Los tálpidos son una familia de mamíferos placentarios del orden Eulipotyphla, aunque durante mucho tiempo fueron clasificados dentro del orden Insectivora. Incluye, entre otros, los topos y los desmanes.
Habitan en América del Norte y el continente euroasiático, estando restringidos al hemisferio norte del globo. Los fósiles de tálpidos más antiguos hallados pertenecen al Eoceno temprano.
La mayoría de topos se caracterizan por ser —en mayor o menor medida— animales subterráneos, a excepción de los desmanes, que son acuáticos. Los topos musarañas del género Uropsilus son los más pequeños y primitivos de la familia y comparten hábitats y costumbres más propias de las musarañas que de los topos, como buscar alimento en la superficie.
Los tálpidos varían en tamaño desde los mencionados topos musaraña que miden en torno a 2.4 cm y pesan menos de 12 g, al desmán almizclado (Desmana moschata), que llega hasta los 20 cm y 550 g de peso.
Los topos excavadores han desarrollado una serie de especializaciones evolutivas para su vida subterránea. Su cuerpo es fusiforme, más típico de animales acuáticos. Sus ojos son diminutos y en ocasiones están cubiertos de piel, hecho del que sirvió Darwin en su teoría de la selección natural alegando que los topos no necesitan el sentido de la vista en los ambientes subterráneos y que mantenerla suponía un exceso de energía inútil.
Carecen de pabellón auditivo externo. Los topos confían principalmente en su sentido del tacto y poseen vibrisas en cara, extremidades y cola. Su hocico flexible es especialmente sensible.
Sus patas, cortas y fuertes, están provistas de fuertes y grandes uñas que utilizan para escarbar galerías, las cuales pueden alcanzar hasta 150 cm de longitud. Los codos se encuentran desplazados dorsalmente y rotados, de modo que las palmas de las extremidades anteriores quedan orientada hacia atrás, potenciando la acción de excavar. Su piel fina y suave facilita el movimiento por la madriguera, tanto hacia delante como hacia atrás. En los machos el pene queda orientado hacia atrás y carecen de escroto.
Los desmanes son acuáticos. Habitan lugares cercanos al agua y se han especializado en nadar y cazar bajo el agua. Para ello se ayudan de unas patas palmeadas y de una cola larga y plana. Su piel tiene un pelo suave y sedoso, lo cual ha fomentado su caza durante años. Son capaces de cerrar las ventanas de la nariz y oído cuando están nadando.
Los tálpidos tienen una dentición poco especializada. Su fórmula dentaria es:
Los tálpidos tienen un alto índice metabólico lo que les hace tener un apetito insaciable. La mayoría de topos cavan madrigueras permanentes y subsisten principalmente alimentándose de las presas que caen en ellas. Los topos musaraña, aunque también cavan túneles, se alimentan en la superficie. Los desmanes cavan madrigueras únicamente para protegerse y se alimentan en ríos y lagos. Prefieren suelos húmedos y fáciles de excavar pero pueden habitar en cualquier tipo de suelo con la profundidad suficiente para su madriguera.
Mientras que los desmanes son principalmente nocturnos, los topos son tanto de diurnos como nocturnos, debido a que bajo tierra solo hay oscuridad. Suelen combinar 3 o 4 horas de actividad con el mismo tiempo de descanso. La mayoría son animales solitarios. Muy pocas especies construyen madrigueras compartidas, como el topo de nariz estrellada (Condylura cristata).
La dieta principal de los topos son las lombrices, aunque también se alimentan de otros invertebrados o incluso pequeños ratones que atrapan en la entrada de su madriguera. La saliva de los topos contiene toxinas capaces de paralizar a las lombrices por lo que son capaces de almacenar a sus presas vivas para consumirlas posteriormente. Construyen despensas especializadas para este propósito. Antes de comérselas, los topos las exprimen entre sus patas para extraer la tierra que hayan podido ingerir.
Los topos son animales difíciles de avistar en condiciones normales. Los adultos solo salen a la superficie para buscar hojas y hierba para construir su nido. Lo más frecuente es ver los característicos montículos de sus madrigueras, los cuales aparecen cuando cavan nuevos túneles, bien para ampliar su «trampa» o bien para buscar topos del sexo opuesto. La aparición de estos montículos indica la presencia de un topo.
Se les encuentra, generalmente, en tierras de cultivo, prados o jardines y, en menor medida, en los bosques. Los montículos pueden echar a perder la buena estética de los jardines particulares aunque su presencia indica una buena salud del jardín. Otros problemas causados por topos son la contaminación de ensilados con partículas de tierra, haciendo que este pierda palatabilidad para el ganado; el cubrimiento los pastos con tierra fresca, disminuyendo el tamaño de estos; daños a la maquinaria agrícola al dejar piedras expuestas, daños a las plantas jóvenes por alteraciones en el suelo y daños al sistema de drenaje. Otros animales como musarañas o campañoles pueden utilizar los túneles de los topos para alimentarse de las raíces de las plantas.
Por esta razón son considerados como plagas en muchos países y son exterminados. En otros países, como Alemania, están protegidos pero pueden ser cazados con permiso. Para controlarlos se emplean trampas, bombas de humo o venenos como carburo de calcio o estricnina.
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