El protagonista
(del griego antiguo πρωταγωνιστής, prōtagōnistḗs "el que hace el primer papel, actor principal") es el personaje principal de un drama o de una historia. El protagonista es el personaje principal, mientras que el antagonista es el que representa la oposición al protagonista. Igual que ocurre con los antagonistas, puede haber más de un protagonista en una historia.
El protagonista está en el centro de la historia, toma las decisiones clave y experimenta las consecuencias de esas decisiones. Es el principal agente impulsor de la historia y suele ser el personaje que se enfrenta a los obstáculos más importantes. Si una historia contiene una subtrama, o es una narración compuesta por varias historias, cada subtrama puede tener su propio protagonista.
Los primeros ejemplos conocidos de un protagonista se encuentran en la antigua Grecia. Al principio, las representaciones dramáticas se limitaban a la danza y la recitación del coro. Luego, en la Poética, Aristóteles describe cómo un poeta llamado Tespis introdujo la idea de que un actor saliera y entablara un diálogo con el coro. Esta fue la invención de la tragedia, y ocurrió alrededor del año 536 a.C.
Luego el poeta Esquilo, en sus obras, introdujo un segundo actor, inventando la idea del diálogo entre dos personajes. A continuación, Sófocles escribió obras que incluían un tercer actor. Una descripción del origen del protagonista citó que durante el período inicial del drama griego, el protagonista servía como autor, director y actor y que estos papeles solo se separaron y asignaron a diferentes individuos más tarde.
También se afirma que el poeta no asignó o creó el protagonista, así como otros términos para los actores, como deuteragonista y tritagonista, principalmente porque solo dio a los actores su parte apropiada. Sin embargo, a estos actores se les asignaron sus zonas específicas en el escenario, con el protagonista entrando siempre por la puerta central o que la vivienda del deuteragonista (segundo personaje más importante) debía estar a la derecha, y la del tritagonista (tercer personaje más importante), a la izquierda. En la antigua Grecia, el protagonista se distingue del término "héroe", que se utilizaba para referirse a un humano que se convertía en un ser semidivino en la narración.
Se puede considerar que la obra Hipólito de Eurípides tiene dos protagonistas, aunque uno a la vez. Fedra es la protagonista de la primera mitad, que muere a mitad de la obra. Su hijastro, el titular Hipólito, asume el papel dominante en la segunda mitad de la obra.
En la obra de Henrik Ibsen, El maestro de obras (en inglés The Master Builder), el protagonista es el arquitecto Halvard Solness. La joven Hilda Wangel, cuyas acciones conducen a la muerte de Solness, es la antagonista.
En la obra de Shakespeare, Romeo y Julieta, Romeo es el protagonista. Persigue activamente su relación con Julieta, y el público se implica en esa historia. Tybalt, como antagonista, se opone a Romeo e intenta frustrar la relación.
En la obra de Shakespeare Hamlet, el protagonista es el príncipe Hamlet, que busca venganza por el asesinato de su padre. El antagonista es el personaje que más se opone a Hamlet, Claudio (aunque, en muchos sentidos, Hamlet es su propio antagonista).
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