El Lyceum Club Femenino fue una asociación de mujeres que funcionó en Madrid entre los años 1926 y 1939. Entre el importante número de socias puede destacarse a su impulsora y presidenta, la escritora novecentista María de Maeztu.
Fue fundado en 1926, por un centenar de mujeres de ámbitos culturales ilustrados, siguiendo el ejemplo del primer lyceum creado en 1904 en Londres por la escritora británica Constance Smedley-Armfield. El objetivo del lyceum era la defensa de los intereses de la mujer, al tiempo que les facilitaba un lugar de encuentro y promovía el desarrollo educativo, cultural y profesional de las mujeres, así como facilitaba la organización de obras de carácter social. Pronto surgieron clubes similares en Berlín, París, Bruselas, Nueva York, Roma, La Haya y otras ciudades del mundo. En 1908 se organizó una federación internacional de estas entidades. El club era aconfesional y apolítico, y la admisión como socia estaba restringida a mujeres que hubieran realizado trabajos literarios, artísticos o científicos, participado en causas sociales o poseyeran títulos académicos.
El club español estaba formado por mujeres de la élite sociocultural del país que por su ambiente familiar tenían un elevado nivel de educación, interés por la cultura y tiempo para desarrollar actividades. Esta asociación contaba en el momento de su fundación con 115 asociadas. La presidencia la ostentaba María de Maeztu. Las vicepresidentas eran Victoria Kent e Isabel Oyarzábal. La secretaría recayó en Zenobia Camprubí. Amalia Galárraga era la tesorera, Helen Phillips la vicesecretaria y María Martos de Baeza la bibliotecaria.
Se basaba en los Estatutos de Londres, que fueron aprobados por la asociadas.
Tenía secciones de Literatura, Música, Artes Plásticas e industriales, Internacional, Hispanoamérica, Ciencias y Social. Los objetivos generales del club se concretaron en defender los intereses morales y materiales de la mujer, desarrollando las iniciativas económicas, científicas y artísticas; fomentar el espíritu colectivo, facilitando el intercambio de ideas y la compenetración de sentimientos; organizar obras de carácter social, celebrar conferencias, etc.
En 1931 se creó el Lyceum Club de Barcelona convirtiéndose en un espacio de confluencia para destacadas escritoras catalanas como Aurora Bertrana o Carmen Montoriol.
En 1927, un año después de su fundación, el número de socias se había quintuplicado.Victorina Durán. En 1930, de cerca de 500 socias, 475 estaban casadas.
El acceso a la condición de miembro del club no venía restringido por motivos ideológicos. Las mujeres podían ser socias si habían cursado estudios superiores o si se habían destacado como escritoras, artistas, o intelectuales. También podían pertenecer aquellas que habían participado en obras sociales. Como el acceso a los estudios estaba limitado de hecho a las personas de clase media y alta, este grupo predominaba en el club. Entre las socias no había tampoco restricción por estado civil u orientación sexual, incluyéndose algunas mujeres abiertamente lesbianas, como era el caso deFueron asociadas al Lyceum Club, entre otras, Carmen Baroja, Matilde Calvo Rodero, Clara Campoamor, Zenobia Camprubí, Ernestina de Champourcín, María de Maeztu, Victorina Durán, Elena Fortún, Amalia Galárraga, Matilde Huici, Victoria Kent, María Lejárraga, María Teresa León, Concha Méndez, Margarita Nelken, Isabel Oyarzábal, Helen Phillips, Mabel Rick, Rosario Lacy, Pura Maortua, Carmen Gallardo Martín-Gamero, María Martos Arregui O'Neil, María del Mar Terrones Villanueva, Carmen Monné, María Francisca Clar Margarit, Julia Iruretagoiena y Rosa Spottorno. La presidencia honorífica la ostentaban la reina Victoria Eugenia y la Duquesa de Alba.
Con el estallido de la Guerra Civil Española y la derrota y exilio de la República en 1939, se desmanteló el Lyceum, que pasó a ser el "Club Medina", regido por la Sección Femenina.
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