Mundaca (en euskera y oficialmente Mundaka) es una anteiglesia y municipio de España situado en la margen izquierda de la desembocadura de la ría de Mundaca, al norte de la provincia de Vizcaya, en la comunidad autónoma del País Vasco.
Es bastante conocida la leyenda que atribuye el nombre de Mundaca a la expresión latina munda aqua (agua limpia). Esta leyenda aparece en la Crónica de Vizcaya escrita por Lope García de Salazar en el siglo XV. Según esta historia arribó a la costa de Mundaca un navío procedente de Escocia que llevaba una princesa que había sido desterrada de su tierra. Los escoceses llamaron en su lengua latina (sic) al lugar Munda aqua ya que encontraron una fuente de agua muy limpia que contrastaba con las turbias aguas de la ría de Urdaibai. Esta princesa tendría un hijo que llegaría a ser llamado Jaun Zuria y a convertirse, según la leyenda, en el primer Señor de Vizcaya. Mediante esta leyenda se explicaría además por qué Mundaca ocupaba el primer puesto entre las anteiglesias de Vizcaya.
Al margen de explicaciones legendarias, la etimología de Mundaca es incierta. La primera mención escrita de Mundaca data de 1070 y la llama Mondaka.
Algunos han buscado en el nombre del pueblo un origen nórdico, relacionado con la probable presencia de un asentamiento medieval vikingo en la zona. Así en danés mund significa boca y "haka" significa "cabo" Mundaca se encuentra precisamente en la misma boca de la ría del río Oka.
Otros relacionan Mundaca con un stock de topónimos vascos con terminación -aka, -eka, -ika, especialmente abundantes en Vizcaya y que podrían estar relacionados con el sufijo celta-latino -aka. De ser cierto este origen, el nombre sería mucho más antiguo y podría remontarse a una época en la que Vizcaya pudo estar poblada por población celta.
Tradicionalmente el topónimo se ha escrito como Mundaca, pero en la actualidad se escribe más habitualmente como Mundaka, que es una adaptación a las modernas reglas de ortografía del euskera. Mundaca se suele considerar el nombre formal en castellano y Mundaka en euskera. Desde 1982 el nombre oficial del municipio es Mundaka. La nueva denominación fue publicada en el BOE en 1989.
El gentilicio es mundaqués/a en castellano y mundakarra en euskera.
Mundaca, al igual que Munitibar (Munditibar), tienen la raíz Munio, Mundio (Muniozguren, Munitiz) que significa colina, altozano. Aka es sufijo conocido como cuesta, ladera, como también es Ika y Eka. Y viendo donde se ubica Mundaca su nombre es muy lógico: ladera del ribazo o la colina. Nótese la similitud de Mundi y Mendi, tanto como una colina y un monte. Ya que está situada en la desembocadura de la ría del Oka en el mar Cantábrico y recordando que en euskera "izena = izana" (el nombre es el ser) y los topónimos indican casi siempre localización, lo más probable es: <[*itsas aurre buru oro zan heda dan Oka ibai uri]: [villa que está desplazada toda muy en el extremo de la ría del Oka ante el mar] >*ses eurr bū õ hen ire da uka be ui >*ze err mõ în ie da ika be i >*ê er mõn i da ka ê >(ī^)mõndaka(î) >[Mõndaka > Mūndaka]
Mundaca limita al oeste con la villa de Bermeo, al sur con Pedernales, y al este y norte con el mar Cantábrico. Frente a sus costas está situada la isla de Ízaro (Bermeo) y el extenso arenal de Laida. El término municipal se concentra alrededor del puerto, a los pies del alto de Betrocol y el monte Katillotxu (337 m).
En la playa de Laidatxu desemboca el riachuelo Errekatxu.
Su localización costera le permite disfrutar de un clima suave tanto en verano como en invierno, siendo infrecuentes las heladas.
La zona ha estado poblada desde el Paleolítico inferior, como atestiguan las cuevas de Santimamiñe en la otra orilla de la ría y yacimientos encontrados en Portuondo.
Se especula con la llegada a la zona de vikingos, lo que según algunos autores justificaría la presencia de tipos rubios de ojos azules en la costa vizcaína, a diferencia del tipo vasco del interior. Anton Erkoreka afirma su presencia en el siglo IX basándose en las crónicas árabes, relatos medievales y otros datos antropológicos, mientras que Jon Juaristi cree que en realidad fueron unos exiliados sajones destronados por los vikingos.
Antes que ellos llegaron los romanos, atraídos por el mármol de Ereño y de cuya presencia testimonia un ramal de la calzada romana de Valmaseda que llegaba hasta Bermeo.
Desde el primer censo del que se tiene noticia hasta la primera década del siglo XX, la población se incrementó hasta alcanzar los 2284 habitantes en 1910, con diferentes altibajos debidos a diversos avatares de la época. En la década de los 50, la población había descendido ya hasta los 1500 habitantes, estabilizándose los censos sucesivos en torno a 1650 habitantes. A partir de 1990 la localidad muestra una ligera tendencia positiva.
El poder municipal mientras subsistió el Fuero fue ejercido por los habitantes, únicos a quienes competía aprobar las ordenanzas, usos y costumbres por las que habían de gobernarse, en razón de su naturaleza de anteiglesia, y sin necesidad de someterse a los términos de concesión de la carta puebla, como sucedía a las villas. Así, todos los mundaqueses, incluyendo las viudas cabeza de familia que tenían voto, se reunían en asamblea general o cruz parada para alcanzar sus acuerdos, presidiendo el Fiel Regidor. Entre las facultades del Fiel estaba la representación de la anteiglesia en las Juntas Generales de Vizcaya, hasta que debido a la abolición del fuero en 1876, éstas dejaron de reunirse. A partir de entonces el cargo se conoció como alcalde. Desde la transición gobierna el Partido Nacionalista Vasco el Ayuntamiento, con mayoría absoluta.
El origen de Mundaca es desconocido, lo que ha dado pie a que se le hayan atribuido fundaciones basadas en fábulas y leyendas, como la presencia de Tubal, nieto de Noé, en Vizcaya.
La antigüedad de los asentamientos en la zona queda atestiguada por el hecho de que en las Juntas Generales de Vizcaya correspondiera al apoderado de Mundaca la entrega de sus poderes en primer lugar, seguido de Pedernales, su anteiglesia vecina, recayendo entre las villas dicho honor en el apoderado de Bermeo. Sin embargo, no es cierto que Mundaca ocupara el primer sillón de las Juntas Generales, como comúnmente se cree, ya que no existían asientos determinados ni orden de puestos, ocupando cada apoderado aquel que más le agradase.
Entre las primeras noticias que se tienen de Mundaca está la existencia del palacio de Altamira, donde parece que a finales del siglo XI vivió la infanta de Escocia, madre de Jaun Zuria (Señor Blanco, por su rubia cabellera), primer señor de Vizcaya.
La anteiglesia de Mundaca es citada ya en el año 1051 en la donación del señorío de Vizcaya al monasterio de San Millán de la Cogolla, así como en 1070 en la donación de la citada iglesia al monasterio de San Juan de la Peña.
El protagonista de su cocina es, por tradición marinera, el pescado, y especialmente la lubina de Mundaca.
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