El maoísmo o pensamiento Mao Zedong (en chino simplificado, 毛泽东思想; en chino tradicional, 毛澤東思想; pinyin, Máo Zédōng Sīxiǎng) es la teoría desarrollada por Mao Zedong (1893-1976).
En la República Popular China es la doctrina oficial del Partido Comunista de China. Sin embargo, tras las reformas iniciadas por Deng Xiaoping en 1978, tendientes a una economía de mercado, el socialismo con características chinas ha sido la política aplicada en el país, y la definición oficial y el rol del Pensamiento de Mao Zedong en este país ha sido radicalmente modificado, aunque su imagen todavía preside la Plaza de Tiananmen de Pekín.
El término maoísmo nunca ha sido empleado oficialmente por el Partido Comunista de China, excepto como palabra derivada. El término preferido ha sido siempre Pensamiento de Mao Zedong. De la misma forma, algunos partidos maoístas fuera de China se denominan en ocasiones a sí mismos como marxistas-leninistas, lo cual refleja su idea de que Mao no modificó sustancialmente los planteamientos de Lenin, sino que los desarrolló y adaptó a la Revolución China.
Sin embargo, otros partidos maoístas consideran que Mao realizó aportes teóricos y prácticos que significaron un desarrollo sustancial del leninismo, por lo que se denominan marxistas-leninistas-maoístas o simplemente maoístas. Por ejemplo, el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) se diferencia de otras organizaciones, como el Partido Comunista de Nepal (Marxista-Leninista Unificado), con dicho adjetivo. Hay partidos maoístas que sostienen que hoy es imposible defender la teoría de Marx y de Lenin sin estudiar los aportes de Mao y la experiencia de la Revolución China en cuanto a la continuación de la lucha de clases, bajo nuevas formas, en el marco de la construcción de la sociedad socialista.
Fuera de China, el término maoísta fue usado desde la década de 1960, generalmente de manera hostil, para describir a los partidos y personas que apoyaban a Mao Zedong y su forma de comunismo, como opuesta a la forma aplicada en la URSS (considerados, a partir de la muerte de Iósif Stalin, revisionistas por los maoístas).
Mao defendió la idea de que el campesinado era una fuerza revolucionaria que podría ser movilizada por el Partido Comunista con su conocimiento y liderazgo. Partía del hecho de que China era un país donde subsistían relaciones semifeudales, con una inmensa masa campesina oprimida por el latifundio, y que esa era la fuerza motriz de la revolución, mientras que la fuerza directriz seguía siendo el proletariado. Por eso la Revolución China fue del campo a la ciudad. El modelo para esto fue la lucha armada con bases agrarias, la cual llevó al Partido Comunista de China al poder.
El maoísmo contiene una doctrina militar integral, la cual conecta explícitamente a la ideología política con la estrategia militar. Para el maoísmo, el poder nace del fusil (cita de Mao), y el campesinado puede ser movilizado para participar en la guerra popular de la lucha armada a través de una guerra de guerrillas en tres fases.
La primera fase consiste en la movilización del campesinado y el establecimiento de la organización. La segunda fase consiste en el establecimiento de bases rurales y el incremento de la coordinación entre las guerrillas. La tercera fase consiste en la transición a una guerra convencional.
El maoísmo se centra en la movilización masiva revolucionaria con industrias independientes creadas a lo largo del país, que provean a la población china de los recursos necesarios para vivir y de armas. La organización militar de las masas y el poder económico es necesario para defender el área revolucionaria de los ataques exteriores, mientras la centralización previene la corrupción a través de la supervisión y el control.
Mao es considerado un brillante estratega militar incluso por aquellos que se oponen a otras de sus ideas. Sus escritos sobre la guerra de guerrillas y la noción de guerra popular son ahora consideradas generalmente como lectura esencial para aquellos que desean conducir operaciones de guerrilla y para los que se oponen a la misma.[cita requerida]
Las ideas militares maoístas parecen haber adquirido más relevancia al comienzo del siglo XXI en el exterior de China que dentro. Hay un consenso tanto dentro como fuera del Partido Comunista de China en torno a que las condiciones del país son muy diferentes a las de la década de 1930, por lo que existe un debate en torno a cómo podría ser aplicada la doctrina militar de Mao a las ideas militares del siglo XXI, especialmente la idea de revolución en asuntos militares.
Un concepto clave que distingue al maoísmo de otras ideologías comunistas es la afirmación de que tras la toma del poder subsisten las clases sociales y por lo tanto continúa la lucha de clases durante el gobierno socialista (como resultado de la contradicción antagonista fundamental entre el camino capitalista y el comunista). Incluso cuando el proletariado ha alcanzado el poder estatal a través de una revolución socialista, la burguesía tiene la capacidad potencial de restaurar el capitalismo.
Según el análisis maoísta, la experiencia soviética mostraba cómo la burocracia enquistada en el aparato estatal podía convertirse en una burguesía de nuevo tipo y restaurar el capitalismo. Evitar que esto sucediese en China fue la principal razón por la que se organizó la Revolución Cultural, en la cual Mao llamó a profundizar en el socialismo y desenmascarar a los revisionistas que se encontraban dentro del partido. Para los maoístas, fue una enorme lucha por el poder en las condiciones de la dictadura del proletariado, una lucha entre el camino socialista y el camino capitalista.
Mao analizó los cambios producidos en la Unión Soviética tras la muerte de Stalin, y afirmó que tras el XX Congreso del PCUS se habían abandonado no solo las banderas de Stalin, sino las de Lenin y Marx, comenzando así el proceso de restauración capitalista en lo que había sido la patria del socialismo. Mao afirmó que la Unión Soviética se había transformado en un país “socialfascista” hacia adentro (es decir: socialista de palabra pero fascista de hecho) y socialimperialista hacia fuera (socialista de palabra, imperialista de hecho); y que el PCUS y todos los partidos comunistas alineados a él se habían convertido en revisionistas e instrumentos de la dominación imperialista por parte de la Unión Soviética. Así comenzó una larga historia de tensión entre China y la Unión Soviética que desembocaría en la ruptura sino-soviética.
Para Mao, Stalin fue un defensor del leninismo, y logró grandes avances en la construcción del socialismo. No obstante, consideró que este había cometido errores. Tal valoración de Stalin chocó tanto con las opiniones del PCUS y los Partidos Comunistas que de él dependían, como con las del trotskismo y del liberalismo y la socialdemocracia capitalistas, dividiendo aguas en la izquierda internacional.
Desde la muerte de Mao en 1976 y las reformas de Deng Xiaoping en 1978, el gobierno de la República Popular China ha abandonado en la práctica el maoísmo, aunque el Pensamiento Mao Zedong sigue siendo nominalmente la ideología estatal. Los estatutos del partido han sido reescritos para dar a las ideas de Deng Xiaoping una mayor prominencia que a las de Mao. En dicho país está permitido cuestionar acciones particulares de Mao y criticarlas, pero existe la prohibición de cuestionar públicamente la validez del maoísmo y de las acciones presentes realizadas por el Partido Comunista de China en nombre del maoísmo.
El Partido ahora dice que el maoísmo fue necesario para romper con el pasado feudal del país, pero se considera que las acciones de Mao llevaron a excesos durante la Revolución Cultural. El punto de vista oficial es que China ha superado una fase económica y política, conocida como primera fase del socialismo, en la que el país se enfrenta a problemas nuevos y completamente diferentes a los que lo hizo Mao, por lo que las soluciones aplicadas por Mao ya no resultan operativas. Grupos maoístas, tanto en el mismo Partido Comunista de China como en el exterior, consideran que esta reescritura de la definición del maoísmo es una justificación ideológica para la restauración del capitalismo por Deng y sus sucesores.[cita requerida]
Mao es oficialmente reconocido por el Partido Comunista como un gran líder revolucionario por su papel en la lucha contra los japoneses y la creación de la República Popular China, pero el maoísmo es considerado actualmente por el Partido como un desastre económico y político. En los días de Deng, el apoyo al maoísmo ortodoxo era considerado una forma de desviación de izquierdas y una manifestación de culto a la personalidad, aunque dichas manifestaciones son atribuidas a la Banda de los Cuatro más que al propio Mao, quien las combatió.
Aunque estas categorías ideológicas y disputas son vistas como poco relevantes en la actualidad en China, dichas distinciones fueron muy importantes a comienzos de los años 1980, cuando el gobierno chino reflexionaba sobre cómo permitir reformas económicas sin destruir su propia legitimidad, y hay quienes argumentaron que el éxito de Deng en la reforma económica china fue en parte debido a su capacidad para justificar dichas reformas con una terminología maoísta.
Mucha gente en China continúa defendiendo el maoísmo revolucionario u ortodoxo, en contraste con la corrupción, desigualdades e injusticias del capitalismo que padece en la sociedad china actual.[cita requerida]. Algunos también consideran que la erosión y precariedad del trabajo, educación, salud, vivienda y otros derechos conquistados en la revolución son derivados de los nuevos planteamientos económicos capitalistas. El 24 de diciembre de 2004 cuatro manifestantes chinos fueron condenados a prisión por distribución panfletos titulados Mao siempre nuestro líder. Dichos panfletos atacaban a los líderes actuales considerándolos revisionistas imperialistas y llamaban a cambiar la línea [del Partido] y volver al camino socialista. Este incidente fue una de las primeras manifestaciones públicas del maoísmo chino difundidas por la prensa internacional, aunque es difícil determinar hasta qué punto se extiende ese sentimiento en la población china.
Desde 1962 la crítica a la política soviética realizada por el Partido Comunista de China provocó varias divisiones en los partidos comunistas a lo largo del mundo. En un primer momento, el Partido del Trabajo de Albania apoyó a China, como también hicieron muchos partidos comunistas en el Sudeste Asiático, como el Partido Comunista de Tailandia, el Partido Comunista de Indonesia, etc. Algunos partidos asiáticos, como el Partido Comunista de Vietnam y el Partido de los Trabajadores de Corea intentaron tomar una posición intermedia. En Occidente y el Sur, un buen número de partidos y organizaciones mantenían contactos con el Partido Comunista de China, tomando nombres como Partido Comunista (Marxista-Leninista) o Partido Comunista Revolucionario para distinguirse de los partidos comunistas prosoviéticos tradicionales. Los movimientos maoístas estaban, en la mayoría de los casos, formados principalmente por las oleadas del radicalismo estudiantil durante los años 1960 y 1970. Bajo el liderazgo del Partido Comunista de China surgió un movimiento comunista internacional paralelo, aunque nunca fue tan homogéneo y formalizado como la tendencia proclive a Moscú.
Tras la muerte de Mao en 1976 y la detención de la Banda de los Cuatro, el movimiento maoísta pasó a denunciar el nuevo liderazgo como traición a la causa del marxismo-leninismo Pensamiento Mao Zedong.
El movimiento maoísta internacional actual agrupa a los que se enfrentaron a Deng, y consideraban que este se distanciaba del maoísmo, y otros más modernos. Si bien, no son muchos los partidos que se reivindican estrictamente maoístas, en numerosos países de casi todos los continentes se encuentran partidos que defienden los aportes de Mao al marxismo-leninismo, ya considerándose maoístas o “Pensamiento Mao”.
Durante los años 1980 surgieron dos movimientos de reagrupación paralelos, uno en el que participaba el Partido Comunista de Filipinas (que dio nacimiento a la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxistas-Leninistas (Unidad y Lucha)), y el Movimiento Internacionalista Revolucionario (en el que participa el Partido Comunista del Perú-SL). Ambas tendencias reivindicaban el marxismo-leninismo-Pensamiento Mao Zedong, aunque el Movimiento Internacionalista Revolucionario pasó después a emplear el término marxismo-leninismo-maoísmo.
Hoy las organizaciones maoístas, agrupadas en el Movimiento Internacionalista Revolucionario, tienen sus principales focos en el sur de Asia, con luchas armadas desarrolladas en Nepal, India y Bangladés. Paralelamente a esta internacional se ha fundado una estructura regional, el Comité de Coordinación de los Partidos y Organizaciones Maoístas del Sur de Asia.
En todos los países de América del Sur hay partidos maoístas o marxistas-leninistas-pensamiento Mao Tse Tung.
Algunos de los partidos u organizaciones que se consideran maoístas o pensamiento Mao en América del Sur y en Europa, son los siguientes:
Existe un grupo maoísta, el Movimiento Internacionalista Maoísta (MIM), radicado en Estados Unidos, con sus propias interpretaciones del maoísmo. Se opone al Movimiento Internacionalista Revolucionario, principalmente por el liderazgo que sobre él ejerce el Partido Comunista Revolucionario de los Estados Unidos, partido con el que ha polemizado dura y repetidamente el MIM.
Entre los teóricos maoístas occidentales destaca el francés Charles Bettelheim, quien influyó en los movimientos rebeldes de Francia de los años 1960 y 1970, y publicó ensayos sobre la transición a la fase socialista.
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