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Milo



Milo, Milos o Melos (en griego moderno Μήλος Mílos, gr. ant. Mēlos) es una pequeña isla volcánica griega del mar Egeo, perteneciente al archipiélago de las Cícladas. En sus costas se muestran interesantes fenómenos geológicos y hay restos arqueológicos de las etapas minoica, helenística, romana y bizantina. Está menos afectada por el turismo de masas que otras islas vecinas y su nombre es muy conocido porque en ella se encontró la famosa Venus de Milo.

Como Santorini, es un antiguo volcán cuyo cráter, invadido por el mar, forma una profunda ensenada.

Aristóteles le dio el nombre de Cefiria, y algunos autores antiguos la situaban en el mar de Creta.

Es la más sudoccidental de las Cícladas a 120 km de la costa de Laconia. Está situada al sur del Ática, a unos 150 km al sudeste de Atenas y a 120 km de la costa del Peloponeso. De oeste a este tiene 23 km de largo y 12 de norte a sur. Tiene un superficie de 151 km². La mayor parte de la isla está cubierta de colinas.

La capital es Milo o Plaka, en la bahía de Milo al norte de la isla, y la otra ciudad principal es Apolonia, en el extremo noreste, con las ruinas de Filakopi al oeste. El principal puerto de la isla es Adamas.

Al noreste tiene las islas de Kímolos y Polyagios y al noroeste la de Antimilos, deshabitada. En la entrada de la bahía de Milo están las pequeñas islas de Akrathi, dos islotes. Al suroeste, al lado del cabo Psalidi, están los islotes Prasonisi.

Plinio el Viejo la describe como insularum rotundissima cosa que no es correcta. En la parte norte tiene una bahía muy honda que forma un puerto excelente.

La montaña más alta se llama San Elías con 751 metros.

Milo está formado por un estratovolcán, el Profeta Elías, y pequeños conos volcánicos erosionados, y una caldera volcánica. La última erupción que ocurrió en la isla fue a partir de un cono monogenético que se formó al SE de la isla, hacia el año 140 a. C., en la que sufrió daños un puerto romano cerca de esa zona.

La principal actividad económica de la isla es la minería. En la isla hay una considerable cantidad de bentonita, perlita y puzolana. Además históricamente se han elaborado pigmentos en la isla debido a su riqueza mineral.

Recientemente se han incrementado los ingresos derivados del turismo.

Además, produce vino, naranjas y aceitunas.

A pesar de que la isla es menos frecuentada por los turistas que algunas de sus vecinas, Milo tiene varias atracciones para quien desee visitarla.

Debido a sus peculiaridades geológicas Milo cuenta con playas de muy diverso estilo, desde la pequeña cala de Tsigrado a la playa de roca blanca, sin rastro de arena de Sarakiniko, pasando por extensas playas arenosas como la de Firiplaka. Además, la parte occidental de la isla es poco transitable por lo que desde Adamas parten varios cruceros de un día o medio día mostrando la costa oeste de la isla y permitiendo a los turistas sumergirse en diversas grutas.

En la capital de la isla se puede visitar el Museo Arqueológico de Milos donde además de diversas piezas encontradas en la isla se puede contemplar una réplica de la Venus encontrada en el siglo XIX.

Cerca de Milo también se puede visitar un anfiteatro y unas catacumbas.

Desde hace ya unos 13000 años, la famosa obsidiana de Milo fue una mercancía muy apreciada, sobre todo al final de la época protoneolítica, cuando ya se había difundido la navegación por las Cícladas. Este vidrio natural volcánico sería utilizado para el afilado de las "herramientas de piedra" y fue transportado incluso antes de que comenzara la agricultura. "No hay ningún temprano pueblo agrícola del Cercano Oriente que no tuviera obsidiana".[2]

Su situación, entre la Grecia continental y Creta, y sus yacimientos de obsidiana, la hicieron un importante centro de la civilización Egea temprana.

En la Edad del Bronce (2800-1100 a. C.) fue centro de la cultura cicládica. La ciudad principal era Filakopi, las ruinas de la cual están en la costa noreste, cerca de Apolonia, encontrada por los arqueólogos ingleses Smith y Hogarth a finales del siglo XIX.

Esta ciudad fue destruida y reconstruida tres veces. La última vez fue destruida por los micénicos que la construyeron de nuevo.

Ha llevado diversos nombres antes de Cefiria fue llamada Memblis (según Arístides), Mimallis (según Calímaco), Sifis (Siphis), Acyton (según Heraclides) y Byblis (según Esteban de Bizancio); este último nombre le fue dado según parece por haber recibido una colonia de Biblos de Fenicia. Festo deriva su nombre de Milo del fundador de la colonia fenicia.

La ciudad fue abandonada hacia 1100 a. C. y se fundó una de nuevo (llamada Milo) en la moderna ciudad de Klima, que fue una ciudad dórica establecida por los lacedemonios que la conservaron hasta la guerra del Peloponeso y se mezclaron con los antiguos pobladores.

En las guerras médicas luchó al lado de Atenas. En la guerra del Peloponeso fue aliada de Esparta y Atenas atacó la isla bajo el mando del estratego Nicias, sin éxito en 426 a. C.; Milo se declaró neutral (aunque figuraba en una lista del tributo del 425 a. C. a la confederación de Delos), pero Atenas la conquistó después del 416 a. C. en una campaña narrada por Tucídides y que quizá fue iniciativa de Alcibíades; la ciudad fue asediada durante dos años por un millar de atenienses y finalmente fue destruida y los hombres fueron muertos y las mujeres y los niños vendidos como esclavos. En el célebre diálogo de los melios (V, 85, ss), Tucídides expresa que, para Atenas, el poder pasaba ante la justicia y que los melios imploraron ayuda a los dioses en vano. Ni siquiera Esparta iba a mover un solo dedo en favor de la desgraciada isla. Con razón, la crítica histórica considera la expedición contra Milo como una encarnación brutal de la voluntad de poder ateniense. Alcibíades fue el autor de los decretos que imponían estos bárbaros castigos a los isleños, y él mismo se compró una mujer de la isla con la que tuvo un hijo). Alcibíades, o quien quiera que aconsejara la masacre de los melios, no prestó a Atenas ningún buen servicio, sino que cubrió de ignominia a su ciudad y a las armas que en su día forjara Pericles para su defensa. Un grupo de 500 colonos atenienses se estableció en la isla.

El sátrapa Farnabazo II y Conón conquistaron Milo en 393 a. C. La guerra que siguió acabó con la paz entre griegos y persas firmada en 386 a. C. que estableció la hegemonía espartana y entregó las ciudades griegas de Asia a Persia. Farnabazo respetó la autonomía de las ciudades, cosa que no siempre harán sus sucesores. Lisandro devolvió la isla a los antiguos habitantes.

La isla permaneció independiente hasta que en tiempos de Alejandro Magno quedó bajo influencia de Macedonia. La ciudad principal fue Kastron en un cerro al lado del puerto; entre Kastron y el puerto se conservan las ruinas de la antigua ciudad.

Después de la muerte de Alejandro y el gobierno de Antípatro, pasó a Antígono I Monoftalmos, y después cayó en manos de los Ptolomeos en 311 a. C. La isla, un tiempo protectorado egipcio, permaneció de hecho independiente y produjo grandes obras de arte entre ellas la muy conocida Venus de Milo.

Pasó a los romanos en el siglo II a. C. y vivió una época de paz. En el siglo I se introdujo allí el cristianismo (había una población judía importante) y se construyeron catacumbas que aún existen al lado de la moderna villa de Tripiti.

Bajo el imperio bizantino fue atacada por piratas eslavos y árabes. La capital fue destruida por un terremoto y fue trasladada al área de Komia y Emborios.

Revueltas religiosas en los siglos VIII y IX fueron reprimidas por los bizantinos. En 1207 pasó a los Sanudo de Naxos y los duques de Naxos la conservaron formando una señoría del 1341 al 1383. La dinastía Sanudo dio paso a los Crispo en 1383 cuando Francisco I Crispo tomó el poder en una revuelta armada y se casó con la heredera Fiorenza Sanudo.

Los Crispo, duques de Naxos y señores de Milo, la mantuvieron hasta que fue entregada a los otomanos en 1566. El judío José Nasi gobernó las islas de 1566 a 1579, y después pasó a dominio directo otomana con un acuerdo de gobierno autónomo local: la isla pagaba tasas, pero nunca fue ocupada por una guarnición.

En 1661 los venecianos derrotaron a los turcos en una batalla naval en aguas de la isla.

En 1675 el pirata local George Kapfis fue proclamado rey de la isla como jefe de los opositores al dominio otomano. En 1678 fue aprisionado por los turcos y fue colgado en Constantinopla.

En 1771 la isla fue ocupada por el Imperio ruso pero volvió a poder otomano tres años más tarde, en 1774.

En 1821 participó en la revolución griega y la primera batalla naval de la guerra se libró en sus aguas el 11 de abril de 1821. En 1830 fue reconocida parte de Grecia.

Fue base aliada (franceses y británicos) durante la primera guerra mundial y en 1922 acogió miles de refugiados después de la derrota griega en Asia Menor.

Los alemanes la ocuparon en mayo de 1941 y construyeron fortificaciones. La resistencia pudo izar la bandera griega el 9 de mayo de 1945.

Después de la guerra muchos habitantes emigraron a Atenas o a Estados Unidos por la pobreza de la isla, pero recientemente el turismo le ha dado un empujón económico.



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