McOndo es una corriente literaria de Hispanoamérica surgido en la década de los noventa como reacción contra la escuela literaria del realismo mágico, que dominaba la recepción europea de la literatura de América Latina desde 1960.
Se caracteriza por describir escenarios realistas, sin exagerar ni enfatizar un supuesto exotismo y colorido latinoamericano, prefiriendo ambientes urbanos con referencias a la cultura pop y a la vida cotidiana de la América Latina de fines del siglo XX. Asimismo el trasfondo de McOndo es más apolítico e individualista, relegando a segundo plano la búsqueda deliberada de una identidad latinoamericana.
Los autores pertenecientes al movimiento nacieron generalmente entre 1959 (año de la revolución cubana) y 1962 (año en que la televisión llega a Chile y se celebra la Copa Mundial de Fútbol en ese país); además muchos de ellos tienen una educación cosmopolita, habiendo crecido, o vivido su juventud temporalmente en el extranjero. Si bien el grupo McOndo es generalmente considerado un fenómeno del continente americano, incluye asimismo unos cuantos escritores españoles.
En las décadas de los 80 y 90, muchos escritores latinoamericanos vieron frustrados repetidamente sus intentos de publicar su trabajo fuera de América Latina, pues los editores de Estados Unidos y Europa creían que las obras de los recién llegados no eran lo suficientemente «latinoamericanas». Esto significaba que dichos autores no parecían lo suficientemente pintorescos ni folclóricos como para poder colocarlos en el mercado literario del Primer Mundo como obras latinoamericanas. A la sazón, el mercado editorial prefería publicar las obras de autores representativos del realismo mágico ya consagrados como Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier, Carlos Fuentes, o Mario Vargas Llosa.
En tal sentido el chileno Alberto Fuguet narraba que en la década de 1980 sus relatos eran rechazados por editoriales estadounidenses que le daban una recomendación: "agrega a tus textos algo de folklore, cosas tropicales y exóticas, entonces vuelve a visitarnos". En tal sentido los caracteres propios del realismo mágico habrían degenerado, según Fuguet, en meros recursos estilísticos para darle aspecto fantástico y exótico a la narrativa de América Latina, solamente para satisfacer el gusto de los lectores de Europa y Estados Unidos, expresando Fuguet su disconformidad por el pensamiento de los editores estadounidenses para quienes "lo latinoamericano se reduce a usar sombreros y machetes, y ver señoritas bailando guaracha".
Precisamente las transformaciones políticas y sociales de América Latina en la década de 1980 habían causado un gran crecimiento de las ciudades gracias a la migración rural, mientras que la globalización y el auge de la tecnología impactaban incluso en las capas pobres de la sociedad, causando situaciones que no podrían relatarse a partir del realismo mágico.
El término McOndo fue acuñado para hacer juego de palabras con Macondo, la población ficticia que sirve de trasfondo en la novela mágico-realista Cien años de soledad. La palabra McOndo, creada por el escritor chileno Alberto Fuguet, al mismo tiempo intenta describir el ambiente cotidiano en América del Sur, que en vez de mujeres que vuelan o alquimistas legendarios, es mucho más mundano y se ve envuelto cada vez más entre «McDonald's, Macintoshes y condominios» gracias a la globalización y a la influencia cultural de Estados Unidos.
Se considera comúnmente que 1996 es el año de nacimiento del movimiento como corriente literaria, al publicarse en Santiago de Chile la compilación de historias cortas titulada McOndo editada por Sergio Gómez y Alberto Fuguet. La fiesta de lanzamiento fue precisamente en un restaurante McDonald's.
De hecho, gran parte de la narrativa de McOndo se caracteriza por mostrar historias en un contexto urbano, a menudo en las periferias empobrecidas de las grandes ciudades latinoamericanas (invasiones, villa miseria, comuna o ciudad perdida, según el país), sujetas a la influencia de la cultura urbana en todas sus manifestaciones (auge de la televisión, mayor libertad sexual, delincuencia común) dejando de lado el ambiente campesino tan empleado por las obras del realismo mágico.
La violencia pierde su aura romántica e inusual que le daban las novelas del boom latinoamericano, pues en los relatos del estilo McOndo surgen cuadros de violencia extrema y brutal en la vida cotidiana. Esta "nueva" violencia suele estar relacionada con la delincuencia o el narcotráfico en centros urbanos (por ejemplo en novelas como La virgen de los sicarios o Rosario Tijeras), siendo estos temas cotidianos en Latinoamérica tras 1980 pero desconocidas en el realismo mágico.
Las novelas de McOndo suelen también mostrar la sexualidad de hombres y mujeres en forma mucho más explícita que en el pasado, sin recurrir siquiera al erotismo, sino mostrando las conductas sexuales de modo realista y sin ambages. Así, se tratan abiertamente temas considerados tabú en Latinoamérica: promiscuidad sexual de ambos géneros, homosexualidad, prostitución, etc.
Un rasgo también notable del McOndo es la ausencia de ideología política específica. Si bien muchos autores del realismo mágico definieron sus textos de acuerdo a la Revolución Cubana y al Mayo del 68 (episodios que ocurren en plena adultez de los autores del boom latinoamericano), los autores del McOndo inician sus carreras cuando tales sucesos ya perdieron novedad. De hecho las obras del estilo McOndo no muestran una definición política de sus autores ni pretenden servir como base a una doctrina, resultando mayormente apolíticos o incluso mostrando desencanto y escepticismo ante los discursos ideológicos de todo tipo.
La ruptura del McOndo con la tradición literaria latinoamericana causó una subsiguiente polémica. Hubo críticos literarios detractores de esta corriente que calificaron a los autores McOndianos como entreguistas, superficiales y yuppies que ignoraban la tradición literaria de América Latina ya consagrada a nivel mundial; pese a esto algunos autores del boom latinoamericano como Carlos Fuentes han defendido los méritos de McOndo como un acercamiento a una nueva realidad latinoamericana "del presente, no del ayer".
En años posteriores miembros del movimiento como Edmundo Paz Soldán han implicado que McOndo también estereotipaba en exceso a América Latina, pues esta región sigue estando demasiado atrasada como para definirla como un lugar puramente urbano "donde la mayoría tiene celulares", declarando el propio Paz Soldán que Latinoamérica estaba "llena de islas de modernidad en un océano premoderno" aunque aceptando que McOndo podía mostrar en varios planos una visión más actualizada de la realidad latinoamericana.
Según el crítico literario Álvaro Bisama, aunque McOndo impone una marca, hay «algo de publicidad y marketing ahí».
Si bien McOndo no es una asociación formal, varios autores han sido catalogados dentro de esta corriente literaria, entre ellos:
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