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Trochilinae



Véase el texto.

Los troquilinos (Trochilinae) son una subfamilia de aves apodiformes de la familia Trochilidae, conocidas comúnmente como picaflores, colibríes, quindes, tucusitos, chupamirtos, chuparrosas, huitzitzilin (en náhuatl), mainumby (en guaraní) o guanumby. Conjuntamente con las ermitas, que pertenecen a la subfamilia Phaethornithinae, conforman la familia Trochilidae que, en la sistemática de Charles Sibley, se clasifica en un orden propio: Trochiliformes, independiente de los vencejos del orden Apodiformes. La subfamilia Trochilinae incluye más de 100 géneros que comprenden un total de 330 a 340 especies.

Estos pájaros son originarios del continente americano. Antaño se los mató por miles a fin de decorar los sombreros femeninos,[1]​ lo que posiblemente llevó al exterminio de varias especies.[2]

Los colibríes están entre los pájaros más pequeños que existen. La especie de tamaño más reducido es el colibrí zunzuncito o elfo de las abejas (Mellisuga helenae), que con su pico y cola mide apenas unos 5,5 centímetros, exclusivo de Cuba.[3]​ La especie más grande, el llamado colibrí gigante (Patagona gigas), mide unos 25 cm. La mayoría de los colibríes presenta un plumaje muy colorido, generalmente de color verde metálico. El cuello de los machos es frecuentemente rojo brillante, azul o verde esmeralda. Una característica especial de los colibríes es el pico, que diverge casi siempre de especie en especie. El colibrí pico espada (Ensifera ensifera), por ejemplo, tiene un pico casi tan largo como el cuerpo, de unos 10 cm de longitud.

El Ramphomicron microrhynchum tiene por su parte un pico de apenas 5 mm. El colibrí pico águila (Eutoxeres) posee un pico que se curva de manera pronunciada hacia abajo, mientras que el colibrí Avocettula recurvirostris tiene un pico torcido hacia arriba. Cada pico representa una especialización a un tipo determinado de flor que le permite al colibrí en cuestión ocupar su nicho ecológico particular y de esa manera evitar la lucha con otras especies.

Su lengua es larga, puede ser extendida en gran medida, está dividida en la punta y tiene forma de trompa, lo que le permite succionar el néctar con facilidad.

Los colibríes típicos (subfamilia Trochilinae) se diferencian de las ermitas (subfamilia Phaethornithinae) porque estas últimas tienen los tres dedos delanteros unidos en la base y poseen plumas de dirección extremadamente alargadas. En cambio los de la subfamilia Trochilinae tienen dedos separados y sus aletas de dirección no son alargadas.

Los colibríes viven en América, desde Alaska hasta el archipiélago de Tierra del Fuego. Hay una gran diversidad en casi todo el istmo centroamericano, Colombia, y Venezuela. El país con mayor diversidad de esta especie es Ecuador que posee 132 especies equivalente al 40 % del total mundial;[4][5]​ sin embargo el país con mayor número de estos es Colombia con hasta 165 especies a lo largo de su territorio.

Su hábitat son varios entre los que se pueden mencionar están los páramos, los manglares, las sabanas; pero la mayoría viven en los bosques lluviosos.

Los colibríes se alimentan principalmente de néctar de flores para obtener las calorías que les permiten volar, de esta forma ayudan también en la polinización de las plantas, distribuyendo su polen de flor en flor; las proteínas las obtienen de pequeños insectos. Esta alimentación, rica en energía por ser de azúcares simples, es lo que posibilita su estilo de vuelo de gran consumo energético. El colibrí son atraídos especialmente por las flores de color rojo o naranja brillante.

Aunque los colibríes se alimentan principalmente del néctar de las flores complementan su dieta con pequeños insectos y arañas que atrapan en el momento en que visitan la flor.

Los colibríes y las plantas de las que se alimentan tienen una estrecha asociación coevolutiva, generalmente conocida como sistema mutualista planta-ave. Estas aves muestran una alta especialización y modularidad, especialmente en comunidades con alta riqueza de especies. Estas asociaciones también se observan cuando colibríes de taxas estrechamente relacionados, por ejemplo, dos especies del mismo género, visitan conjuntos distintos de especies de flores.[6][7]​ Asociaciones similares pueden observarse también en las redes huésped-parásito[8]​.

Para despertar el interés de la hembra, el macho realiza una danza. Después que las hembras han sido fecundadas, construyen un pequeño nido forrado interiormente de tela de araña, algodón, liquen o musgo. A menudo el nido es construido en un arbusto de poca altura. La hembra pone dos huevos en un período de dos días y los empolla durante 14 a 19 días. Mientras incuban, son agresivamente territoriales e impiden el fisgoneo de otras avecillas, inclusive de la misma especie, en la cercanía del nido. Luego, los colibríes alimentan a sus crías durante unas tres a cuatro semanas. La hembra va al nido en este tiempo hasta 140 veces al día para alimentar a sus crías.



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