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Maria Deraismes



¿Qué día cumple años Maria Deraismes?

Maria Deraismes cumple los años el 17 de agosto.


¿Qué día nació Maria Deraismes?

Maria Deraismes nació el día 17 de agosto de 1828.


¿Cuántos años tiene Maria Deraismes?

La edad actual es 196 años. Maria Deraismes cumplió 196 años el 17 de agosto de este año.


¿De qué signo es Maria Deraismes?

Maria Deraismes es del signo de Leo.


¿Dónde nació Maria Deraismes?

Maria Deraismes nació en 17 de agosto.


Marie-Adélaïde Deraismes conocida como María Deraismes (17 de agosto, de 1828 - 6 de febrero de 1894) fue una destacada pensadora francesa del siglo XIX, periodista, escritora y pionera de la defensa de la igualdad y los Derechos de la Mujer. En 1869 fue cofundadora del periódico Le Droit des Femmes en París y, al año siguiente, fundadora de una asociación con el mismo nombre que presidió ella misma. En 1881 fue copropietaria y codirectora del periódico El Republicano. En 1882 fundó la Liga Francesa por el Derecho de las Mujeres. En 1893 fue cofundadora junto a George Martin de Le Droit Humain, la primera Obediencia Masónica Mixta.

Compiló sus discursos en el libro "Eva en la Humanidad" (1891). Consideraba que la inferioridad de las mujeres no es un hecho de la naturaleza y que la inferioridad legal no está basada en ninguna ley natural sino que resulta de la intervención masculina. Defendía el voto femenino; la reforma de las leyes injustas, sobre todo las que guardaban relación con la familia; la ampliación y laicización de la educación femenina; la dignificación de la imagen de la mujer en la ficción; la mejora de la situación de las mujeres proletarias; el drama social de la prostitución y la necesidad de su abolición.[1]

Está considerada precursora en la defensa de la igualdad de género a Simone de Bouvoire (1908-1996) sin embargo en durante años ha sido una gran desconocida fuera de Francia. Su obra (Eva en la Humanidad) fue traducida por primera vez al español en 2010 por la fundación que lleva su nombre.[2]

Nacida en París, creció en Pontoise en la parte noroeste de la ciudad. De una familia acomodada y librepensadora que proporcionó a sus hijas una educación sólida. Se crio en un ambiente literario que le permitió ser autora de varios trabajos literarios, pero pronto ganó una reputación de ser muy buena comunicadora. Su padre, comisario mercantil, se siente atraído por las ideas de Voltaire y hace gala de un gran anticlericalismo  y de hostilidad hacia los Jesuitas. No prohíbe a su mujer ir a misa dos o tres veces al año como para el bautismo de su hija María, el 20 de agosto de 1828. A pesar de un padre anticlerical y una madre cuya fe no es muy profunda, María sintió la necesidad de estudiar la Biblia y las religiones orientales. Después de haber aprendido griego y latín para descubrir a los autores antiguos, estudia los escritos de los principales filósofos de la Ilustración y se convierte a los veinte como una mujer erudita, idealista, convencida de la perfectibilidad del ser humano, de su capacidad para construir una sociedad fundamentada en la libertad y en la búsqueda de la igualdad. María cree en los cambios pero no en la revolución, en su acción política por lo que siempre intentará hacer avanzar a la sociedad con reformas progresistas. Se convenció de la importancia de la educación para desbloquear el desarrollo de la sociedad y de la ley para desarrollar las reformas.

Después de la muerte de su padre en 1852, continuó vivir al lado de su madre y su hermana. Le gustaba escribir y colaboraba en publicaciones como Le Nain jaune o Le Grand Journal. Pero rápidamente descubre el arte de la oratoria.

Por disfrutar después de la muerte de sus padres de una confortable renta que le permite satisfacer sus ambiciones intelectuales, empieza a desarrollar su carrera de periodista. Así cercana a las ideas femeninas que proliferan e agitan la vida intelectual al mismo nivel que las oposiciones entre los republicanos y conservadores,[3]​ su cultura y su elocuencia le dan la oportunidad llamar la atención en sus talentos de oradora.

Se hizo activista en la promoción de los Derechos de la Mujer y, en 1866, se afilió a la Société de la revendication des droits de la femme, una organización feminista de vanguardia en favor de la educación para las mujeres. En 1869, fundó L'Association pour le droit des femmes junto con Léon Richer. Es también la época en la cual el Grand Orient de France, para reaccionar a las numerosas críticas e injurias cuyas de las que los masones son objeto, decide organizar “conferencias filosóficas” en los locales de la calle Cadet en París. A iniciativa de los redactores del periódico L’Opinion nationale, Léon Richer, pensador libre, republicano, masón activo e influyente, venerable maestro “Mars et les Arts”, recurre a María Deraismes porque le gusta su talento y sus ideas sobre la necesidad de emancipación de la mujer. María acepta pronunciar una conferencia sobre la temática de “La moral” y, satisfecha de su éxito delante de un auditorio que ya la conocía, pronuncia otras conferencias sobre los temas de “la moral independiente”, “el placer”, “la polémica”, “la vida privada”, “la educación”, “la influencia de la novela” y otras, a través del feminismo.

Entre 1869 y 1870, apoya activamente al grupo de Louise Michel, André Léo, Élisée Reclus que propugnan una educación para las jóvenes. Después de la guerra de 1870, Maria Deraismes, propagandista de la juventud Republicana, defiende las ideas democráticas y en 1876 funda la « Société pour l'amélioration du sort de la femme ». Así empieza una nueva serie de conferencias sobre los derechos de los niños, el sufragio universal, etc. En 1878, coorganiza con Léon Richer el Congreso internacional del Derecho de las Mujeres que plantea cinco principales temas: la historia, la educación, la economía, la moral y la legislación.[4]​ En 1881, organiza con Victor Poupin, el primer Congreso anticlerical y se convierte en directora del periódico Le Républicain de Seine et Oise el mismo año en el que este derecho se hace posible para las mujeres.

El trabajo de Deraismes fue reconocido en el Reino Unido y tuvo gran influencia sobre los activistas americanos, como Elizabeth Cady Stanton, a quien conoció en París en 1882 siguiendo a Deraismes en su afiliación como miembro de la Masonería.

María Deraismes fue iniciada en la masonería el 14 de enero de 1882 en la Logia "Les Libres Penseurs" en Le Pecq, una pequeña villa al oeste de París. Fue la primera mujer masona, icono de la equidad en la iniciación.

Once años después, el 4 de abril de 1893, María Deraismes y Georges Martin, un reconocido Masón, fundaron en París la Primera Logia Mixta.

Resultado de esta Logia Mixta nace la Grande Loge Symbolique Ecossaise "Le Droit Humain", estableciendo la igualdad de los hombres y las mujeres, de la cual surgió más adelante la Orden Masónica Mixta Internacional Le Droit Humain.

Con la ayuda de defensores como Hubertine Auclert, María Deraismes trabajó para alcanzar la emancipación política de las mujeres, siendo propuesta como candidata simbólica en las elecciones de 1885.

A su muerte en 1894, María Deraismes fue sepultada en el cementerio de Montmartre. Sus obras completas se publicaron en 1895 y mucha información sobre su trabajo se puede encontrar en la Biblioteca Municipal Marguerite Durand en París.

Su celebridad fue tal que al año de su fallecimiento se rebautizó una calle de París con su nombre y cuatro años después se erigió una estatua de bronce en la que queda inmortalizada como conferenciante a diferencia de las estatuas de la mayoría de mujeres de la época habitualmente sentadas y con libros en la rodilla. La plaza principal de la ciudad de St. Nazaire también fue bautizada en su honor.

Maria Deraismes fue una librepensadora y pertenecía a una logia masónica que aceptaba a las mujeres. Se posicionaba contra el catolicismo por su pensamiento oscurantista y misógino, se declaraba anticlerical frente a la jerarquía que propagaba la fe católica y que, según Deraismes, imponía la supremacía del hombre sobre la mujer. En noviembre de 1881, durante una conferencia en el Trocadero de París, se compromete con la masonería en la lucha contra el poder de la Iglesia Romana.

Es una teórica del feminismo, desde el momento en que afirma que la ruptura de la mujer con el dogma es un acto de alivio, una obra de liberación, una declaración de independencia.

Reivindica el reconocimiento jurídico de los derechos de las mujeres y concentra su acción en este objetivo. Tampoco es una cuestión secundaria para ella la reivindicación del derecho a voto de las mujeres.

Durante un banquete feminista organizado el 11 de julio de 1870, lee un manifiesto en el que pide a los Parlamentarios que concedan a las mujeres derechos cívicos y políticos.

Está a favor de la abolición de la prostitución, un combate que dirige con la feminista inglesa Josephine Butler. Para ella, la prostitución es una manifestación de la opresión masculina, del antagonismo entre los hombres y mujeres.[1]

Desarrolla un pensamiento laico siempre en favor del amor real al prójimo.

Defiende la igualdad entre los hombres y mujeres.

Cree en la República, pero la lucha al lado de los hombres republicanos es causa de enfrentamientos ya que debe combatir junto a personas que considera opositores a la emancipación femenina.[5]

Denuncia también una visión demasiado romántica de la mujer, una quimera que frena su emancipación, sobre todo en el mundo de la pintura, de la literatura y del teatro ; por ello dedica conferencias a criticar a autores tanto históricos como contemporáneos.[6]

Además es muy crítica con el hombre del pueblo, que, según ella, desprecia y humilla a su pareja; atribuye las desigualdades entre los géneros más a la pereza que a las estructuras políticas.[7][8][9][10]




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