Los Litigantes (Les Plaideurs) es la única comedia escrita por el dramaturgo francés Jean Racine (1639-1699). Fue representada en 1668 y está inspirada en Las avispas de Aristófanes, aunque se observa la influencia de Molière, con cuyas comedias rivalizó en su época en cuanto a popularidad, aunque a lo largo del siglo XX fue perdiendo el favor de los críticos y del público. Ataca la querulomanía o deseo inútil de prolongar los pleitos.
Es una obra inesperada por las cosas que suceden: Un juez sale de su casa por la ventana, unos perros orinan en escena, dos jóvenes enamorados engañan al padre de la muchacha, y todo ello con versos alejandrinos. Es una obra con una fantasía verbal desbordante, paródica. Su lenguaje se convierte en un galimatías mezcla de latín y griego, y sus repeticiones en cascada hacen pensar en el teatro de Scarron.
En el siglo XXI, el dramaturgo y director escénico Rafael Negrete-Portillo, creó la pieza ¡Orden!¡Orden en la sala! que se inspira en la 'fábula' brechtiana de Los Litigantes (Les Plaideurs) de Racine [devenida a su vez de “Σφήκες” (Las avispas) de Aristófanes]; donde la querulomanía y el triángulo amoroso al más puro estilo de enredo Lopesco generan el motor de la comedia. ¡Orden!¡Orden en la sala! (comedia querellante) ha sido finalista en el I certamen internacional de comedias de Ediciones Irreverentes y ha sido la ganadora del III certamen nacional de textos teatrales Cuenca a escena.
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