Creada en el siglo VIII por la reunión de varios condados francos, la Marca de Bretaña fue una verdadera zona tapón bajo administración militar, su prefecto más conocido (« Britannici limitis praefectus ») fue el famoso Roldán.
Totalmente conquistada e integrada al reino de Bretaña por Nominoë y sus sucesores, una segunda marca de Bretaña fue creada, comprendiendo la Touraine, Anjou y el Maine, y confiada a Roberto el Fuerte en 861. Una parte de esta segunda marca será cedida a su vez a Bretaña en el tratado de Entrammes (863).
La región sita entre Vannes y Blois es una zona de conflicto desde la caída de Imperio romano de Occidente y las instalaciones respectivas de los Francos y de los Bretones en la antigua Galia.
Durante la primera mitad del VI siglo, Waroch I toma el Vannetais que se convierte en el Broërec, pero fracasa ante la ciudad de Vannes.
En 578, Waroch II, su nieto, libera la ciudad de Vannes y vence el ejército de Chilperico a orillas del río Vilaine. En lo sucesivo encabeza numerosas incursiones sobre las regiones francas de Rennes y Nantes, lo que provoca el envío de un ejército por parte del rey Gontran en 590. La rivalidad entre ambos jefes de esta expedición, Beppolen y Ebrachaire, provoca su derrota, a pesar de la recuperación de corta duración de Vannes por parte de este último.
En 753, Pipino el Breve toma Vannes y decide crear la marca de Bretaña, con el fin de proteger el reino Franco de las incursiones bretonas.
En 778, Roldán, sobrino de Carlomagno y sucesor de Grifón como prefecto de la marca muere.
En 786, el senescal Audulf comanda una incursión contra los Bretones.
En 799, el conde Guy, prefecto de la marca, conquista Bretaña.
Entre 814 y 818, Lambert I de Nantes sucede a su padre como prefecto de la marca de Bretaña.
Como consecuencia de las revueltas de 811 y 818, Ludovico Pío nombra a Nominoë conde de Vannes en 819, después ducatus ipsius gentis de los Bretones en 831.
La revuelta de 824, llevada por Wiomarc'h, fue de una amplitud tal que Ludovico Pío tuvo que intervenir en persona acompañada de sus hilos Pipino y Luís.
En 840, Ludovico Pío muere. En 841, Carlos el Calvo confía el condado de Nantes a Renaud de Herbauges, el cual intenta atacar Nominoë en 843, pero es vencido y muerto en la batalla de Messac. Como consecuencia de su fallecimiento, Nantes es saqueado por los vikingos, y Lambert II de Nantes, aliado de Nominoë, se convierte en el dueño de la ciudad a su salida.
La batalla de Ballon, nueva victoria de Nominoë sobre Carlos el Calvo marca en 845 la independencia de Bretaña, concretada por un tratado en 846. El mismo año, Carlos el Calvo nombra a un cierto Amaury conde de Nantes y prefecto de la marca.
En 849, las hostilidades recomienzan, con incursiones en profundidad en Francia occidental y la toma de Rennes y de Nantes. En 851, Nominoë muere en campaña cerca de Vendôme. Erispoë, su hijo, le sucede y aplasta al ejército franco en la batalla de Jengland. El tratado de Angers, Charles el Calvo concède los distintivos de la realeza a Erispoë, con los condados de Rennes y de Nantes así como el país de Retz.
La marca de Bretaña se incorpora entonces totalmente al reino de Bretaña.
En 861, para crear una nueva zona tampón como consecuencia de la pérdida total de la marca de Bretaña, Carlos el Calvo crea una nueva marca contra los bretones, comprendiendo los condados de Touraine, Anjou y Maine. Robert el Fuerte recibe el mando y toma el título de marqués de Neustrie.
Los tratados sucesivos de Louviers (856), Entrammes (863) y Compiègne (868) conceden sucesivamente a los reyes de Bretaña Erispoë después Salomon el territorio de Entre dos ríos, el Cotentin y el Avranchin.
Tras morir Roberto el Fuerte en la batalla de Brissarthe (866) y tras haberse perdido una gran parte de la marca, con las invasiones normandas siendo cada vez más importantes y con una Bretaña en guerra civil tras la muerte de Salomón, la necesidad de conformar una marca en Bretaña es más fuerte que nunca.
Después de la victoria de Alano II sobre las normandos en 937, los límites de Bretaña han retrocedido para adaptarse a los cinco departamentos actuales (Costas-de Armor, Finisterre, Ille y Vilaine, Morbihan y Loira Atlántico).
Algunos siglos más tarde, las Marcas de Bretaña-Poitou fueron una reagrupación de parroquias que contaron con un estatus aparte.
De un punto de vista patrimonial, queda numerosos vestigios que atestiguan del rol de frontera de esta región. Los castillos medievales y las fortalezas son los mejores ejemplos. La presencia de almacenes de sal en varios municipios angevinos (Pouancé, Candé, Ingrandes) recuerda las diferencias en la fiscalidad que perduraron hasta la Revolución.
El Consejo general de Loira Atlántico y la región Bretaña han puesto en marcha una exposición sobre el tema de las Marcas de Bretaña. El objetivo es poner en valor la historia común del departamento del Loira Atlántico con Bretaña. Este impulso ha comenzado en Châteaubriant, donde el castillo ha albergado una exposición en 2010.
A la iniciativa de la ciudad de Vitré, una veintena de páginas de internet sobre el patrimonio se han reunido en 2009 con el fin de reflexionar sobre la eventual inscripción de las Marcas de Bretaña en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO.
Una red turística de las Marcas de Bretaña se ha puesto en marcha, incluyendo entre otros el castillo de Fougères, las oficinas de turismo de Laval y Rennes, así como las ciudades de Vitré y Santo-Hilaire-del-Harcouët.
Ancenis, Angers, Avranches, Champtoceaux, Châteaubriant, Châteaugiron, la abadía de Clermont, Clisson, Dinan, Fougères, Guérande, la abadía Notre-Dame de Melleray, Lassay-los-Castillos, Laval, Montaigu, Oudon, Pouancé, Santo-Aubin-del-Cormier, Santo-James, Sion-las-Minas, Tiffauges y Vitré.
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