Los menonitas son una rama pacifista y trinitaria del movimiento cristiano anabaptista, originado en el siglo XVI, como expresión radical de la Reforma.
En 1523 Ulrico Zuinglio, exsacerdote católico, comenzó a reformar la iglesia de la ciudad suiza de Zúrich. Un grupo de sus discípulos, liderados por Conrad Grebel, Felipe Dipelatio y Felix Manz, pronto rechazaron que Zuinglio usara al Consejo de la ciudad para proceder con la reforma. Empezaron a estudiar la Biblia, y no encontraron en ella justificación para una "Iglesia del Estado", sino que los cristianos eran una comunidad de creyentes, que libremente decidían seguir a Cristo, y que daban público testimonio de su fe por medio del bautismo de adultos. Esto significaba declarar sin validez el bautismo de niños. En enero de 1525, en Zollikon, un suburbio de Zúrich, los miembros del grupo decidieron bautizarse unos a otros. Al ser el bautismo de adultos una parte fundamental de su fe, casi inmediatamente se les empezó a llamar "anabaptistas" (rebautizadores) aunque el grupo prefería el nombre de Hermanos Suizos.
El movimiento se extendió rápidamente por Europa, especialmente en los territorios del Sacro Imperio Romano Germánico. En 1529, a pesar de que los príncipes partidarios de la Reforma expresaron su célebre protesta (de donde viene el nombre "protestante") rechazando cualquier cosa "contraria a Dios o a su Santa Palabra", se pusieron de acuerdo con los católicos para perseguir a los anabaptistas.
Así fue promulgada la ley imperial del 23 de abril de 1529 que ordenaba "quitar la vida a todo rebautizador o rebautizado, hombre o mujer, mayor o menor, y ejecutarlo según la naturaleza del caso y de la persona, por fuego, por espada o por otro medio en cualquier lugar donde fuere hallado". Las medidas represivas se agudizaron después de la rebelión de los anabaptistas extremistas en Münster. Con el pretexto de aplastar el levantamiento que protagonizaron y sus ideas subversivas, se multiplicaron las ejecuciones de Hermanos a pesar de que siempre fueron pacifistas y rechazaron las ideas y prácticas de los münsteranos.
Menno Simons (1496-1561) fue un sacerdote católico de Frisia (hoy Países Bajos) que escribió para denunciar los errores de los revolucionarios anabaptistas. Impresionado por la tragedia de Münster y convencido de que solamente con un testimonio de auténtico seguimiento a Jesucristo y de sometimiento a la autoridad de la Biblia se podía evitar que las personas fueran seducidas por nuevos errores, y para rechazar las de los príncipes y las jerarquías católicas y reformadas, decidió romper en 1536 con la Iglesia católica y unirse a los anabaptistas pacifistas.
Menno desarrolló una exitosa labor pastoral en medio de la persecución. Participó en la organización de las congregaciones anabaptistas en Holanda, el norte de la actual Alemania y el noroeste de Polonia. Participó en numerosas polémicas con reformadores luteranos y calvinistas, con anabaptistas unitarios y con los partidarios de la violencia. En el interior de las propias congregaciones, las discusiones sobre la excomunión causaron rupturas. No le fue posible ponerse de acuerdo con las comunidades establecidas desde 1528 por los huterianos sobre la obligatoriedad o no para los cristianos de la comunidad de bienes.
Las congregaciones unidas al movimiento que contaba con la activa participación organizativa de Menno lograron consolidarse, aunque muchas veces tuvieron que peregrinar huyendo de un lugar a otro. La influencia de Menno llegó a ser tan notoria, que sus adversarios comenzaron a llamarlas "menistas" o "menonitas", a manera de insulto. Perseguidas sin cuartel en la Europa occidental, comunidades enteras de menonitas y otros anabaptistas se desplazaron forzadamente, estableciéndose en la Europa oriental, así como en Pensilvania en 1683, y durante el siglo XVIII, cuando, además surgió allí otra denominación anabaptista similar, la de Hermanos en Cristo.
En 1786 a los agricultores menonitas de Prusia se les impuso severas condiciones para su permanencia en el lugar. Por esta razón en 1788, la emperatriz rusa Catalina la Grande aprovechó esta situación para invitarlos a que emigraran al Imperio ruso.
Con el tiempo, muchos menonitas establecidos en Rusia habían luchado y padecido por su bienestar espiritual, cultural y material en diversas regiones de Europa y de la Rusia asiática. Los menonitas habían sido eximidos por Catalina II de la obligación de prestar el servicio militar. Pero esta condición, como la autonomía de que gozaban en sus escuelas y comunidades, fueron abolidas en 1870, por lo que muchos menonitas decidieron ir a Canadá, donde fueron aceptados en 1873, y a Estados Unidos, donde había muchas comunidades menonitas y amish desde 1683. En la misma época aparecen registros de menonitas emigrados de Rusia a América. Fue en Argentina, en 1877, cuando se formó una colonia agrícola en el arroyo Nievas, cerca de Olavarría, en la provincia de Buenos Aires.[cita requerida] Estos menonitas no mantuvieron su identidad, y posiblemente se fusionaron con iglesias luteranas que servían a otros inmigrantes alemanes que llegaron en la misma época.[cita requerida]
En Estados Unidos, deseando mantener su ética pacifista, muchos menonitas rehusaron apoyar la Primera Guerra Mundial. Algunos conscriptos jóvenes en Europa y los Estados Unidos pasaron el conflicto en la cárcel, donde algunos murieron como consecuencia de malos tratos y torturas. Al avecinarse la Segunda Guerra Mundial se reconoció en Estados Unidos el derecho de los objetores de conciencia, y miles de jóvenes participaron en un Servicio Voluntario Alternativo. El modelo fue tan exitoso que ha continuado hasta ahora (es la base de los voluntarios del Comité Central Menonita), y ha sido imitado por programas como el Cuerpo de Paz de los Estados Unidos.
En la Unión Soviética, las políticas de Stalin causaron nuevos éxodos de menonitas a América. Entre 1920 y 1930 nuevos grupos se establecieron en Canadá, México y Paraguay. La Segunda Guerra Mundial resultó desastrosa para la mayoría de los menonitas que quedaron en la Unión Soviética. Se los consideró "alemanes" por el idioma que hablaban, y miles murieron o fueron deportados a los Gulags.
Parte de los menonitas de la Unión Soviética que huían de la persecución estalinista emigraron a Paraguay en 1930. Allí se trasladaron también otros menonitas de Estados Unidos, Canadá, Belice y México. En 1945 llegó una nueva ola de refugiados, que se instalaron en Uruguay, Brasil y Paraguay. En las últimas décadas se han acelerado los movimientos migratorios, y hoy hay importantes colonias de menonitas que mantienen el uso del idioma alemán en Paraguay, Bolivia, Uruguay, Brasil, México, Perú y en Argentina, cerca de Guatraché, en la provincia de La Pampa y cerca de Pampa de los Guanacos, en la provincia de Santiago del Estero.
En Estados Unidos y Europa, los menonitas se han opuesto a tomar parte en las guerras de Vietnam e Irak y han participado en numerosas campañas pacifistas.
Aproximadamente el 15 % de los menonitas pertenecen a comunidades que conservan el idioma alemán y tradiciones centenarias. La historia de este grupo de menonitas se caracteriza por las migraciones repetidas de sus grupos, ya que buscan lugares donde se puedan establecer y donde sus prácticas sean aceptadas sin interferencia del estado o la sociedad.
Estos grupos proceden principalmente de dos orígenes: a) de Suiza, donde en 1700 se originaron los amish, los menonitas de la antigua orden y grupos modernos como la "iglesia menonita de los Estados Unidos" (en inglés: Mennonite Church USA) y varios otros grupos, ahora en Canadá y Estados Unidos; y b) del los Países Bajos y de Alemania Septentrional que se instalaron pimeramente en Prusia Occidental y desde 1789 en el Imperio ruso. Estos grupos, llamados en general de la "antigua colonia" por la zona de la Colonia de Jórtytsia donde habitaban, comenzaron a radicarse desde 1874 en Estados Unidos y Canadá, desde 1922 en México; desde 1927 en Paraguay, desde 1930 en Brasil; desde 1954 en Bolivia; y desde de 1958 en Belice y, recientemente, en Argentina y Perú. Estos grupos se han dedicado a la labranza de la tierra y a un estilo de vida sencillo, sin automóviles, electricidad ni otros inventos de la vida moderna. Se distinguen por sus vestimentas modestas. Así expresan su interpretación de la fe cristiana, en la que es muy importante mantenerse apartados del mundo. Aunque también existen colonias, especialmente en Paraguay y Brasil, que profesan la fe tradicional pero no tanto la vida sencilla, emplean modernas técnicas en la agricultura y ganadería e incluso cuentan con modernas industrias y sistemas de producción entre los más avanzados de la región.[cita requerida]
Hoy existe una amplia gama de diferentes tipos de menonitas, que van desde muy tradicionales hasta muy modernos:
Los menonitas también se pueden agrupar según el origen de sus miembros: descendientes de los primeros menonitas europeos, y conversos modernos de los siglos XX y XXI. Los grupos tradicionales son casi exclusivamente de origen europeo tradicional, mientras que los grupos modernos e intermedios pueden estar formados por personas de origen europeo tradicional, de conversos locales o de una mezcla de ambos grupos.
Los amish también pertenecen a la rama menonita. Se llamaron “menonitas amish” (Inglés: Amish Mennonites) durante mucho tiempo, hasta que durante el siglo XIX se separaron en dos grupos: los más modernos mantuvieron el nombre “menonitas amish”, mientras que los más tradicionales se cambiaron al de “amish de la antigua orden”.
En 1920, con recursos de congregaciones de Canadá, Estados Unidos y los Países Bajos, diferentes denominaciones menonitas, los Hermanos en Cristo y los amish, fundaron el Comité Central Menonita, para ayudar a sus hermanos de Ucrania afectados por los sufrimientos causados por la Primera Guerra Mundial y la guerra civil subsiguiente. Desde entonces, el Comité ha logrado exitosas campañas para socorrer en todo el mundo a poblaciones pobres o afectadas por catástrofes naturales o guerras, sin importar el credo de las personas que reciben la ayuda. En Laos, el Comité ha ayudado a financiar los programas para eliminar las minas antipersonales sembradas durante las campañas militares norteamericanas por la guerra de Vietnam. Además de su presencia en situaciones de desastre en diferentes partes, el Comité Central Menonita desarrolla también programas de intercambio cultural, como el IVEP (International Visitor Exchange Program) que tienen como propósito desarrollar y fortalecer las habilidades vocacionales de sus participantes y proveer de experiencias interculturales y de servicio voluntario.
Algunos de los objetivos del IVEP son:
Este programa está dirigido principalmente a adultos jóvenes entre 18 y 30 años de edad, de 30 países, y van a Canadá y a EE. UU. por un año.
Según un informe publicado a principios del 2007 por la Conferencia Mundial Menonita, en el mundo hay aproximadamente 1 480 000 miembros, distribuidos en 82 países. Estas estadísticas no incluyen niños, sino solamente miembros adultos bautizados.
Aunque en sus primeros 450 años los menonitas estaban radicados principalmente en el hemisferio norte (Europa y América del Norte), en las últimas décadas han experimentado un notable crecimiento en los otros continentes. En los primeros años del siglo XXI, sólo el 37 % vive en Europa y América del Norte. Hay más menonitas en África que en cualquier otro continente. A finales de 2006 las estadísticas eran:
A principios del siglo XX se despertó en las iglesias menonitas de los Estados Unidos, Canadá y México el interés por enviar misioneros a otros países, especialmente de América. Los primeros misioneros llegaron a la Argentina en 1917. Detrás de ellos se fueron abriendo obras misioneras en otros países, con congregaciones americanas étnicas, cuyo primer idioma es el español, el portugués, el francés, y diversos idiomas indígenas.
En la actualidad hay iglesias menonitas activas en:
El total de menonitas en esos países puede superar los 156 000 miembros.
Al igual que los Amish, unos 40 000 menonitas de la antigua orden hablan alemán de Pensilvania, mientras que 30 000 de ellos hablan inglés como lengua materna. La gran mayoría de los menonitas de Rusia hablan plautdietsch. También hablan la lengua oficial del país donde residen, para comunicarse con la población del entorno (español, inglés, portugués, etcétera). Los menonitas de grupos modernos e intermedios normalmente solo hablan el idioma del país en el que residen.
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