La segunda guerra chechena fue iniciada por Rusia el 26 de agosto de 1999 tras la invasión del vecino Daguestán por parte de Chechenia y guerrilleros de la Brigada Internacional Islamista, y motivados, también, por una serie de atentados en Rusia que causaron cientos de muertes, siendo acusados los chechenos de estos actos. El 1 de octubre las tropas rusas entraron en Chechenia. La campaña terminó con la independencia de facto de la República Chechena de Ichkeria y restauró el control federal ruso sobre el territorio. A pesar de que es considerado por muchos como un conflicto interno dentro de la Federación de Rusia, la guerra atrajo a un gran número de combatientes extranjeros.
Durante la campaña inicial, militares y fuerzas paramilitares chechenas prorrusas se enfrentaron a los separatistas chechenos en combate abierto, y se apoderaron de la capital chechena, Grozni, después de un asedio de invierno que duró desde finales de 1999 hasta febrero de 2000. Rusia estableció un gobierno directo en Chechenia en mayo de 2000 y después de la escalada ofensiva la resistencia chechena continuó infligiendo bajas rusas en toda la región del Cáucaso Norte y desafió el control político ruso sobre Chechenia durante varios años más. Algunos separatistas chechenos también llevaron a cabo ataques contra civiles en Rusia. Estos ataques, así como las violaciones generalizadas de derechos humanos cometidas por las fuerzas rusas y separatistas, provocaron la condena internacional.
El 15 de abril de 2009, la operación antiterrorista en Chechenia había terminado oficialmente.
La cifra exacta de bajas de este conflicto es aún desconocida. Las estimaciones no oficiales indican entre 25 000 y 50 000 muertos o desaparecidos, la mayoría civiles en Chechenia. Las bajas rusas fueron más de 5200 (cifras oficiales de víctimas rusas) y alrededor de 11 000, según el Comité de Madres de Soldados. En 1996, los rebeldes chechenos expulsaron a los rusos de Grozni. Poco tiempo antes de las elecciones presidenciales rusas, Borís Yeltsin buscaba la reelección y terminar la guerra como fuese. Envió al general Aleksandr Lébed a negociar un armisticio con los rebeldes, que llevó a la independencia de facto de Chechenia.
En esos tres años de independencia, el poder central checheno (Aslán Masjádov fue elegido presidente en 1997) fue incapaz de controlar a las bandas armadas. Esto, unido a la desastrosa situación económica, la falta de empleo y la deriva islamista (estaba previsto el establecimiento de la sharia o ley islámica), convirtió al país en una fuente de inestabilidad.
Masjádov sobrevivió a numerosos atentados del espionaje ruso, y el representante ruso ante el gobierno checheno fue secuestrado en el aeropuerto de Grozni y asesinado. Hubo frecuentes escaramuzas fronterizas entre los rusos y las bandas chechenas, que desembocaron en el fracasado ataque checheno a Daguestán (julio de 1999 dirigido por Shamil Basáyev cuyo objetivo era crear una república islámica caucásica).
El 5 de agosto de 1999 la Brigada Internacional Islámica (BII) (grupo paramilitar “Grupo terrorista” que reivindica la creación de un nuevo país islamista compuesto por Chechenia, Osetia del Norte, Ingusetia, Kabardino-Balkaria, Karacháevo-Cherkesia, Adiguesia, Daguestán pertenecientes a Rusia y Osetia del Sur perteneciente a Georgia, cuya capital sea Grozni). Esta subregión se suele incluir dentro de Europa Oriental., una fuerza armada formada y comandada por Shamil Basáyev y Ibn Al-Khattab a la que se les unieron miembros de la Shura daguestaní y mercenarios yugoslavos, turcos y afganos, una poderosa fuerza de 5000 a 7000 combatientes, de estos una fuerza de 1500 hombres partieron con el objetivo de invadir Daguestán, las fuerzas chechenas encontraron una fuerte respuesta de las tropas rusas comandadas por Víktor Kazántsev, obligadas a retroceder las fuerzas rebeldes abandonaron definitivamente Daguestán el 28 de septiembre. La ofensiva costó la vida de miles de combatientes y civiles y desplazó a más de 30 000 personas; este acontecimiento fue usado por el gobierno ruso como el Casus belli para lanzar la campaña contra el gobierno separatista checheno. Otra consecuencia fue que Yevgeni Primakov dimitió y Yeltsin nombró a Vladímir Putin. Poco después ocurren una serie de ataques terroristas en Moscú.
La guerra comenzó el 26 de agosto de 1999, cuando el primer ministro ruso Vladímir Putin ordenó al ejército ocupar las zonas fronterizas para impedir nuevas incursiones chechenas contra Daguestán, mientras comenzaba un demoledor ataque aéreo contra la república rebelde.
En los meses iniciales de la guerra, Rusia se apoyó en un masivo ataque aéreo y terrestre utilizando misiles contra las principales ciudades. Gran parte de la población civil fue evacuada de las localidades donde se combatía. Los rusos avanzaron hacia Grozni, cuyo cerco completaron poco antes de Navidad; la capital chechena fue tomada por los rusos a principios de febrero de 2000, tras destruir lo poco que quedaba de ella.
Los rebeldes se retiraron a las montañas del sur, desde donde comenzarían una larga guerra de guerrillas contra las tropas rusas y los chechenos promoscovitas.
En mayo los rusos denunciaron que unos "1500 chechenos y 3000 mercenarios talibanes" operaban desde el norte de Georgia lanzando ataques de guerrillas en la frontera sur de Chechenia.
En agosto de 2002 el gobierno georgiano envió 1000 soldados a enfrentar a los guerrilleros, aunque esto no mejoró las relaciones entre Moscú y Tifilis. En mayo de 2000 Putin restableció el gobierno directo del Kremlin. De cara a la normalización política de la república, se ofreció reiteradamente amnistía para los rebeldes que abandonasen las armas. En junio de ese año, Ajmat Kadýrov, separatista durante la anterior guerra y ahora prorruso, fue nombrado por Putin presidente de una administración prorrusa formada por antiguos separatistas. El 9 de mayo de 2004 fue asesinado por los separatistas, siendo sustituido por su hijo Ramzán Kadýrov, inicialmente como primer ministro y después como presidente, sustituyendo en el cargo a Adul Aljánov (marzo de 2007). A pesar de proclamarse el fin de la guerra en 2002, los combates continuaron y los Kadýrov fueron acusados de establecer un régimen de terror.
Los rusos han sido acusados de practicar la tortura sistemáticamente contra los hombres jóvenes (rebeldes o no), así como violaciones contra mujeres chechenas, saqueos, contrabando y malversación. Los medios rusos, salvo excepciones, silenciaron lo que ocurría.[cita requerida] Ramzán Kadýrov y sus paramilitares fueron acusados de graves crímenes por la periodista rusa Anna Politkóvskaya, quien sería asesinada en Moscú el 7 de octubre de 2006.
Los señores de la guerra chechenos, por su parte, también habrían cometido graves crímenes contra los prisioneros y civiles rusos, rehenes (tres rehenes extranjeros fueron decapitados al comienzo de la guerra) y contra sus propios civiles. En las repúblicas vecinas, como Ingushetia o Daguestán, hay numerosos refugiados chechenos.
Amnistía Internacional y el Consejo de Europa han condenado reiteradamente estos hechos.
La ideología de los combatientes chechenos (bandidos según el punto de vista ruso) había evolucionado desde la guerra anterior desde un independentismo laico hasta llegar al islamismo wahabista. Mientras el señor de la guerra Shamil Basáyev representaba esta tendencia, el presidente electo de la Chechenia independentista (autoproclamada República de Ichkeria), Aslán Masjádov fue la voz moderada de los separatistas (aunque su autoridad fue siempre débil), quien al parecer buscaba una salida dialogada al conflicto pero murió en marzo de 2005 cuando tropas del FSB intentaban capturarlo.
Durante la primera guerra los diversos caudillos locales empezaron a adquirir cada vez más poder en las zonas que controlaban, llegando a poseer grandes cantidades de hombres e influencias con las que pudieron disputar el poder a la siempre débil administración central encabezando sus propias fuerzas paramilitares. Entre estos señores de la guerra (en los que se suelen incluir también a los presidentes chechenos Ajmat y Ramzán Kadýrov) destacan:
Junto a tácticas tradicionales de guerrilla, los insurgentes han utilizado el terrorismo como otra de sus armas, sobre todo contra las nuevas autoridades establecidas en Grozny.
El asalto al teatro de Moscú el 23 de octubre de 2002 por un grupo terrorista exigió, sin éxito, la retirada de las tropas rusas. Tres días más tarde el edificio fue asaltado por el Grupo Alfa del FSB. Gracias a un gas que fue enviado por las rejillas de ventilación y adormeció a los terroristas, el grupo de rescate consiguió entrar y tomar el control de la situación. Ninguno de los terroristas sobrevivió. Los rebeldes amenazaban con detonar bombas suicidas que causarían la muerte de los aproximadamente 850 rehenes, de éstos, 130 perecieron a causa del gas. Este desenlace fue satisfactorio para las fuerzas rusas ya que impidieron la muerte del resto de rehenes, la inmensa mayoría. Sin embargo suscitó polémica por el número de civiles muertos (9 de los cuales eran extranjeros) en un situación en que fue difícil trasladar a los rehenes intoxicados, además, el gobierno no dio a conocer los componentes del gas, negativa que médicos rusos criticaron alegando a que se podían haber salvado más vidas aplicando rápidamente antídotos apropiados. Informes posteriores señalan que se usaron fármacos para reanimar a los intoxicados. El gobierno ruso se negó a dar la fórmula del gas que provocó que los terroristas se durmieran por ser un arma de estrategia específicamente rusa, guardando los componentes como secreto de estado y alegando que de otro modo los enemigos podrían utilizarla con fines nocivos para el pueblo ruso.
En respuesta al frustrado atentado, en diciembre dos camiones bomba destruyeron la sede central del gobierno prorruso en Grozni. En marzo de 2002, el dirigente Amir Khattab, murió, y Amir Abu al-Walid lo sucedió.
El 9 de mayo de 2004 fue asesinado Ajmat Kadýrov, el entonces presidente de la República Chechena (administración prorrusa) siendo sustituido por su hijo Ramzán Kadýrov, primero como primer ministro y después (marzo de 2007) como presidente.
A pesar de la insistencia de las autoridades rusas en que la guerra ha terminado, la república sigue sufriendo una situación inestable. La guerrilla continuó sus operaciones liderados por Shamil Basáyev hasta que murió en 2006 por un ataque ruso, según los rusos, o un accidente según los chechenos.
La guerra de Chechenia produjo también reiterados choques diplomáticos entre Rusia y Georgia, país que (según los rusos) habría permitido a los rebeldes chechenos establecer un santuario en su zona fronteriza. Estas acusaciones aumentaron después de la caída del presidente Eduard Shevardnadze, sustituido por el nacionalista y prooccidental Mijaíl Saakashvili. Los georgianos replicaron que Rusia apoya a territorios georgianos independizados de facto, como Abjasia y Osetia del Sur. Estas tensiones llevaron al gobierno ruso a decretar un embargo económico contra el país caucásico y fomentaron un clima antigeorgiano.
Las bajas militares de ambos bandos son imposible de verificar y se cree que son muy elevadas. La lista oficial de bajas militares publicadas por el Ministerio de Defensa ruso el 10 de agosto de 2005 son de 3450 soldados rusos desde 1999. Estos datos son muy parciales. Las organizaciones independientes rusas y occidentales elevan mucho el número, por ejemplo, la Unión de los Comités de Madres de Soldados de Rusia estimaron sobre 11 000 bajas rusas entre 1999 y 2003.
Según la administración prorrusa, igual que los separatistas, fueron entre 200 000 y 500 000 los civiles muertos en las dos guerras.rusos étnicos y 30 000 a 40 000 chechenos, cifras en las que se incluyen unos 10 000 soldados rusos. Según Amnistía Internacional la segunda guerra mató al menos a 25 000 personas desde 1999, y otras 5000 personas están desaparecidas.
Las fuentes independientes rebajan mucho esta cantidad. Según el grupo pro-Derechos Humanos Memorial entre 15 000 y 2 000 civiles murieron o desaparecieron entre 1999 y 2006. La Sociedad de Amistad Ruso-Chechena estima en las dos guerras entre 150 000 a 200 000 civiles (sumados a los 20 000 a 40 000 soldados rusos y posiblemente la misma cantidad de rebeldes chechenos). Cifras oficiales del actual gobierno checheno estiman que unos 100 000Otra consecuencia de la guerra fue el hecho de que los soldados y policías que intervinieron en la guerra se acostumbraron al clima de impunidad en el que actuaban y, a la vuelta, importaron a sus regiones de origen la brutalidad policial. Aparte, los veteranos de la guerra sufren a menudo de secuelas psicológicas y físicas, fenómeno llamado el síndrome checheno, que quedó recogido en la obra de Arkadi Bábchenko "La guerra más cruel", así como en la de otros autores.
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