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Pie equinovaro



El pie equinovaro, también conocido como pie zambo,[1]talipes equinovarus (TEV) o pie bot, es un defecto de nacimiento en el que el pie se encuentra torcido o invertido hacia dentro y hacia abajo, a semejanza de un palo de golf. Sin tratamiento, las personas afectadas parece que caminan apoyados en los tobillos. Es un defecto de nacimiento, y ocurre en aproximadamente 1 de cada 1000 neonatos. Cerca del 50 por ciento de los casos son bilaterales (es decir, en ambos pies). En muchos casos hay una incidencia de dismelia aislada. La incidencia en varones es más o menos el doble que en mujeres.[cita requerida]

Hay diversas causas para el pie equinovaro:

El pie equinovaro puede ser tratado de diversas formas. El método francés consiste en la manipulación seriada por un profesional formado específicamente en la tarea, empleando en ocasiones bandas elásticas para el mantenimiento de la corrección. El método Ponseti consiste en la manipulación seriada y el enyesado progresivo. Dicho método requiere la formación específica en el mismo del profesional que lo lleva a cabo, y en ocasiones el método incluye una pequeña cirugía (tenotomía percutánea del tendón de Aquiles) para conseguir una corrección exitosa. Así mismo, dada la elevada tendencia a la recidiva de la deformidad, el método incluye el tratamiento mediante ferulización de los pies por un período aproximado hasta la edad de 4 años.

Incluso con un tratamiento exitoso, el pie afectado (o ambos) puede ser más pequeño que el otro, y ese detalle puede ser evidente en comparación a una talla normal. Al aplicar la terapia el fisioterapeuta puede estirar múltiples veces el pie y fijarlo con una férula o enyesarlo a medida que el tratamiento prosigue el médico puede cambiar la medida del enyesado o la férula a fin de lograr un estiramiento paulatino de los tendones. Para evitar una recidiva puede recurrirse al uso de los métodos anteriores hasta la edad de 4 años usando un fijador durante la noche.

Otro método de corrección es conocido como el método Ponseti. Aunque fue descrito por el médico español Ignacio Ponseti en los años cincuenta, no logró una amplia audiencia sino hasta que fue popularizado por el doctor John Herzenberg en el año 2000. Si bien inicialmente el método fue muy discutido, frente a la tradicional cirugía invasiva, lentamente —gracias a su economía y su sencillez— ha terminado imponiéndose como el tratamiento estándar para esta enfermedad, tanto en países más ricos como en países en vía de desarrollo. El tratamiento de los niños con esta dolencia exige un pleno conocimiento y experiencia de los técnicos que lo aplican para obtener su plena eficacia, lo cual demuestra la lectura de Actas de los Técnicos que comienzan con su aplicación, animados por la experiencia de doctores como el propio Ignacio Ponseti. Las manipulaciones del pie difieren sutilmente de las tradicionales que han prevalecido durante el siglo XX. El mantenimiento de la corrección puede requerirse por tiempo completo (23 o 24 horas al día) usando un entablillado o enyesado muy ligero, que debe renovarse regularmente; para continuar al finalizar el tratamiento con yesos; con unas férulas de refuerzo que al final se utilizarán únicamente durante la noche, hasta los 4½ o 5 años de edad, para evitar recidivas (los tiempos son muy elásticos y dependen, en todo caso, de la evaluación del paciente y del criterio del médico especialista).

Aproximadamente un 80% de los infantes requieren la aplicación de una tenotomía percutánea, que es una incisión muy pequeña en el tendón de Aquiles, que se practica una vez terminada la colocación de los yesos correctivos a las 6 o 9 semanas de nacimiento y no suele dejar ni una mínima señal en la piel del bebé.

Aproximadamente el 25% de los infantes tratados con este método requieren una intervención quirúrgica del tendón después de los 2 años de edad. Aunque ello requiere el uso de anestesia general, es relativamente una cirugía menor que corrige el desbalance muscular persistente, y evita alterar las uniones del pie.

El método Ponseti es exitoso en la corrección del pie equinovaro —sin recurrir a la cirugía correctiva en un 95% hasta 99% de los casos, o al menos usándola mínimamente— cuando es practicado por un médico experimentado en el transcurso de 12 semanas, aunque puede extenderse un poco más o menos, según criterio del médico especialista tras evaluar al niño. A largo plazo, el aspecto físico de un niño que ha sido sometido a este tratamiento es comparable al de uno que no ha sido afectado por este padecimiento. Los niños caminan y hacen deporte como otros de la misma edad.

Entre los personajes notables que han nacido con esta deformación, se incluye a:



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