La prostitución en España no está regulada por una ley concreta, pero existen algunas actividades relacionadas como el proxenetismo que son ilegales, si bien la prostitución en sí no es ilegal. Además existen leyes que protegen a los menores de este tipo de actividades o las personas con discapacidad mental.
La prostitución aún no ha sido descriminalizada. La prostitución en sí no está prohibida en el Código Penal Español, pero sí la explotación así como el proxenetismo.
El único artículo en el Código que trata específicamente la prostitución de adultos es el artículo 188, el cual prohíbe expresamente el proxenetismo:
1. El que determine, empleando violencia, intimidación o engaño bufete, o abusando de una situación de superioridad o de necesidad o vulnerabilidad de la víctima, una persona mayor de edad a ejercer la prostitución o a mantenerse en ella, será castigado con las penas de prisión de dos a cuatro años y multa de 12 a 24 meses. En la misma pena incurrirá el que se lucre explotando la prostitución de otra persona, aun con el consentimiento de la misma.
Poseer un establecimiento donde se ejerce la prostitución es en sí legal, pero el dueño no puede obtener beneficio económico de la prostituta o contratar una persona para vender sexo porque la prostitución no es considerada un trabajo y no tiene un reconocimiento legal.
Los gobiernos locales difieren en sus aproximaciones a ambos sectores: interior y exterior, normalmente en respuesta a grupos de presión comunitaria, y basado en el principio de 'seguridad pública'.
La mayoría de sitios no regulan prostitución, pero existen excepciones, como el gobierno de Cataluña que ofrece licencias para personas "para reunir personas para practicar prostitución".
Estas licencias son utilizadas por dueños de burdel para abrir 'clubes', donde la prostitución tiene lugar (las mujeres son teóricamente sólo 'reunidas' para trabajar con la premisas de no ser empleadas por el dueño). Algunos sitios están imponiendo multa para prostitución de calle.
La prostitución fue tolerada en España durante el periodo medieval, hasta el siglo XVII y el reinado de Felipe IV (1621-1665) el cual decretó en 1623 el cierre de mancebías (burdeles) forzando a las mujeres a ejercer fuera a la calle, una decisión muy impopular, pero quedando vigente hasta bien entrado el siglo XIX. En el reinado de Isabel II (1843–1868) se introdujo una nueva regulación, en primer lugar en ciudades, las Disposiciones de Zaragoza (1845) y el Reglamento para la represión de los excesos de la prostitución en Madrid (1847), seguido por el Código Penal de 1848. (Guerena 2003, 2008)
En 1935 durante la Segunda República (1931-6) la prostitución estuvo prohibida. Una vez se estableció la dictadura franquista (1939-1975) la ley quedó abolida (1941). En 1956 se volvió a declarar tráfico ilícito la prostitución. España se convertía en abolicionista oficialmente el 18 de junio de 1962, cuando se celebró en 1949 la Convención para la supresión del tráfico en personas y de la explotación de la prostitución por otros auspiciada por la ONU, siendo ratificada por España, y aplicada por el Decreto 168 del 24 de enero de 1963 que modificó el Código Penal según la Convención. En teoría, esta ley conforme a la convención, contemplaba a los trabajadores sexuales como víctimas de explotación sexual y defendía el castigo de sus explotadores más que a los propios trabajadores, y rechazaba distinguir entre trabajo sexual voluntario y coaccionado.
Aun así, había incongruencias, cuando las prostitutas eran de hecho tratadas más como delincuentes: por el Decreto 16/1970 del 4 agosto (Ley de peligrosidad y rehabilitación social) las prostitutas se declararon personas de otras clases, como demonios sociales y podían ser confinadas en centros especiales de integración o perdón para vivir en determinadas áreas. En la práctica sin embargo la prostitución era habitualmente ignorada y tolerada.
A pesar de que la democracia fue restaurada en 1975, no se revisó el Código Penal hasta 1995 en el cual la mayoría de las leyes que repelían la prostitución fueron abolidas, excepto aquellas relativas a menores y personas con problemas mentales.
Revisiones posteriores en 1999 se dirigieron a penalizar el tráfico de personas y en el 2000 la ley de Inmigración siguió otros precedentes europeos de ayuda a víctimas de tráfico dándoles asilo si colaboraban. (Valiente 2003).La opinión pública se encuentra profundamente dividida en España sobre la prostitución, y la reforma legal ha sido un tema aparcado durante mucho tiempo.
En consecuencia queda en bastante una zona gris de irregularidad pero tolerado habiendo semilegalidad. Los debates estándares existen tan a si es trabajo como cualquier otro trabajo, o explotación de mujeres por grupos como Malostratos.
Entretanto, él thrives, y tiene incitó titulares como El nuevo burdel de Europa (El Burdel Nuevo de Europa).
Los instrumentos claves por orden de importancia son el Código Penal (Código penal) (1822-) y la ley de Inmigración o Ley de Extranjeros (Ley de Extranjería de España) del 2000.
Según un estudio de 2009, 90% de trabajadores de sexo son inmigrantes. De todos los países estudiados, sólo Italia tuvo una proporción de trabajadores emigrantes en nivel comparable.
Aproximadamente el 80% de éstos era de origen hispanoamericano (principalmente de Ecuador, Colombia y la República Dominicana) Aun así, la situación está cambiando rápidamente a causa de la llegada de inmigrantes europeos orientales (principalmente Rumanía y Bulgaria) quién ahora representan el 25% comparado con 50% de Latinoamérica, bajo el contexto de Inmigración a España. (hay también un considerable tráfico en la frontera entre España y Portugal y Francia. Igualmente, más de un 80% de los trabajadores nacionales españoles trabajan fuera del país, principalmente por necesidad.
Como en otros países de Europa Occidental, hay preocupación sobre la presencia de trabajadores emigrantes en las calles y se denuncia que muchos de ellos están coaccionados. En 2008 el Gobierno español anunció planes para ayudar a mujeres que hayan sido víctimas de tráfico.
organizaciones trabajando con mujeres emigrantes, incluyendo Proyecto Esperanza y refugios como IPSSE (Instituto para la Promoción de Servicios Especializados).De 2012 a septiembre de 2013, 544 prostitutas fueron identificadas en 138 inspecciones en burdeles como prostitutas asiáticas solo en Barcelona.
El 30 de noviembre de 2012, una mujer de Paraguay, 34 años, fue arrestada en Cuenca, trabajando en un burdel con su hija.
Las organizaciones que trabajan con trabajadores de sexo en España incluyen APRAMP (Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida) mientras organizaciones de protección de derechos de los trabajadores del sexo incluyen Hetaira (Madrid), así como organizaciones regionales como SICAR Asturias, AMTTTSE (Asociación de Mujeres, Transexuales y Travestis como Trabajadoras Sexuales en España, Málaga) y CATS (Comité de Apoyo a las Trabajadoras del Sexo, Murcia).
Los trabajadores del sexo español continúan preocupados sobre su carencia de protección y en julio de 2011 realizaron una petición a la Ministra de Sanidad (Leire Pajín) para cambiar esta situación.
Una manifestación se realizó para noviembre 6, 2011 en Madrid, y se emitió un comunicado sobre sus demandas.
Goya (1746–1828) frecuentemente comentó sobre la prostitución en la alta sociedad española de la época, satirizando el papel de la iglesia, que actuaba en beneficio propios. Mejor sabido aun así son sus polémicos retratos de Majas.
Otros ejemplos son Murillo Cuatro Figuras en un Paso y Picasso Les Demoiselles d'Avignon (ilustrado).
En literatura, Cervantes habla de la prostitución en Don Quijote, y el tema se encuentra por todas partes en la literatura española de los siglos XIX y XX.
La señora Rius es una celebridad de Barcelona y Madam contó su historia a Julián Peiró La Sra. Rius, de moral distraída (Comanegra, Barcelona 2008).
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