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Mardin



Mardin es una ciudad situada en el sudeste de Turquía y capital de la provincia de Mardin. Cuenta con una población de 82.134 habitantes[1]​ (2007).

Mardin se encontraba en la provincia de Diyarbakır hasta formar la suya propia. Mardin es la capital de la provincia del mismo nombre, se destaca por su arquitectura de estilo árabe, y por su emplazamiento estratégico en una montaña rocosa que se alza sobre las planicies del norte de Siria.[2]​ Mardin posee una población variada de kurdos, turcos, asirios/caldeos/sirios y árabes. La mayoría de los armenios que habitaban la ciudad de Mardin emigraron tras el Genocidio de 1915, en su enorme mayoría por las deportaciones, y se encuentran hoy dispersos por todo el mundo, en especial en Siria, Líbano, Egipto, Francia, Estados Unidos, Canadá, Argentina, Chile, Brasil, Inglaterra, Perú y Alemania.

Mardin viene de la palabra que quiere decir «fortaleza». Hay quienes sostienen que la palabra viene de "Maridin", que significa "rebeldes contra la impiedad", y otros de "Mar Din" que quiere decir "Santa Religión" o "Santa Fe". En la actualidad Mardin aspira a convertirse en Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.[3]

El territorio de Mardin y Karaca Dağ era conocido como Izalla en la Edad del Bronce tardío (diverso: Azalzi, Azalli, Izalla), originalmente un reino hurrita.

Luego se asentaron los asirios cristianos, que llegan en el siglo III d. C., de hecho la antigua religión asiria-babilónica perduró en Mardin hasta el siglo XVIII.[4]​ La mayoría de las iglesias y monasterios sirios ortodoxos que perduran en la ciudad son del siglo V d.C., tales como el monasterio Deyrülzafarân. Entre las iglesias importantes de Mardin se destaca "Kırklar Kilisesi" (Iglesia de los 40 mártires), construida originalmente en el 569 en nombre de Benham y de Saro, los nombres de los dos hijos de un gobernador asirio que los mandó ejecutar porque ellos se habían convertido al cristianismo. Mardin siempre fue un área muy cristiana, incluso durante el mandato musulmán entre los siglos VII y XII, y aún durante su rol como ciudad capital por la dinastía turca Artúquida, quien gobernó Anatolia del este y el norte de la Mesopotamia entre los siglos XII y XIV. La madrasa del siglo XII, Sitti Radviyye, es la más vieja de su clase en Anatolia.

Las tierras de la dinastía Artúquida cayeron bajo el dominio de los bárbaros, quienes tomaron el control de la región en 1394, aunque los mongoles nunca gobernaron directamente el área. Posteriormente Mardin fue controlada por el reino turco de los Akkoyunlu. La madrasa de Kasımiye fue construida por el Sultán Kasım, hijo del sultán Cihangir de Akkoyunlu, entre los años 1457 y 1502. La provincia de Mardin fue conquistada y agregada al imperio otomano a cargo de Selim I en 1517, y ha seguido siendo una parte de la Armenia histórica ocupada por Turquía, desde que en el año 1832 la ciudad fuera el sitio de una rebelión encabezada por los kurdos. Los kurdos fueron masacrados y fueron expusados muchos de los habitantes cristianos de Mardin, descendientes de los colonos tempranos; entonces decidieron escapar durante el Genocidio asirio. Los cristianos ahora forman una minoría minúscula en la ciudad (134 cristianos en total de diversas denominaciones, entre católicos, ortodoxos y protestantes, en el año 1992).

Antes de que Abraham Ardzivian restableciera el Patriarcado armenio católico el 26 de noviembre de 1640, que previamente ya existiera aproximadamente en el año 1461, ya había armenios católicos que vivían en Constantinopla, Mardin, Alepo, Jerusalén, Ispahan, Bagdad, Nakhitchévan, Crimea, Polonia, Transilvania, Italia, y ya fuesen armenios o no, se encontraban sujetos a los líderes armenios desde una maravillosa diversidad. Antes del establecimiento del Patriarcado, eran un grupo de personas sin una jerarquía católica armenia.

Algunos armenios secundados por clérigos de rito latino consideraron que la Iglesia armenia ya pertenecía a la Iglesia Universal, y empujados solo por cierta ignorancia, argumentando que se encontraba geográficamente separada de ella, prefirieron no romper con la Iglesia armenia, pero para apropiarse de ella desde el interior. Este punto de vista no consideraba lo que la Iglesia armenia pensaba acerca de este tema. Otros clérigos, sobre todo por iniciativa de los embajadores de Francia en Constantinopla, estuvieron de acuerdo en hallar un camino de diálogo con el Patriarca armenio de Constantinopla. Desde 1701 hasta 1830 se mantuvieron continuamente negociaciones que resultaron infructuosas, debido a las dificultades causadas por una y otra parte.

La cuestión fundamental en debate era la siguiente: si la Iglesia armenia se consideba separada o unida a la Universal. De acuerdo a la respuesta positiva o negativa para esta cuestión, los armenios católicos aceptaban o se negaban a ir allí. El catolicismo armenio, en particular en Constantinopla, se dividió en dos corrientes. Los partidarios de la respuesta positiva frecuentan la Iglesia Nacional con tranquilidad de conciencia. Pero para los partidarios de la respuesta negativa, el dilema es un asunto difícil de conciencia, que finalmente tomó la forma de una queja en contra, sosteniendo la necesidad de la libertad religiosa, y en contra de la represión de conciencia religiosa. Así, los armenios católicos fueron llevados a tomar la decisión de convertirse en un comunidad aparte. El primer juicio de la independencia se llevó a cabo en la capital, en 1714, bajo el control del Sultán y el patriarca armenio y que terminó en el exilio de los participantes, por encarcelamiento o por huida de la cárcel. Entre los prisioneros se encontraban el obispo Melkon Tazbazian quien fue designado patriarca y el obispo de Alepo, Abraham Ardzivian y de los que fueron condenados a galeras. Mardin fue siempre un bastión de unión con la Iglesia Universal Católica.

A finales del siglo XIX el pueblo armenio conoció los horrores del genocidio y la vida errante en la diáspora. A partir del 24 de abril de 1915 el plan otomano de aniquilamiento armenio fue realizado con el propósito de borrar a este pueblo de la historia.

Numerosas ciudades y aldeas armenias -dispersas entre las montañas de Turquía, Armenia occidental y sus llanos- tales como Adaná, Marash, Trebizonda, Amatia, Erzerum, Diarbekir, Kharput, Sys, Malatia y Mardín se transformaron en ruinas.

Mardín es una ciudad situada no lejos de Yasirah, al sur de la actual Turquía, ubicada sobre una ladera rocosa de 1000 msnm de altura, a mitad de camino entre Ras el Ain y la ciudad de Nisibe. En el siglo XVIII, un importante número de armenios se une a la Iglesia católica, y Mardin por influencia francesa hace lo propio, constituyéndose en un enclave católico en la región, manteniendo siempre intacto el espíritu y la fe recibida de los Apóstoles de Jesucristo: San Judas Tadeo y San Bartolomé.

Chucrallah Maloyan nació en Mardín, el 19 de abril de 1869. En la escuela aprendió dos idiomas: el árabe y el turco.

En esos momentos Mons. Melkon Nazarian era arzobispo de la comunidad armenia católica, quien envió al joven Maloyan al Líbano en 1883, al convento Nuestra Señora de Bzommar. En 1888 Maloyan abandonó Bzommar por razones de salud, para regresar tres años más tarde. El 6 de agosto de 1896 es ordenado sacerdote, tomando el nombre de Ignacio.

En 1910 fue enviado a la Eparquía de Mardín, en reemplazo del obispo Husig Kulian. En 1911 viajó a Roma siendo designado Obispo de la Eparquía de Mardín.

La Eparquía armenia católica de Mardín fue, antes de la Primera Guerra Mundial, una de las eparquías orientales más importantes: contaba con más de 22.000 fieles. Durante el verano de 1913.

Durante un retiro espiritual anual iniciado el 29 de julio de 1914, que realizara junto con Mons. Theophile-Djibrail Tappouni, obispo de los sirios católicos, y predicado por el padre jesuita Andrés Justiniani, se entera de la declaración de guerra por Austria y Alemania contra Rusia, Francia e Inglaterra.

El responsable de la ciudad de Mardín, Chafik Bey, ordenó la movilización de las tropas otomanas. Los jóvenes cristianos fueron aprehendidos y proscritos en los confines de Turquía, y muchos eran convocados al servicio militar para luego ser masacrados. Durante los oficios religiosos los soldados otomanos tomaban las iglesias por asalto, sembraban el terror, arrestaban a inocentes y los mandaban a ser torturados. Mons. Ignacio Maloyan, como obispo, se pronunció desaprobando tales injusticias ante el Mutasarref.

En abril de 1915, los soldados otomanos cercaron la iglesia, sometiéndola luego a estrictas inspecciones. El 1 de mayo, Mons. Ignacio Maloyan reunió a sus sacerdotes y les informó sobre las persecuciones islámicas otomanas.

El 3 de junio, soldados otomanos se presentaron en Mardín bajo las órdenes arbitrarias de Rachid Bey, la autoridad de Diarbekir. Al llegar a la sede del gobierno, impartieron a un destacamento de soldados la orden de traer al obispo Maloyan y al párroco Pablo Kasparian, como así también a 27 notables ciudadanos católicos, armenios, sirios y caldeos. Al día siguiente 15 sacerdotes y 862 cristianos fueron aprehendidos, encarcelados y detenidos en el cuartel del ejército, quienes fueron masacrados.

Las siguientes son informaciones de origen turco, y por tanto tendenciosas. A pesar de ello, puede verse que entre 1915 y 1990 casi no hubo variación poblacional, debido al despoblamiento causado por el Genocidio:

Miles de descendientes de sobrevivientes armenios del Genocidio, viven actualmente en el Líbano, Europa y América; en Sudamérica cientos y tal vez miles de personas tienen origen parcial o total de armenios procedentes de esta región de la actual Turquía, especialmente en Perú, Chile y Argentina.



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