra Minerva de Roma (el documento se encuentra en depósito en el Archivo Diocesiano de Ávila, siendo mostrado públicamente por última vez formando parte de la exposición de Las Edades del Hombre celebrada en la Catedral de Burgos en 1990).

La Cofradía, tal como hoy se ve, cumple dos funciones consecuencia de la fusión de las del Santísimo Sacramento y de la de Santa Vera Cruz. Participa en la misa Minerva de los terceros domingos, junto con la procesión eucarística correspondiente a las normas de la primera. La Cruz y el farol de la segunda acompaña a los "cuerpos" en funerales y entierros.

Los cofrades participan activamente en las procesiones de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo durante la Semana Santa y en la festividad del Corpus. Entre otros menesteres, asisten a los finados durante su entierro.

La Comunidad de regantes es una antigua asociación de usuarios de las aguas, cuyas primitivas ordenanzas datan del año 1515. Desde tiempos inmemoriales se encarga de la recogida de aguas de la sierra, su canalización, almacenamiento en el llamado estanque principal y su posterior distribución entre todos los regantes, por riguroso orden, mediante regaderas. Esta distribución requiere el establecimiento de una compleja red de ramales, regaderas y tornaderos que atraviesan el municipio para llegar a todo tipo de huertas en verano y a los prados en otoño y primavera. Además existen numerosas presas o tomas de agua del río Corneja en su orilla norte que cumplen una misión similar (regadío de huertas y pastos).

La afición taurina: fue siempre Villafranca un pueblo aficionado a la Fiesta Nacional. Con motivo de las tornabodas del caballero Blasco Jimeno (siglo XI), reinando Fernando I, las Crónicas narran la lidia de seis toros en la ciudad de Ávila en el actual Mercado Grande (Plaza de San Pedro). La casa de Blasco Jimeno se uniría a finales del siglo XIV a la de Villafranca por matrimonio de Ximena Blázquez con Esteban Domingo el Viejo.

Con anterioridad a la construcción de la plaza de toros las corridas se celebraban en la plaza de la ermita de Nuestra Señora de la Capilla, junto al castillo. Hasta el año 1743, fecha en que se prohíbe, los festejos se pagaban, al menos en parte, con cargo a las limosnas entregadas para el culto a la Virgen. El número de toros lidiados era variable, dependiendo de su financiación. En 1705 se corrieron dos toros; en 1709, tres; en 1714, seis… Finalizado el festival se subastaba la carne de las reses entre los carniceros de la comarca. La población y la situación económica de la villa permitía el sostén y el mantenimiento de la fiesta.

Como recuerdo se transcriben seguidamente parte de las letrillas que de boca en boca corrieron por agosto de 1934 tras la celebración de uno de los últimos festejos:

15 de agosto de 1934

...

Carletes dice a su madre:
- No llores ni tengas pena;
lo mismo que mato el toro,
terminaré la carrera.
...

Alejandro no tengas miedo
cuando vayas a matar.
A la Virgen de la Capilla
tu madre rezará.
...

Villalta, que es un torero
de las plazas de cartel,
Villafranca ha conseguido
verlo en este redondel.
...
...


Hoy en día la plaza de toros está en ruinas (aunque su recuperación a juzgar por la solidez de los cimientos no sería en exceso costosa) y la afición taurina ha pasado a la historia

La tradicional matanza, celebrada íntimamente por las familias y allegados durante los meses más fríos, que duraba por lo general un par de días y constituía una auténtica fiesta de hermanamiento y conciliación.

El calbote, por los Santos (1 de noviembre). Los más jóvenes asaban castañas o hacían turrón con nueces y/o avellanas y contaban historias a la luz de la hoguera, al aire libre, mientras bebían anís u otras bebidas espirituosas. Los mayores, más recogidos por la rigurosidad del clima, lo celebraban en casa.

El juego de la Calva se juega habitualmente en La Nava, donde se dispone de un campo expresamente construido para la práctica de este deporte. Se celebran competiciones durante las fiestas de verano. Tradicionalmente han salido buenos jugadores de la villa, respetados en el resto de la comarca.

Juegos de cartas: julepe, tute y mata: La mata es un antiguo juego, típico de la localidad; solo se práctica de la forma jugada en Villafranca en lugares cercanos como San Martín de la Vega del Alberche y pueblos adyacentes a Piedrahíta. Es el juego de envite por excelencia.

La villa cuenta con una parroquia, bajo la titularidad de la Asunción de Nuestra Señora, englobada en la Diócesis de Ávila, formando parte del arciprestazgo de Piedrahíta. Al frente de ella está el párroco reverendo de origen indio Kaspar Raj Chinnachami,[49][50]​ que sucedió a José María Arévalo Hernández, fallecido en enero de 2015. [51]

Los archivos parroquiales se encuentran microfilmados y están almacenados en el Archivo Diocesano de la capital abulense.[52]​ En la tabla adjunta se muestra la fecha de los primeros apuntes de cada libro.

Especial mención merece la celebración de la Semana Santa catalogada como de Interés Provincial. Todavía, cada año, se reviven algunas tradiciones vinculadas desde siglos a la Semana Santa, aunque otras cayeron en el olvido hace ya mucho tiempo. El Pregón es una de las peculiaridades que aún pervive. Terminadas las procesiones vespertinas del Jueves y viernes, en las que se oye el frío sonido metálico de las alabardas golpeadas contra el suelo en señal de duelo, la noche impone silencio y soledad en las calles. Bajo las estrellas, el muñidor de la cofradía recorre el pueblo con túnica de nazareno y con esquilón en la cintura. La voz de bronce anuncia la proximidad o lejanía de su marcha. A cada esquina, en cada plazoleta, el muñidor se detiene para pregonar su mensaje con voz alta, lenta, de sílabas prolongadas, que puedan llegar a todos los rincones:


(dalán, dalán);
que ninguno se acueste esta noche en pecado mortal
(dalán, dalán);
por la Sangre, Pasión y Muerte de Jesucristo Nuestro Señor
(dalán, dalán);
Hay muerte, juicio, infierno y gloria por siempre jamás.

Por las puertas entreabiertas y por las amplias campanas de las chimeneas llegan la voz del pregonero y la queja del metal.

En el recuento de las tradiciones de estos días, hay que recordar el servicio gozoso de los niños, supliendo con el uso de sus carracas el silencio impuesto por las campanas. Ellos recorrían las calles anunciando los actos:

(raca, raca, raca, raca);
A los oficios...

El refranero popular relaciona el clima reinante secularmente en dichas fechas con la agricultura:

El 13 de junio, San Antonio de Padua (con procesión).

El 12 de julio, 13 de julio y 14 de julio tenían lugar las Ferias de Ganado,[cita requerida] en su día de las más importantes de la comarca, y las mejores en ganado ovino y caballar. Hoy han pasado a la historia y se recuerdan celebrando una merienda campestre y un baile nocturno en La Nava, a orillas del río Corneja, uno de los lugares (junto a Las Eras) donde se realizaban las transacciones ganaderas.

No siempre existió feria; seguidamente se extracta una noticia inscrita en el libro Becerro por el Cura Párroco de la villa, Fr. Antonio Rodríguez Escalona:

Con posterioridad se trasladó del 24 de junio al 13 de julio.

El 14 de agosto, día de vísperas,[cita requerida] se celebra el completorio y se prenden hogueras en las calles al paso de la procesión nocturna; el 15 de agosto es el día de la patrona de Villafranca, la Virgen de la Asunción;[cita requerida] y el 16 de agosto el de su patrón, San Roque.[cita requerida] Bellas señoritas de la localidad durante estos días acompañan a la Virgen y a San Roque bailando, al son de gaitilla y tamboril, una singular danza.[cita requerida]


Villafranca está comunicada por carretera con La Ribera, Navacepedilla de Corneja, San Miguel de Corneja, El Barrio, Navaescurial y la carretera N-110, por medio de dos salidas (Venta de Juan Lorenzo y Venta del Civil).

La compañía de autobuses CEVESA comunica regularmente la localidad con Ávila, Madrid y Plasencia, así como con otras entidades de menor importancia por las que transcurre la línea. Dispone de dos paradas: La Venta de Juan Lorenzo (situada a 2,5 km de la villa) y la Venta del Civil (a 3 km).[55]

Los martes, día de mercado en Piedrahíta, CEVESA realiza viajes de ida y vuelta a Piedrahíta, pasando por La Ribera y Navacepedilla de Corneja o cualquier otro punto que demande el viajero del trayecto. Este servicio también se presta previa solicitud el resto de los días laborables.[56]



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Villafranca de la Sierra (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!