x
1

Isla Clipperton



La Isla Clipperton o Isla de la Pasión (en francés: Île de Clipperton o bien Île de la Passion) es un atolón coralino deshabitado de 6 km² de superficie y 11,1 km de línea costera,[1]​ localizado en el océano Pacífico norte, 1120 km al sudoeste de Punta Tejupan, en Michoacán (México),[1]​ que es el punto más cercano en tierra firme. Es una posesión francesa administrada desde la Polinesia Francesa por un alto comisionado de Francia.[2]

Históricamente, México ha reclamado la posesión de la isla, que fue otorgada a Francia por un arbitraje internacional en 1931.

A pesar de que se han identificado 115 especies comerciales en las aguas territoriales de la isla, el atún ha sido la única explotada. Fuera de la pesca en la isla no se ha descubierto ningún otro recurso natural explotable.

Debido a la forma anular de la isla, su laguna interior se encuentra cerrada desde hace aproximadamente un siglo. El agua de la laguna es ácida y se encuentra estancada. Un pequeño promontorio de 29 metros en el sudeste se conoce con el nombre Roca de Clipperton.[3]​ El atolón ha sido ocupado varias veces por mineros del guano, aspirantes a colonos o personal militar, generalmente de México, que la reclamaban hasta que el Rey Víctor Manuel III de Italia encomendado por la Santa Sede se la otorgó a Francia en 1931. Sin embargo, Clipperton no ha tenido habitantes permanentes desde 1945. En ocasiones recibe la visita de pescadores, patrullas de la marina francesa, investigadores científicos, equipos de filmación y supervivientes de naufragios. Es un lugar popular para operadores de radio aficionados.[4]

Entre mayo y octubre, Clipperton recibe el baño de un sol ardiente que poco mengua el resto del año. Constantemente la azotan ciclones y tormentas tropicales, en especial durante la temporada de lluvias, que inicia aproximadamente en junio y termina en noviembre. Su precipitación pluvial anual es del orden de 5000 mm, cantidad que no se alcanza ni en las selvas húmedas del sudeste mexicano.

La isla se encontraba cubierta por maleza, con algunas palmeras. Se cree que la maleza de la isla desapareció entre 1858 y 1917. Hipotéticamente, la vegetación de la isla fue diezmada por una tormenta tropical y no fue capaz de regenerarse debido al gran número de cangrejos de tierra. Existe un artículo de 1909 en la Crónica de San Francisco, en el cual se especulaba con la posibilidad de que la vegetación de la isla hubiese sido arrasada por un tsunami, ocasionado por un terremoto.

Después de la introducción de cerdos por parte de los recolectores de guano, la flora de la isla se regeneró debido al gusto que estos desarrollaron por los cangrejos de tierra. Durante el periodo de asentamiento, la vegetación de la isla se multiplicó con la introducción de especies foráneas, como la palmera cocotera, que se introdujo en el último decenio del siglo XIX. La única vegetación de gran porte que existe en su superficie son las trece palmeras plantadas por el alemán Gustavo Schultz.

La isla lleva el nombre del pirata inglés John Clipperton, quien en febrero de 1705 la visitó, y fue el primero en hacerlo. Clipperton era tripulante del navío Saint George que, a cargo del capitán William Dampier, atacaba y saqueaba los galeones españoles en las rutas del Pacífico. Después de capturar un pequeño barco en los mares de Costa Rica, al que bautizaron con el nombre de Dragón, Clipperton tomó su mando. La leyenda dice que el pirata usaba la isla como refugio (base temporal de operaciones) y que en ella escondió un tesoro.[cita requerida]

De acuerdo a algunos autores, es la misma Isla Médanos registrada como descubierta por Fernando de Magallanes entre 1520 y 1521 y asentada gráficamente en sus cartas de navegación, aunque no desembarcó en ella y, por consiguiente, no tomó posesión formal de la misma.

En 1711 Martin de Chassiron y Michel Dubocage, capitanes de los barcos franceses La Princesse y La Découverte, redescubrieron la isla, le asignaron el nombre Île de la Passion (‘Isla de la Pasión’) y la reclamaron como propiedad para la soberanía francesa.

La primera expedición científica tuvo lugar en 1725, a cargo del francés Michel Dubocage, quien vivió en la isla durante varios meses.[cita requerida]

Tras su declaración de independencia en 1821, México se consideró heredero de los derechos de España sobre la isla, por lo que pasó a formar parte del recién nacido país. Las constituciones mexicanas de 1824 y de 1857 incluyen explícitamente a la isla dentro de su territorio; esta última, modificada posteriormente, expresaba lo siguiente:

La constitución de 1917 retuvo el texto anterior, en su artículo 42, pero la isla se excluyó del texto constitucional el 18 de enero de 1934.

El Segundo Imperio francés no reconoció la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1857, y el emperador Napoleón III ordenó la anexión de la isla. El 17 de noviembre de 1858, el teniente de navío Victor Le Coat de Kerveguen anexó la isla Clipperton como parte de Tahití. No obstante, el acta realizada se firmó a bordo de un barco mercante, los franceses jamás pusieron pie en ella y el acta se envió a Hawái.

La Compañía Minera Estadounidense del Guano, según el acta de las islas de guano de 1856, reclamó la isla para los Estados Unidos, la cual vino a unirse a otras reclamaciones por parte de la compañía Oceanic Phosphate.

México reafirmó sus reclamos sobre la isla en 1897 y estableció una guarnición militar en ella. Nuevamente, los Estados Unidos se posesionaron de la isla durante la Guerra Hispano-Estadounidense en 1898. Debido a la demanda de guano, el gobierno estadounidense había aprobado una ley que permitía a sus ciudadanos extraer el fertilizante de cualquier isla deshabitada que no perteneciera a ningún país. En 1883, un grupo de promotores de San Francisco que buscaban inversionistas afirmaron que el guano de Clipperton tenía un valor de 50 millones de dólares. Al lograr reunir el capital, enviaron un pequeño grupo de mineros que pronto se dieron cuenta de las malas condiciones en las que estaban y de que el guano era de mala calidad.

En 1897, una compañía inglesa compró los derechos de la estadounidense, con lo que provocó una gran disputa internacional, pues varios medios estadounidenses aprovecharon la oportunidad para asegurar que Inglaterra se estaba posesionando de una isla que les pertenecía y que, por su valor económico, era importante. Al enterarse Francia de esta noticia, enviaron un barco, e informaron a los gobiernos inglés, estadounidense y mexicano acerca de su reclamo sobre la isla.

El general Porfirio Díaz rechazó el reclamo francés, y notificó que Clipperton había sido posesión española durante siglos, por lo que México la había heredado al obtener su independencia. Mientras tanto, Ignacio Mariscal, en el Hotel Sáenz, llegaba a un acuerdo con el presidente de la Pacific Island Company, a la cual se le otorgó el derecho de extracción de guano de la isla durante 20 años.

En 1906, la Compañía Británica de las Islas del Pacífico adquirió los derechos de explotación de los depósitos de guano de la isla y, en conjunto con el gobierno mexicano, construyó un asentamiento minero. En espera de nuevas y mejores ganancias, la compañía inglesa construyó un nuevo muelle y una vía corta de ferrocarril en el atolón, instaló equipo pesado de molienda e hizo traer de San Francisco a mineros italianos, japoneses y de diversas nacionalidades. Durante la época de mayor producción, se encontraban más de 100 hombres trabajando en la Isla de la Pasión.

Bajo las órdenes de Porfirio Díaz ese mismo año se construyó un faro con una lámpara de aceite de 10 000 bujías y una guarnición militar al comando del capitán Ramón Arnaud Vignon de la marina mexicana. En el periodo 1908-1913, cerca de 100 personas (hombres, mujeres y niños) vivían en la isla. Cada dos meses, un barco proveniente de Acapulco llegaba a la isla con provisiones, puesto que las provisiones de San Francisco ya no pasaban por ahí. Sin embargo, con el estallido de la Revolución mexicana este servicio se suspendió y los habitantes de la isla fueron dejados a su suerte.

El alemán Gustavo Schultz, representante de la Compañía explotadora de guano en la Isla, plantó trece cocos en la zona arenosa. Posteriormente, ese hecho significó la diferencia entre la vida y la muerte: los frutos de esa productiva acción permitieron sobrevivir a algunos de los mexicanos abandonados en la isla, pues era su única fuente de Vitamina C, que evitó la muerte de los residentes por escorbuto.

En 1908, la Pacific Island Company dio por terminadas sus operaciones en la isla, pues no pudo encontrar mercado para el guano de baja calidad de Clipperton, y sólo se dedicó a apilarlo durante años. Al caer los precios internacionales, finalmente la compañía desapareció en 1910.

En enero de 1914, el capitán Ramón Arnaud Vignon volvió a Clipperton después de haberse entrevistado con Victoriano Huerta, y solicitó provisiones. Seis semanas después, los revolucionarios capturaron el buque Tampico, al mando de Hilario Rodríguez Malpica. Este barco, es el que llevaría las provisiones del puerto de Topolobampo a los habitantes de la isla. En la única batalla naval de la Revolución mexicana, el Vicente Guerrero persiguió al Tampico y lo hundió frente a Mazatlán.

Por primera vez escaseaban las provisiones en la isla, pero los soldados de la guarnición no sabían que el barco que las transportaba se encontraba en el fondo del mar, ni que la Primera Guerra Mundial había estallado en Europa. El 28 de febrero de 1914, una goleta estadounidense encalló en el arrecife; sin embargo, dado que el barco de provisiones no podría llegar nunca, tres marinos decidieron navegar los 1100 kilómetros en una balsa hasta Acapulco en busca de ayuda. A pesar de haber logrado la hazaña, ya a nadie le interesaba rescatar a una guarnición huertista en una isla.

Cuando la Armada de los Estados Unidos supo del naufragio de su goleta, envió a un crucero para rescatar a los sobrevivientes. Para mediados de 1914, la mayoría de los habitantes habían muerto de escorbuto, y los últimos sobrevivientes deseaban abandonar la isla a bordo del barco de la marina de los Estados Unidos USS Cleveland, el cual llegó a la isla en junio de 1914. El barco estadounidense Cleveland ofreció a la guarnición mexicana llevarla hasta Acapulco. Para ese entonces sólo quedaban 14 hombres, 6 mujeres y 6 niños.

Se dice, no obstante, que el gobernador militar de la isla declaró que la evacuación no era necesaria, pues aún le quedaban provisiones para cinco meses. Arnaud tenía una razón personal muy poderosa: tenía antecedentes al haber desertado del ejército mexicano años antes, delito por el cual fue arrestado y enjuiciado. Una evacuación habría podido interpretarse, por parte de sus superiores, como su segunda deserción, así que se quedó a cubrir su puesto en la isla. En cambio sí fue evacuado el alemán Schultz, de quien se dice se había vuelto loco.

Los siguientes tres años se caracterizaron por el hambre y muerte de la guarnición, pues, al agotarse las provisiones, los sobrevivientes tuvieron que alimentarse de aves, peces y huevos, lo que apenas aseguraba su subsistencia y ponía en riesgo su salud. El atolón tenía apenas 6 palmas que, entre todas, daban apenas 3 cocos por semana, lo cual no representaba suficiente vitamina C para sostener a una comunidad de 26 personas. Antes de un año, la gente comenzó a morir de escorbuto y desnutrición. En 1915, sepultaron a 15 personas en las arenas del sur de la laguna. El resto continuó esperando la llegada del barco de México, cosa que nunca ocurrió.

Como los cocos estaban reservados para las mujeres y los niños, Arnaud y sus hombres comenzaron a delirar y a desesperarse. El 5 de octubre de 1916, el capitán Arnaud muere en un intento fallido de alcanzar a un buque que pasó frente a la isla utilizando una canoa; la canoa se hundió con Arnaud y el resto de sus hombres frente a la isla, mientras que la nave siguió su camino.

El guardián del faro, Victoriano Álvarez resultó ser el único hombre que quedaba en la isla, junto con 15 mujeres y niños. Pronto Álvarez se autoproclamó rey y comenzó una escalada de violaciones y asesinatos, antes de ser él mismo asesinado por una de sus víctimas: Tirza Rendón, con la ayuda de Alicia Rovira, la esposa del capitán Arnaud, le dio muerte con un martillo y un objeto punzante. El pequeño niño Pedro Ramón Arnaud Rovira (hijo del capitán Arnaud) le quitó el rifle y corriendo tan fuerte como pudo vio en el horizonte al USS Yorktown, un buque de la marina estadounidense. El 18 de julio de 1917, casi inmediatamente después de la muerte de Álvarez, 4 mujeres y 7 niños, los últimos supervivientes, fueron rescatados por el USS Yorktown, comandado por el capitán H. P. Perril.

La posesión de la isla Clipperton fue disputada entre México y Francia. Esta última se acercó a la Ciudad del Vaticano para que la Santa Sede tomara una decisión sobre la propiedad, en 1930, la Santa Sede asignó esta tarea al rey de Italia, Víctor Manuel III, quien finalmente decidió en favor de Francia. Los franceses reconstruyeron el faro y establecieron un puesto militar en la isla, el cual duró sólo siete años.

México se somete al dictamen del Rey Víctor Manuel III de Italia (encomendado de la Santa Sede), por respeto a las decisiones de Porfirio Díaz.

A finales de los años 30, Clipperton fue visitada dos veces por el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, quien tenía intenciones de apoderarse de la isla para convertirla en una base aérea para sus operaciones en el Océano Pacífico. En 1944 ordenó la ocupación de la isla por parte de la marina comandada por el Almirante Richard Evelyn Byrd, en lo que fue una de las operaciones más secretas de la Segunda Guerra Mundial. En su informe, Byrd sugirió abrir un pasaje en el borde del atolón y dragar la laguna para que atracaran barcos de provisiones de buques cisterna, sin embargo, nunca se realizó tal proyecto.

En 1962, la independencia de Argelia dejó a Francia sin campo para pruebas nucleares. Por este motivo, el Departamento de Defensa de Francia consideró a Clipperton como el sustituto, sin embargo, debido al clima hostil de la isla y a su remota ubicación, se descartó esta posibilidad.

Durante la década de los 70, se exploró la posibilidad de abrir la laguna y desarrollar la bahía como centro turístico y de comercio. En 1981, la Academia de Ciencias para los Territorios de Ultramar sugirió que la isla debería contar con su propia infraestructura, con un aeropuerto y un puerto pesquero en la laguna. Esto implicaría el abrir la laguna creando un pasaje en el atolón. Para esto, un acuerdo fue formado con el Alto Comisionado de la Polinesia Francesa para que el atolón se convirtiera en propiedad del Estado francés. Sin embargo, tomando en cuenta el costo económico, la distancia y el tamaño del atolón, el proyecto nunca fue llevado a cabo.

Los franceses planeaban convertir a la isla en un basurero nuclear, pero México y los Estados Unidos convencieron a Francia de abandonar sus planes.

La isla ha estado abandonada desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y sólo ha sido visitada por pescadores deportivos, patrullas de la marina francesa y pescadores mexicanos de atún y tiburón.

En una ocasión Jacques-Yves Cousteau visitó la isla junto a su equipo de buzos y un superviviente de la evacuación de 1917, Pedro Ramón Arnaud Rovira, el hijo del Capitán Ramón Arnaud Vignon.

En 2003, Lance Milbrand permaneció en la isla por 41 días para una expedición de National Geographic, grabando sus aventuras en video.

Entre enero y abril de 2005, el ecosistema de Clipperton fue extensivamente estudiado durante cuatro meses por una expedición científica organizada por Jean-Louis Étienne, con el objeto de hacer un inventario completo de los minerales, vegetales y animales encontrados en la isla, así como para reafirmar la soberanía francesa del atolón. Al mismo tiempo que una mujer embarazada y miembro del equipo planeaba parir en la isla.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Isla Clipperton (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!