En la mitología griega Leda (en griego Λήδα) era una princesa etolia que se convirtió en reina espartana, y también fue una de las féminas seducidas por Zeus. Leda es una de las tres Testíades, esto es, hijas de Testio y de Euritemiste. Sus hermanas eran Altea e Hipermnestra. Otras versiones dicen que la madre de Leda fue Euritémide, Laofonte, Leucipe o Deidamía (hija de Perieres). Incluso otros dicen que su padre fue Glauco o Sísifo.
Tindáreo, huyendo de la violencia de Hipocoonte, llegó a la corte de Testio y este lo casó con Leda. Pero más tarde, cuando Heracles mató a Hipocoonte y a sus hijos, regresaron y Tindáreo heredó el reino; así Tindáreo y Leda se convirtieron en los reyes de Esparta. Se dice que cuando caminaba Leda junto al río Eurotas, se le presentó el rey de los dioses, Zeus, transformado en cisne, que fingiendo ser perseguido por un águila, se posó en ella.
Hesíodo nos dice que Leda alumbró de Tindáreo tres hijas, a «Timandra, a Clitemnestra de ojos de vaca y a Filónoe, que en figura competía con las inmortales». Esta última fue inmortalizada por Artemisa. Después de sus hermanas nacieron los Dioscuros —Cástor y Polideuco —, habidos por Zeus y criados en el palacio de Esparta como sus héroes por antonomasia.
Apolodoro añade que Leda yació en la misma noche con Zeus y Tindáreo. Así Leda tuvo de Zeus a Pólux y a Helena, y de Tindáreo alumbró a Cástor y a Clitemestra. Algunos dicen que Helena era hija de Zeus y Némesis, pues ésta, para escapar al asedio de Zeus, se había convertido en oca, pero Zeus la había poseído transformado en cisne; como fruto de esta unión ella puso un huevo, que un pastor encontró en el bosque y se lo llevó a Leda, quien lo guardó en un arca. Cuando a su tiempo nació Helena, la crio como si fuera su propia hija. Otros varían la leyenda del huevo y Némesis y dicen que esta se había metamorfoseado en distintos animales. O que este huevo fue puesto entre los muslos de Leda por el dios Hermes. Eurípides también dice que Leda y sus hermanos nacieron de huevos de cisne, pero no especifica más datos al respecto.
La leyenda de Leda y el cisne ha dado en el arte numerosas obras de muchísimos autores que han recreado la escena del encuentro: Leonardo da Vinci, Correggio, Tintoretto, Matisse, Paul Cézanne, Dalí con el cuadro Leda atómica, Gustav Klimt, entre otros.
Rubén Darío evoca a Leda en algunos poemas:
Blasón
Es el cisne, de estirpe sagrada,
cuyo beso, por campos de seda,
ascendió hasta la cima rosada
de las dulces colinas de Leda.
El cisne en la sombra parece de nieve'
[...]
Tal es, cuando esponja las plumas de seda,
olímpico pájaro herido de amor,
y viola en las linfas sonoras a Leda,
buscando su pico los labios en flor.
[...]
El personaje también está presente en la extensa composición cuyo título es también el de un poemario del que forma parte, cuarto publicado por el novelista y ensayista Aldous Huxley en 1920: Leda. Chatto & Windus (hoy, de Random House), Londres. Véase también la traducción al español del poemario en Aldous Huxley: Poesía completa (edición bilingüe); traducción y edición de J. Isaías Gómez López, Editorial Universidad de Almería; Almería, 2008; pp. 170 - 227.
En la novela El rapto del cisne (The Swan Thieves, 2010), de Elizabeth Kostova (Umbriel Editores, 2010), la trama gira en torno al cuadro Leda, del pintor Gilbert Thomas, trasunto de Alfred Sisley. En realidad, el cuadro que ilustra la portada del libro se llama Leda también, pero es de François-Édouard Picot (1786 - 1868).
Inspirado en el mito de Leda, Charly García, compositor del dúo argentino Sui Generis, escribió la canción Un hada, un cisne.
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