Luis Belmonte Bermúdez (Sevilla, ¿1587?-Madrid, ¿1650?) fue un poeta, cronista de Indias y dramaturgo español del Siglo de Oro.
Se discute la fecha de nacimiento, desde finales de los años 1570 hasta principios de los 1590. Siendo aún muy joven, marchó a México y al año siguiente al Perú. Ya entonces se dedicaba de lleno a la literatura. Actuó como cronista y secretario en la expedición del general Pedro Fernández de Quirós a las regiones australes desde el puerto de El Callao (21 de diciembre de 1605) hasta su regreso a Acapulco, el 23 de noviembre de 1606. Su crónica de este viaje la publicó con el título Historia de los descubrimientos de las regiones austriales [sic] hecho por el general Pedro Fernández de Quirós. Tras una nueva estancia en México regresó a España en 1616 y se estableció en Sevilla. En 1620 está ya en Madrid y participó en las Justas poéticas de la beatificación (1620) y canonización (1622) de San Isidro. Desde entonces dejó la poesía y se consagró por entero al teatro. Participó con diversos poemas a los homenajes póstumos a la muerte de Lope de Vega (1635) y de Juan Pérez de Montalbán (1639) y también fue uno de los miembros de la Academia del Buen Retiro (1637) y de la Academia madrileña, como se sabe por un vejamen compuesto por Jerónimo de Cáncer. Debió fallecer hacia 1650, en Madrid o en Sevilla.
Es autor de dos poemas épicos: La aurora de Cristo, un poema devoto mariano más lírico que narrativo, y La Hispálica, esta última en torno a la conquista de Sevilla por Fernando III el Santo, que también inspiró una de las comedias del autor. También narrativo, pero de sesgo biográfico, fue su extenso poema en diez libros y quintillas dobles Vida del Padre Maestro Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. Dirigida a sus religiosos de la provincia de Nueva España (México, 1609), que lleva un “Elogio” de su paisano Mateo Alemán.
Se conserva además media docena de piezas teatrales entre las cerca de treinta que escribió; Germán Vegas descubrió además el texto de Sancha la Bermeja. El acierto en el engaño (1641) sufrió problemas con la censura al menos tres veces, e incluso posee dos finales distintos; la más celebrada es El mayor contrario amigo y Diablo predicador. Apareció como escrito anónimo por el desenfado y libertad de algunos caracteres, y solo tuvo problemas con la censura muchos años después a causa de su presunto anticlericalismo contra las órdenes regulares. Sus contemporáneos vieron en ella una exaltación de la orden franciscana y de la práctica de la caridad, pero después se entendió como una crítica anticlerical por el personaje cómico del lego fray Antolín. El demonio es castigado por el arcángel san Miguel, a causa del hambre que hace pasar a una comunidad franciscana, a pedir limosna para ellos, de forma que el mismísimo diablo se transforma en predicador. En otras obras recrea temas históricos. El sastre del Campillo se inspira en la Historia de España del padre Juan de Mariana para tratar las disputas entre la Casa de Lara y la Casa de Castro por la tutoría del niño Alfonso, futuro Alfonso VIII de Castilla, que entrañaba también el control de la Regencia del reino de Castilla. Representó también El príncipe villano, El gran Jorge de Castriota y príncipe Escanderberg, Las siete estrellas de Francia, El triunvirato de Roma, El conde de Fuentes en Lisboa, Darles con la entretenida... Obras de tono heroico y complicada acción con estilo retórico y altisonante. En colaboración con Agustín Moreto y Martínez de Meneses escribió La renegada de Valladolid, sobre una leyenda piadosa, y El príncipe perseguido, sobre Borís Godunov. También hizo una comedia de tema mitológico: Los trabajos de Ulises.
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