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Montes de Toledo (comarca)



Montes de Toledo es una comarca de Toledo, España. Se extiende al sur de la provincia, limitando, en parte, con Ciudad Real. Comienza en el puerto de Los Yébenes y termina en Hontanar, extendiéndose de este a oeste desde La Mancha a La Jara. Ha absorbido en gran parte a casi toda la antigua comarca de la Sisla y parte del señorío de Montalbán.

En la gran mayoría de los municipios la población ha ido decreciendo salvo en ciertas poblaciones como Argés, Cobisa y Nambroca. Su municipios más poblados son Sonseca, Los Yébenes y Argés.

Los núcleos de población surgen en el llano, la nava, o se quedan a media ladera, como sucede con Los Yébenes. Algunos, tal es el caso de Sonseca, Argés o Pulgar, se alejan bastante de la zona montañosa, aunque por sus características, hay que considerarles como poblaciones "monteñas". Supone la comarca una alteración en el perfil generalmente llano de la provincia y otro tanto sucede en lo que a flora y fauna se refiere. De la altitud media de Toledo, 600/700 msnm, se pasa bruscamente a las alturas aisladas del pico de Noez (1.035 msnm) o el de Layos (1.084 msnm), sin contar la parte más elevada de la cordillera propiamente dicha, cerro del Castillejo (1.203 msnm), en Los Yébenes. Sierra: San Pablo de los Montes. La cota más alta esta en el Corral de Cantos (Hontanar) con 1418 metros de altitud.

En esta comarca nace el Río Algodor el Arroyo Guajaraz y corre el Torcón en busca del Tajo, del que son afluentes.

Por los valles, rañas, laderas y frondosidades, berrea el ciervo en las noches de celo, se esconde el jabalí entre las carrascas y no faltan linces y garduñas, turones, zorros, comadrejas, etc sobre un paisaje de encinas, quejigos, alcornoques, rebollos, jaras y brezos.

El clima de esta comarca es el general de la provincia y aún de la región, matizado únicamente porque las mayores alturas suponen un descenso, aunque ligero, de las temperaturas. Por la misma razón las nieves son más frecuentes también que en La Jara, La Sagra o La Mancha, pero poco duraderas. Los vientos dominantes son los del sudeste; en primavera y otoño también corren ponientes y en invierno los del norte.

Si Toledo es una de las provincias más privilegiadas de España en materia de caza, y los Montes de Toledo la comarca toledana de mayor riqueza cinegética, es fácil deducir que cuando el cazador llega aquí ha encontrado su paraíso. Miguel Ángel Ortega ha resumido así las variedades y formas de la caza: "El venao se caza según los métodos de montería, rececho y berrea; el jabalí, montería, batida y espera; la liebre, en mano, con galgo o caballo; el conejo, en mano y con perro; la perdiz, y en especial la perdiz roja, el principal atractivo turístico cinegético, se caza según el método de ojeo, la forma más atractiva de practicar la caza menor". El sitio más destacado de la caza en los Montes de Toledo es, sin duda, el coto llamado "Los Quintos de Mora". En cuanto a la pesca, la comarca cuenta con algunos embalses perfectos para realizar esta practica como son el del Río Torcón y el del Arroyo Guajaraz.

No difiere mucho la gastronomía propia de la comarca de los Montes de Toledo -pistos, gazpachos, cocidos, migas, gachas-, de la que es general de toda la provincia, únicamente habrá que dejar constancia especial del consumo de carne de venao, ya fresca y reciente, ya adobada y conservada en embutidos. Destaca esta carne en Las Ventas con Peña Aguilera. Destaca también, el aceite de la Comarca de los Montes de Toledo con Denominación de Origen "Aceites Montes de Toledo". Las dos formas de preparación son frecuentes; en el primer caso, en salsa y con bastante picante y en la segunda modalidad y alternando con la carne de jabalí, en los chorizos "de monte", también picantes y bravíos.

El hacer esta particular observación no excluye la bondad de otras carnes de caza, la perdiz sobre todo, de la que se da medida conveniente para su consumo en la obra de Rojas Zorrilla "García del Castañar" cuando se advierte que "para dos perdices, dos". Alcanzan buena calificación las frutas de Marjaliza -guindas y cerezas- y las hortalizas de Los Yébenes. Destacan en el capítulo de los postres las "marquesitas" y "mazapán" de Ajofrín y de Sonseca; en Polán "lenguas de obispo".

Lo más sobresaliente y peculiar de la artesanía de los Montes de Toledo son, sin duda, las armaduras medievales y renacentistas que se hacen en Guadamur y la característica cerámica de Cuerva, única en su género.

Pero también hay que hablar de la taxidermia de San Pablo de los Montes, Los Yébenes, Guadamur y Ajofrín; el trabajo de la madera en Sonseca, Argés, Cobisa, Cuerva y Navahermosa; de las labores en pieles y cueros en Urda, Polán, Los Yébenes y Las Ventas con Peña Aguilera; la fabricación de alfombras en Orgaz, Cuerva, Los Yébenes; los marmolistas y picapedreros de Menasalbas y Las Ventas con Peña Aguilera, lugar del que proceden las piedras usadas para la construcción del Alcázar de Toledo.

Dentro del folclore comarcal, destacan por su singularidad las danzas realizadas en el Auto de Navidad de Marjaliza. Los danzantes recitan unas cuartetas y ejecutan unas danzas de palos y castañuelas. Todo parece indicar que antaño estas danzas se acompañaban de dulzaina y tamboril.

Igualmente cabe señalar manifestaciones festivas como la Fiesta de La Maya o de las Mayas que aún se mantiene viva en algunos pueblos de la zona. Es el caso de la localidad de Orgaz o Menasalbas y en menor medida en Pulgar y Cuerva.

Otras fiestas o celebraciones de la comarca son la fiesta de la vaca celebrada en San Pablo de los Montes el 25 de enero que está declarada Fiesta de Interés Turístico Regional. La celebración de la Encamisada en Menasalbas es digno de mención, así como las diversas celebraciones en honor de los patrones/as, Cristos, Vírgenes,... de los distintos municipios de la comarca de los Montes de Toledo. Celebración de Romerías como la del Milagro en Las Ventas con Peña Aguilera y Navahermosa y Hontanar.

Tierras estas que un remoto ayer fueron patrimonio de colmeneros y pastores, cazadores y ballesteros. Conserva la comarca algún que otro castillo, -Orgaz, Cuerva, Navahermosa, San Martín de Montalbán, Guadamur, Guadalerzas- y en sus zonas más altas y escondidas, un paisaje agreste que evoca el áspero territorio que fue del rey Fernando III el Santo, antes de pertenecer a la ciudad de Toledo.

La Comarca cuenta con numerosísimos restos visigodos muchos de ellos muy bien conservados y/o restaurados como es el caso de la ermita visigoda de Santa María de Melque del S.VI-VII en el municipio de San Martín de Montalbán, los restos encontrados en Arisgotas, pedanía del municipio de Orgaz, Casalgordo, pedanía de Sonseca y, sobre todo, los restos hallados del Tesoro de Guarrazar en Guadamur. En el sitio de Melque se ha restaurado la ermita creando un Centro de Interpretación de la Cultura Visigoda y en Arisgotas existe un Museo de Arte Visigodo.

Cabe señalar también:

La comarca de los Montes de Toledo cuenta con su prurito literario, y entre los autores que ensalzaron su paisaje se encuentran Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Francisco de Rojas, Rojas Zorrilla o el toledanista Félix Urabayen. Este último fue, sin duda, el mejor cronista de las gentes y paisajes monteños, que describió como una «enorme ola de montañas que avanzan montadas unas sobre otras, como un mar petrificado en plena galerna». También Benito Pérez Galdós menciona la comarca en sus Episodios nacionales, aludiendo al Episodio dedicado al General Juan Prim, que tenía su finca El Cerrón en plenos. Montes de Toledo[1]



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