La oceanografía es un campo de la ciencia que estudia los mares y océanos y todo lo que se relaciona con ellos, es decir, la estructura, composición y dinámica de dichos cuerpos de agua, incluyendo desde los procesos físicos, como las corrientes y las mareas, hasta los geológicos, como la sedimentación o la expansión del fondo oceánico, o los biológicos. La misma ciencia recibe en español también los nombres de ciencias del mar, oceanología y ciencias marinas.
La oceanografía se divide en muchas ramas, en relación con sus contenidos específicos, tales como: oceanografía física, oceanografía química, oceanografía geológica, u oceanografía biológica.
La oceanografía como campo de la ciencia, es heredera de los servicios hidrográficos responsables de la elaboración de cartas náuticas, creadas en diversos países en el siglo XVIII para recopilar y sistematizar las diferentes cartas elaboradas por los capitantes de los navíos desde la época de los descubrimientos; por ejemplo en España, la Dirección de Hidrografía creada en 1797; en Francia en 1720 o en el Reino Unido en 1795.
La palabra oceanografía (del griego ωκεανός, "océano" y γραφειν, "describir" o "representar gráficamente") fue acuñada por primera vez en el año 1584, del francés océanographie, pero tuvo una vida corta. En el año 1880 retorna al alemán como Oceanographie. En esa misma época surgen correlativamente en otras lenguas oceanography, en inglés; oceanografía, en español. En la lengua portuguesa, la palabra oceanografía aparece al final del siglo XIX.
La formación de la palabra es basada en el vocablo geografía y responde al origen científico del cual proviene la disciplina. Sobre el modelo de la palabra geología se encuentra oceanologia, registrada por primera vez en la lengua inglesa - oceanology - en 1864. Aunque algunos la definen más completa por oceanología, la forma que ha ganado más popularidad es oceanografía.
El estudio del comportamiento de los mares, se remonta a las primeras aventuras del ser humano, más allá de la costa. A los fines de navegación, era importante conocer la dirección de los vientos predominantes y las corrientes, que facilitasen y acortasen la duración de los viajes; así como, la profundidad de las aguas cerca de costa o lugares de fondeo, por razones de seguridad.
Es casi seguro que fenómenos como las mareas fueron tempranamente observados, anotados e incluso pronosticados; aun cuando no tengamos registros escritos de ello. Aristóteles y Estrabón fueron los primeros en escribir sobre esto, en el mundo occidental. El primer registro de la relación entre las mareas y las fases de la luna, se atribuye a Piteas, en el siglo IV a. C.; este mismo filósofo, también realizó una expedición de investigación al mar Báltico y el círculo polar ártico.
Toda esta información era trasmitida por via oral a los aprendices y guardada en secreto por razones de seguridad y comercio; es posible que parte de esta información se trasmitiese también mediante medios como las varillas de mareas que usaban las naciones polinesias para atravesar el océano Pacífico.
Las nociones básicas de la vida en el mar, provendría del conocimiento de la ubicación de los placeres o caladeros de pesca, moluscos, crustáceos, algas y mamíferos marinos, de valor alimenticio. Aristóteles diferenció entre peces, mamíferos, moluscos, crustáceos, reptiles y anélidos marinos; formuló que los mamíferos no eran verdaderos peces porque respiraban aire. Existe un posible mito que Alejandro Magno, alumno de Aristóteles, se sumergió en un barril con una manguera, para observar el fondo del mar.
Un conocimiento básico de la composición química del mar, permitiría el uso de la sal común y la creación de las primeras salinas.
En los diversos mapas de las civilizaciones antiguas y de la Edad Media; ya se observa un conocimiento básico de la meteorología marina.
A principios del siglo XV se cree que en Sagrés, Portugal, se estableció la primera escuela de navegación; en donde indiscutiblemente se enseñaban además de la lectura y confección de cartas náuticas; conceptos que hoy asociamos con la oceanografía, tales como, la medición de corrientes, profundidades, caracterización de los fondos en aguas costeras, observación y registro de mareas, corrientes de mareas. Para ello, el Infante Enrique, El Navegante; había reunido a los más ilustres cartógrafos y expertos en temas del mar y la navegación. La llamada Era de los Descubrimientos, significaría un formidable avance al estudio y conocimiento de los océanos; plasmados en derroteros, portulanos y cartas de navegación.
El siglo XVIII, en la Era de la Ilustración sería clave para la consolidación de estos conocimientos; mediante la creación de organizaciones hidrográficas en las diversas Armadas que, entre otras actividades, patrocinaron expediciones científicas como la del almirante español Malespina; el almirante James Cook; el francés La Perouse, la del buque británico Beagle, con Charles Darwin abordo, entre otras.
Se considera que la expedición del HMS Challenger, modificado sustancialmente para ser el primer buque de investigación oceanográfica y la posterior publicación de sus resultados mediante 50 volúmenes marcan el inicio formal de la oceanografía como disciplina científica empírica independiente, dentro de las ciencias naturales.
Existen cuatro ramas principales de la oceanografía: oceanografía biológica, oceanografía física, oceanografía geológica y oceanografía química.
La Oceanografía biológica, que no es lo mismo que la biología marina, estudia todos los organismos marinos y su relación con el medio ambiente.
Estudia los procesos físicos que ocurren en el mar, tales como la mezcla (difusión molecular y turbulenta de las propiedades del agua de mar), las corrientes, las mareas y el oleaje; así como, las interacciones que ocurren en las zonas fronterizas con las masas continentales, la atmósfera y los fondos marinos. Además de ello se considera dentro de este campo el proceso de elaboración de cartas náuticas, por utilizar técnicas "sui generis" diferentes de la cartografía.
Estudia los procesos geológicos que afectan a los océanos.
Estudia la composición química del agua de mar y de los organismos. De los componentes disueltos y particulados, de sus interacciones y efectos en la hidrósfera, biósfera y atmósfera.
La oceanografía química se puede dividir en áreas de estudio específicas. Por ejemplo, la química marina se ocupa de la composición del agua de mar. La geoquímica marina también se ocupa de la química de las rocas precipitadas y los sedimentos que se encuentran en el fondo del océano. Además, la biogeoquímica marina se ocupa del papel de los organismos (en particular los microorganismos) en la alteración o formación de características geológicas en los océanos.
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