El síndrome de Bernard-Horner, es un síndrome causado por una lesión de los nervios simpáticos de la cara y se caracteriza por pupilas contraídas (miosis), párpado caído (ptosis palpebral), anhidrosis (sequedad facial) y aspecto hundido del ojo (enoftalmos) debido a la ptosis, aunque sin ser un enoftalmos verdadero (causado principalmente por fractura de la pared inferior de la fosa orbitaria). Puede agregarse además inyección conjuntival (ojo rojo).
La primera descripción de un caso de síndrome de Bernard Horner en humanos fue realizada en 1869 por el oftalmólogo suizo Johann Friedrich Horner. Su paciente fue una mujer de 40 años con cefalea, Ptosis palpebral, miosis y eritema facial derecho. Atribuyó esta presentación a daño de la vía simpática cervical.
Anteriormente, en 1852, el fisiólogo francés Claude Bernard describió los mismos signos en animales con daño en esta vía nerviosa. Por ello el compromiso de la vía simpática cervical se conoce actualmente como síndrome de Bernard-Horner.
La vía simpática que se ve comprometida en este síndrome tiene tres niveles neuronales:
En general, los hallazgos clínicos serán variables según el nivel de la lesión.
En contados casos, el síndrome de Horner puede ser congénito (presente en el momento de nacer) y estar asociado con falta de pigmentación del iris. Las gotas óticas y ciertos medicamentos también pueden llevar a que se presente esta condición.
Además de los signos y síntomas de la causa subyacente, se encuentran los signos y síntomas propios del CBH, que son:
En forma aguda y debido a la pérdida del control vasomotor del lado afectado, se produce aumento de la temperatura, con eritema facial unilateral, hiperemia conjuntival, epífora y secreción nasal. Posteriormente, por desarrollo de hipersensibilidad simpática, se produce vasoconstricción, con disminución de la temperatura del lado afectado, palidez y disminución de la sudoración.
Es necesario realizar un examen neurológico minucioso con el fin de establecer el diagnóstico y determinar si alguna otra parte del sistema nervioso está afectada, para así poder definir la causa. Algunos de los exámenes pueden incluir:
El tratamiento depende de la causa subyacente. No existe tratamiento específico para el síndrome de Horner propiamente dicho.
El pronóstico depende del éxito que se tenga con el tratamiento de la causa subyacente.
No existen complicaciones directas del síndrome de Bernard-Horner propiamente tal, pero éstas pueden estar asociadas con las enfermedades subyacentes o con sus tratamientos.
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