La Serie de la Fundación es un conjunto de por lo menos 16 libros de ciencia ficción escritos por Isaac Asimov en los años 1942-1957 y 1982-1992 (año de su muerte), textos que esbozan (según sus propias palabras) una especie de historia del futuro. Se trata, en realidad, de una ficción tecno-sociológica donde los artefactos tecnológicos, fundamentalmente los robots, condicionan la organización social de modos que sorprenden e incitan a la reflexión. En Preludio a la Fundación (1988) Asimov asigna a la serie un total de 14 libros y 1 450 000 palabras. Posteriormente aparecieron al menos dos más, Visiones de robot en 1990 y Hacia la Fundación en 1993. El número exacto es difícil de determinar porque, aunque la mayoría de ellos son novelas, algunos son recopilaciones de relatos cortos que han sido hechos de modo muy diferente (y con frecuentes superposiciones) por distintos editores. La serie, en sentido amplio, está constituida por tres ciclos o series novelísticas que fueron unidos por el autor a lo largo del tiempo: el ciclo de los robots, en que se narra el desarrollo de la ciencia robótica en la Tierra, los primeros esfuerzos colonizadores de la Galaxia, los conflictos entre la Tierra y sus ex colonias y la influencia de los robots en el desarrollo de la colonización. A continuación, viene el ciclo del Imperio, que narra la formación del Imperio Galáctico a partir de la aceleración de la colonización y las conquistas realizadas por Trántor, el mundo rector que se encuentra en el centro de la Galaxia. El tercer ciclo es el de la serie de la Fundación propiamente dicho, en un sentido restringido, que narra la caída del Imperio Galáctico y la formación de un Segundo Imperio a partir de la expansión de la Fundación, ayudada desde las sombras por la Segunda Fundación y la ciencia de la psicohistoria, y la velada influencia de los robots.
El orden dado a continuación coincide mayoritariamente con el de lectura recomendado por Asimov, con algunas correcciones que surgen de la lectura de los propios textos y las inclusiones de textos posteriores antes señaladas. Esto no excluye otros ordenamientos de lectura, como el dado por las fechas de publicación, ya que los libros fueron originalmente historias separadas y posteriormente conectadas en un todo coherente. Algunos críticos argumentan que la lectura de las precuelas, antes de la de los primeros libros escritos, desvelaría datos importantes que en la trama original se plantearon como sorpresivos.
Como los títulos de los libros han sido traducidos de modo diverso por cada editor, se dan a continuación los títulos originales y fechas de publicación de las ediciones en inglés. Las ediciones castellanas de cada uno de estos títulos se dan más abajo.
También existe un cuento corto llamado Callejón sin salida publicado en The Early Asimov (1973), una colección de cuentos cortos. La historia está ambientada en los comienzos del Imperio Galáctico y trata del descubrimiento e investigación de la única raza inteligente alienígena encontrada en la Galaxia, la cual, con ayuda de un funcionario de la burocracia imperial, huye a las Nubes de Magallanes, escapando del control humano.
Según el Oxford Dictionary, uno de los diccionarios más respetados de la lengua inglesa, Asimov fue el inventor de la palabra robótica con que se designa hoy la tecnología de diseño y fabricación de robots. Asimov formuló también las tres leyes de la robótica, que juegan un rol esencial en toda la saga. Asimov plantea que, para evitar que se conviertan en una amenaza para la humanidad, no se deben construir robots autónomos que no las tengan incorporadas de modo imborrable en su programación. En muchas de sus obras plantea precisamente cuáles serían las consecuencias de no incorporar las tres leyes o de adulterarse o modificarse parcialmente alguna de ellas. Las tres leyes de la robótica de Asimov son las siguientes:
En el último capítulo del último libro de la saga, Fundación y Tierra, R. Daneel Olivaw relata como él y R. Giskard Reventlov (robot telépata cuya historia se relata en Los robots del amanecer) formularon la Ley Cero de la robótica, con prioridad sobre las otras 3. En Robots e Imperio se explica cómo se creó esta nueva Ley, con lo cual Asimov introduce un nuevo giro en la conducta de los robots en sus historias.
Esto modifica las otras tres leyes, las que deben cumplirse siempre y cuando no entren en conflicto con la Ley Cero.
En la saga se aborda y desarrolla la primera y reñida expansión humana en la Galaxia mediante la colonización de los primeros mundos espaciales, la lucha de estos con la Tierra por el predominio galáctico, la derrota final de los espaciales a manos de los colonos terráqueos, la decadencia de la Tierra como planeta civilizado por efecto de una radiactividad inducida, la gran diáspora que significó la huida de la población humana de la Tierra y su dispersión por la Galaxia, la colonización de millones de mundos por la humanidad, la formación del Imperio Trantoriano, su conversión en Imperio Galáctico y la decadencia del mismo. En paralelo a esto se narra el desarrollo de la ciencia robótica y la influencia que los robots tienen sobre las sociedades humanas. Un momento clave y decisivo es la creación del robot R. Daneel Olivaw, personaje mítico que abarca con su presencia explícita o velada toda la saga. El Imperio, formado originalmente por la expansión de los seres humanos en el espacio exterior (origen del que se ha perdido la memoria), agrupa millones de planetas de nuestra Galaxia. Su decadencia sucede en un futuro muy lejano y el planteamiento central es el problema de evitar el dolor y la destrucción de vidas y bienes que se producirá con la desaparición de su sistema absolutista de gobierno galáctico. Para minimizar el daño, ya que la caída del Imperio es inevitable, se crean dos poderosas organizaciones: una pública (la Primera Fundación) y otra secreta (la Segunda Fundación). Situadas en extremos opuestos de la Galaxia, servirán de promotores de la gestación de un Segundo Imperio Galáctico. Las medidas a tomar son las dictadas por una ficticia ciencia aplicada, la psicohistoria, que permitirán reducir el inevitable período de caos a solo mil años.
La saga se cierra con un enlace entre el ciclo de los robots y el de la Fundación propiamente dicha, mediante la exposición del plan Gaia-Galaxia de Daneel Olivaw, como respuesta a la necesidad de hacer frente a una hipotética invasión alienígena. La psicohistoria, al parecer, no basta para asegurar el futuro de la especie humana, sino que es necesario ir un paso más allá, y crear una conciencia galáctica que sea un eficaz escudo frente al caos y las entidades alienígenas. Sin embargo, Asimov dejó planteada una gran contradicción: el plan Gaia-Galaxia contrapuesto a la efectiva formación del Segundo Imperio Galáctico, atestiguado este último por la publicación de la Enciclopedia Galáctica en el futuro del plan diseñado por Hari Seldon, un parámetro difícil del obviar. Asimov no tuvo tiempo de explicar la contradicción y han sido otros autores los encargados de aventurar una solución. Por ejemplo, David Brin, en "El triunfo de la Fundación", apuesta que la Fundación prevalecerá al fin sobre Gaia, sea mediante una transacción, una incorporación o una absorción. Donald Kingsbury en Crisis psicohistórica prescinde totalmente del plan de Daneel y supone la efectiva creación del Segundo Imperio bajo la dirección de los psicohistoriadores de la Segunda Fundación; en ciertos pasajes del capítulo 12 hasta hace una ironía del famoso robot asimoviano, presentando a Danny-Boy, un viejo robot aún activo, polifuncional, en poder de un experto en antigüedades, el cual sospecha que su origen se remonta a los comienzos de la colonización galáctica.
No se trata de burdas historias de monstruos verdes con ojos saltones ni de vaqueros espaciales. Asimov fue un profesional universitario que escribió también excelentes libros de divulgación científica. El rigor científico con que están escritos sus libros se refleja, por ejemplo en las frecuentes citas de la ficticia Enciclopedia Galáctica, monumental obra que recopila los saberes de todos los habitantes de la galaxia. Los siguientes son cortos fragmentos de algunas de las informaciones que la enciclopedia brinda sobre la Psicohistoria:
...Gaal Dornick, utilizando conceptos no matemáticos, ha definido la Psicohistoria como la rama de la Matemática que estudia las reacciones de los conglomerados humanos ante determinados estímulos sociales y económicos... Implícitamente, en todas estas definiciones se presupone que el conglomerado humano de que se trata debe ser lo suficientemente grande como para poder admitir un tratamiento estadístico. La magnitud necesaria para tal conglomerado puede determinarse por el Primer Teorema de Seldon que dice... Otra condición necesaria es que el conglomerado humano no debe ser consciente de ese análisis psicohistórico, con el objeto de que las reacciones sean realmente auténticas...
En todos los libros de la saga Asimov enfatiza la importancia de los factores culturales y ejemplifica maneras de promover los positivos y de eliminar, atenuar o sortear los negativos.
Se dan aquí los títulos traducidos desde el inglés, ya que han sido interpretados de modo variado por cada editor.
Isaac Asimov hace referencia a la Fundación en algunos de sus numerosos libros. Inversamente, algunos libros de la saga de la Fundación mencionan otros de sus escritos. Entre los últimos se destaca The End of Eternity (El Fin de la Eternidad), aludido en el libro Los límites de la Fundación. Allí se desarrolla la conjetura, actualmente muy en boga, de la existencia de múltiples universos paralelos donde cualquier historia puede tener un número casi infinito de variantes. La saga de la Fundación sería la historia de uno de esos universos posibles, aquel donde la Tierra dio origen al poblamiento de 25 millones de planetas de la Vía Láctea y que formaron en su apogeo el Imperio Galáctico. En este contexto (provocadora idea) cada uno de los libros de Asimov relataría fragmentos de posibles variantes de la historia del Universo.
Existe una trilogía de novelas (Trilogía de Calibán) escritas por el autor estadounidense Roger MacBride Allen en colaboración estrecha con el propio Asimov, el cual contribuyó con la concepción general. Tal trilogía está constituida por las novelas Calibán (1993), Inferno (1994) y Utopía (1996). Ambientadas en el contexto de los decadentes mundos espaciales y su lucha por sobrevivir frente a los expansivos colonizadores terrícolas, la Trilogía es una reelaboración del tema detectivesco -tema desarrollado por Asimov en novelas como "Las bóvedas de acero"- en combinación con el robótico -en que se problematiza hasta el extremo las posibles consecuencias negativas de la aplicación de las Tres Leyes, postulándose la necesidad de un tipo de robot con una conducta no regida por ellas y capaz de descubrir el mundo por sí mismo y aceptar una dosis de riesgo para la humanidad-; a esto se le agregan preocupaciones ecológicas y ambientalistas.
Hay también libros escritos por otros autores que usan personajes, circunstancias y conceptos de la saga de la Fundación. Algunos de ellos están autorizados por los herederos de Isaac Asimov, tal como la "Segunda Trilogía de la Fundación": - El temor de la Fundación (Gregory Benford) - Fundación y Caos (Greg Bear) - El triunfo de la Fundación (David Brin)
Otros son homenajes a Asimov, como la novela corta El originista (Orson Scott Card) y el cuento La caída de Trántor de Harry Turtledove. Estos dos últimos se los puede hallar, junto con otros, en el libro homenaje: "Asimov y sus amigos. En torno a la Fundación".
Asimov y sus amigos. En torno a la Fundación
Comienza con un prefacio dedicado por Ray Bradbury y también contiene comentarios de Asimov y su esposa.
En este se complementan algunas historias existentes, reaparecen viejos personajes y hasta una cuarta ley de la robótica.
En 1989 se cumplió medio siglo de la aparición del relato "Marooned off Vesta" en Amazing Stories; cincuenta años hacía entonces que se iniciaba la carrera del más destacado autor de ciencia ficción de todos los tiempos: Isaac Asimov. Y un aniversario más: el de los cuarenta años que apareció Segunda Fundación, remate de la mítica trilogía del mismo autor, la saga galáctica que abrió las puertas del universo a la imaginación humana. A raíz de la primera fecha, diecisiete autores -entre ellos sin duda, los nombres más sólidos entre los cultivadores del género- recrearon a modo de homenaje y a partir de sus lenguajes específicos los mundos del maestro. La segunda fecha vinculada a una obra tan influyente y significativa como para dar título a este volumen, es idónea para recuperar historias tan creativas, hermosas y plenas de ingenio como aquella que les dio pie. El prólogo de Ray Bradbury y el epílogo del mismo Asimov son tributos de respeto y agradecimiento respectivamente a un esfuerzo con escasos antecedentes en la ciencia ficción.
Autores: Barry N. Malzberg, Connie Willis, Edward D. Hoch, Edward Wellen, Frederik Pohl, George Alec Effinger, George Zebrowski, Hal Clement, Harry Harrison, Harry Turtledove, Mike Resnick, Orson Scott Card, Pamela Sargent, Poul Anderson, Robert Sheckley, Robert Silverberg, Sheila Finch.
Recopilación de Martin H. Greenberg
Prólogo/Epílogo de Ray Bradbury
El Isaac no metálico o ¡Qué bello es vivir! (Ben Bova)
La corredora de cintas (Pamela Sargent)
La solución Asenion (Robert Silverberg)
Asesinato en grado Urth (Edward Wellen)
La caída de Trantor (Harry Turtledove)
Dilema (Connie Willis)
Maureen Birnbaum después del anochecer (George Alec Effinger)
Equilibrio (Mike Resnick)
El eterno presente (Barry N. Malzberg)
PAPPI (Sheila Finch)
La reunión en el Mile-High (Frederik Pohl)
La caverna de Platón (Poul Anderson)
Conciencia de Fundación (George Zebrowski)
Los cazacoches de la llanura de cemento (Robert Sheckley)
La conversación oída por casualidad (Edward D. Hoch)
La mancha (Hal Clement)
La cuarta ley de la robótica (Harry Harrison)
El originista (Orson Scott Card)
Unas palabras de Janet
Cincuenta años (Isaac Asimov)
Por su parte, Donald Kingsbury escribió Crisis psicohistórica (2001), la cual está ambientada en el contexto de un Segundo Imperio Galáctico controlado por los psicohistoriadores de Trántor; la novela no tuvo el respaldo de los herederos de Asimov, por lo que el autor tuvo que usar una nomenclatura distinta a la tradicional.
Estos libros no pertenecen a la saga original escrita por Asimov, aunque en cierta forma han profundizado el universo creado por éste, atando cabos sueltos y explicando en forma más bien coherente clásicas interrogantes dejadas por el autor, las cuales no pudo o no tuvo tiempo de explicar. Por ejemplo, es notable la respuesta que da Benford a la incógnita de por qué la Galaxia se encontraba carente de civilizaciones alienígenas al momento de ser colonizada y dominada por el hombre. Y la respuesta es simple y lógica: flotas de robots positrónicos (los "amadiros") enviadas desde el planeta Aurora acabaron con ellas en el comienzo de la colonización galáctica. O la explicación que da Brin a la interrogante de cómo una civilización galáctica se pudo mantener estática en lo social y tecnológico durante miles de años sin, por ejemplo, reinventar los robots una y otra vez en los millones de mundos que formaban el Imperio Galáctico; la respuesta -en la línea de Asimov- es consecuencia de la manipulación mental que Daneel Olivaw ha hecho mediante los llamados "emisores giskardianos" (sofisticados aparatos que se camuflan en órbita de cada mundo habitado) induciendo un estado de conformismo y estancamiento, en respuesta al problema del caos y por el "bien" -tal como lo entiende Daneel- de la humanidad. Por otro lado, Kingsbury afronta valientemente la tarea de narrar las consecuencias que supone un Segundo Imperio controlado por los poderes mentales y la psicohistoria, concluyendo que el paternalismo psicohistórico no debe ni puede limitar la libertad humana; después de un largo ciclo, Kingsbury vuelve a la premisa original de Asimov: solo el ejercicio de la libertad puede asegurar el buen desarrollo de la humanidad.
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