Out of the Past

Out of the Past (Retorno al pasado, Traidora y mortal o La mujer de mi pasado) es una película estadounidense dirigida por Jacques Tourneur en 1947, dentro de los cánones del cine negro. La traducción literal de su título es "Desde el pasado".^[1]​

Un exdetective retirado regenta con el falso nombre de Jeff Bailey una gasolinera en un pequeño pueblo, donde lleva una vida tranquila y sencilla. Sus amores son la pesca y una jovencita con la que quiere casarse. Inesperadamente, recibe la visita de un viejo conocido que le anuncia que Whit Sterling, un jefe del hampa, quiere verlo. Entonces Bailey se ve obligado a explicarle a su novia su turbio pasado en un largo flash-back: fue contratado por Whit Sterling para buscar a su amante, Kathie Moffett, que se había escapado con una sustanciosa suma de dinero, 40.000 dólares; consiguió encontrarla en Acapulco, pero como se enamoró de ella ambos decidieron huir de Sterling e ir a vivir a San Francisco. Sin embargo la mujer volvió a huir abandonándolo tras dar muerte a un antiguo socio de Bailey que había descubierto su paradero. Concluye el flash-back y, después de tanto tiempo, Bailey la reencuentra de nuevo en brazos de Sterling y comienza a sospechar que lo que éste pretende es vengarse de él por haberlo traicionado.

El filme adapta la novela Build My Gallows High escrita por el periodista y escritor Daniel Mainwaring y publicada bajo su habitual seudónimo: Geoffrey Homes. El mismo Mainwaring escribió el guion, con la colaboración sin acreditar de Frank Fenton, quien modificó algo el argumento de la novela, y de James M. Cain. La excepcional fotografía en blanco y negro, con ambientes brumosos, iluminadas nubes de tabaco, noches mágicas y deslumbrantes exteriores diurnos, es de Nicholas Musuraca, uno de los modestos pero geniales operadores con los que contaba la RKO en aquella década. A partir de una historia que tiene como constante la ambigüedad, Tourneur consiguió su obra maestra. La fascinación emanada de sus imágenes lleva aparejada una carga de ambivalencia moral que le confiere un poder irresistible. El crítico Robert Ottoson elogió a la película como "el non plus ultra de las películas negras de los años cuarenta".

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