Urartu (en urartiano: Biainili, armenio: Ուրարտու, Արարատյան Թագավորություն) es el nombre asirio de una zona montañosa ubicada entre el sureste del mar Negro y el suroeste del mar Caspio, actualmente compartida por la República Armenia, Irán y Turquía, formada luego de la caída del Imperio hitita. Incluye los grandes lagos de Van en Turquía (donde se encuentra la antigua capital Tushpa), Urmia (en Irán) y lago Seván (en Armenia). Urartu es donde los asirios (primera caballería de arqueros) se abastecían de caballos que podían ser montados, posiblemente los primeros caballos suficientemente grandes para la caballería (antes solo eran usados como tiro de carros).
Urartu también es usado como el exónimo contemporáneo del Reino de Van, civilización centrada en el Lago de Van del Altiplano Armenio que creció en poder e influencia en el siglo IX a. C., pero fue gradualmente declinando hasta ser conquistado por los medos en el siglo VI a. C.
Desde su redescubrimiento en el siglo XIX se considera que, al menos en parte, en Urartu se habló armenio o proto-armenio, y juega un papel de relevancia para el nacionalismo armenio tanto por su antigüedad como por su control de regiones hoy parte de Turquía. Existen estudios que vinculan a Urartu con la etnogénesis del pueblo armenio.
Urartu es uno de los primeros reinos de Armenia. Su apogeo histórico antiguo se dio en los siglos IX y VIII a. C. El idioma local era semejante al hurrita. La proximidad con la Asiria avasalladora produjo desde 1275 a. C. una fuerte influencia ideológica, literaria y técnica sobre Urartu. En los primeros momentos se agruparon en torno a una especie de reino confederado conocido como Nairi, pero hacia el 900 a. C., formaron una confederación bajo el gobierno de un monarca central.
Gracias a unas pocas inscripciones, sabemos que el primer monarca de Urartu era Arame, seguido por Sardur I. Otras permiten reconstruir su gran crecimiento territorial durante los reinados del mencionado Sardur I, Ishpuini y Menua, quienes lograron llegar hasta la cuenca baja del río Murat, por el oeste, el Araxes, por el norte, y al lago Urmía, por el sureste. Las técnicas asirias asimiladas tienen una buena muestra en el canal de Menua, de casi 30 km, que suministra agua de boca y riego desde el litoral sur del lago Van. En las paredes rocosas del lago Van y en varias estelas de piedra, yacen escritos los anales de los reinados de Argishti I (bisnieto de Sardur I) y su hijo, Sardur II, en los que se narra la expansión hasta más allá de la gran curva del Éufrates, hasta la Comagene siria, con lo que consiguieron dominar la vieja ruta de suministros de materias primas como el hierro, desde el Tauro, el cual fue parcialmente dominado, hasta Asiria.
La frontera llegó a estar casi pegada a Alepo, e incluyó el lago Seván y la rica cuenca del Araxes por el norte, colonizada y explotada por mano de obra forzada, utilizando prisioneros de guerra de la Cólquide (Qulha), capturados a través de las reiteradas campañas anuales.
Según los registros urartios proclaman sus victorias sobre los asirios en el lago Urmia, en el río Gran Zab y en el Alto Tigris.
El renacimiento asirio empieza con Tiglath-Pileser III de Asiria (744-727 a. C.), quien venció a Sardur II en la Comagene y llegó luego a asediar Tushpa. Rusa I depuso a su padre y logró un respiro que no fue consentido por Sargón II (721-705 a. C.), sucesor al trono de Tiglath-Pileser III, que incorporó la ciudad de Karkemish a su gran imperio (717 a. C.) y al reino de Tabal o Tubal en el montes Tauro, hecho que privó a Urartu de sus aliados occidentales.
Asiria presionó la frontera este de Urartu que, a la vez, sufría los ataques de los cimerios, nómadas esteparios que entraron por el Cáucaso hacia el 714 a. C. y lograron derrotar a Rusa I. Esta debilidad urartia permitió a Sargón II reducir a Urartu a su territorio originario montañoso y lo usó como un estado tapón frente a los cimerios.
Consumada la caída, Rusa se suicidó, y su hijo Argishti II, junto a sus descendientes, mantuvieron su independencia hasta la llegada de los armenios, a finales del siglo VII a. C. El estado de Urartu fue aniquilado hacia 585 a. C., por la invasión de los escitas. Pese a que los armenios propiamente dichos parecen haber tenido un origen algo diverso del de los urartianos se considera a ambos pueblos como los principales antecedentes de la actual población armenia, siendo el nombre del monte Ararat muy probablemente una variación de la palabra «Urartu».
Urartu fue gobernado por monarcas que además tenían el título de sacerdotes o representantes de Jaldi, su divinidad principal. Otras de sus divinidades fueron el dios de los cielos (Teisiba, o Teshub para los hititas y hurritas) y Siwini, la diosa del sol.
Existen numerosos templos dedicados a Jaldi, situados generalmente junto a los palacios reales, aunque también se han hallado estructuras al aire libre, descubiertas en excavaciones en Altintepe, Toprakkale, Cavustepe y Patnos. Las excavaciones no solo revelaron palacios y templos, también casas completas, con ventanas y balcones. Los interiores de estas casas fueron muy decoradas con adornos. Para los que vivían alejados de las fuentes, existían abastecimiento de agua y alcantarillado completos. Una característica de la arquitectura de Urartu que va a influenciar a sus sucesores es el denominado arco oculto, y se puede considerar que la disposición de los edificios de Urartu será la precursora de la estructura persa denominada apadana. Las fortalezas de Urartu son estructuras sólidas de bloques de piedra. Las más importantes fueron las fortalezas de Van, Anzaf, Cavustepe y Baskale. Estaban muy avanzados en la industria metalúrgica, con una excepcional calidad, y fueron exportados a Frigia y a Etruria.
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