Sebastián Gabriel de Borbón y Braganza cumple los años el 4 de noviembre.
Sebastián Gabriel de Borbón y Braganza nació el día 4 de noviembre de 1811.
La edad actual es 213 años. Sebastián Gabriel de Borbón y Braganza cumplió 213 años el 4 de noviembre de este año.
Sebastián Gabriel de Borbón y Braganza es del signo de Escorpio.
Sebastián Gabriel de Borbón y Braganza (en portugués: Sebastião Gabriel de Bourbon e Bragança) (Río de Janeiro, 4 de noviembre de 1811 - Pau, 14 de febrero de 1875), fue un infante de España y Portugal conocido por su inicial apoyo al carlismo y su participación en la Primera Guerra Carlista.
El infante Sebastián Gabriel era el único hijo del infante luso español Pedro Carlos de Borbón y de la infanta portuguesa María Teresa de Portugal, princesa de Beira. Sus abuelos paternos eran el infante Gabriel, hijo predilecto de Carlos III de España, y la infanta portuguesa Mariana Victoria, fallecidos ambos en 1788. Sus abuelos maternos eran el rey Juan VI de Portugal y la infanta española Carlota Joaquina de Borbón. Consecuentemente, las generaciones inmediatas de la genealogía de Sebastián eran netamente hispano-portuguesas, y el grado de consanguinidad de la familia era muy elevado. Su padre, nacido infante de España, vivió prácticamente toda su vida con la familia real portuguesa, y recibió el título de infante de Portugal a muy temprana edad.
Don Sebastián Gabriel nació en Río de Janeiro, en Brasil, donde se había refugiado la familia real portuguesa durante la invasión de Napoleón. Sebastián pronto recibió el título de Infante de Portugal por Alvará el 9 de diciembre de 1811, y no sería hasta 1824 que su tío abuelo, Fernando VII, le concedería el título y los honores de infante de España. En 1812 el pequeño infante quedó huérfano de padre.
En 1814 la familia real portuguesa comenzó su regreso a Portugal, aunque Sebastián Gabriel y su madre permanecieron en el país tropical hasta 1821; no obstante, a su regreso María Teresa se instaló en Madrid, donde reclamó para su hijo la cuantiosa herencia que por ley le correspondía a su hijo.
Con el fin de mejorar las relaciones entre ambas familias, se acordaron además las bodas dobles de las infantas portuguesas María Isabel y María Francisca con el rey español Fernando VII y su hermano menor don Carlos María Isidro de Borbón respectivamente. Las nupcias tuvieron lugar en 1816. La presencia de las tres princesas portuguesas en la corte española sería desde entonces clave.
La situación en la corte madrileña fue muy tensa durante los últimos años de reinado de Fernando VII. El rey, tras enviudar por tercera vez, contrajo matrimonio con su sobrina, la princesa napolitana María Cristina de las Dos Sicilias. La pareja tuvo dos hijas, Isabel y Luisa Fernanda. Tras varios tejemanejes e intrigas, se acordó que la heredera al trono fuese la pequeña Isabel y no su tío Carlos, como se pensó hasta entonces (véase carlismo). No obstante, la llegada de la princesa napolitana trajo consigo una buena noticia para Sebastián Gabriel, que se casó el 25 de mayo de 1832 en Madrid con una de las hermanas pequeñas de la reina, la princesa María Amalia de las Dos Sicilias.
Pronto surgieron dos facciones en Palacio debido a la sucesión, y la madre de Sebastián Gabriel, muy conservadora, apoyaba a su cuñado don Carlos en su lucha por el trono. Tras la muerte de Fernando VII en 1833 y el comienzo de la regencia de María Cristina, María Teresa y los demás partidarios del infante Carlos fueron expulsados de España.
No obstante, don Sebastián Gabriel permaneció fiel al difunto rey y a su pequeña hija, que contaba sólo tres años en el momento de su ascensión al trono. Su madre, María Teresa, comenzó entonces una larga correspondencia cargada de chantaje emocional para hacer cambiar a su hijo de bando. También su esposa, María Amalia, era fiel a la causa carlista.
Poco duró la fidelidad de Sebastián Gabriel, que bajo un pretexto falso se fue a Barcelona y de allí a Nápoles, a la corte de su cuñado, Fernando II de las Dos Sicilias. Regresó a la ciudad condal para dirigir una campaña militar que acabó por fracasar, y de nuevo tuvo que volver a la capital napolitana. De allí pasó a Leybach, donde se reunió con don Carlos y su familia, incluida su madre, la princesa de Beira. Disfrazado de comerciante inglés, Sebastián Gabriel entró de nuevo en España por la localidad de Zugarramurdi, donde se le nombró ayuda de campo de don Carlos y más tarde pasó a la jefatura del ejército carlista.
El infante participó en la batalla de Oriamendi (1837), así como en Huesca y Barbastro, sitió Bilbao y llegó a Castilla la Nueva. En 1838 su madre, la princesa de Beira, se casó en Azcoitia con don Carlos, convirtiéndose así en reina de los carlistas. En 1839 acabó estrepitosamente la Primera Guerra Carlista, y Sebastián Gabriel residió desde entonces en el Palacio Real de Nápoles con su esposa. En el marco de este exilio napolitano se concertó el matrimonio de Carlos Luis de Borbón y Braganza con Carolina de Borbón-Dos Sicilias y Borbón.
Tras el fallecimiento de don Carlos en 1855 y de su propia esposa en 1857, Sebastián Gabriel comenzó a plantearse su regreso a España. Su matrimonio no había dejado descendencia, y el exinfante (pues había perdido sus títulos cuando se enroló en el ejército carlista) escribió a su prima, la reina Isabel II para rogar el permiso necesario para instalarse de nuevo en Madrid. El 12 de junio de 1859 ante Salvador Bermúdez de Castro, ministro de España en Nápoles, ciudad de residencia del infante; este jura fidelidad a Isabel II.
Su llegada estuvo marcada por la acritud de su madre, que no le perdonó la traición de abandonar la causa carlista, y más aún cuando Sebastián Gabriel contrajo segundas nupcias con la hermana pequeña del rey consorte, Francisco de Asís de Borbón, María Cristina de Borbón y Borbón, a quien las malas lenguas apodaban la infanta boba por sus pocas luces intelectuales y su sonada fealdad.
Desde entonces don Sebastián Gabriel, que fue restituido en sus honores de infante de España, vivió tranquilamente en la corte, al margen de las maquinaciones carlistas y siendo siempre fiel a su sobrina y ahora concuñada. Se dedicó a numerosas buenas obras y se convirtió en un personaje muy popular en la corte. En 1861 se le restituyó una valiosa colección de arte que le había sido incautada en 1835; entre sus tesoros se contaba el ahora famoso Bodegón de caza, hortalizas y frutas de Juan Sánchez Cotán, que se incorporó al Museo del Prado por compra en 1991.
En 1868 una revolución destronó a su sobrina, y don Sebastián tuvo que abandonar una vez más España con su familia, pasando a residir en París. Apoyó a su sobrino, Alfonso XII, en su lucha por el trono español tras la abdicación de su madre en 1873. La muerte de su madre la princesa de Beira en 1874 minó su salud, y él falleció en Pau, Francia, el 14 de febrero del año siguiente. El 23 de junio de 1875 fue sepultado en el Panteón de Infantes del Monasterio de El Escorial, en la séptima cámara sepulcral bajo el epitafio:
SEBASTIANUS, CAROLI III PRONEPOS Tu es enim, Domine, qui vitae et mortis habes potestatem (Sab 16, 13)
De su primer matrimonio con la princesa María Amalia de las Dos Sicilias no tuvo hijos. De su segunda boda con María Cristina de Borbón y Borbón tuvo cinco hijos que vivieron muy distintos destinos; ninguno recibió el título de infante de España, pero tres fueron creados duques por su primo Alfonso XII:
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