El síndrome de insensibilidad a los andrógenos, síndrome de sensibilidad androgénica, síndrome de Morris o feminización testicular es una condición genética presente en una persona con los cromosomas XY (sexo masculino) en la cual las hormonas encargadas de desarrollar las características físicas masculinas (andrógenos), no son asimiladas por las células. Esto hace que el cuerpo se desarrolle, dependiendo de la gravedad, con una apariencia total o parcialmente femenina.
De los andrógenos depende la formación del pene, de los testículos y del vello corporal. Estas actúan desde la séptima semana de embarazo, creando los testículos que se alojarán en la cavidad abdominal hasta que finalmente desciendan. Las personas afectadas carecen de la capacidad celular de responder a las órdenes de las hormonas masculinas, por lo que su cuerpo no se desarrolla normalmente. Estas hormonas son producidas, al igual que en la mayoría de los hombres, en los testículos que se encuentran en la zona del abdomen y nunca llegan a descender. Por esta razón, a pesar de que la persona posee los cromosomas XY, su cuerpo se desarrolla como el de una mujer. Es un síndrome ligado al cromosoma X, por lo que es transmitido de madre a hijo.
El Síndrome de insensibilidad a los andrógenos (SIA) presenta una prevalencia que no supera los 5 casos por 10 000 habitantes. Se ha estimado un 1 caso de SIA completo por cada 20.000 a 64.000 recién nacidos varones. Se estima que la insensibilidad parcial afecta a 1 de cada 130.000 niños nacidos vivos y la completa a 1 de cada 25.000 y a 1 de cada 100.000 nacidos vivos. No es posible estimar el número de casos leves y moderados, pues sólo suele ser descubierto al investigar la causa de la infertilidad. El informe de Orphanet (www.orpha.net) de noviembre de 2012 recoge una prevalencia del síndrome de 13 casos por cada 100.000 habitantes.
El síndrome de insensibilidad a los andrógenos es un trastorno de origen recesivo ligado al cromosoma X transmitido de madre a hijo (mutación Xq11-12).
El receptor androgénico se localiza en el cromosoma X y tiene 8 exones; las mutaciones pueden alterar la afinidad para ligar el andrógeno, la especificidad con otras hormonas esteroidales, producir pérdida total de la función o requerir de concentraciones más altas de andrógenos. Pueden ser puntuales (82%), deleción completa (1%) o parcial (4%). En algunos casos no se detecta la mutación y es posible que otros factores intervengan en la activación transcripcional del receptor androgénico.
Existen dos tipos del síndrome de insensibilidad a los andrógenos (SIA).
El SIA completo impide totalmente el desarrollo de cualquier característica masculina. El individuo nace y se cría con una absoluta apariencia femenina. El cuerpo es el de una mujer, con senos, vagina y caderas. La única anormalidad es la falta de la menstruación. Ésta no se da ya que la persona no tiene útero ni ovarios, por lo cual está imposibilitada para concebir. Si se realiza un examen genético, se observa que efectivamente la persona tiene los cromosomas XY, pero que sus células no pueden responder a los andrógenos.
En el SIA incompleto hay una mezcla de características femeninas y masculinas. El grado de ambigüedad sexual varía ampliamente de un individuo a otro. Por ejemplo, hay casos de personas con esta condición que tienen características masculinas y han desarrollado senos (ginecomastia). También se puede producir la criptorquidia, que es cuando uno o los dos testículos no descienden al escroto, o la hipospadia (abertura de la uretra fuera de la punta del pene).
El SIA completo rara vez es descubierto durante la infancia, a menos que se sienta una masa en el abdomen o las ingles que resulta ser un testículo cuando se estudia quirúrgicamente. A la mayoría de los individuos con esta afección no se les diagnostica el problema hasta que se descubre que no pueden menstruar o cuando tratan de embarazarse y descubren que son estériles.
A los individuos a menudo se les diagnostica el problema debido a la ambigüedad genital.
• Presencia de la vagina, pero no de los otros órganos internos femeninos.
• Desarrollo normal de pechos femeninos.
• Testículos en el canal inguinal, los labios o el abdomen.
• Hernia inguinal con gónadas palpables.
• Los niveles de testosterona corresponden a los de un hombre.
• El cariotipo muestra la presencia de los cromosomas XY, indicando el sexo masculino.
• Los niveles de la hormona luteinizante son altos.
• Los niveles de la hormona folículo-estimulante son normales.
• Un ultrasonido muestra la ausencia de los órganos reproductores femeninos o testículos intra-abdominales.
La criptorquidia aumenta la probabilidad de cáncer testicular, por lo que es necesario extirpar los testículos tan pronto como se detecta la anomalía. Una vez extirpados los testículos se puede valorar la administración de estrógenos con el objetivo de permitir una maduración completa de los genitales femeninos existentes y el desarrollo y mantenimiento de los caracteres sexuales femeninos, así como retardar la osteoporosis. En algunos casos se realiza una vaginoplastia o cirugía de reconstrucción genital.
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